בסיעתא דשמיא
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PERASHAT EMOR
( Di )
Libro Vayikrá / Levítico (21:1 a 24:23)
Haftará de la Semana: Yejezkel / Ezequiel 44:15-31
Este Envio de Torah Semanal esta :
Dedicado a la Refua shelema
( curación completa) de:
HARAV AVRAHAM NISSIM BEN JAVA SHLIT''A
MARAN HAGAON HARAV YOSEF SHOLOM BEN JAIA MUSHKA ELYASHIV SHLIT"A.
Maria Fernanda Bat Dayan Cobos
SRA.RIVKA BAT SARA IMENU
Sra Maria Bat Lola
Sra Aylin Bat Olga
Sra. Leah Zehara bat Miriam
Sra.Rujama Bat Clemencia
Sra.Rina bat Clemencia
Sra.Clemencia bat Tana
Sra.Mayo Bat Tana
Sra Jaya Bat Shira
Sra Maria Barrerio
Sra Mijal Ruby Bat Marlen
Sra Hanna Bat Malka
Sra. Graciela Arenas
Sra. Mariela Barreiro
Sra. Maria Delgado
Angela Bat Orly
Sra. Aylin Bat Aylin
Sra. Nurys Bat Aylin
Sra Nahomi Bat Maria Teresa
Sra. Olga Bat Gloria
Sra. Nohemi Bar Esther
Jaim Yosef Ben Esther
Sr. Alberto Girado Lobo
Sr.Sixto hijo de Juana
Sr. Fabio Camacho
Matitiahu Ben Katerine
Sr.Alfonso Rojas
Avraham Moshe ben Miriam
Sebastián Ben Rujama
Sr.Zevulón ben Alicia
Sr Aaron Ben Sara
David Gabriel Ben Farida
Sr. Soto Forero Hijo de Isabel
Sr. Moshe ben Avraham David ben Maira
Itzjak Ben Sara
Leiluy Nishmatam ( Y por la Elevación de las Almas) de:
MARAN HAGON HARAV MORDEJAI TZEMAJ ELIYAHU BEN MAZAL TOV ZT''L
MARAN HAMEKUBAL HARAV NISSIM PERETZ ZT''L
HaRab Jaim David Ben Shraga Fievel Zukervar ZT''L
Maran HaraB HaGaon Jaim Pinjas Scheinberg ZT''L
Sr. Rafael Oriz Peña Z''L
Sr. Eliecer David Ben Aura Esther Z''L
Harab Amram Horowitz ZT''L
Sr. Martín Lindarte Z''L
Sr. Miguiel Avila Z''L
Sr.Carlos Ben Maria Z''L
Sr. Julio Wasserman Z''L
Iyov Ben Avraham Z''L
Sr. Epifanio Enrique Ben Amada Z''L
Sr. Roberto Ben Blanca Z''L
Sr. Mario Gil Ben Graciela Z''L
Sr. Anibal Ben Clemencia Z''L
Sra Aura Ester bat Ana Z''L
Rabanit Bat Sheba Kanievsky, Z”L
Sra. Guillermina Hija de Benigna z''L
Sra. Etelvina Bat Marcelina Z''L
Sra. Margalit Bat Sara
Sra. Dora Bat Juana Z''L
Sra. Flor Lucila Cortes Bat Sara Z´´L
Sra. Maira Maldonado Z''L
ADAEL BEN ELIYAHU Z"L
YAFFA BAT SARA Z"L
Refua shelema ve Hatzlaja be Kol Maase Yadenu:
Asher Amram Ben Avraham
* Si desea dedicar este envio de Torah, por la pronta recuparacion de un familiar o un amigo o en recuerdo del alma de algun ser querido, por favor envienos un correo a comhebrea@gmail.com con el nombre de la persona y el nombre de su Madre.
Horario del Encendido de Velas para SHABAT en Bogotà,Barranquilla y Cali ,Colombia
Bogotá:
Fecha Hora
Viernes, 11 Mayo, 2012 Encendido de velas a las: 17:44
Shabat, 12 Mayo, 2012 Shabat concluye: 18:35
MARAN HAGAON HARAV YOSEF SHOLOM BEN JAIA MUSHKA ELYASHIV SHLIT"A.
SRA.RIVKA BAT SARA IMENU
Sra Maria Bat Lola
Sra Aylin Bat Olga
Sra. Leah Zehara bat Miriam
Sra.Rujama Bat Clemencia
Sra.Rina bat Clemencia
Sra.Clemencia bat Tana
Sra.Mayo Bat Tana
Sra Jaya Bat Shira
Sra Maria Barrerio
Sra Mijal Ruby Bat Marlen
Sra Hanna Bat Malka
Sra. Graciela Arenas
Sra. Mariela Barreiro
Sra. Maria Delgado
Angela Bat Orly
Sra. Aylin Bat Aylin
Sra. Nurys Bat Aylin
Sra Nahomi Bat Maria Teresa
Sra. Nohemi Bar Esther
Sr. Alberto Girado Lobo
Sr.Sixto hijo de Juana
Sr. Fabio Camacho
Matitiahu Ben Katerine
Sr.Alfonso Rojas
Avraham Moshe ben Miriam
Sebastián Ben Rujama
Sr.Zevulón ben Alicia
Sr Aaron Ben Sara
David Gabriel Ben Farida
Sr. Soto Forero Hijo de Isabel
Sr. Moshe ben Avraham David ben Maira
HaRab Jaim David Ben Shraga Fievel Zukervar ZT''L
Sr. Martín Lindarte Z''L
Sr. Miguiel Avila Z''L
Sr.Carlos Ben Maria Z''L
Sr. Julio Wasserman Z''L
Iyov Ben Avraham Z''L
Sr. Epifanio Enrique Ben Amada Z''L
Sr. Roberto Ben Blanca Z''L
Sr. Mario Gil Ben Graciela Z''L
Sr. Anibal Ben Clemencia Z''L
Sra. Etelvina Bat Marcelina Z''L
Sra. Margalit Bat Sara
Sra. Dora Bat Juana Z''L
Sra. Flor Lucila Cortes Bat Sara Z´´L
Sra. Maira Maldonado Z''L
YAFFA BAT SARA Z"L
Asher Amram Ben Avraham
* Si desea dedicar este envio de Torah, por la pronta recuparacion de un familiar o un amigo o en recuerdo del alma de algun ser querido, por favor envienos un correo a comhebrea@gmail.com con el nombre de la persona y el nombre de su Madre.
Horario del Encendido de Velas para SHABAT en Bogotà,Barranquilla y Cali ,Colombia
Bogotá:
Fecha | Hora |
Viernes, 11 Mayo, 2012 | Encendido de velas a las: 17:44 |
Shabat, 12 Mayo, 2012 | Shabat concluye: 18:35 |
Barranquilla:
Fecha | Hora |
Viernes, 11 Mayo, 2012 | Encendido de velas a las: 17:56 |
Shabat, 12 Mayo, 2012 | Shabat concluye: 18:47 |
Cali:
|
Honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes.Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos.
Es muy importante saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia esta permitido encenderlas después de la puesta del sol
Resumen de la Perasháh
Mitzvot de la Perashah
De acuerdo al Sefer HaJinuj
- Que no se impurifique el cohen simple con un muerto, excepto por los siete familiares cercanos
- Que se impurifique el cohen simple por sus siete familiares cercanos, y que hagan luto cada uno de los israelitas por cada uno de sus siete familiares
- Que no sirva en cosas sagradas el cohen que se inmergió, hasta que el sol baje
- Que no despose el cohen una prostituta
- Que no despose el cohen una mujer inapropiada (profanada perteneciente a la familia sacerdotal)
- Que no despose el cohen una divorciada
- Consagración de la descendencia de Aarón
- Que no ingrese el cohen gadol bajo el mismo techo que un difunto
- Que no se impurifique el cohen gadol con ninguna impureza de muerto
- Que el cohen gadol despose una doncella virgen
- Que no despose el cohen gadol una viuda
- Que no despose ni cohabite el cohen gadol con una viuda
- Que no sirva en el santuario un cohen impedido (con defecto) permanentemente
- Que no sirva en el santuario un cohen impedido temporalmente
- Que no ingrese al heijal una persona impedida
- Que no sirva un cohen impuro
- Que no coma el cohen impuro de la terumá -ofrenda
- Que ningún extraño coma de la terumá
- Que el huésped del cohen o su asalariado no coman de la terumá
- Que no coma el incircunciso terumá
- Que no coma la jalalá -inapropiada (profanada perteneciente a la familia sacerdotal) de lo consagrado
- No comer tevel -de lo que no fue separado diezmos y tributos
- No consagrar animales defectuosos para el sacrificio
- Que el korban sea de animal íntegro
- No hacerle algún daño al animal que ha sido consagrado para korban
- No salpicar sangre de animales defectuosos sobre el altar
- No degollar un animal defectuoso con el propósito de consagrarlo
- No quemar en honor a Dios partes de animales defectuosos
- No castrar ninguna especie
- No sacrificar un animal dañado dado por un extranjero
- Que el animal a ser sacrificado sea mayor de 8 días
- No degollar a un animal y su cría en el mismo día
- No hacer nada que sea profanación del Nombre de Dios entre las personas
- Santificar el Nombre de Dios
- Reposar de la melajá el primer día de Pesaj
- No hacer melajá el primer día de Pesaj
- Sacrificar korban musaf todos los días de Pesaj
- Reposar de la melajá el primer día de Pesaj
- No hacer melajá el último día de Pesaj
- Korban del omer de cebada
- No comer pan del trigo nuevo antes de finalizar el 16 de Nisán
- No comer grano tostado (de trigo nuevo) antes de esta fecha
- No comer grano fresco (de trigo nuevo) antes de esta fecha
- Contar el omer
- Korban del pan de primicias el día de Atzeret
- Reposar de la melajá el día de Atzeret
- No hacer ninguna melajá el día de Shavuot
- Reposar de la melajá el día de Rosh HaShaná
- No hacer melajá el primero de Tishrei
- Korban musaf en Rosh HaShaná
- Oprimir el alma el 10 de Tishrei
- Korban musaf de Iom HaKipurim
- No hacer melajá el 10 de Tishrei
- No comer ni beber en Iom HaKipurim
- Reposar de la melajá en Iom HaKipurim
- Reposar de la melajá el primer día de Sucot
- No hacer melajá el primer día de Sucot
- Korban musaf cada día de los siete de Sucot
- Reposar de la melajá el último día de Sucot
- Korban musaf al octavo día de Sucot, llamado "Sheminí Atzeret"
- No hacer melajá en Sheminí Atzeret
- Elevar el lulav
- Asentarse en la Sucá
La Torá ordena que los kohanim (sacerdotes) sean un modelo de pureza y alcancen en tal sentido el máximo nivel de perfección. Para cumplir con sus sagrados deberes deberán evitar el contacto o la proximidad con muertos, aunque se les permite asistir al funeral de los siete familiares más cercanos: padre, madre, esposa, hijo, hija, hermano y hermana soltera. No podrán contraer matrimonio con una mujer divorciada o no casta. La nación debe respetar a los kohanim. La terumá, diezmo que se entrega a los kohanim, sólo puede ser comida por éstos y sus familias. Se ordena a los hijos de Israel que santifiquen a Hashem (Kidush Hashem), asegurándose de que siempre se comporten de una manera ejemplar, dispuestos a dar su vida antes que cometer asesinato, tener relaciones no lícitas o practicar idolatría.
Se describen las características especiales de las distintas festividades, días sagrados en los cuales está prohibido trabajar. Éstas son, (según el orden en que son nombradas): 1) El shabat, séptimo día de la semana, que será por siempre sagrado para el pueblo judío. 2) El primero y último día de Pesaj: Luego de entrar los hijos de Israel a la Tierra Prometida, debían traer una ofrenda de cebada el día 16 de Nisán. 3) Shavuot, fiesta observada el día 6 de Siván, el día 50 desde el comienzo de la cuenta del Omer, o sea desde el segundo día de Pesaj. 4) Rosh Hashaná, primer día del año, el 1 de Tishré, en que se hace sonar el shofar. 5) Iom Kipur, el décimo día del mes de Tishré, fecha de ayuno y rezos por la expiación de los pecados. 6) Sucot, fiesta de las cabañas y de gran alegría que tiene lugar entre el 15 y el 21 de Tishré. El pueblo debe bendecir sobre cuatro especies (etrog, lulav, hadasim y aravot) y vivir en cabañas durante esa semana en recuerdo de las nubes de protección Divina que los resguardó en su peregrinaje por el desierto. También el octavo día, Sheminí Atzeret, es de sagrada convocación, celebrado alegremente como un día de especial acercamiento del Creador con Su pueblo.
Cuando el Bet Hamikdash está en pie, los granos de la nueva cosecha (jadash), no pueden utilizarse sino hasta después del segundo día de Pesaj en que se ofrece el Omer, cierta ofrenda de cebada. La perashá explica las leyes de preparación del aceite de la Menorá, la que debe estar siempre encendida, y del Lejem Hapanim(Pan de la Proposición), las doce hogazas de pan colocadas cada semana frente al Santuario.
UNA MITZVÁ CONDUCE A OTRA…
…”Un hombre que blasfema a su D-s… y un hombre que golpea a cualquier ser humano… y un hombre que golpea a un animal”(Vaikrá/Levítico 24:15-18).
La Torá describe a alguien que ha blasfemado contra el Sagrado Nombre de Hashem y su sanción es la pena de muerte. Lo que sorprende como inusual es el hecho de que justo a continuación, la Torá nos enseña las leyes “comunes” de golpear a otra persona o, incluso, de causar daño al animal de alguien. ¿Qué tiene esto que ver con la blasfemia? Uno puede asumir que maldecir el Nombre de D-s implicaría que se trata de alguien totalmente demente o lo suficientemente perverso como para descender al nivel más bajo. La Torá, sin embargo, nos está enseñando que hay una progresión para todo. Si una persona comienza dañando el animal de otro, puede proseguir hiriendo a su semejante personalmente. Y, si permanece sin control, una persona puede deteriorarse tan rápidamente que, bajo dadas circunstancias, llegue incluso a blasfemar contra el Nombre de Hashem. El Talmud nos cuenta que, cuando los rabinos quisieron saber cierta vez quién había robado una copa de plata, uno de los maestros notó que alguien se estaba secando las manos en la manga del compañero, y de ahí dedujeron que ese era el culpable, lo cual, en efecto, así fue.
Todo lo que hacemos nos afecta y, si algo impropio no es corregido, ello nos conducirá a otro nivel, más bajo de aquel en que comenzamos. Por otra parte, una buena acción que hagamos también nos conducirá a hacer cosas aun mejores, tal como está escrito: “una mitzvá conduce a otra mitzvá y un pecado conduce a otro pecado”.
(Basado en Rab Shmuel Choueka-Jersey Shore)
COMENTARIO
-”En seis dias sera hecho el trabajo y el septimo dia es Shabat, dia de completo reposo, convocacion sagrada; no habreis de realizar ningun trabajo. Shabat para Di-s habra de ser en todas vuestras moradas” (Levitico 23:3).
Cierto viernes de tarde un grupo de ilustrados no creyentes entraron sin ser invitados en casa del Rabi de Sandagora, para escucharlo decir el kidush y mofarse. Cuando el tzadik (hombre justo) lo advirtio, dijo:
- Las palabras de Genesis que pronunciamos para inaugurar el shabat: Y fueron terminados los Cielos y la Tierra, son dichas aqui, como todos sabemos, en testimonio de la Creacion del Di-s unico. Y donde podria estar mas en su lugar el testimonio que alli donde existe negacion?. Por lo tanto atestiguemos en presencia de los que niegan, que Di-s creo el mundo y lo guia-. Luego se puso de pie y recito el kidush con gran emocion y alegria.
(Mayanot haTora)
Es posible que un ser humano realice toda su labor en seis dias?. Es que no queda ningun trabajo incompleto?. El versiculo trata de transmitirnos el siguiente mensaje: descansa en Shabat como si todo tu trabajo estuviera terminado; descansa incluso hasta de la idea de trabajo. Un jasid (piadoso) paseaba cierto Shabat por su vinedo cuando vio una rotura en un cerco y decidio repararlo al finalizar el dia sagrado. Pero al pasar ese dia decidio no repararla nunca porque la idea de hacerlo se le habia ocurrido en Shabat.
Publicado en Sucat David
Adultos y jóvenes…. deben ir juntos | |
Así dicta la Parasha: ”Habla a los sacerdotes, hijos de Aharón y diles”: (21:1). Sobre lo que Rashi nos aclara: ¿Habla y diles?… pregunta ¿por qué la repetición para prevenir a los grandes pequeños?Aunque la Parasha trata sobre los preceptos referentes a los “Cohanim” (sacerdotes), como “Kidush HaShem”, (la santificación del nombre de D-s) y otros, que son parte también del pueblo entero.¿Cuál es la definición de los grandes?
Los líderes comunitarios, educadores, jefes de familia, esposos y padres.
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"Habla a los hijos de Israel y diles a ellos, las festividades que ustedes llamen festividades sagradas, esas serán mis festividades" (Vaikrá 23, 2).
Lo que Hashem aquí está diciendo, es que sin que el pueblo de Israel santifique a las festividades que Hashem Le entregó, dichas festividades no podrán ser consideradas por Hashem como Sus festividades.
En otras palabras, Hashem mismo "reconoce", que si el pueblo de Israel no cumple con las leyes de las festividades, Él no podrá llamar a las festividades como Suyas.
¿Y por qué esto es así?
Sencillamente, porque Hashem entregó la Torá y sus preceptos para ser cumplidos únicamente por los integrantes del pueblo de Israel (a excepción de las siete mitzvót entregadas a los hijos de Noaj - que son anteriores obviamente a la entrega de la Torá y que rigen para toda la humanidad).
Y si el pueblo de Israel, que es el pueblo que fue elegido por Hashem como su pueblo, no cumple con las festividades tal como Hashem lo ordenó, ello impediría que Hashem pueda considerar a dichas festividades como propias, pues existe una relación intrínseca entre el pueblo de Israel, Hashem y las mitzvót que Hashem creó especialmente para ellos, dichas mitzvót no podrán tampoco ser consideradas por Hashem como "propias" ...
Y cuanto más consciente seamos del rol espiritual inmenso que Hashem le asignó al pueblo de Israel, mayor será la seriedad en el cumplimiento de los preceptos que Hashem nos dío, iluminándonos más los unos a los otros, proyectando finalmente dicha luz sobre todos los pueblos de la humanidad.
En otras palabras, Hashem mismo "reconoce", que si el pueblo de Israel no cumple con las leyes de las festividades, Él no podrá llamar a las festividades como Suyas.
¿Y por qué esto es así?
Sencillamente, porque Hashem entregó la Torá y sus preceptos para ser cumplidos únicamente por los integrantes del pueblo de Israel (a excepción de las siete mitzvót entregadas a los hijos de Noaj - que son anteriores obviamente a la entrega de la Torá y que rigen para toda la humanidad).
Y si el pueblo de Israel, que es el pueblo que fue elegido por Hashem como su pueblo, no cumple con las festividades tal como Hashem lo ordenó, ello impediría que Hashem pueda considerar a dichas festividades como propias, pues existe una relación intrínseca entre el pueblo de Israel, Hashem y las mitzvót que Hashem creó especialmente para ellos, dichas mitzvót no podrán tampoco ser consideradas por Hashem como "propias" ...
Y cuanto más consciente seamos del rol espiritual inmenso que Hashem le asignó al pueblo de Israel, mayor será la seriedad en el cumplimiento de los preceptos que Hashem nos dío, iluminándonos más los unos a los otros, proyectando finalmente dicha luz sobre todos los pueblos de la humanidad.
"En cabañas viviréis esos siete días, todo nativo de Israel habitará en cabañas. Para que sepan vuestras generaciones que en cabañas asenté al pueblo de Israel al sacarlos a ellos de la tierra de Egipto, Yo soy Hashem vuestro D's" (Vaikrá 23, 42-43).
¿Por qué es necesario que habitemos en cabañas, para saber que así hizo Hashem con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto?
¿Acaso la mera información que así sucedió, no debería de bastarnos y sernos más que suficiente?
La respuesta es que no. Que no alcanza con saber intelectualmente aquello que sucedió.
¿Y por qué no no alcanza?
Porque cuando la Torá expresa que el objetivo es que sepamos algo, no se está refiriendo unicamente a que intelectualmente hayamos asimilado una determinada información, sino a que ello dicha "información" se transforme en una parte intrínseca y esencial de nosotros mismos, en una parte absolutamente inherente e inseparable de nuestra propia identidad.
Es por ello, que si queremos que nuestros hijos y nuestras familias tengan una identidad judía sólida y firme, no podemos conformarnos simplemente con transmitirles información acerca de nuestro Judaísmo, ni tampoco conformarnos con hablarles acerca de la importancia de tener una identidad judía fuerte y sentirnos genuinamente judíos!
¿Y por qué no podemos conformarnos con elllo?
Porque sentimiento e identidad no es algo que se puede imponer, ni tampoco transmitir a través del sólo hecho de decir que es importante.
En otras palabras, si queremos que el sentimiento judío se despierte y la identidad judía se consolíde, debemos de transmitir conocimientos y permitir experimentar vivencias, que tengan el poder de lograr dicho objetivo, pues sólo cuando el estudio en profundidad es combinado con la vivencia, se puede generar, despertar y fortalecer la conciencia y la identidad judías ...
Y si el "riesgo" de ello es que se identifiquen tanto, que finalmente deseen retornar a las fuentes judías y vivir su Judaísmo plenamente, dichosos de nosotros que fue ese el camino que eligieron, en lugar de entrar en las tristes estadísticas de la apatía y la asimilación.
¿Por qué es necesario que habitemos en cabañas, para saber que así hizo Hashem con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto?
¿Acaso la mera información que así sucedió, no debería de bastarnos y sernos más que suficiente?
La respuesta es que no. Que no alcanza con saber intelectualmente aquello que sucedió.
¿Y por qué no no alcanza?
Porque cuando la Torá expresa que el objetivo es que sepamos algo, no se está refiriendo unicamente a que intelectualmente hayamos asimilado una determinada información, sino a que ello dicha "información" se transforme en una parte intrínseca y esencial de nosotros mismos, en una parte absolutamente inherente e inseparable de nuestra propia identidad.
Es por ello, que si queremos que nuestros hijos y nuestras familias tengan una identidad judía sólida y firme, no podemos conformarnos simplemente con transmitirles información acerca de nuestro Judaísmo, ni tampoco conformarnos con hablarles acerca de la importancia de tener una identidad judía fuerte y sentirnos genuinamente judíos!
¿Y por qué no podemos conformarnos con elllo?
Porque sentimiento e identidad no es algo que se puede imponer, ni tampoco transmitir a través del sólo hecho de decir que es importante.
En otras palabras, si queremos que el sentimiento judío se despierte y la identidad judía se consolíde, debemos de transmitir conocimientos y permitir experimentar vivencias, que tengan el poder de lograr dicho objetivo, pues sólo cuando el estudio en profundidad es combinado con la vivencia, se puede generar, despertar y fortalecer la conciencia y la identidad judías ...
Y si el "riesgo" de ello es que se identifiquen tanto, que finalmente deseen retornar a las fuentes judías y vivir su Judaísmo plenamente, dichosos de nosotros que fue ese el camino que eligieron, en lugar de entrar en las tristes estadísticas de la apatía y la asimilación.
Santidad y Honestidad
Por Rav Marc Angel
Traducción Myriam Frydman
"Y no profanareis Mi santo nombre, y Yo seré santificado entre los hijos de Israel; Yo soy el Señor que os santifico, que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; Yo soy el Señor"
—Vayikrá 22:32-33
Se nos ordena santificar el nombre de Dios viviendo vidas justas y piadosas. Se nos ordena no profanar el nombre de Dios a través de un comportamiento inapropiado. La Torá agrega las palabras: “Yo soy el Señor”. Esta frase nos recuerda que nosotros somos responsables ante Dios. Podemos tratar de engañar a los demás; incluso podemos tratar de engañarnos a nosotros mismos; pero no podemos engañar a Dios. Las personas encuentran maneras de racionalizar su comportamiento, y de justificarse a sí mismas —aun cuando su conducta no sea adecuada. La Torá nos dice: debemos ser muy cuidadosos al evaluar nuestras motivaciones y el impacto de nuestras palabras y acciones.
“Yo soy el Señor”, quien no puede ser engañado.
Se dice del Arí HaKadosh, Rabí Itzjak Luria, que él no recitaba sus oraciones de la tarde sin antes haberles pagado a los trabajadores a quienes les debía dinero. Su razonamiento era: ¿cómo puedo comparecer ante Dios en oración si no me comporto honradamente pagándoles a los trabajadores a tiempo? El gran sabio del siglo XIX, Rabí Israel Salanter, quien era conocido por ser altamente sensible a los sentimientos de los demás, enseñaba que una persona no podía presentarse honestamente delante de Dios si él o ella se descuidaba en mostrar respeto y aprecio hacia sus semejantes.
Alcanzar la santidad es una aspiración elevada; nosotros damos pasos hacia la santidad cuando actuamos con integridad y con sensibilidad hacia las necesidades y sentimientos de los demás.
Se cuenta una historia de Harmon Hendricks, una de las principales figuras de la comunidad judía de Nueva York de comienzos del siglo XIX. Él era un donante importante de la Congregación Shearith Israel —que era la única congregación judía de Nueva York entre 1654 y 1825. En aquellos días, las donaciones y las cuotas de la sinagoga (por lo general pagadas en efectivo) eran cobradas por el Shamash de la congregación. Una vez, el Shamash llegó a la casa de Harmon Hendricks para cobrar el pago, pero Hendricks no tenía a la mano suficiente dinero en efectivo, y le hicieron falta dos centavos para el pago. El Shamash le dijo que él no tenía que preocuparse por los dos centavos.
Harmon Hendricks se quedó aterrado. Le dijo al Shamash: este no es su dinero y usted no tiene ningún derecho de perdonar la deuda; le pertenece a la sinagoga, la deuda es cien por ciento sagrada y debe ser pagada en su totalidad. Si usted me perdona a mí dos centavos, a la próxima persona le va a perdonar dos dólares, y a la siguiente, doscientos dólares. Cuando nosotros percibimos la santidad de nuestras obligaciones, deseamos hacer lo correcto y no tomar atajos. Yo debo dos centavos, y voy a pagar los dos centavos.
Harmon Hendricks comprendía la santidad de pagar las obligaciones, de apoyar a la sinagoga y a la comunidad. Él habría estado enojado con aquellos que no pagaban sus deudas a tiempo, y que no hacían los pagos de una manera puntual y generosa para apoyar a las instituciones religiosas de la comunidad judía. ¿Cómo podrían comparecer ante Dios en oración esas personas, si eran deficientes en el cumplimiento de sus obligaciones para con sus semejantes y sus comunidades?
Las Metas y Nuestras Almas
Alguien me regaló un reloj. Yo le instalé una pila y lo coloqué en un estante en mi oficina. El reloj hace tic-tac y el segundero hace círculos completos cada 60 segundos. ¡El problema es que las manecillas que indican los minutos y las horas no se mueven! Siempre es la misma hora.
Yo conservo ese reloj, porque parece como si estuviera ofreciendo una parodia de la vida. Aparentemente se encuentra en continuo movimiento, pero solo está dando vueltas. Nunca avanza. A veces la vida puede ser así: nuestros corazones palpitan, nuestras piernas caminan—pero parecemos estar estancados espiritualmente en el mismo sitio. Nos encontramos a nosotros mismos corriendo en círculos, sin avanzar.
El judaísmo busca mantenernos alerta espiritualmente. Sus numerosas mitzvot tienen por objeto estimular el desarrollo espiritual. Nuestras oraciones y bendiciones diarias y nuestra observancia semanal del Shabat pretenden energizarnos, ayudarnos a mantenernos frescos y vivos y a seguir creciendo. La Parashat Emor incluye las leyes relativas a los días sagrados. La Torá se refiere a ellos como “mikrae-kodesh”, días de convocación santa. Si hemos caído en una rutina diaria o semanal, esos días sagrados nos congregan y nos proporcionan una nueva dosis de santidad. Son días especiales, que generan sentimientos de anticipación y renovación.
El judaísmo nos brinda todas las oportunidades para evitar que nos volvamos como relojes que no avanzan. La Torá nos estimula, nos hace recordar, y nos inspira a seguir creciendo espiritualmente, y a mantener un vivo sentido de admiración y entusiasmo por la vida.
Las personas tienden a dar vueltas sobre lo mismo cuando no saben hacia donde van. Si una persona vive la vida al azar, sin trazarse metas, nunca sabrá realmente si él o ella han avanzado. Es conveniente, tanto espiritual como emocionalmente, tener metas —y trabajar por ellas de una manera enfocada. Una vez que esas metas han sido cumplidas, tenemos que perseguir nuevos objetivos. La vida es un proceso continuo en el cual debemos seguir adelante.
Por ejemplo, podríamos tomar la decisión de concentrarnos más profundamente en una bendición o plegaria; cuando lo hayamos logrado, podemos elegir otra bendición o plegaria para nuestra meditación. Podríamos dedicar algún tiempo a hacer obras de caridad y actos de bondad; podemos calcular cuánto tiempo donamos, y si nos trazamos nuestras propias metas, podemos aumentar la cantidad y la calidad de nuestro trabajo. Otra posibilidad sería dedicar una cantidad específica de tiempo al estudio de la Torá, a la lectura de libros de valor religioso judío, a la investigación de un tema del judaísmo sobre el cual deseamos saber más. Podemos evaluar nuestro progreso. Nosotros sabemos que cuando alcanzamos una meta, tenemos que decidir cuál va a ser nuestro próximo objetivo. Si seguimos esta pauta durante muchos años, podremos ver realmente hasta qué punto hemos avanzado…y cuánto más tenemos que avanzar.
Yo de verdad estoy muy contento de tener mi nuevo reloj en mi oficina. No me señala la hora correcta, pero me recuerda cuán importante es el tiempo, y cómo es de vital que utilicemos nuestro tiempo de una manera significativa, enfocada. Después de todo, nadie quiere llegar a ser como un reloj que corre en círculos, sin avanzar.
Traducción Myriam Frydman
"Y no profanareis Mi santo nombre, y Yo seré santificado entre los hijos de Israel; Yo soy el Señor que os santifico, que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; Yo soy el Señor"
—Vayikrá 22:32-33
Se nos ordena santificar el nombre de Dios viviendo vidas justas y piadosas. Se nos ordena no profanar el nombre de Dios a través de un comportamiento inapropiado. La Torá agrega las palabras: “Yo soy el Señor”. Esta frase nos recuerda que nosotros somos responsables ante Dios. Podemos tratar de engañar a los demás; incluso podemos tratar de engañarnos a nosotros mismos; pero no podemos engañar a Dios. Las personas encuentran maneras de racionalizar su comportamiento, y de justificarse a sí mismas —aun cuando su conducta no sea adecuada. La Torá nos dice: debemos ser muy cuidadosos al evaluar nuestras motivaciones y el impacto de nuestras palabras y acciones.
“Yo soy el Señor”, quien no puede ser engañado.
Se dice del Arí HaKadosh, Rabí Itzjak Luria, que él no recitaba sus oraciones de la tarde sin antes haberles pagado a los trabajadores a quienes les debía dinero. Su razonamiento era: ¿cómo puedo comparecer ante Dios en oración si no me comporto honradamente pagándoles a los trabajadores a tiempo? El gran sabio del siglo XIX, Rabí Israel Salanter, quien era conocido por ser altamente sensible a los sentimientos de los demás, enseñaba que una persona no podía presentarse honestamente delante de Dios si él o ella se descuidaba en mostrar respeto y aprecio hacia sus semejantes.
Alcanzar la santidad es una aspiración elevada; nosotros damos pasos hacia la santidad cuando actuamos con integridad y con sensibilidad hacia las necesidades y sentimientos de los demás.
Se cuenta una historia de Harmon Hendricks, una de las principales figuras de la comunidad judía de Nueva York de comienzos del siglo XIX. Él era un donante importante de la Congregación Shearith Israel —que era la única congregación judía de Nueva York entre 1654 y 1825. En aquellos días, las donaciones y las cuotas de la sinagoga (por lo general pagadas en efectivo) eran cobradas por el Shamash de la congregación. Una vez, el Shamash llegó a la casa de Harmon Hendricks para cobrar el pago, pero Hendricks no tenía a la mano suficiente dinero en efectivo, y le hicieron falta dos centavos para el pago. El Shamash le dijo que él no tenía que preocuparse por los dos centavos.
Harmon Hendricks se quedó aterrado. Le dijo al Shamash: este no es su dinero y usted no tiene ningún derecho de perdonar la deuda; le pertenece a la sinagoga, la deuda es cien por ciento sagrada y debe ser pagada en su totalidad. Si usted me perdona a mí dos centavos, a la próxima persona le va a perdonar dos dólares, y a la siguiente, doscientos dólares. Cuando nosotros percibimos la santidad de nuestras obligaciones, deseamos hacer lo correcto y no tomar atajos. Yo debo dos centavos, y voy a pagar los dos centavos.
Harmon Hendricks comprendía la santidad de pagar las obligaciones, de apoyar a la sinagoga y a la comunidad. Él habría estado enojado con aquellos que no pagaban sus deudas a tiempo, y que no hacían los pagos de una manera puntual y generosa para apoyar a las instituciones religiosas de la comunidad judía. ¿Cómo podrían comparecer ante Dios en oración esas personas, si eran deficientes en el cumplimiento de sus obligaciones para con sus semejantes y sus comunidades?
Las Metas y Nuestras Almas
Alguien me regaló un reloj. Yo le instalé una pila y lo coloqué en un estante en mi oficina. El reloj hace tic-tac y el segundero hace círculos completos cada 60 segundos. ¡El problema es que las manecillas que indican los minutos y las horas no se mueven! Siempre es la misma hora.
Yo conservo ese reloj, porque parece como si estuviera ofreciendo una parodia de la vida. Aparentemente se encuentra en continuo movimiento, pero solo está dando vueltas. Nunca avanza. A veces la vida puede ser así: nuestros corazones palpitan, nuestras piernas caminan—pero parecemos estar estancados espiritualmente en el mismo sitio. Nos encontramos a nosotros mismos corriendo en círculos, sin avanzar.
El judaísmo busca mantenernos alerta espiritualmente. Sus numerosas mitzvot tienen por objeto estimular el desarrollo espiritual. Nuestras oraciones y bendiciones diarias y nuestra observancia semanal del Shabat pretenden energizarnos, ayudarnos a mantenernos frescos y vivos y a seguir creciendo. La Parashat Emor incluye las leyes relativas a los días sagrados. La Torá se refiere a ellos como “mikrae-kodesh”, días de convocación santa. Si hemos caído en una rutina diaria o semanal, esos días sagrados nos congregan y nos proporcionan una nueva dosis de santidad. Son días especiales, que generan sentimientos de anticipación y renovación.
El judaísmo nos brinda todas las oportunidades para evitar que nos volvamos como relojes que no avanzan. La Torá nos estimula, nos hace recordar, y nos inspira a seguir creciendo espiritualmente, y a mantener un vivo sentido de admiración y entusiasmo por la vida.
Las personas tienden a dar vueltas sobre lo mismo cuando no saben hacia donde van. Si una persona vive la vida al azar, sin trazarse metas, nunca sabrá realmente si él o ella han avanzado. Es conveniente, tanto espiritual como emocionalmente, tener metas —y trabajar por ellas de una manera enfocada. Una vez que esas metas han sido cumplidas, tenemos que perseguir nuevos objetivos. La vida es un proceso continuo en el cual debemos seguir adelante.
Por ejemplo, podríamos tomar la decisión de concentrarnos más profundamente en una bendición o plegaria; cuando lo hayamos logrado, podemos elegir otra bendición o plegaria para nuestra meditación. Podríamos dedicar algún tiempo a hacer obras de caridad y actos de bondad; podemos calcular cuánto tiempo donamos, y si nos trazamos nuestras propias metas, podemos aumentar la cantidad y la calidad de nuestro trabajo. Otra posibilidad sería dedicar una cantidad específica de tiempo al estudio de la Torá, a la lectura de libros de valor religioso judío, a la investigación de un tema del judaísmo sobre el cual deseamos saber más. Podemos evaluar nuestro progreso. Nosotros sabemos que cuando alcanzamos una meta, tenemos que decidir cuál va a ser nuestro próximo objetivo. Si seguimos esta pauta durante muchos años, podremos ver realmente hasta qué punto hemos avanzado…y cuánto más tenemos que avanzar.
Yo de verdad estoy muy contento de tener mi nuevo reloj en mi oficina. No me señala la hora correcta, pero me recuerda cuán importante es el tiempo, y cómo es de vital que utilicemos nuestro tiempo de una manera significativa, enfocada. Después de todo, nadie quiere llegar a ser como un reloj que corre en círculos, sin avanzar.
Para tener en cuenta: la libertad de ser diferente
El capítulo 23 de nuestra perashá semanal nos ofrece un pormenorizado detalle del ciclo anual bíblico, en relación a las celebraciones y festividades. Iniciando los "Mikraé Kodesh", es decir, las "Convocatorias
Sagradas" -así son llamados los tiempos para celebrar en nuestra Torá-, se encuentra el Shabat, que regresa semana tras semana al seno de la familia judía, trayendo con su ingreso el regalo de Shalom Bait: nada más y nada
menos que la "armonía y pacificación de nuestros hogares", proponiéndonos encuentros, diálogos, afectos... Los versículos siguientes nos ofrecen una descripción de la "Fiesta de las Matsot", Pesaj, y también del tiempo que senalaba la "Fiesta de recolección y ofrenda de los bicurím" (las Primicias o primeros frutos del campo, que en nuestros días es Jag Ha-Shabuot). Desde ellas avanzamos hasta Rosh Hashaná, denominado en nuestra perashá
como "Zijrón Teruá". Lo que continúa, por supuesto, es Iom Hakipurím, con su característica esencial del ayuno y del perdón. Sucot cierra la lista, concluyendo el circuito celebratorio. Hoy no queremos dedicar nuestro comentario a una fiesta sino más bien a un puente "imaginario" entre dos de ellas. Es un puente de días y semanas constituido específicamente por 49 días o 7 semanas, y que recibe el nombre de Sefirá.El precepto de "Sefirát HaOmer" que cumplimos entre Pesaj y Shabuot constituye un tiempo muy particular que va más allá del trámite administrativo de contar los cincuenta días que separan (o mejor dicho, que
unen) la libertad con la Entrega de la Torá. ?
Sagradas" -así son llamados los tiempos para celebrar en nuestra Torá-, se encuentra el Shabat, que regresa semana tras semana al seno de la familia judía, trayendo con su ingreso el regalo de Shalom Bait: nada más y nada
menos que la "armonía y pacificación de nuestros hogares", proponiéndonos encuentros, diálogos, afectos... Los versículos siguientes nos ofrecen una descripción de la "Fiesta de las Matsot", Pesaj, y también del tiempo que senalaba la "Fiesta de recolección y ofrenda de los bicurím" (las Primicias o primeros frutos del campo, que en nuestros días es Jag Ha-Shabuot). Desde ellas avanzamos hasta Rosh Hashaná, denominado en nuestra perashá
como "Zijrón Teruá". Lo que continúa, por supuesto, es Iom Hakipurím, con su característica esencial del ayuno y del perdón. Sucot cierra la lista, concluyendo el circuito celebratorio. Hoy no queremos dedicar nuestro comentario a una fiesta sino más bien a un puente "imaginario" entre dos de ellas. Es un puente de días y semanas constituido específicamente por 49 días o 7 semanas, y que recibe el nombre de Sefirá.El precepto de "Sefirát HaOmer" que cumplimos entre Pesaj y Shabuot constituye un tiempo muy particular que va más allá del trámite administrativo de contar los cincuenta días que separan (o mejor dicho, que
unen) la libertad con la Entrega de la Torá. ?
Qué queremos significar? Nuestra Torá nos ordena: "Y contaréis para vosotros, al día siguiente de la celebración... hasta el día siguiente de la séptima semana, contaréis cincuenta días". La práctica halájica nos ensena que, a partir de la Segunda Noche de Pesaj y hasta la Víspera de Shabuot, dirá cada integrante del pueblo de Israel, en el transcurso de la oración de Arbit, la bendición sobre la Cuenta (Sefirá) del Omer, pronunciando él mismo y en voz alta el número "ordinal" correspondiente a ese día. Por ejemplo, en el día 23 de la Sefirá, dirá: "Hoy es el día 23, que corresponde a 3 semanas y 2 días del Omer". Así es como se desarrolla en la práctica esta Mitsvá que, como dijimos, tiene lugar cada día y hoy en día. Pero, ?cuál es el sentido y el mensaje que se ocultan tras ella? ?Qué se nos está pidiendo e insinuando desde los
versículos bíblicos para quienes como nosotros vivimos pendientes del tiempo, aunque a veces "sin tenerlo en cuenta"? Y siendo que hoy disponemos de múltiples calendarios, agendas manuales y
electrónicas, etcétera, ?es tan necesaria la reiteración, noche a noche, de "cada día que pasa"? Preguntas y más preguntas. Lo cierto es que ésta es una mitsvá muy particular no siempre "tenida en cuenta", y que nos costaría
muy poco el poder cumplirla: ante todo, disponer de un ratito, cada noche, para poder contar. Escribe el autor de Parashá u-Pishrá, Moshé Grilak , al respecto: "Si revisamos los diferentes comentarios vertidos a lo largo de los siglos, veremos una definida tendencia a fijar una conceptualización en lo que a Libertad e Independencia Nacional se refiere, así como su correcto posicionamiento en la vida individual y colectiva del pueblo hebreo. Pesaj
significa para los judíos, la salida de Egipto. Tras cientos de anos de sufrimientos, discriminación y exilio, el pulmón del cuerpo social judío respiró un aire pleno de libertad. E inmediatamente, al día siguiente de la
Redención - "Gueulá"-, aún embriagados con el aroma de la libertad en flor, se le informa al pueblo judío esta mitsvá de la Sefirá, o sea, la "cuenta", como advirtiéndoles: !despacito, senores, el objetivo aún no fue alcanzado;aún no habéis llegado al reparo espiritual como tampoco a vuestra herencia terrenal! !La libertad alcanzada no es el final del camino sino el mismísimo comienzo, el primer paso! La libertad es el cimiento del edificio, pero no el edificio en sí. Ahora estamos en camino; en camino al Monte Sinaí, donde la Ley de D-s, transmitida por Su Palabra habrá de ser escuchada ("Nishmá" - "Oiremos") y recibida ("Naasé" - "Haremos"). Aquí habrán de alcanzar una nueva dimensión; la más necesaria e imprescindible, tal vez, para el ser; la madre de todas las libertades, es decir, libertad de espíritu y no tan sólo del cuerpo. Debemos comprender entonces que este precepto de llevar "la cuenta"
meticulosa de días y semanas, tiene como meta el instalar a nivel consciente el fenómeno de la libertad y sus fases. Su acción, lenta aunque progresiva, deberá llevar a hacer crecer la aspiración de libertad desde el mínimo grado de consecución, hasta el máximo punto de su consagración, que se manifiesta, indudablemente, cuando a ese ser libre se lo alimenta desde adentro y no tan sólo por "romper cadenas temporales de esclavitud" externas.La "Sefirá", este poder contar nuestro propio tiempo, evoca en cada uno, un potencial muy singular: estar preparados desde nuestra dimensión interior, desde la fuerzas que nacen en el alma (no en los músculos), a permanecer de
pie frente a un imaginario Monte para percibir que la Torá, que el ser judío, va mucho más allá del "sentirse libre" en cualquier circunstancia de tiempo y espacio. No serán las naciones que nos albergan en nuestras
diásporas, las únicas que garanticen nuestra condición de seres libres, no. Nada más alejado de eso. Se es libre sólo cuando cada uno, contando su propio tiempo, encuentra los días y las semanas que lo acercan a un lugar, un instante, una eternidad... Al recibir la Torá es cuando la libertad ya no se discute. Al aceptar -como pueblo y como individuos- que la Ley y de Quien ella emana, es la garantía de mi progresión como ser humano, puedo comenzar a afirmar quien soy y aquello que soy. Así es la Sefirá, la Cuenta de la cual hablamos. No sólo es unir una fecha con otra, dos momentos en el calendario, dos fiestas de un ciclo reiterativo. No, nada de eso. Cada ano, durante cada "Mikrá Kodesh", se nos regala esta posibilidad: hablar en forma diferente, sentir en forma diferente, intentar marcar la diferencia (si es que lo logramos). Ser "diferente", desgraciadamente para muchos, por fortuna para nosotros,
no significa "ser mejor" sino "ser humano" y luchar por lo distintivo de cada ser para, más tarde, hallar los "puntos en común". Aunque no lo parezca. Sólo sabiendo "quién soy" podré comprender al otro que es. Aunque no piense ni sienta igual que yo. Ése es a mi entender el principio de la libertad. Porque a la libertad del cuerpo (la Fiesta de Pesaj), debe sucederle, necesariamente, la libertad del alma: y cuando ambas se dan un abrazo
fuerte, dejan nacer su producto genuino aunque, a veces, incomprendido: la libertad de ser diferente. Allí está la Cuenta del Omer. Se nos pide "contar" cada día porque cada día trae consigo lo suyo, tanto como cada semana. Porque por más que queramos hacer de la vida un gráfico lineal y chato, Ud. sabe que ese gráfico así presentado no habla de vida, precisamente. Si tomamos en cuenta este precioso tiempo, parece insinuarnos la Torá,habremos logrado dar un paso importantísimo en nuestras vidas: crecer. Como la esperanza. Como la moralidad que debe acompanar cada acto. Como la humanidad que debe quedar expuesta en el Kodesh, es decir, en lo Sagrado.
?Existe algo más sagrado que el tiempo de nuestra vida? Por eso la Sefirá nos propone el encuentro. Tomando "distancia", es cierto, pero sabiendo que el día, ese día cincuenta en la vida, siempre llega. Y no debe sorprendernos.
Preparémonos para ir a su encuentro. La Sefirá nos espera...
versículos bíblicos para quienes como nosotros vivimos pendientes del tiempo, aunque a veces "sin tenerlo en cuenta"? Y siendo que hoy disponemos de múltiples calendarios, agendas manuales y
electrónicas, etcétera, ?es tan necesaria la reiteración, noche a noche, de "cada día que pasa"? Preguntas y más preguntas. Lo cierto es que ésta es una mitsvá muy particular no siempre "tenida en cuenta", y que nos costaría
muy poco el poder cumplirla: ante todo, disponer de un ratito, cada noche, para poder contar. Escribe el autor de Parashá u-Pishrá, Moshé Grilak
significa para los judíos, la salida de Egipto. Tras cientos de anos de sufrimientos, discriminación y exilio, el pulmón del cuerpo social judío respiró un aire pleno de libertad. E inmediatamente, al día siguiente de la
Redención - "Gueulá"-, aún embriagados con el aroma de la libertad en flor, se le informa al pueblo judío esta mitsvá de la Sefirá, o sea, la "cuenta", como advirtiéndoles: !despacito, senores, el objetivo aún no fue alcanzado;aún no habéis llegado al reparo espiritual como tampoco a vuestra herencia terrenal! !La libertad alcanzada no es el final del camino sino el mismísimo comienzo, el primer paso! La libertad es el cimiento del edificio, pero no el edificio en sí. Ahora estamos en camino; en camino al Monte Sinaí, donde la Ley de D-s, transmitida por Su Palabra habrá de ser escuchada ("Nishmá" - "Oiremos") y recibida ("Naasé" - "Haremos"). Aquí habrán de alcanzar una nueva dimensión; la más necesaria e imprescindible, tal vez, para el ser; la madre de todas las libertades, es decir, libertad de espíritu y no tan sólo del cuerpo. Debemos comprender entonces que este precepto de llevar "la cuenta"
meticulosa de días y semanas, tiene como meta el instalar a nivel consciente el fenómeno de la libertad y sus fases. Su acción, lenta aunque progresiva, deberá llevar a hacer crecer la aspiración de libertad desde el mínimo grado de consecución, hasta el máximo punto de su consagración, que se manifiesta, indudablemente, cuando a ese ser libre se lo alimenta desde adentro y no tan sólo por "romper cadenas temporales de esclavitud" externas.La "Sefirá", este poder contar nuestro propio tiempo, evoca en cada uno, un potencial muy singular: estar preparados desde nuestra dimensión interior, desde la fuerzas que nacen en el alma (no en los músculos), a permanecer de
pie frente a un imaginario Monte para percibir que la Torá, que el ser judío, va mucho más allá del "sentirse libre" en cualquier circunstancia de tiempo y espacio. No serán las naciones que nos albergan en nuestras
diásporas, las únicas que garanticen nuestra condición de seres libres, no. Nada más alejado de eso. Se es libre sólo cuando cada uno, contando su propio tiempo, encuentra los días y las semanas que lo acercan a un lugar, un instante, una eternidad... Al recibir la Torá es cuando la libertad ya no se discute. Al aceptar -como pueblo y como individuos- que la Ley y de Quien ella emana, es la garantía de mi progresión como ser humano, puedo comenzar a afirmar quien soy y aquello que soy. Así es la Sefirá, la Cuenta de la cual hablamos. No sólo es unir una fecha con otra, dos momentos en el calendario, dos fiestas de un ciclo reiterativo. No, nada de eso. Cada ano, durante cada "Mikrá Kodesh", se nos regala esta posibilidad: hablar en forma diferente, sentir en forma diferente, intentar marcar la diferencia (si es que lo logramos). Ser "diferente", desgraciadamente para muchos, por fortuna para nosotros,
no significa "ser mejor" sino "ser humano" y luchar por lo distintivo de cada ser para, más tarde, hallar los "puntos en común". Aunque no lo parezca. Sólo sabiendo "quién soy" podré comprender al otro que es. Aunque no piense ni sienta igual que yo. Ése es a mi entender el principio de la libertad. Porque a la libertad del cuerpo (la Fiesta de Pesaj), debe sucederle, necesariamente, la libertad del alma: y cuando ambas se dan un abrazo
fuerte, dejan nacer su producto genuino aunque, a veces, incomprendido: la libertad de ser diferente. Allí está la Cuenta del Omer. Se nos pide "contar" cada día porque cada día trae consigo lo suyo, tanto como cada semana. Porque por más que queramos hacer de la vida un gráfico lineal y chato, Ud. sabe que ese gráfico así presentado no habla de vida, precisamente. Si tomamos en cuenta este precioso tiempo, parece insinuarnos la Torá,habremos logrado dar un paso importantísimo en nuestras vidas: crecer. Como la esperanza. Como la moralidad que debe acompanar cada acto. Como la humanidad que debe quedar expuesta en el Kodesh, es decir, en lo Sagrado.
?Existe algo más sagrado que el tiempo de nuestra vida? Por eso la Sefirá nos propone el encuentro. Tomando "distancia", es cierto, pero sabiendo que el día, ese día cincuenta en la vida, siempre llega. Y no debe sorprendernos.
Preparémonos para ir a su encuentro. La Sefirá nos espera...
TERCERA DIMENSIÓN
En Nuestra Parashá está escrito: “Lo Tejalelú Et Shem Kodshí… Venitkadashti Betoj Bené Israel – No profanarán mi nombre santo… y me santifiqué entre los hijos de Israel.” (Levítico 22:32).
Generalmente, la traducción de la palabra Tejalelú es profanarán, pero no es una traducción exacta, ya que Jalal significa perder la santidad que había en algo. Por ejemplo, un Cohén cuando se casaba con una divorciada, sus hijos nacían Jalal, ya que había en ellos cierta santidad que perdieron. Una persona cuando se va de este mundo también se le llama Jalal, ya que se le fue el alma pura de su cuerpo. También el término Mejalel Shabat, se le aplica a los que le quitan la santidad al Shabat, a través de sus actos.
Sabido es que: “Lahashem Haaretz Umlohá – A Dios le pertenece la tierra y sus componentes”. Es decir, que Dios está en todas partes. Por eso cuando una persona peca, bien sea en su casa, en su oficina, etc. causa que la Providencia divina se aparte de ese sitio, quedando ese sitio como un Jalal, con un vacío de santidad.
Por eso está escrito: “Lo Tejalelú – No vacíen la santidad”, sino que por el contrario, Dios nos obligó a aumentar la cantidad de voltios de santidad y espiritualidad en la casa, la oficina, en la tienda y eso es lo que significa “Venitkadashti Betoj Bené Israel - y me santifiqué entre los hijos de Israel”.
Aparentemente, todo suena muy bien, pero ¿cómo podemos demostrar que existe una santidad o un vacío de santidad? ¿Acaso se siente o se ve?
Tomemos por ejemplo, dos cuartos de un edificio de oficinas, en uno pongamos a unos rabinos a estudiar Torá durante 24 horas al día y en el otro pongamos a personas a hacer pecados. Después de un año, vaciemos todos los cuartos por completo, metamos a otra persona o a diez personas a uno de los cuartos y posteriormente al otro, ¿acaso ellos van a sentir diferencia alguna? ¿Acaso van a ver a Dios en uno de los cuartos y en el otro no? ¿Quién sabe qué cuarto tiene santidad y cuál no?
Para responder todas estas preguntas debemos saber que hay cosas en el mundo que existen y existieron desde la creación, pero las personas desconocían esto, hasta que vinieron unos científicos e inventaron aparatos que captan estas cosas. Por ejemplo, hace 200 años si decías a alguien que había ondas en el aire, te hubiera dicho que estás loco, o si hubieras dicho que en la piel se encuentran los genes y que de ellos se puede fabricar una persona igual, a través de la clonación, de seguro que te hubiera metido a un centro de asistencia siquiátrica. Si le decías que en una gota de sangre hay glóbulos rojos y blancos, y hay muchas otras cosas más, de seguro te hubieran dicho que no es posible, ya que ellos veían solamente una gota roja de sangre.
Ahora bien, el hecho de que no te creyeron, no sabían eso, o no podías demostrarlo, no implicaba que no existían. Es decir, existían pero todavía no teníamos los medios para demostrarlo, hasta que recientemente se inventaron los diferentes aparatos, como para captar ondas, la radio; o microscopios para captar los glóbulos en la sangre, etc.
Hasta hoy en día todavía existen cosas según los científicos y todavía no han podido demostrarlo, es decir, existen en teoría, pero el pueblo duda de ellos, pero el día que lo demuestren todos les creerán. Sin embargo hay científicos y sabios que lo creen antes de su demostración, ya que si tal científico lo dijo, seguro que es cierto, porque se destaca por ser una persona muy sabia y seria en sus cosas.
Así ocurre con la espiritualidad. Cuando la Torá dice algo, las personas no lo creen, dudan de ella y cuando nuestros sabios dicen, algo dudan de ellos, porque no conocen la grandeza de su sabiduría, no conocen a Rabí Shimón Bar Yojai, a Abayé, a Rabí Yehoshua, y muchos más como ellos.
Por ejemplo, está escrito que Rabí Itzjak Luria, hace 450 años, cuando caminaba por Safed o por el norte de Israel, iba diciendo aquí está enterrado el Taná X y aquí el Amorá X y así sucesivamente fue revelando donde estaban enterrados muchísimos rabinos de la época del Talmud. Seguramente, si alguien hubiera estado ahí con él, hubiera dicho que no era posible que este rabino supiera donde estaba enterrado cada sabio.
Pero los que conocemos la grandeza de ese rabino, aunque no se ha inventado un aparato que demuestre si es correcto o no lo dicho por él, creemos ciegamente en sus palabras.
Cuanto y más, si Dios nos dice algo en su santa Torá, debemos cumplirlo, ya que nosotros sí sabemos que la Torá es de origen divino, y por eso creemos que existen cosas, aunque no las vemos, no las escuchamos, no las olemos, o no las palpamos. Pero aquellos que piensan que la Torá fue escrita por una persona que estaba aburrida, no creerán nada de lo que hay en ella escrito, hasta que se les demuestre.
Queramos o no, hay cosas que no sentimos, no vemos, no olemos, que están en este mundo, pero en otra dimensión. Todos buscan adónde están los cielos, el paraíso. No saben que lo tienen a su lado, pero no tienen cómo verlo, cómo oírlo. Pero Dios, la Torá y nuestros sabios que son los científicos del alma, lo dijeron y por eso les creemos.
Por ejemplo, encontramos que la Torá nos dice dónde estaba ubicado el paraíso. Según los mapas, coincide aproximadamente con lo que hoy en día es Irak; el paraíso desde la época de Adam y Havá no se ha mudado, ha permanecido siempre ahí, nada más que en otra dimensión. El libro Ain Yehudí, explica que Dios no expulsó a Adam del paraíso, sino que se lo escondió. Es decir, Adam y Havá estaban en medio del paraíso cuando de repente Dios los traspasó a una tercera dimensión, y en vez de ver ríos y vegetación, se encontraron en un desierto desolado y sin árboles. Desde entonces, el paraíso ha permanecido en ese mismo sitio, mas no podemos captarlo.
Nos relata el libro de Reyes que, cuando el profeta Elisha y su alumno iban caminando, de repente se encontraron, a lo lejos, con el ejército del rey Sanjerib que quería atacar a Israel. En ese momento, el alumno se asustó y Elisha estaba muy tranquilo. El alumno le preguntó: ¿acaso no tiene miedo? El profeta le dijo que no y le pasó sus dedos por los ojos permitiéndole ver otro ejército, mayor al del rey Sanjerib, un ejército de ángeles que lucharían a favor de Israel. Así fue como, de repente, todos los soldados de Sanjerib murieron, sin ninguna explicación, sorpresivamente.
Vemos de esta historia del Tanaj, que hay cosas que están frente a los ojos pero son imperceptibles.
La Torá también nos relata acerca de Hagar, la esposa de Abraham, quien iba a morir de sed en el desierto, hasta que Dios “Abrió sus ojos” y vió un manantial frente a ella. No está escrito que creó un manantial, sino que abrió los ojos de Hagar y vió el agua. Es decir, que ya estaba ahí, lo único es que no se podía ver.
Así es también con el escuchar. Está escrito en la Guemará que, diariamente, sale una voz del Monte de Sinaí, diciendo: ¡Qué lastima que mis hijos no cuidan ni estudian la Torá! En la época de los Tanaítas, escuchaban esa voz, pero ahora somos sordos y no la escuchamos más porque no tenemos el merito suficiente y solamente escuchamos voces de tercera dimensión.
El Meam Loez explica el versículo del Tehilim, Perek 19, “Hashamayim Mesaperim Kebod El – Los cielos relatan el honor de Dios”. Toda la creación, diariamente, le canta a Dios, cuando sale el sol. Si tuviéramos la capacidad de escuchar esa canción, no tendríamos la fuerza de siquiera levantarnos de tanta emoción. Por eso nos esforzamos en rezar muy temprano en las mañanas, para que nuestros rezos suban con la canción de la creación, y sean escuchados. A pesar de que nuestros oídos también estén limitados, nuestros científicos espirituales nos revelaron que así es.
Lo mismo nos ocurre con el sentido del olfato. Una vez, Eliyahu Hanabí iba caminando con un rabino y pasaron al lado de un animal muerto; el rabino se tapó la nariz por el mal olor y Eliyahu Hanabí no. Después continuaron caminando y Eliyahu Hanabí se tapó la nariz y el rabino, no. El rabino le preguntó a Eliyahu Hanabí: ¿Qué pasó? Le respondió: ese hombre que está más adelante huele muy mal, ya que está lleno de pecados.
Igualmente esta escrito que el Mashiaj podrá reconocer a los hombres justos de los que no, a través del olor. No importa si no se bañan, si son justos los reconocerá y por más que se eche litros de perfume, si son malvados también los reconocerá.
Ese olor todavía existe en nuestros días, pero no lo olemos porque estamos en tres dimensiones, mas hubo los que sí pudieron captar ese olor a paraíso. En un libro leí acerca de la historia de un rabino llamado Samuel, hijo del Tzemaj Tzedek, que era una persona muy justa y recatada. Una vez, viajó a la ciudad de Belz, el Shabat fue a la sinagoga del rabino principal de la ciudad, el rabino Sar Shalom y en Seudá Shelishit se paró en una esquina del salón. El rabino Sar Shalom era ciego, pero sus alumnos siempre lo guiaban hasta su silla para sentarlo. Cuando llegó a la puerta del salón, se detuvo y dijo: Aquí hay un olor especial. Empezó a caminar entre los alumnos hasta que llegó a donde estaba el hombre tan justo y recatado, el rabino Samuel. Le dijo que lo honrara sentándose a su lado y que no se escondiera más.
Para resumir, debemos saber que la santidad y la impureza existen, nos envuelven y si lo vemos o no, la realidad no cambia. Así también el mundo espiritual está debajo de nuestras narices, incluso que no lo vemos, no lo olemos, no lo palpamos. Cuando rezamos en la sinagoga, sabemos que Dios está frente a nosotros, tal y como está escrito: “Da Lifné Mi Atá Omed, Lifné Melej Maljé Hamalajim Hakadosh Barujú – Debes saber ante quién estás parado, ante el rey de reyes, el Santo Bendito Sea.
El hecho de que no tengamos el telescopio, la antena o cualquier aparato que nos corrobore esto, no implica que sea solamente una teoría, porque si así fuera no iríamos a rezar, los días de semana, los Shabat, las Pascuas o Yom Kipur, a la sinagoga.
Por eso debemos llenar nuestras casas con mucha santidad y pureza, para que no sea un centro de Jilul Hashem – Vacío de Dios, sin su presencia. Una casa en la que se reza, se bendicen los alimentos antes y después de comerlos, se estudia Torá, es una casa llena de santidad. Quizás no la sintamos, digo quizás porque algo especial siempre se percibe. Como dice la Guemará “Ihu Lo Haza, Mazla Haza – Él no ve, su conciencia sí ve” ( ). Es decir, quizás tú no lo sientes, pero tu alma sí lo siente. A veces sentimos una alegría interna y no sabemos por qué; eso es consecuencia de lo que te está rodeando en ese momento.
“Que sea la voluntad de Dios que nuestras casa y todos los lugares donde nos encontramos generalmente, estén siempre llenos de santidad y pureza, y si vaciamos la santidad de esos sitios (Dios no lo permita), que volvamos a llenarlos con más santidad y pureza que antes. Amén.”
Rab. Amram Anidjar
PERASHAT EMOR
“Ninguno de ustedes se hará impuro entre su gente por una persona fallecida”. (Vaikrá 21:1)
Una de las funciones que tenía el Cohén, era el ser modelo de pureza y perfección dentro del Pueblo de Israel. El contacto con la muerte lo contaminaba y le impedía cumplir con sus sagrados deberes. Existen dos situaciones en las que un Cohén se debe impurificar: La primera consiste en que si le informan acerca del fallecimiento de alguno de sus siete parientes más cercanos (esposa, padre, madre, hijo, hija, hermano y hermana soltera), debe guardar luto por el difunto y acompañar el féretro hasta la sepultura. La segunda: el Cohen tiene permiso de impurificarse en caso que se presente un Met Mitzvá. Esto es, si encuentra un cadáver en un lugar desierto donde no hay otra persona cercana a quien se pueda llamar para que realice el entierro. El Cohén debe entonces dar sepultura al cadáver.[1]
La Torá comienza con Jésed y termina con Jésed. Al principio, la Torá nos muestra el favor que Hashem realizó con el hombre: Hizo para el hombre y para su mujer túnicas y los vistió[2]; al final encontramos que Hashem se ocupó de sepultar a Moshé.[3] El Talmud dice: “Así como Hashem sepultó a los muertos, del mismo modo deberás, también, emularlo a Él y sepultar a los muertos”. [4] Por esto el Cohén interrumpe su servicio para ocuparse de los difuntos en cuestión.
Es tan importante esta Mitzvá, que la persona está obligada a interrumpir sus estudios de Torá para asistir a un funeral. En tanto haya gente que se hará cargo de los arreglos del funeral, una persona no necesitará interrumpir sus estudios de la Torá, hasta el preciso momento del entierro.[5] Quien viera un funeral y no se sumara a la posesión, estará pecando por “burla al pobre” y merece ser excomulgado (el muerto es como el pobre, ya que no puede cumplir Mitzvot. Una persona debe acompañar al difunto por lo menos 4 Amot (aproximadamente 2,40 mts.).[6]
Cierta vez, cuando el Rabino Israel Salanter estaba en medio de las plegarias de Shajrit, oyó una discusión en voz alta entre los dirigentes de dos Jevrá Kadishá. Una mujer pobre había fallecido, y cada una de las sociedades alegaba que era obligación de la otra sepultarla. Cuando el Rab observó que el tiempo transcurría, lo que estaba provocando desprecio a la Mitzvá. Rab Israel se quitó su Talet y los Tefilín, reunió a varios de sus alumnos, y les dijo que lo acompañaran para ir a sepultar a la mujer. El hecho de que ninguna sociedad deseaba realizar el sepelio, la convertía en una Met Mitzvá (cuando ninguna está disponible para efectuar el entierro), y cada uno debería abandonar lo que estuviera haciendo y cumplir con este Jésed final con los muertos.[7]
Cierta vez en Estados Unidos, un judío se encontraba manejando por una solitaria carretera. El viaje era muy largo y había salido de madrugada, tenía que cumplir con una importante cita de negocios y su cliente se encontraba en otra ciudad. Habían transcurrido algunas horas y el hombre comenzó a sentir cansancio, no encontraba motivo para su agotamiento, había dormido bien esa noche. A pesar de su ansiedad por llegar al destino, decidió detenerse al costado del camino para descansar un poco.
Comenzó a caminar un poco para “estirar las piernas”, voltea y observa un gran letrero que decía: “Asilo de ancianos” decidió que sería oportuno entrar, mientras descansaba un poco, buscar algún judío para visitarlo y darle así una alegría. Recordó que en su niñez su padre lo llevaba a visitar a los ancianos y esto le causaba mucha alegría. Entró al lugar, el guardia lo recibió amablemente. Preguntó si había entre los ancianos algún judío. El empleado le respondió que no, ya que el único que había, falleció ese mismo día y al día siguiente lo enterrarían en el cementerio que tenía el asilo.
El hombre entendió por qué motivo Hashem había hecho que él se detenga a descansar justo en ese lugar, ya que en sus manos estaba la Mitzvá de enterrar a este judío como era debido. “Tres atributos definen a Israel: Su modestia, su misericordia y su deseo de realizar actos de bondad”.[8] Sin dudarlo habló con el director del lugar y le pidió el cuerpo de este anciano, ya que era judío y la religión exige que sea enterrado en un cementerio judío. El director aceptó sin oponerse, y le entregó a ese hombre los documentos necesarios.
El hombre se dirigió de prisa a una ciudad cercana donde sabía que habitaba una comunidad judía y al pedir un lugar en el cementerio, le respondieron que no podrían cedérselo, ya que sólo podían recibir a los miembros de la comunidad, y puesto que los lugares escaseaban no pudieron hacer excepción. Entonces, tomó la decisión de cancelar su importante cita y manejar de regreso a su ciudad. Se dirigió a la Jevrá Kadishá y explicó la situación, ellos le respondieron que no tenían inconveniente, pero que debía obtener la autorización del encargado del cementerio local. Se dirigió de prisa a hablar con el funcionario y éste le manifestó que no tenía inconveniente en que sepultaran al anciano allí, ya que en ese cementerio había un sector especial reservado para todo aquel que no tuviera donde ser enterrado. Solamente debía cumplir con un requisito, necesitaba que consiguiera los documentos del fallecido. El hombre le mostró los documentos de identidad que había recibido en el asilo. Cuando el encargado del cementerio vio la foto y el nombre del difunto, quedó atónito. Se quedó mirando por largo rato la identificación. Sin entender la reacción del encargado, el hombre le preguntó por qué motivo se estremeció tanto. El encargado le respondió que el sector del cementerio destinado a todas las personas que no tenían donde ser enterradas había sido donado por esa misma persona. "Durante años intentamos encontrar a este hombre para agradecerle y ofrecerle nuestra ayuda, pero no pudimos encontrarlo. Pero ahora veo cómo Hashem no deja a nadie sin recibir su recompensa, pues a este hombre que se ocupó de los demás, el Todopoderosos le acreditó el mérito de poder ser enterrado como un judío". Esta conmovedora historia es un claro ejemplo del beneficio que obtenemos del Jésed verdadero, quien ofrece favor, especialmente a quien no le va a corresponder, en realidad no está dando sino tomando…. Recibes más de lo que das cuando das más de lo que recibes. © Musarito semanal
“Va andando y llorando el que carga el saco de semillas, pero habrá de venir cantando, cargado con sus gavillas.[9]
[1] Shuljan Aruj, Hiljot Abelut 374:1
[2] Bereshit, 3:21
[4] Zotá, 14a
[5] Yoré Deá, 361:1-2; Shaj, 1-2
[6] Yoré Deá, 361:3
[7] Tnuát Hamusar, vol. 1, pág. 375
[9] Tehilim 126:6
Una generación de víctimas
Hace algunas generaciones, la psicología nos dio a conocer un concepto que cambió la humanidad. Una teoría freudiana difundió que “las enfermedades mentales en los adultos son resultado de un daño provocado a la psiquis del niño, por padres que traumaron a sus hijos en una etapa crítica y temprana de su desarrollo”. Desde entonces, los padres y maestros son culpados por sus hijos y alumnos de cualquier error o fracaso en sus vidas personales. Asimismo, cada vez más gente está convencida de ser víctima de la sociedad o la cultura. Parecería que en el intento de ayudar al sofisticado ciudadano del siglo 21 a hacer paz consigo mismo, la culpa puede recaer sobre cualquiera. A pesar de esto, la historia jamás fue testigo de una generación tan depresiva como la nuestra. ¡En una encuesta reciente fue revelado que son más los adolescentes y adultos que mueren por suicidio que por todas las demás enfermedades juntas!!
La avalancha mortal
El incesante esfuerzo de los padres y los costosos inventos de los educadores, parecen no ayudar. Aunque los padres preocupados toman clases sobre educación y leen páginas enteras acerca de la crianza de los hijos, los resultados no muestran un gran adelanto. De algún modo, incluso los “frágiles pollitos” de estos padres, los dejan consternados. Para ellos, es más que frustrante ver cómo sus estrellas perfectas los enfadan al alcanzar la adolescencia. Una madre completamente entregada, cierta vez dijo con lágrimas de angustia en los ojos: “¡me hubiera sido más fácil criar a un niño con Síndrome Down que atravesar las pesadillas que sufro con mi hijo adolescente!”.
¿Existe algún modo de salir de esta confusión y este “intercambio de responsabilidades”? ¿Existe, acaso, un enfoque mejor que comprar otro juguete para los niños, un auto nuevo para los adolescentes o unas exóticas vacaciones para los padres? Un vistazo a la parashá de esta semana nos proporcionará una idea más clara de cómo Di-s espera que vivamos.
El enfoque de la Torá
Al final de nuestra parashá se relata un episodio que quizás pueda esclarecernos la cuestión. El Ben Mitzrí, hijo de un padre egipcio y una madre judía, fracasó en su intento de integrarse a la tribu de Dan, su tribu materna. Dado que la afiliación tribal se establece a través del padre, la corte de Moshé dictaminó que este hijo de padre egipcio no era calificado para pertenecer a ninguna tribu. En su frustración, el sujeto rechazado cometió el gravísimo pecado de maldecir el Nombre de Di-s (que había escuchado en el Monte Sinaí), y por eso fue condenado a lapidación. Sus verdugos serían las mismas personas que lo escucharon maldecir.
El Talmud (Sanhedrín 45b) afirma que quien maldice a Di-s es considerado un kofer (hereje). En base a esto, Rav Jaim Shmuelevitz zt”l sugiere la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que una persona que presenció la revelación Divina en el Monte Sinaí, la apertura del Mar Rojo y la milagrosa redención de Egipto, caiga repentinamente desde un nivel tan alto y actúe acorde a un ateo?
La gota que desbordó el vaso
Para entender cómo el Ben Mitzrí llegó tan lejos y tan súbitamente, debemos examinar los factores que lo llevaron a su muerte. En primer lugar, dado que su padre era egipcio, él heredó la tendencia a menospreciar a Di-s, así como lo hizo el Faraón. De su madre escogió otra tendencia que aportó a su decaimiento. De hecho, su nombre – Shlomit bat Divrí – refleja vívidamente sus acciones. Shlomit, pues saludaba con un ´Shalom´ a todos los transeúntes, incluso gente desconocida. Bat Divrí, pues todo el tiempo hablaba, proyectando una imagen seductora de sí misma. Con esta forma poco convencional, Shlomit llamó la atención de los egipcios. Su comportamiento extrovertido habrá sido reflejo de una profunda sed por el reconocimiento y aceptación social. Esta mala tendencia o cualidad fue heredada a su hijo quien, al igual que su madre, sintió una fuerte necesidad de conectarse y “pertenecer” – siendo incapaz de valerse por sí mismo. Al escuchar el veredicto de la corte de Moshé, se sintió tremendamente rechazado y abatido.
Con todo esto, Rav Jaim Shmuelevitz explica su abrupta caída a un nivel tan bajo. Cuando el Ben Mitzrí se sintió rechazado por la sociedad, perdió el dominio de sí mismo y actuó en consecuencia a su arraigada tendencia de menospreciar a Di-s. Este gravísimo pecado no le fue justificado a la luz de las circunstancias y la educación que recibió. Por el contrario, se le recordaría antes de ser lapidado a muerte: “¡eres responsable de tus acciones!” (Rashí).
¿Responsable o perdonable?
Si bien muchos de nosotros vivimos convencidos de que los rasgos y tendencias negativas no están bajo nuestro control, esto es en realidad una idea formada subconscientemente o una creencia infundada. De hecho, se trata de un error más, por el cual somos responsables, ya que Di-s nos dio las herramientas necesarias para superar nuestras deficiencias. La clave está en utilizar la bejirá jofshit, el libre albedrío, que nos confió. Un Tzélem Elokim, la persona creada a imagen y semejanza Divina, jamás es condenada a ser víctima si ejerce su libre albedrío. ¿Existe algún otro concepto que atribuya poderes como este? Ignorarlo quizás sea el error más grande de nuestra generación.
Una costosa autoestima
Es cierto que la autoestima consiste en sentirse bien con uno mismo. Es por ello que los padres de niños a quienes les cuesta seguir un ritmo normal se enfrentan con el desafío de cómo fomentar en sus hijos la autoestima. Una posibilidad consiste en decirle al niño que de acuerdo a su capacidad, los logros obtenidos son excelentes. Otra opción es decir: busquemos juntos una forma de mejorar el estudio, para que la próxima vez los resultados sean superiores. Sin duda, este último enfoque es más difícil y tedioso. Sin embargo, el primero deja el éxito prácticamente fuera del alcance del niño y, en cierto sentido, cuestiona la capacidad de Di-s o Su voluntad de ayudar al niño. (Si bien los trastornos de aprendizaje son reales, a veces los padres o maestros los utilizan como excusa para abdicar de su responsabilidad de ayudar al niño a realizar todo su potencial.)
La autoestima es más bien el creer en uno mismo que simplemente sentirse bien con uno mismo. En términos religiosos, tiene un significado más profundo aun. Es creer en el Todopoderoso que nos creó con limitaciones que debemos superar de la mejor forma posible.
Muchos padres tratan de crear una burbuja para sus hijos que atraviesan desafíos, por no confiar en que ellos pueden superarlos. Recuerdo como una madre subió a un autobús escolar para retar a los niños que se burlaban de su hijo anti-sociable. Quizás los niños hayan aprendido la lección, pero lamentablemente, el hijo de la señora jamás adquirió la habilidad de sociabilizarse y sufrió toda su vida sintiendo que quienes lo rodeaban eran culpables de sus problemas sociales.
Si bien los padres con sus buenas intenciones tratan de brindarles autoestima, actúan erróneamente. Es imposible darle a otro una autoestima duradera. La persona debe trabajarse la confianza en sí misma, que le fomentará la auto-motivación y, consecuentemente, la autoestima. Después del primer logro, después de enfrentar el mundo con éxito, el niño aspira seguir adelante para lograr algo aun mayor. Si le ocultas la verdad del mundo, cuando se de cuenta de que su versión del mundo es errónea, preferirá ser tragado por la tierra.
Esto quizás explique el motivo por el cual muchos adolescentes de nuestra generación son “un fracaso”. Muchos adolescentes con quienes converso me dicen que nunca en la vida hicieron algo que les hace sentir bien. No sienten que tienen un relato de algún éxito propio. Sus éxitos en la vida generalmente fueron consecuencia de un desencadenamiento de eventos dependientes de algo o de alguien. La realidad muestra que cuando los niños logran superar las dificultades, se sienten orgullosos de ellos mismos. Por el contrario, los niños infelices jamás se encontraron en un entorno sanamente competitivo donde pudieron auto-demostrado a sí mismos.
Más aun, no es de sorprenderse, entonces, que varios niños huérfanos y de hogares pobres y desarmados, quienes no eran dependientes, de algún modo lograron prosperar en el “juego de la vida”. Pues ya desde la infancia les fue pasada la pelota para enfrentar al mundo con todos sus desafíos.
Este concepto es aplicable también a nivel personal. Si uno se siente inspirado a tomar sobre sí la responsabilidad y correr para alcanzar el éxito, debe ser consciente y cuidarse de dos grandes enemigos: los cambios radicales y súbitos. Pues si llega a caer en manos de uno de ellos, probablemente vuelva nuevamente al punto de partida: a aceptarse a sí mismo con un nivel del cual no está satisfecho.
El padre responsable
Una forma de educar mal a los hijos, es ignorándolos. Otra forma, es siendo demasiado obsesivos con ellos. La lista de lo que no se debe hacer es muy larga y no existe una única forma de educar. Esto se debe a lo que dijo el rey Salomón: חנוך לנער על פי דרכו, educa al joven según su camino (su naturaleza). La forma correcta de educar varía según el niño y las fortalezas y debilidades del padre. También depende de otros factores significativos en cada situación. Las personas no somos máquinas, programadas para un comportamiento fijo. Así como nos cuesta conocernos a nosotros mismos, también nos es difícil imaginarnos cómo nuestros hijos nos perciben a nosotros; aun así, debemos esforzarnos por hacerlo y orientar a nuestros hijos acorde a ello. Incluso después de hacer su mayor esfuerzo en la educación de los hijos, muchos padres se desesperan cuando ven que sus hijos crecen distinto a lo esperado. Si bien podemos entenderlos, la forma de pensar de estos padres es errónea. El padre tiene la responsabilidad de hacer todo lo posible – lo mejor que puede en el momento dado y con las aptitudes que recibió. Eso es todo.
He pasado mucho tiempo hablado con adolescentes que no están de acuerdo con el “camino” de sus padres. Ellos sienten que sus padres los ignoraron o que fueron demasiado obsesivos con ellos. Y por ello, encontraron su “propio camino”.
Este “nuevo camino” elegido por el hijo, les hace a los padres auto-criticarse e incluso asumir una actitud auto-destructiva consigo mismos. Es triste ver a los padres acusando y culpándose a sí mismos por los fracasos y errores de sus hijos. Esta es una de las mayores causas de la depresión: asumir la responsabilidad por el comportamiento negativo de otro, cuando en realidad uno no tiene control sobre él. Después de tratar a jóvenes “en peligro”, llegando a conocerlos bien, muchas veces los padres me preguntan con un aire de culpabilidad: “Entonces, ¿qué es lo que hice mal?”.
Detesto esta pregunta. Me pone en compromiso. Y, la verdad es que no puedo saberlo. Hay tantos factores que le causan al niño querer distanciarse de sus padres a esta edad: la búsqueda de independencia, el síndrome de la adolescencia, la carencia de buenas amistades, el deseo de encontrar su propio camino, la inmadurez social, el pico de los cambios hormonales, etcétera. Muy a menudo, esta es sólo una fase pasajera. El joven puede recibir orientación de alguien que él elige, cuando él está dispuesto a recibir asesoramiento. La persona indicada puede ayudarle a navegar a través de esta marea y salir de ella exitosamente. Ningún ser humano puede juzgar si los padres obraron correctamente o no. Muchas veces, lo correcto para un niño no es adecuado para otro. Entonces, en lugar de asumir la responsabilidad por una pregunta que no puedo responder, cambio los papeles y les pregunto a los padres: “¿qué piensan ustedes?”. Después de una breve pausa, ellos mismos me responden: “odio esa pregunta”.
Esta semana, la Torá nos soluciona este asunto. En esta parashá nos revela cómo un padre puede saber si el problema está relacionado a una mala educación o si fue algo que se desarrolló con el tiempo, debido a las circunstancias. La respuesta a esta pregunta también nos puede indicar dónde comenzó el problema.
ובת איש כהן כי תחל לזנות את אביה היא מחללת באש תשרף “La hija de un cohén que comenzó a comportarse sin recato, deshonra a su padre, será arrojada al fuego”. Rashí comenta que esta joven estaba comprometida o casada. Ella deshonra a su padre, pues a causa de su conducta las persones maldicen al padre que la crió. La falta de recato al comienzo de su vida matrimonial es lo que causa la humillación del nombre de su padre, atribuyéndole la culpa a él. ¿Cómo y por qué?
El Imré Shéfer contesta, comenzando con las palabras de nuestros Sabios: “La táctica del Instinto del Mal es seducirte hoy a trasgredir un pecado pequeño, mañana otro pecado pequeño y finalmente te hace llegar a un nivel en el que te dice: ¡ve a servir ídolos!”. En base a esto, podemos llegar a la siguiente conclusión: si un niño se rebela gradualmente, paso a paso, podemos atribuirle la culpa a su Mala Inclinación y no a una falla realizada por los padres. Los cambios graduales son generalmente una manifestación del libre albedrío del niño. Empero, si la conducta inaceptable es repentina, es resultado de algo profundamente arraigado en el pasado del joven, remontándose a la época y la forma que fue educado.
El hecho que la hija del cohén haya comenzado repentinamente a cometer un pecado tan grave como ser desleal con su marido, sin ninguna señal previa y gradual de caída espiritual u otra clase de comportamiento extrovertido; señala con el dedo acusador a los padres. Pues de haber sido debido a su Mala Inclinación, el comportamiento hubiera aparecido en forma gradual.
Aun así, por más increíble que parezca, incluso cuando el padre es culpable de la mala educación o el mal ejemplo que le brindó, la Torá hace a la hija del cohén responsable de sus acciones. A ella se la quema, en tanto que los padres se mantienen al margen y observan. Odio los finales tristes, pero todo apunta al enfoque psicológico en contra de la Torá, que cuando los niños son educados deficientemente, no son responsables de sus acciones. La Torá nos indica que aun en este caso, el niño es responsable.
Shabbat Shalom,
Rabbi Yosef Farhi
OJOS QUE VEN Y CORAZON QUE NO SIENTE
“...y el Cohen Hagadol entre sus hermanos…”
(Vaikra 21,1)
Y preguntan Jazal en el Midrash Raba (26,9), ¿por qué al más elevado de los Cohanim se lo llama Gadol? Porque es más grande que los demás en cinco cosas, en sabiduría, en fuerza, etc. ¿En fuerza, acaso es más fuerte? Veamos lo que ocurrió con Aharon Hacohen, que cuando tuvo que “consagrar” a los Leviim, nombró veintidós mil Leviim en un solo día. ¿Cómo era este proceso? A cada uno de ellos lo llevaba, lo traía, lo subía y lo bajaba, con lo que vemos que tenía una gran fuerza...
Y tratemos de pensar cuál era la necesidad de que el Cohen Gadol sea grande en cuestión de fuerza, ya que estamos hablando de fuerza física, y a pesar de que la fuerza puede ser una virtud en el hombre, el profeta ya dijo (Irmiahu 9,22):que no se enorgullezca el fuerte con su fuerza, con lo que vemos que para el profeta, la fuerza física no significa nada, con lo que ni siquiera haría falta decirlo, por todo esto, necesitamos profundizar para saber cuál era la necesidad de la fuerza en el Cohen Gadol.
Y sobre la profecía, nombrada en la Guemara, en el tratado de Nedarim (38a), encontramos que Hakadosh Baruj Hu solamente hace reposar Su Divinidad en los fuertes..., ¿y el profeta, para qué necesita la fuerza?
En cambio, parece que el Rambam piensa diferente, escribe (Iesode Hatora 7,1) que la profecía la vemos solamente en una persona muy sabia, con fortaleza espiritual, o sea grandes virtudes que no permiten que el ietzer hara tenga la mínima intervención en sus asuntos, o dicho de otra forma, que este hombre siempre domina y se fortalece sobre su ietzer, logrando concretar su voluntad.
Y en la explicación del “Migdal Ez” explica que esto se deduce de la Guemara que nombramos en el tratado de Nedarim, pero vemos que el Rambam dice que el fuerte es fuerte en cualidades, como también lo dice el Pirke Avot (cap.4 Mishna 1): ¿quién es el fuerte?, el que domina su instinto. Y de inmediato salieron a discutir el “Kesef Mishne” y el “Lejem Mishne” para decir que en la Guemara Nedarim, no habla de fuerza mental sino simplemente como se lee, se refiere a la fuerza física. Y la prueba la traen de Moshe Rabenu, que tomó con sus manos las Tablas de la Ley, las arrojó y se rompieron, y sabemos que no eran para nada livianas, ya estudiamos sobre sus medidas con lo cual probamos de qué tipo de fuerza estamos hablando.
Y para resolver esta discusión, traeremos una nueva explicación sobre la concepción de la fuerza (aunque estemos hablando de la fuerza física), y a quién se lo llama “fuerte”.
En el Mishle de Shlomo Hamelej, hay muchos versículos que se ocupan de despreciar la pereza y la vagancia, describiéndola como algo que destruye al hombre. Y entre ellos dijo Shlomo: pasé por el campo del hombre haragán, por el viñedo de la persona que no tiene corazón... el cerco de piedras quedó destruido, presté atención, pude observar, y aprendí la lección...
Estos versículos nos descubren el origen de la vagancia. La persona haragana es la que le falta corazón (está escrito jaser leb), no traducimos literalmente, que parecería una persona fría o inescrupulosa, sino que entendemos que el vago es vago porque no presta atención!!! Y el consejo para arrancar esta mala cualidad es fortalecerse y tratar de concentrarse y atender a cada cosa que él sabe o que puede comprender con su mente, y así poder ocuparse de las cosas que a él conciernen y de sus obligaciones.
Y esta es la afirmación de Shlomo Hamelej: pasé sobre el campo del vago, no estoy diciendo que estoy dudando sobre las cosas que escuché de otras personas, sino que yo pasé, en persona, y vi con mis ojos su campo abandonado, su pobre viñedo. Así yo puedo saber cuáles serán las consecuencias, el campo se llenará de espinas y pastizales que arruinarán su producción, los cercos no estarán completos. Y no alcanza decir que es una predicción, sino que es una afirmación comprobada y pensada, Shlomo afirma que esto es así y nos da la solución para que, al que le pasó no le vuelva a ocurrir, y para prevenir al que no le pasó: después de ver esto, prestar atención, fijar los conceptos en el corazón, entender que todo depende de mi predisposición, cuál es mi obligación y qué aprendo de estas cosas. La prueba exacta está en Moshe Rabenu, que salió y anduvo entre sus hermanos y vio su sufrimiento (Shemot 2,11), puso sus ojos y su corazón, y sintió el sufrimiento del pueblo como si fuera propio, según las palabras de Rashi.
Entonces, cuando ya comprendimos todo, pude ver y aprender la lección, cuando las cosas llegan al corazón, las podemos ver con ojos nuevos, sin dudar, y la prueba de esta nueva visión es que aprendí la lección, lakajti musar, porque nuestro objetivo es reconocer, aceptar el reproche para poder crecer.
Tenemos aquí un mecanismo que no debe fallar, lo que vemos con nuestros ojos, es procesado por la mente y transportado hasta el corazón, así llegamos al punto donde aprendemos la lección, aceptamos el reproche, y ésta es una adquisición espiritual que nos aleja de esa terrible cualidad, la vagancia (que a veces tanto nos gusta)...
Y decimos que esto es absolutamente necesario, aseguramos que no alcanza ni con ver ni con reconocer algo, todo tiempo que las cosas no llegan al corazón, en general no se llevan a la práctica, ya que la mente de la persona no la obliga a ejecutar la acción, solamente el corazón es el que pone “manos a la obra”...
Ya vimos lo que pasó con los egipcios (aunque, en realidad, no acostumbramos a tomar ejemplo de la conducta de otros pueblos, en este caso resulta relevante), está escrito que no prestaron atención a las palabras de Hashem y abandonaron a sus esclavos y a su ganado en el campo (Shemot 9,21). Todos los egipcios ya habían comprobado, y visto con sus propios ojos sobre todo lo que Moshe Rabenu prevenía, que todas sus palabras eran verdaderas, cada una de las plagas sobre la que Moshe le advierte al faraón, llegaba tal cual sus palabras, y ahora Moshe había dicho que el que quisiera conservar a sus esclavos y a su ganado, que no lo deje en el campo, al aire libre, porque moriría a causa del granizo.
La Tora enfatiza y nos hace la revelación, los egipcios no abandonaron sus pertenencias (esclavos y ganado), como quien se deshace de un bien dejándolo sin dueño, ni tampoco el motivo fue que no creyeron en las palabras de Moshe, el problema fue el no prestar atención, el no tomar lo que la mente comprendió y depositarlo en el corazón, para poner en marcha los mecanismos de defensa,si el corazón no siente, no importa cuánto los ojos vieron...
Y sabemos, que el haragán tiende a validar su haraganería, por ejemplo, diciendo que tal trabajo supera sus fuerzas, o que para él resulta imposible su realización, y que después de un gran tiempo o esfuerzo no llegará a nada concreto...
Podemos asegurar que todo esto es mentira, y el Ramban se encarga de confirmar que las palabras del vago son un invento. En la construcción del Mishkan está escrito que vendrá toda persona que quiera poner el corazón, que tenga voluntad de trabajar (Shemot 35,21). Allí explica el Ramban que no existía en esa generación ni gente con oficio ni con estudio, ni quien enseñe qué hacer, ni siquiera alguien que los pueda ayudar, lo que sí había era gente que entregaba su corazón para seguir los caminos de Hashem, ellos se acercaron a Moshe y le dijeron: estamos dispuestos a hacer lo que nos pidas...
No existe cosa más dificil que el trabajo del Mishkan, ideas y pensamientos para trabajar el oro, la plata y el bronce, pulir las piedras, trabajar la madera, etc. (Shemot 35,32). Resulta comprensible, que el que no tuvo un entrenamiento, o un estudio previo, no puede, de ninguna manera, tener éxito en la realización de trabajos tan difíciles. Sin embargo, vemos que el que puso su corazón en los caminos de Hashem y el que le dice a Moshe que hará lo que él le pida, logra sus objetivos y avanza en la construcción del Mishkan de Hakadosh Baruj Hu!!!
Y así ocurre con todos los asuntos espirituales, todas las cosas que nos proponemos hacer o también las cosas a las que estamos obligados, no digamos no puedo o no estoy dispuesto, pongamos en marcha el corazón y dirijámoslo por los caminos de Hashem, y veremos como aparece la fuerza necesaria para hacer...
Otra grave enfermedad existe en la vagancia, también cuando uno se propone finalmente hacer algo, no tiene ningún apuro y continuamente lo pospone una y otra vez. Dice el Mesilat Iesharim que no hay peligro más grande que éste, porque en cada momento aparece un nuevo impedimento que nos permite llegar a un buen logro. Y encontramos en nuestros Avot Hakedoshim que siempre se apuraron para hacer buenas acciones.
Sepamos que cuando “pensamos mucho” antes de hacer algo, esto tiene su fuente en la haraganería, ya que nos hacer dar vueltas y vueltas sobre todo lo que tenemos por realizar.
Así dijeron Jazal: estamos obligados a decir cuándo llegarán nuestras acciones a ser como las de Abraham, Itzjak y Iaacov, a pesar de que estemos muy lejos de llegar a ser como ellos, igualmente, esa debe ser nuestra meta y debemos intentarlo con todas nuestro fuerzas.
Vemos el verdadero sentido de la fuerza, y está escrito en el tratado de Kidushin (30b), que si no fuera por la Siata Dishmaia, sería imposible vencer al ietzer, pero nuestro deber es luchar permanentemente, entonces, Hashem vendrá a ayudarnos.
Lo mismo ocurre con la fuerza física, no es fuerte el que sepa dar una buena piña, sino el que use todas sus fuerzas para alcanzar su propósito, lo opuesto a la haraganería.
Entonces, sobre lo que dijimos de Aharon Hacohen, si suponemos qué necesitaba al menos cuatro segundos para consagrar a cada Levi, el día completo, sin ninguna pausa, no alcanzaba de ninguna forma. A la fuerza decimos que se produjo un milagro, pero ese milagro era por el mérito de Aharon, que hacía su trabajo con todas sus fuerzas, aunque sabía que no podía hacer todo, igualmente lo intentaba, tanto se empeñó, que todo el trabajo está consagrado a su nombre!!!
Aprendemos, que todo lo que tenemos por delante resulta imposible realizarlo, pero, nosotros ponemos nuestra parte (con toda nuestra fuerza), y Hashem se ocupa del resto. Lo mismo ocurrió con Moshe Rabenu y las Tablas de la Ley, cuando las levantó y las arrojó para que se rompan, lo mismo ocurrió con el emplazamiento del Mishkan, ¿de dónde Moshe podía sacar la fuerza para levantar semejantes paredes? Aunque en ambas ocasiones se produjo el milagro, de todas formas, Moshe alzó y arrojó las Tablas y Moshe levantó el Mishkan! Decimos que él lo hizo porque aunque no estaba en sus posibilidades, puso todo su empeño y su esfuerzo para su realización.
Concluimos, que el fuerte que se sobrepone a su ietzer, también es fuerte físicamente, las dos fuerzas, la espiritual y la física, trabajan en conjunto y consiguen el éxito, dejando de lado la vagancia y la debilidad, todos los sentidos orientados y preparados para la puesta en marcha de lo que debemos hacer.
Y estas fuerzas eran necesarias tanto en el Cohen Gadol como en el profeta. Con Moshe Rabenu entendemos que se trata de fuerza física, pero es más adecuada la opinión del Rambam, que la profecía llega al fuerte en cualidades, que se fortalece sobre su instinto, lo opuesto a la vagancia. Y como la vagancia es venenosa, el polo opuesto, nuestro esfuerzo para estudiar Tora y hacer buenas acciones es nuestra fuente de vida, que nos hará llegar más y más alto...
Rab hagaon Jaim Shmuelevich ztz”l
Sijot Musar.
Leiluy Nishmat Harav Arie Halevi Bloj z"l
PRÓXIMAS FESTIVIDADES:
.: Yom Yerushalayim | Domingo 20 de Mayo 2012 |
.: Érev Shavuot | Sábado 26 de Mayo 2012 |
.: Shavuot (Primer día) | Domingo 27 de Mayo 2012 |
.: Shavuot (Segundo día)** | Lunes 28 de Mayo 2012 |
CONTINUAMOS ESTE SHABAT CON EL ESTUDIO DEL CUARTO CAPITULO DEL PIRKEI AVOT ( TRATADO DE NUESTROS PADRES) DICHO ESTUDIO SE HACE DURANTE LOS SHABATOT QUE VAN DESDE LA FINALIZACIÒN DE PESAJ HASTA EL PREVIO A SHAVOUT.
ESTUDIANDO UN CAPITULO CADA SHABAT
ESTUDIANDO UN CAPITULO CADA SHABAT
El Tratado de los Principios (en hebreo denominado Masejet Avot o Pirkei Avot) constituye una obra única en su género dentro del vasto cuerpo de literatura sagrada judía. Bien que formando parte integral de la Mishná, perteneciente al Seder Nezikín, no encarna un compendio de pronunciamientos legales tal como lo son los demás tratados de la Mishná, cuyo propósito principal consiste en definir el marco de acción legal al que está sujeto todo judío. Este tratado, en cambio (bien que, como acertadamente señala el Rabí Ovadia de Bartenura en su comentario inicial, tiene su origen en la revelación divina que tuvo lugar en el Sinaí, igual que el resto de la Mishná), posee un propósito fundamentalmente ético. Ello lo sitúa no en un marco estrictamente legal sino más bien en el contexto de los deberes éticos que el ser humano debe esforzarse por actualizar en su vida. En la Torá ambos imperativos se complementan entre sí, ya que el Creador es el origen único de todo el universo vital del ser humano, ya se trate del marco individual, social o propiamente religioso.
Acerca del valor intrínseco de esta obra nuestros Sabios señalaron en el tratado de Baba Kama (30a): "El hombre que desee convertirse en una persona devota, que cumpla lo que se dice en el tratado de Avot".
Acerca del valor intrínseco de esta obra nuestros Sabios señalaron en el tratado de Baba Kama (30a): "El hombre que desee convertirse en una persona devota, que cumpla lo que se dice en el tratado de Avot".
Cuándo Se Estudia
Los Pirké Avot se acostumbraron estudiar los sábados por la tarde, después del rezo de la minjá y antes de la seudá shelishit (tercer comida de shabat).
Entre los judíos sefaraditas la costumbre es leer un capítulo de los Pirké Avot en cada uno de los seis shabatot que hay entre la fiesta de Pésaj y la fiesta de Shavuot. El primer shabat después de Pésaj se lee el primer capítulo y el sábado anterior a la festividad de Shavuot se lee el sexto y último capítulo.
Sin embargo, entre los judíos ahskenazim la costumbre es comenzar el shabat posterior a Pésaj finalizando el shabat anterior a Rosh Hashaná. Es por eso que recomienzan el primer capítulo el shabat posterior a la festividad de Shavuot, y si después de haber finalizado por tercera vez el sexto capítulo, solamente quedan tres o cuatro shabatot hasta Rosh Hashaná, entonces los seis capítulos se leen de a dos capítulos por shabat, de acuerdo con la necesidad.
(Selección extraída del libro "Etica del Sinai", por Irving M. Bunim, ©Editorial Yehuda)
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Para ver el texto completo del Pirkei Avot Ingresa a :
Los Pirké Avot se acostumbraron estudiar los sábados por la tarde, después del rezo de la minjá y antes de la seudá shelishit (tercer comida de shabat).
Entre los judíos sefaraditas la costumbre es leer un capítulo de los Pirké Avot en cada uno de los seis shabatot que hay entre la fiesta de Pésaj y la fiesta de Shavuot. El primer shabat después de Pésaj se lee el primer capítulo y el sábado anterior a la festividad de Shavuot se lee el sexto y último capítulo.
Sin embargo, entre los judíos ahskenazim la costumbre es comenzar el shabat posterior a Pésaj finalizando el shabat anterior a Rosh Hashaná. Es por eso que recomienzan el primer capítulo el shabat posterior a la festividad de Shavuot, y si después de haber finalizado por tercera vez el sexto capítulo, solamente quedan tres o cuatro shabatot hasta Rosh Hashaná, entonces los seis capítulos se leen de a dos capítulos por shabat, de acuerdo con la necesidad.
(Selección extraída del libro "Etica del Sinai", por Irving M. Bunim, ©Editorial Yehuda)
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POR FIN EN ESPAÑOL Y EN LA WEB B''H
LA DICTAMENES SOBRE DIVERSOS TEMAS HALAJICOS SEGUN LA OPINION DE:
MARAN HAGAON RABENU HARAV OVADIA YOSEF SHELIT''A
El sitio HalachaYomit.co.il, fue creado el año 2005 y su objetivo principal es la difusión del conocimiento y los valores de la Torá, especialmente en distintos temas de la Halajá, poniendo especial énfasis en citar las fuentes y la forma de dictamen halájico. De esta manera, queda absolutamente claro que nuestra Torá es eterna y no existe complicación o interrogante halájico que no halle respuesta en los primeros escritos rabínicos, los posteriores e incluso los contemporáneos, de cuya sabiduría abrevamos nuestra sed de saber.
Gracias a D-os, en la actualidad este sitio cuenta con cerca de doce mil suscriptores que reciben diariamente su “halajá”, al margen de quienes eventualmente ingresan al sitio para consultar su biblioteca halájica.
Todas las halajot y/o dictámenes halájicos están redactados de acuerdo a la visión de nuestro maestro y gran exégeta de la generación Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a, quien es considerado una de las autoridades rabínicas más autorizadas y aceptadas de las últimas generaciones. Esto, de acuerdo al testimonio de los “geoním” y grandes maestros sefaraditas Rabí Ezra Atie z”l, Rabí Efraím Cohen z”l, Rabí Mordejai Sharabi z”l y muchos otros destacados rabinos.
Parte de las Halajot se obtienen de las distintas obras de Rab Ovadia Yosef, Shlit”a, y en aquellos lugares en los que no aparece su opinión sobre el tema, la Halajá la determinamos según lo que dictamina Marán –Rabbenu Yosef Caro z”l- en el Shuljan Aruj –código de leyes judías- y de acuerdo a la opinión rabínica mayoritaria, como acostumbra a hacerlo nuestro maestro Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a.
En numerosas ocasiones consultamos directamente a Rab Ovadia la forma en que debíamos dictaminar ciertos temas del sitio, y citamos la respuesta en su nombre.
Las Halajot de este sitio tratan los más diversos temas, desde las legislaciones que rigen al Shabbat hasta lo concerniente a las leyes monetarias, daños y perjuicios, etc. De tal forma que, las personas que se suscriban y lean permanentemente el sitio adquirirán, en un lapso relativamente corto, un conocimiento general de las leyes que rigen la vida cotidiana.
En estos momentos el sitio trata exclusivamente temas halájicos, sin embargo, nos proponemos en un futuro cercano extender la temática a la Parashá –porción semanal de la Torá- e incluso otros temas.
Las Halajot de este sitio están escritas por el nieto de Rabbenu Ovadiá Yosef, Shlit”a, Rab Ya´acob Sasson, Shlit”a, integrante del cuerpo de rabinos del centro de estudios Yehave Da´at.
El sitio en español es responsabilidad de Rabí Itzhak Fadda, Shlit”a, de Argentina, reconocido por su vasta trayectoria rabínica y sus trabajos de traducción en clásicos como Mesilat Yesharim, Derej Hashem, Emuná Ubitajon, etc,
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