jueves, 27 de diciembre de 2012

PERASHAT VAYEJÍ, SHABBAT JAZAK: Clase turista, o First Class



בסיעתא דשמיא
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PERASHAT VAYEJÍ
(Y vivió)

Libro Bereshit / Génesis (47:28 a 50:26
Haftaráh Vaieji: Melajim Alef (1 Reyes) 2:1-12

Este Shabat donde leeremos la Perasha Vayeji  Es denominado Shabat Jazakya que concluimos la lectura del Sefer/ Libro de Bereshit / Genesis .Se le Llama Jazak ya que concluir el ultimo versiculo del libro toda la congregacion se levanta y dide:
JAZAK , JAZAK VENITZJAZEK......Se Fuerte, Se Fuerte y nos Fortaleceremos; debemos tener mas fortaleza en el estduio y la observancia de la nuestra Torah ahora que nos aprestamos a entrar a leer el libro de Devarim/Deuteronomio

Es una costumbre que se instauró hace mucho tiempo y a la que se le puede atribuir numerosos sentidos.

Que la congregación prorrumpa la frase  'jazak jazak venitjazek' -'fuerza, fuerza y seamos fortalecidos'- (a partir de Iehoshúa/Josué 1:8,9, 2 Shemuel/2 Samuel 10:12, Daniel 10:19), sirve como un modo de afirmar que, si bien una parte de nuestra tarea fue realizada, aún no está terminada toda la labor.
Ya que, la congregación ha terminado la lectura pública de un tomo de la Torá, sin embargo, de inmediato debe proseguir con el estudio.
Al parecer, la estructura repetitiva de esta frase se debe a que reconocemos que hemos tenido fuerza/ánimo en el pasado para estudiar Torá, también que lo tenemos en este momento en que estamos concluyendo un tomo, y estamos esperanzados en no decaer en nuestro ánimo de proseguir leyendo y estudiando del mensaje revelado por el Eterno a Israel.
¿Y por qué se menciona 'fuerza' y no otra cualidad o valor?
La respuesta bien la podemos extraer del Talmud, cuando enseña: 'En cuatro cosas la persona ha de ser fuerte (para no decaer): en Torá, actos bondadosos, rezo y su ocupación' (Berajot 32b).
Debe tener en cuenta que, de acuerdo a muchos poskim -codificadores legales-, el que ha sido llamado a la lectura de la Torá para la conclusión de la parashá -porción- no debe decir la frase, pues es considerado como una interrupción impropia antes de pronunciar la segunda bendición por la Torá.
Extrarido de:


Este Envio de Torah Semanal esta : 
Dedicado a la Refua shelema 
( curación completa) de:


HARAV AVRAHAM NISSIM BEN JAVA SHLIT''A

Maria Fernanda Bat Dayan Cobos
 SRA.RIVKA BAT SARA IMENU
Sra Maria Bat Lola
Sra Aylin Bat Olga
Sra. Leah Zehara bat Miriam
Sra.Rujama Bat Clemencia
Sra.Rina bat Clemencia
Sra.Clemencia bat Tana
Sra.Mayo Bat Tana
Sra Jaya Bat Shira
Sra Maria Barrerio
Sra Mijal Ruby Bat Marlen
Sra Hanna Bat Malka
Sra. Graciela Arenas
Sra. Mariela Barreiro
Sra. Maria Delgado
Angela Bat Orly
Sra. Aylin Bat Aylin
Sra. Nurys Bat Aylin
Sra Nahomi Bat Maria Teresa
Sra. Olga Bat Gloria
Sra. Nohemi Bat Esther
Sra. Yolanda Bat Elina
Paola Bat Yolanda
Sra.
    

   Dinorah Horing Flasch Bat Batia


Jaim Yosef Ben Esther
Sr. Alberto Girado Lobo 
Sr.Sixto hijo de Juana
Sr. Fabio Camacho
Matitiahu Ben Katerine
Sr.Alfonso Rojas
Avraham Moshe ben Miriam
Sebastián Ben Rujama
Sr.Zevulón ben Alicia
Sr Aaron Ben Sara
David Gabriel Ben Farida
Sr. Soto Forero Hijo de Isabel
Sr. Moshe ben Avraham
David ben Maira
Alvaro hijo de Ana

Itzjak Ben Sara
Ramiro Ben Yolanda
Rafael ben Elina

Leiluy Nishmatam ( Y por la Elevación de las  Almas) de:


MARAN HAGAON HARAV YOSEF SHOLOM BEN JAIA MUSHKA ELYASHIV ZT''L
 MARAN HAGON HARAV MORDEJAI TZEMAJ  ELIYAHU BEN MAZAL TOV ZT''L
MARAN HAMEKUBAL HARAV NISSIM PERETZ ZT''L
HaRab Jaim  David Ben Shraga Fievel Zukervar  ZT''L
Maran HaraB HaGaon  Jaim Pinjas Scheinberg ZT''L
Sr. Rafael Oriz Peña Z''L
Sr. Eliecer David Ben Aura Esther  Z''L
Harab Amram Horowitz ZT''L
Sr. Martín Lindarte Z''L
Sr. Miguiel Avila Z''L
Sr.Carlos Ben Maria  Z''L
Sr. Julio Wasserman Z''L
Iyov Ben Avraham Z''L
Sr.  Epifanio Enrique  Ben Amada Z''L
Sr. Roberto Ben Blanca  Z''L
Sr. Mario Gil Ben Graciela Z''L
Sr. Anibal Ben Clemencia Z''L
Sr. Bernardo Rejtman Ben Meir  
 ADAEL BEN  ELIYAHU  Z"L
Sra Aura Ester bat Ana Z''L
Rabanit Bat Sheba Kanievsky, Z”L
Sra. Guillermina Hija de Benigna z''L
Sra. Etelvina Bat Marcelina Z''L
Sra. Margalit Bat Sara
Sra. Dora Bat Juana Z''L
Sra. Flor Lucila Cortes Bat Sara Z´´L
Sra. Maira Maldonado Z''L
Sra. Esther Bat Fanny
YAFFA BAT SARA  Z"L   
Sra. Adekina Diaz Bat Soledad Z''L
 

Refua shelema ve Hatzlaja be Kol Maase Yadenu:
Asher Amram Ben Avraham


*
 Si desea dedicar este envió de Torah, por la pronta recuperacion de un familiar o un amigo o en recuerdo del alma de algún ser querido, por favor envíenos un correo a comhebrea@gmail.com con el nombre de la persona y el nombre de su Madre. 
Horario del Encendido de Velas para SHABAT en Bogotà,Barranquilla y Cali ,Colombia

Bogotá:
FechaHora    
Viernes, 28 Diciembre, 2012Encendido de velas a las: 17:36
Shabat, 29 Diciembre, 2012Shabat concluye: 18:28
Barranquilla:
FechaHora    
Viernes, 28 Diciembre, 2012Encendido de velas a las: 17:28
Shabat, 29 Diciembre, 2012Shabat concluye: 18:20
Cali:
FechaHora    
Viernes, 28 Diciembre, 2012Encendido de velas a las: 17:48
Shabat, 29 Diciembre, 2012Shabat concluye: 18:40
Es muy importante saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia esta permitido encenderlas después de la puesta del sol.




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Ahora todos tienen la posibilidad de imprimir o guardar el folleto semanal del Or Hatorah desde cualquier lugar del mundo. El contenido dirigido por el Rab Rafael Freue es un riquísimo condimento para la Neshamá. Adjunto en Formato PDF

RESUMEN DE LA PERASHAH

Sidrá 12ª sidrá de la Torá; 12ª y última del sefer Bereshit.
Entre 47:28 y 50:26.
Haftará en I Melajim 2:1 – 2:12.
Perek 47: Después de vivir Iaacov diecisiete años en Mitzraim, y siendo de ciento cuarenta y siete años de edad, le ruega a su hijo Iosef que le prometa que al morir será sepultado en la Cueva de Majpelá, donde yacían los restos familiares.
Perek 48: Pasado un tiempo Iaacov enferma y Iosef trae a sus dos hijos Menashe y Efraim para que reciban la bendición del patriarca. Iaacov otorga a ambos nietos la calidad de hijo suyo, tal como los propios. La sucesión no era para Iosef, directamente, sino que sería recibida por sus hijos mayores.
Al estar Iaacov ciego, no reconoce claramente a los hijos de Iosef, pero los besa y abraza, feliz de que su hijo siga vivo y sea poderoso, y de poder ver a los nietos del hijo que una vez supusiera muerto.
Iaacov los bendice, comenzando por Efraim, el más joven, y a pesar de la insistencia de Iosef para que sea bendecido primero el mayor, Iaacov no modifica su actitud y bendice primero a Efraim.
Perek 49: Luego son convocados los hijos de Iaacov para despedirse del padre y ser bendecidos por él. Para cada hijo una bendición acorde a su carácter actual, y a la futura cualidad de las tribus que de ellos saldrían. Finalmente les recuerda su deseo de ser sepultado en la tierra de sus antecesores, y fallece.
Perek 50: Iosef lloró por su muerte, luego ordenó que fuera embalsamado, mientras todo Mitzraim lloraba junto a su virrey. Una gran y digno cortejo fúnebre acompañó a la familia hasta la Cueva de Majpela en Jevron. Después de la muerte de Iaacov, los hermanos temen que Iosef se tome la venganza ahora por lo cual le enviaron decir que el padre había solicitado el perdón para ellos. Pero Iosef responde que nada deben temer, todo lo contrario, él se preocuparña de proveerlos y resguardarlos, porque comprende que fue H' el que lo envió a Mitzraim y no sólo la envidia y los celos de los hermanos.
Iosef fallece en Mitzraim viendo hasta los bisnietos de Efraim. Antes de morir predice que H' va a sacar a los judíos de Mitzraim, y hace prometer a sus hermanos que van a sacar sus restos de Mitzraim. Iosef muere a los ciento diez años de edad y es embalsamado y puesto en un sarcófago en Mitzraim.
Para todos y cada uno
(Esta semana corresponde leer la parashá llamada Vaieji ("Y vivió") que es la duodécima y última del primer tomo de la Torá, el sefer Bereshit , conocido en español como "Génesis").
El padre Iaacov sabe que está a punto de partir, así que desea poner en orden las cosas de su casa.
Con inspirada bendición anuncia a cada uno de sus vástagos alguna de las cosas que el futuro les traerá a ellos y sus descendientes.
Esas iluminadas palabras surgían de la inspiración divina (ruaj hakodesh), que había acompañado las horas dichosas del patriarca, y que ahora, a punto de morir, no lo había abandonado aún.
Con gran virtuosismo, el patriarca hacía que saliera de su boca la bendición más apropiada para el hijo al cual estaba destinada, tal como testimonia la Torá:
"a cada uno lo bendijo con su respectiva bendición"
(Bereshit / Génesis 49:28)
A cada uno con su respectiva bendición.
Aunque lo que dijera a Reubén, Shimeón y Leví parecieran maldiciones, realmente eran bendiciones.
Aunque el destinatario (o nosotros), no comprendiese cabalmente el mensaje profundo de sus palabras, realmente eran bendiciones.
Aunque el hijo quizás no compartiera lo que se le estaba indicando, realmente eran bendiciones.
Aunque un hijo quisiera la bendición de su hermano y no la que le correspondía, realmente eran bendiciones.
Y a pesar de las divergencias entre ellos,
de las bendiciones diferentes,
de las cualidades alternas,
de las opiniones encontradas,
de los sentimientos contrapuestos,
de los senderos diferentes,
de los potenciales heterogéneos,
de las conductas dispares,
los verdaderos Hijos de Israel atienden al llamado antiguo:
"Reuníos y escuchad, hijos de Iaacov [Jacob]; escuchad a vuestro padre Israel"
(Bereshit / Génesis 49:2)
Ya que la verdadera bendición para TODO el pueblo de Israel está cuando se armonizan las diferentes bendiciones, y se construye en la reunión de los que escuchan las fieles enseñanzas de Israel.
¿Cuál es la moraleja para nosotros?

Reflexiones sobre Vayehí
Leones y Rezagados
Por Rav Mark Angel
Traducción Dra. Myriam Frydman
La porción de la Torá de esta semana incluye las últimas palabras de Jacob a sus hijos. Él describe a su cuarto hijo, Judá, como un león, y afirma que el cetro del reinado nunca se apartará de Judá (ni de sus descendientes). Todos los hermanos (y sus tribus) se volverán hacia Judá por el liderazgo. ¿Qué hizo Judá para merecer este singular papel?
La respuesta puede estar sugerida en la historia de la amenaza de José de retener a Benjamín en Egipto como su siervo. Los hermanos, creyendo que José era un gobernante de Egipto, se encontraban en un terrible aprieto. Ellos sabían que su padre Jacob quedaría devastado por la pérdida de Benjamín. Sabían que tenían que encontrar una manera de enfrentarse a José y hacerlo cambiar de parecer.
Rubén era el primogénito. Él tenía una personalidad fuerte, impetuosa. ¿Por qué no se manifestó? Aparentemente, su bravura lo abandonó en este momento de crisis.
Simeón y Leví eran proclives a la acción violenta. Ellos aniquilaron a los hombres de Shejém. ¿Por qué no desafiaron a José? Aparentemente, su coraje se derritió cuando se enfrentaron a un oponente regio.
Isajar, de acuerdo a la tradición rabínica, era el gran erudito de la Torá de la familia. Él dedicaba sus días al estudio y a la contemplación espiritual. ¿Por qué este hombre de Dios no se enfrentó a José? Aparentemente, su santidad y su erudición no lo llevaron a ser apto para la acción valiente.
Zebulón, según la tradición rabínica, era un experto hombre de negocios. Con toda su perspicacia financiera, ¿por qué no trató de llegar a algún tipo de acuerdo con José? Aparentemente, sus habilidades para los negocios le fallaron en este momento desesperado.
De hecho, todos los hermanos fracasaron en reunir el coraje y la astucia para enfrentarse a José y luchar por su hermano Benjamín, por su padre Jacob, y por el honor de su familia. Todos excepto Judá.
La vida de Judá antes de esta crisis no había sido una vida de brillantez ni de coraje uniforme. La Torá toma atenta nota de sus diversas fallas. Pero la personalidad de Judá experimenta un desarrollo gradual. Él es capaz de admitir el error. Él es capaz de levantarse en contra de sus hermanos en su plan de asesinar a José. Y en el momento crítico, cuando la vida de Benjamín está en juego, solo Judá compareció para desafiar a José y arriesgar su propia vida en el proceso.
Judá arguye con elocuencia. Es ecuánime y sabe expresarse bien. Le dice a José que él se va a quedar en Egipto como siervo en lugar de Benjamín, pero que Benjamín debe ser devuelto a su padre. Judá es tan persuasivo y tan sensible a los sentimientos de su padre, que José ya no puede contener las lágrimas. José llora. Él les dice a sus hermanos quién es realmente. Los hermanos se reconcilian. Todo gracias a la valentía de Judá.
Judá es un león. Él tiene la presencia de ánimo y la fortaleza de carácter de las que carecían todos los demás hermanos. En aquel momento, Judá demostró ser digno del reinado.
Todos nosotros enfrentamos crisis en la vida. Todos nosotros confrontamos problemas Muchos, al igual que los hermanos de Judá, se sienten incapaces de asumir responsabilidades, de hacer los sacrificios necesarios, de actuar con coraje. Muchos, al igual que los hermanos de Judá, tienen diversos talentos —y sin embargo se dejan silenciar ante un desafío. Tenemos que aprender del ejemplo de Judá. Tenemos que entender que el liderazgo requiere claridad de pensamiento, un compromiso inquebrantable con lo que es correcto, y el coraje de un león para actuar. Si el reinado le fue asignado a Judá, la Torá nos pide a todos nosotros que seamos "un reino de sacerdotes y una nación santa”. Debemos ser leones, no rezagados.
http://www.hashavuabogota.com/videotk/marcangel389.php
"Y los bendijo ese día diciendo: en tí será bendecido Israel y se dirá 'Que Elokim te ponga como a Efraim y como a Menashé', y colocó a Efraim delante de Menashé" (Bereshit 48, 20).

¿Por qué los hijos varones en el pueblo de Israel son bendecidos por sus padres para que sean como Efraím y como Menashé, en lugar de ser bendecidos para que sean como Abraham, Yitzjak y Yaacov; tal como es el caso de las hijas mujeres que son bendecidas para que sean como las matriarcas, Sará, Rivka, Rajel y Lea?
Y la respuesta es, que debido a la nobleza que demostro Menashé al no envidiar a Efraim - quien recibió una bendición mayor a pesar de ser menor en edad -, acostumbramos a bendecir a nuestros hijos para que también ellos posean dicha cualidad...
Y la verdad es, que toda envidia está siempre cien por ciento injustificada, tanto por la sencilla razón que Hashem le da a cada uno lo que cada uno merece y lo que en definitiva es lo mejor para uno, como por el hecho que uno envidia a alguien sin saber como le va a dicha persona en otros ámbitos de su vida que quizás no querría envidiar, como por el hecho que nadie sabe sobre nadie como su "historia" finalmente habrá de terminar (y lo que puede ser aparentemente bueno y exitoso ahora, quizás sea malo y "desastrozo" a largo plazo; pudiendo suceder lo mismo -obviamente- también a la inversa ...).

"Tu salvación esperaré Hashem" (Bereshit 49, 18).
La bendición que le da Yaacov a su hijo Dan, termina con la expresión "Tu salvación esperaré Hashem".
¿Por qué Yaacov finaliza la bendición con estas palabras?
Porque Yaacov vio con su espíritu profético a Shimshón (Sansón) que habría de descender de la tribu de Dan, el cual le rogaría a Hashem al final de sus días, para que le dé fuerzas por una vez más (luego que le cortaron su pelo y perdio sus fuerzas), de modo que pueda vengarse de la crueldad terrible con la cual actuaron hacia él los filisteos.
Y estas palabras de esperanza, representan la esperanza de Shimshón en poder finalmente darle a los filisteos su merecido.
Y el Tanaj nos cuenta que Shimshón le rezo a Hashem para que le dé fuerza una vez más, haciendo que caigan las columnas del lugar donde él se encontraba, haciendo que todo aquel lugar se derrumbase sobre los filisteos (libro de Shoftim -Jueces)

"... Y esto es lo que les dijo su padre y los bendijo, a cada uno según su bendición los bendijo" (Bereshit 49, 28).

Es decir, cuando Yaacov bendijo a sus hijos, a cada uno lo bendijo según sus características particulares, únicas y singulares,
Y en realidad, esa debería de ser la máxima aspiración que una persona debería de querer alcanzar, es decir contar con la bendición para llegar a ser lo más fiel y coherente posible con su esencia, poniendo de manifiesto todo su potencial...
¿Y qué es lo opuesto a la bendición?
Cuando cada uno mira en dirección a sus semejantes, y cuando cada uno busca ser igual o mejor que los demás ...
Es por ello, que la mejor forma de ayudar a las demás personas, es esforzándonos por educar con el ejemplo, tratando de hacer el bien y ser lo mejor que podemos llegar a ser nosotros mismos ...

"Naftalí es una gacela suelta, que dice palabras bellas" (Bereshit 49, 21).

Es decir, Naftalí fue bendecida por nuestro patriarca Yaacov, por su capacidad de ser ágil y flexible, por saber fluir con la vida adaptándose con docilidad a los cambios de realidad y de circunstancias.
Y fue justamente esa cualidad, la que le permitió poder decir siempre palabras bellas, viendo y descubriendo el inmenso potencial de crecimiento y de belleza, inmerso justamente en las crisis, en las dificultades y en los problemas.
Y sin lugar a dudas, muchos de los grandes escritores y poetas, fueron personas que tuvieron vidas sumamente complicadas y difíciles, que supieron explayarse a través del poder de su pluma, transformando a las dificultades en fuentes de expresión, a los problemas en motores para el crecimiento y a los obstáculos en materia prima para la potenciación del amor, la bondad y la verdadera riqueza ... 

Un Cuerpo Espiritual

Y cuando Yaakov terminó de bendecir a sus hijos, recogió sus pies sobre su lecho, expiró y fue reunido con su gente. Y Yosef se echó sobre él, y lo besó. Y Yosef encomendó a sus sirvientes los médicos que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel”. (Génesis 49:33 - 50:1-2)
Pregunta:
Existen aquí dos preguntas. La primera, ¿por qué Yosef besó a su padre después de que éste había muerto? Como todos sabemos los muertos están llenos de impureza espiritual, y por lo tanto, no es apropiado besarlos.
La segunda pregunta, ¿por qué Yosef mandó a embalsamar a su padre? ¿Acaso no era esto una práctica idólatra en aquella época?
Respuesta:
Para responder a estas dos preguntas debemos entender cómo fue la muerte de Yaakov.
Los comentaristas (ver Rashi, comentario a Génesis 49:33) explican que con respecto a Yaakov la Torá no enunció la palabra “muerte”. Y al respecto la Guemará declaró “Nuestro ancestro Yaakov no ha muerto” (Taanit 5b)
Ahora bien, obviamente esto no quiere decir que físicamente él no murió, él ciertamente fue embalsamado y luego fue enterrado. Sin embargo, lo que vemos de acá es que él elevó su cuerpo a tal nivel espiritual durante su vida, que realmente no fue necesaria la muerte para separar su alma de su cuerpo. Él no probó el sabor de la muerte, es decir, no sintió el sufrimiento de la muerte (ver Siftei Jajamim)
Con esto en mente, ahora podemos resolver nuestras dos preguntas.
Con respecto a la primera pregunta, si bien en general uno no debe besar el cadáver de un muerto, en el caso de Yaakov, su cuerpo no contenía impureza, ya que “él no estaba muerto”, es decir, su alma no dejó un vacío espiritual en su cuerpo cuando partió, ya que él había elevado su cuerpo a un nivel absolutamente espiritual.
Con respecto a la segunda pregunta, si bien el hecho de embalsamar un cuerpo es una práctica absolutamente idólatra (ya que todo el tema de “embalsamar a un muerto” es aferrarse equivocadamente al cuerpo de la persona, que es solamente la cáscara) en el caso de Yaakov, el propósito de embalsamarlo fue completamente distinto.
Antes de morir, Yaakov le pidió a Yosef que por favor lo sacara de Egipto y lo enterrara en Maarat Hamajpelá, junto a sus padres (ver Génesis 49:29).
Como todo buen hijo, Yosef quería cumplir con el deseo de su padre, y quería enterrarlo en Maarat Hamajpelá, sin embargo, como explicamos anteriormente, Yaakov había elevado su cuerpo a un nivel espiritual muy alto, y por esta razón, su cuerpo no podía descomponerse. Cuando Yosef vio que el cuerpo de su padre no se descomponía, tuvo miedo de que los egipcios transformaran a Yaakov en un “dios” y le impidieran transportarlo de vuelta a la tierra de sus ancestros.
La solución que Yosef encontró fue pedirle a sus sirvientes médicos que lo embalsamaran. De esta manera, los egipcios asumirían que el hecho de que el cuerpo de Yaakov no se descomponía era producto del proceso de embalsamado, y no lo transformarían equivocadamente en un “dios”.
Fuentes: Ohr HaJaim, comentario a Génesis 50:1-2.
Aviso: La negatividad podría causar ceguera
Por: Rabino Emmanuel Manny Viñas
Cuando Israel vió a los hijos de José, dijo: ¿Quiénes son éstos? (Gen. 48:8)

Rashi explica que cuando Yaakob fué a darle la bendición a los hijos de Yosef (Jose) la shejina se apartó de él por qué él vió a través de Ruaj Hakodesh (el espíritu sagrado), que reyes malos vendrían de ellos. Especificamente el vió proféticamente la ascensión de Yorovam ben Navat y de Ajav que vendrían de Efraim y también a Yehú y sus hijos que saldrían de la línea de Menashe. Esta percepción le causó shock a Yaakob y perdió la habilidad de bendecirlos y hasta tuvo que preguntar quiénes eran porque no los podía ver. Se le nubló la vista. En ese momento José le aseguró a su padre que aunque en el futuro algo malo iba salir de ellos, en el momento ellos eran dignos de ser bendecidos. 

 No todos los descendientes de Efraim y de Menashe seria malos en el futuro. Y sabemos que Yehoshua y Gideón también fueron descendientes de los hijos de José.Esto causa una pregunta inmediata: Por qué Yaakob no vió estos decendientes y vió solamente los decendientes que serian malos? Por qué se concentró en la energía negativa y no en la positiva?

En mi opinión, la respuesta es fácil de reconocer – esto es producto de la naturaleza humana. En muchos casos no importa lo bueno que esté la vida y las muchas bendiciones que nos rodean lo que nos llama la atención es la energía negativa y nos distrae de lo positivo. Muchas veces una idea negativa o una preocupación negativa de algo que podría ocurrir en el futuro nos distrae e interrumpe el disfrute del presente y sus bendiciones. Otra manifestación de esta concentración en lo negativo puede manifestarse en nuestra percepción de la vida en general. Algunas personas acostumbran a concentrarse en lo negativo en lugar de fijar su atención a lo positivo. Aunque estén rodeados por postividad y eventos lindos en su vida lo que les llama la antención son los momentos negativos y el peligro del futuro. Esto es dañino y causa que no podamos valorar realísticamente lo que verdaderamente nos rodea.

En algunos casos la cultura de la familia y de las organizaciones se acostumbra ponerle atención solamente a los que se quejan y a los que fallan. Esta atención a la negatividad le hace gran daño a los individuos y a esa comunidad. En el negocio por ejemplo, los que se concentran solamente en lo que falla no pueden asesorar lo que funcionó. Gastan sus recursos atendiendo lo que falló en lugar de usarlo para desarrollar o apoyar lo que funcionó. Para entender realísticamente el estado de un negocio todas las funciones se deberían de ver y no solamente lo negativo. Los peores jefes son los que solamente critican y nunca reconocen el bién que ese empleado hizo por la compañía. El peor padre es el que solamente castiga y siempre dice “no” en lugar del que reconoce y recompensa los logros de sus hijos. El que crea el futuro es el que reconoce el potencial para lo postivo, no el que se dedica solamente a penar o a avisar de los peligros del futuro. 

Para reconocer las bendiciones que nos rodean todos los días deberíamos de abrir nuestros ojos y buscar lo postivo. La shejina (presencia divina) solamente se encuentra en personas que reconocen lo positivo y basan sus acciones en eso. La bendición a los hijos de José se tenía que basar en la vista positiva y no en la negativa. Dios, el Todo Poderoso, sabe que los seres humanos podrían fallar en el futuro y sabe cuando vamos a fallar, pero pone toda su esperanza en nostros y se concentra en lo positivo y el potencial para lo positivo. Mientras nosotros hagamos lo mismo, siempre seremos bendecidos. Por esa razón la bendición tradicional de padres a hijos durante Shabbat es “que seas como Menashe Y Efraín.”


Vayejí: Las Bendiciones de la Identidad de Israel

La última porción del primer libro de la Torá termina con la muerte de José, luego de narrar el entierro de Jacob ante toda su familia, seguido por las bendiciones para sus hijos incluidos los de José. Las últimas bendiciones de Jacob abarcan rasgos y cualidades que forman la identidad de Israel. Como hemos indicado en nuestros comentarios anteriores sobre esta porción en este blog, esas bendiciones son dadas en aras de la unidad eintegración de Israel como familia y como Nación: “(...) 'Reuníos juntos',” “Juntaos vosotros, y escuchad, vosotros hijos de Jacob; y obedeced a Israel vuestro padre” (Génesis 49:1-2) En este contexto podemos entender las palabras de Jacob dando forma a la identidad de Israel.

La identidad abarca una amplia variedad de facetas, niveles y dimensiones que, siendo diversos, forman parte de la misma unidad. Nuestro más formidable desafío en la vida es integrarlos todos como una unidad armónica funcional. Jacob bendice a sus hijos con preciosos talentos y potenciales que presenta como ramas del mismo árbol. Además de ser extensiones como expresiones de la conciencia, también están contenidas unas dentro de las otras. Las bendiciones se manifiestan siempre y cuando procuremos su significado y propósito. Necesitamos la astucia de Dan para defender la bondad de José y proteger la sabiduría de Torá en Issajar. Requerimos de la regencia de Judá hacia la Redención de Amor para guiar a Zebulún en sus travesías por el mar, y fortalecer la elocuencia de Neftalí para proclamar la disposición de Benjamín para defender la justicia, la rectitud y la libertad. Necesitamos el Amor transformador de José para que tenga éxito la regencia rectificadora de Judá con el fin de erradicar las tendencias negativas de ego como son la ira y la violencia.

También son bendiciones las directrices que corrigen el curso negativo de fantasías e ilusiones. En este sentido, cuando Jacob condena la ira y violencia de Simeón y Leví, es una bendición para el bien de ellos. Es una bendición nuestra decisión de rechazar las tendencias negativas de la conciencia, ya que elegimos lo bueno y no lo malo. Del mismo modo somos bendecidos cuando se nos recuerda respetar los derechos de otros para que a su vez ellos respeten los nuestros, como ocurrió con las palabras finales de Jacob a Rubén. Las últimas palabras de Jacob para sus hijos contienen valores éticos como directrices para realzar y fortalecer los potenciales positivos en nuestra conciencia. La vida realmente es una vasija en la que el Creador derrama sus bendiciones. Así mismo se espera que cada nivel de conciencia las viva y las manifieste en su entorno inmediato.

Vivimos verdaderamente las bendiciones de Dios cuando integramos todos los aspectos de la vida hacia lo bueno que tienen las bendiciones. La premisa para esto es discernir, pensar, sentir, hablar y actuar en los modos y atributos de Amor, con el fin hacernos conscientes de que el Amor de Dios esla bendición. No podemos esperar ser felices, satisfechos y plenos, si Amor está ausente en nuestra vida. Amor hace la diferencia entre lo real y trascendente, y la ilusión pasajera. En este sentido Amor trasciende tiempo y espacio como la Esencia que nos da vida y sustenta nuestra identidad, más allá de la vida. Amor es lo que somos y tenemos antes de nacer y después de morir. Amor es lo que nos mantiene vivos aquí y después de la muerte. En este conocimiento nos damos cuenta que Amor es lo que poseemos más allá del mundo material.

Alguna vez dijimos, igualando el estudio de la Torá a un acto de Amor, que quien ama todos los días le está asegurado un lugar en Mundo Venidero. Esto considerando que los modos del mundo son los modos de Amor. En un significado más profundo y en términos prácticos, mientras amemos todos los días, los modos de Amor se vuelven nuestros modos que también lo serán después de morir. De ahí que Amor sea lo único que permanece en nosotros al dejar el mundo material. Entre más amemos cada día, más seguiremos amando en los días que seguirán a nuestra muerte. Esto es con el fin de reconocer y abrazar Amor como nuestra Esencia y verdadera identidad, tanto aquí en el mundo material como más allá de este. Es así como entendemos latrascendencia de Amor. Algunos la comparan con la del alma, ya que ambos existen más allá de las limitaciones de tiempo y espacio.

La lección en este punto es hacernos conscientes en cada momento que Amor es nuestra verdadera identidad ahora y después. Esta identidad es el cimiento fundamental de todas las bendiciones, incluyendo las de Jacob para sus hijos. Todo lo que somos y podemos ser con las bendiciones que somos, lo manifestamos siempre y cuando las impregnemos con los modos y atributos de Amor, que son los medios para manifestar los caminos del Creador, como nos lo enseña Él en su Torá.

El Rey David nos lo recuerda en sus últimas palabras al bendecir a su hijo y heredero, Salomón: “(...) que el Eterno cumpla Su palabra que Él habló concerniente a mí, diciendo: 'Si tus hijos cuidan su camino, caminando ante Mí en [con la] verdad, con todo su corazón y toda su alma, ellos no te fallarán', dijo Él, [como si fuera] un hombre en el trono de Israel” (I Reyes 2:4) y este es el camino donde encontramos nuestra Esencia y verdadera identidad. Debemos entender que Amor es el camino donde nos encontramos a nosotros mismos, y también el medio para encontrar a nuestro Creador. Porque su Amor es la Verdad en la que andamos con nuestro propio Amor.
Publicado por 


PERASHAT VAYEHÍ
Isajar será como un burro…”. 49:14
Yaacob pidió a todos sus hijos que se reunieran junto a su lecho de muerte. Habló a cada uno de ellos y los bendijo. Estas son las bendiciones conocidas como Birkat Yaacob (“bendiciones de Yaacob”); si las estudiamos con detenimiento, encontraremos que describen con detalle los atributos y las características de cada uno de los hijos de Yaacob.
Comenzó con Reubén, que era el primogénito. Siguieron Shimón y Leví, a quienes Yaacob reprochó por haber asesinado a la gente de Shejem. Yehudá fue ascendido a ocupar el puesto de rey, por haber admitido su culpa en el caso de Tamar, su nuera. Siguió Zebulún, que recibió la bendición de la prosperidad en los negocios. Yaacob prosiguió bendiciendo: Isajar será como un burro de robusta osamenta. Explican losJajamim el significado: “La tribu de Isajar producirá estudiosos de la Torá que cargarán con el yugo de la Torá como el asno que lleva su carga”.[1]
¿Por qué Isajar fue comparado con un asno? Si su ocupación era la de estudiar Torá, ¿no sería mejor compararlo con un león u otro animal? La explicación es que la personalidad del asno difiere de la de los demás animales. El asno no se rebela contra su amo cuando se le impone una carga y la soporta pacientemente. La misma característica es distintiva de Isajar; acepta de buena gana el yugo de la Torá de su Amo. Así como al asno no le importa su propio prestigio sino el honor de su Amo, también Isajar, el estudioso de la Torá, desatiende su propio honor y vive para glorificar el Nombre de Hashem. Así como el asno no tiene un establo permanente, pero se agacha para dormir en cualquier lugar, Isajar, el estudioso de la Torá, es capaz de dormir en el suelo y sacrificar las comodidades de la vida con tal de estudiarla.
Todas las necesidades de la Tribu de Isajar eran cubiertas por Zebulún, que fue bendecido con los territorios donde se encontraban los mares y los ríos: En costa de mares habitará; él estará en puerto de navíos. Esto le dio la ventaja de sustraer el jilazón, que era un tipo de molusco del cual se extraía el tinte llamado tejélet, necesario para la confección de los hilos del tzitzit. Este tinte estaba muy bien cotizado y les producía grandes ganancias; además, como habitaban en la costa, adquirieron naves que utilizaban para viajar y comprar y vender mercancías diversas. Esto les generaba grandes dividendos, que compartían con sus hermanos de la Tribu de Isajar, con el propósito de quitarles la preocupación del sustento y pudieran continuar con el estudio de la Torá. Hashem prometió a la Tribu de Zebulún que, gracias a este convenio, recibirían parte del Mundo Venidero que generaban sus hermanos. Es una de las razones por las cuales Zebulún es mencionado antes que Isajar, para mostrarnos que es más grande aquel que hace que otro cumpla una mitzvá que quien la cumple.
Es sabido que los seres humanos dependen económicamente uno del otro. Una persona que monta una fábrica necesita un equipo de obreros y empleados que la operen y controlen la empresa; a su vez, el personal obtiene a cambio por su trabajo el pan de cada día. Vemos un fenómeno bilateral en el cual el rico recibe beneficios de sus empleados y a la vez ellos dependen económicamente de él. Cuando el Todopoderoso manda la bendición al dueño de la empresa, todos sus dependientes se benefician, tanto él como los empleados, de modo que de ello depende su subsistencia.
Pero si, por el contrario, el negocio empieza a decaer, el dueño pierde su capital y se ve en la necesidad de cerrar, todos se ven afectados y tienen que ir a otras empresas a conseguir empleo. Si una crisis afectara a toda una ciudad, ésta se vería en la necesidad de exiliar a todos sus habitantes y tendrían que emigrar a otras ciudades para conseguir sustento. Si todo un país sufre por una crisis económica, entonces esta nación sería borrada del mundo por completo.
El mundo no puede subsistir sin que exista el comercio, y no todos tienen la posibilidad de sentarse a estudiar todo el día desatendiendo sus negocios. Esto en ocasiones es su ocupación total, sin dejar una porción importante de su tiempo para dedicarse al estudio. Para que el mundo subsista, es necesario que haya permanentemente estudio de Torá, día y noche. ¿Qué hizo el Todopoderoso? Ideó una sociedad entre los estudiantes que dedican todo su día al estudio, y los comerciantes, que se ven en la necesidad de ocupar todo su tiempo en los negocios. Esto consiste en la asistencia por parte de los que trabajan, quienes por su falta de tiempo y ocupaciones no pueden dedicarse al estudio, en beneficio de los estudiantes de la Torá, a fin de darles cierta tranquilidad para que puedan dedicarse plenamente a sus estudios. Debido a esta sociedad el mundo permanece en pie.
Pero si en algún momento llegan a separarse, la consecuencia inmediata sería la de aquel país que sería borrado, y esto provocaría que se tambaleen las bases del mundo entero.[2] La de Isajar y Zebulún no es, por tanto, una asociación ordinaria, sino que es una unión santa, una sociedad eterna.
En los tiempos en que se escribió la Mishná, había dos hermanos, uno llamado Shimón y el otro Azariá. Ellos acordaron que Shimón se encargaría de estudiar Torá y Azariá se comprometió a dedicarse a la manutención de las dos familias, y el pago por el estudio sería para ambos. Así hicieron. Encontramos en las mishnayot el nombre de Shimón Ají Azariá, lo cual significa: “Shimón, el hermano de Azariá”.
Podemos ver en esta historia cómo, aunque Azariá no se dedicó de lleno al estudio, su nombre aparece en el Talmud como si él mismo hubiera estudiado todas las leyes que se mencionan en su nombre.
Yaacob Abinu bendice a Isajar diciéndole que es como un burro de carga. El burro, cuando está cargado y llega a su lugar, no intenta sacarse la carga de encima como lo hace el caballo, sino que se sienta y, con la carga puesta, descansa. Eso dijo Yaacob Abinu a Isajar: “Para que seas capaz de llegar a la verdad, es necesario que, incluso cuando descanses, tu carga esté encima”. Esto no exenta a los “zebulunes” de estudiar cuando están libres de la responsabilidad del sustento; tienen además la obligación de comportarse con honradez y con dignidad, como corresponde al hijo del Rey. Esto significa cumplir con las mitzvot como dicta laHalajá. Hay que predisponerse a “cargar” sobre los hombros la responsabilidad de las ordenanzas de Hashem y cumplirlas, aunque en ocasiones parezcan incómodas o pesadas; hay que “poner el hombro” como lo hacía Isajar para soportar su “carga”.
El privilegio más grande que puede tener un yehudí es tomar conciencia de que fue elegido por Hashem para asumir tan importante responsabilidad. Todo yehudí debe llevar siempre consigo, a donde quiera que vaya, su estudio, su kasher, su tefilá, sus berajot, sin importar con quién esté. Esa carga que nos dio Hashem, debemos llevarla con amor y obediencia. Este compromiso será lo que nos ayude a apegarnos más a nuestro Creador y a traer la tan ansiada redención en nuestros días. ¡Amén! ©Musarito semanal
“La mayor recompensa de nuestro trabajo, no es lo que nos pagan por él, sino aquello en lo que nos convierte”.


[1] Midrash Tanjumá.
[2] Las fábulas del Jafetz Jaim, pág. 38; Rab David Zaretzki.
 

 
 Correr como el agua
Encontré cierta vez un libro con dichos del Rebe de Kotzk, conocidos por su agudeza y exactitud para definir cualquier punto. Mayormente, cuando uno por fin “cae” y los entiende, dice: “¡Guau, cómo no me di cuenta de ello!”. Hojeándolo, encontré un dicho que no me llamó tanto la atención, porque la idea ya me era conocida: אין סכנה כסכנת ההרגל, “no hay nada más peligroso que el hábito”. Sin embargo, en su forma de expresarlo había algo que no me dejaba tranquilo; no hay nada más peligroso que el hábito, ni el Huracán Sandy ni la Alemania Nazi, sino el “hábito”.
¿Qué son los hábitos? Un hábito es una conducta repetitiva, más o menos automática, programada por una experiencia previa. Estas acciones subconscientes pueden ser muy útiles en varios aspectos de la vida, permitiéndonos desenvolvernos con eficiencia y sin necesidad de contemplar o pensar en lo que estamos por hacer. Entonces, ¿por qué el Rebe de Kotzk dijo que el hábito es el mayor peligro para la humanidad?
En la Parashá de esta semana leemos que Iacov “bendijo” a Reuvén: פחז כמים אל תותר…, Impetuoso como las aguas, no serás recompensado, pues subiste al lecho de tu padre… Reuvén fue reprendido por su precipitación. ¿Por qué Iacov conectó la prisa con el agua? El agua simplemente fluye, no es lo más “rápido” en la tierra. De hecho, el agua ni siquiera posee velocidad propia. ¿A qué se debe, entonces, la metáfora del agua?
En la persona existen básicamente dos estados: el previamente planificado y el estado de planificación. La gente exitosa siempre planifica de antemano, pues así trabaja más efectivamente. Sin embargo, del otro lado de la moneda están las ocasiones en que nos olvidamos de planificar con anticipación y actuamos en “modo pre-programado” durante mucho tiempo, sin poner atención en cómo avanzan las cosas; y allí estamos en gran peligro. No somos conscientes de dónde nos encontramos, de cómo nos estamos comportando. Somos como el agua que fluye por su cauce; las aguas, es decir nuestras acciones y decisiones, fluyen por el patrón de la rutina, como si fuéramos robots. Las personas que actúan con prisa en la vida, mayormente siguen un patrón que se dictaron a sí mismos. Así la vida pasa sin algún sentido; deslizándose como las aguas y aceptando las cosas según este patrón.
Cuando alguien aprende a conducir, es sumamente cauteloso. Una vez que se acostumbra a conducir y lo hace inconscientemente, puede incluso buscar un número de teléfono en la agenda o golpear al compás de la música mientras conduce. ¿Cuál es el resultado? Accidentes de tránsito; אין סכנה כסכנת ההרגל, los hábitos pueden ser de gran ayuda y productividad para la humanidad, pero del mismo modo son lo más peligroso que existe.
Hay distintas clases de hábitos en nuestro desarrollo diario: hábitos de aprendizaje, de alimentación, religiosos. Llegar tarde a las plegarias, también es resultado de un mal hábito al irse a dormir, sin horario u olvidándose de encender un despertador. Después nos preguntamos por qué nos cuesta tanto concentrarnos…
Tratando de ayudar a un joven que anhelaba mejorar su Jasidut, abrí por primera vez el Tania, gran obra del fundador de Jabad. Allí estudié con el joven que: “la persona se divide en dos; su sabiduría y sus cualidades. La sabiduría es la madre y la conducta es el resultado de su sabiduría”. Abajo había una nota explicativa que decía: si la persona quiere temer y amar a Di-s, debe observar la Creación y reflexionar, como dice el Rambam. Al ver cuán maravillosa es la Creación y ser consciente de su grandeza, queda impactada y crece su amor por el Creador.
Vemos que para cambiar nuestros sentimientos y nuestra conducta, debemos cambiar nuestra forma de pensar. El pensamiento es la Madre y las perspectivas, sentimientos y cualidades son el resultado. Poseemos hábitos de pensamiento y estos son los que dictan nuestros sentimientos. Tomemos como ejemplo a una persona depresiva; como tal se cataloga a personas con hábitos de pensamiento depresivo. Una persona depresiva tiende a ver el mundo como “todo o nada”. Si no poseo un montón de amigos, entonces no tengo amigos. Si no tengo el mejor empleo, hubiera sido mejor estar desempleado. Si no voy a ser el mejor en el Bet Midrash, entonces mejor no voy.  Todos estos pensamientos fluyen por la mente de la persona como el agua, siguiendo el “patrón” de o todo o nada. Los pensamientos pasan tan rápido que la persona ni se da cuenta del daño que se está provocando. No entiende por qué se siente descontento y abatido. Este es el hábito del pensamiento, y no hay nada más peligroso que el hábito.
Sea la voluntad de Di-s ayudarnos a ser conscientes de lo que hacemos, de cómo nos comportamos y de quiénes somos.
Di-s me dotó
 La persona jamás se agota de ser uno mismo, pero si se “agota” de tratar de ser quien no es, ¡porque es algo imposible de lograr! La traducción hebrea de tensión es מתח. Este vocablo se utiliza también para describir una soga estirada: מתוח. Pues la tensión resulta de estirarse demasiado y, aun así, no alcanzar el objetivo.
La mejor forma para disipar la tensión es aceptarse a uno mismo como es y dejar de tratar de ser quien uno no es. En la actualidad, el mundo está más tensionado que nunca; hay más tensión que oxígeno. ¿Por qué? Pues muchos están convencidos de que si tan sólo serían ricos, famosos, atractivos, amistosos o exitosos como sus compañeros, hermanos o demás; entonces comenzarían los buenos tiempos. Sin embrago, como ya veremos, esto probablemente ocurra recién cuando acaben los buenos tiempos
Saltemos por un momento a la festividad de Januká y preguntemos acerca de la suerte final de los Jashmonaim: tras su victoria, esta familia de kohanim (sacerdotes) asumió el reinado sobre el Pueblo de Israel y, como castigo por ello, los cuatro hijos piadosos de Matitiahu cayeron en la guerra. El Talmud (B. Batra 3b) relata cómo llegó el reinado Jashmonaita a su fin, dando comienzo a la era herodiana: Hérodes, esclavo de la familia real de los Jashmonaim, había codiciado a una princesa de la familia. Poco después, oyó una Voz Celestial que decía: ´cualquier sirviente que se revele en este momento, tendrá éxito´. Hérodes aprovechó la oportunidad para asesinar a toda la familia de los Jashmonaim, dejando en vida sólo a la princesa que anhelaba tomar por esposa. Cuando la joven descubrió las intenciones del antiguo esclavo, subió a la terraza y gritó: ´todo quien afirme pertenecer a la familia de los Jashmonaim, no es sino un sirviente, pues toda la familia sacerdotal ha sido extinguida´. Luego se dejó caer y murió.
En la Parashá de esta semana, el Rambam (49,10) expone el motivo de este castigo que mereció la familia sacerdotal: antes de morir, Iacov bendijo a Iehudá diciendo: “el cetro no se apartará de Iehudá“. La familia de los Jashmonaim tenía la obligación de ofrendar sacrificios, no de ocupar el trono real; este estaba reservado para Iehudá. A pesar de la rectitud y santidad de esta familia, su rol no era gobernar al Pueblo.
Rabí Jaim Chechik zt”l, discípulo cercano del Saba de Novardhok, escribe con respecto a esto que cada persona tiene su lugar y su misión, y un plan diseñado a medida para su travesía por este mundo. Cuando uno trata de ser otra persona, aparentemente “bendecida por Di-s”, no recibe Asistencia Divina para lograrlo. Si bien toda la Torá que tenemos hasta el día de hoy fue preservada en aquella generación sólo por el mérito de los Jashmonaim; los cuatro hijos de Matitiahu, todos Sumo Sacerdotes, murieron en forma trágica como resultado por haber tratado de ser quien no debían haber sido.
En este error caen muchas personas. Una persona que, aparentemente, no está tratando de copiar a otros y que niega querer ser exitosa como otro en lugar de ser ella misma; se sonroja al negarlo. ¡Cuán lamentable es que una persona crea que hay otros más importantes que uno mismo! Si es así, ¿quién seráyo en mi lugar? Si, a fin de cuentas, hay un solo yo, y nadie excepto yo puede serlo…
Vemos también en el Rambam acerca de kilaim (Vaikrá 19:19), que el motivo por el cual Di-s prohibió mestizar es porque Él creó las especies con identidad genética a fin de que perduren así hasta el Final de los Días. Al mestizar, uno arruina la Creación Divina; como si consideraría (jas veshalom) que Di-s creó un mundo incompleto. Cada pasto tiene su propio Mazal en el Cielo que lo golpea y le ordena crecer(Bereshit Rabá 10,6). El Universo es manejado con suma precisión e Intervención Divina. Al tratar de ser otra persona, estamos diciendo (jas veshalom): ¡Di-s, Tu mundo es imperfecto! ¡Has cometido un error conmigo!
Rabí Yierujam Levovitz zt”l avanza un poco más, diciendo que si una persona lograría ser otra, no sobreviviría. Pues si los peces necesitan vivir en el agua para sobrevivir y otros animales morirían en semejantes condiciones, mientras que un pez moriría en la tierra con aire fresco; vemos que la fuente de vida no es ni el aire ni el agua. La verdadera fuente es un Di-s Sobrenatural. Cuando una persona trata de ser otra, se aleja de su fuente de Ayuda Divina. Así Di-s la creó y es imposible que sobreviva bajo otras condiciones. Di-s creó el sentimiento de tensión a fin de ayudarnos a descubrir si estamos siendo nosotros mismos o tratando de ser otro.
Es importante internalizar la Intervención y Providencia Divina en todo momento libre. Pues olvidarlo puede provocar mucho daño psicológico. El resultado puede ser un sentimiento de haber sido abandonado u olvidado. En el campo práctico, los resultados son más destructivos aun, pues quizás nunca nos demos cuenta con qué fuimos “dotados por Di-s”.
La maldición de un Patriarca
 Al borde de la muerte, Iacov avinu bendijo a sus hijos; cada una de las doce tribus recibió una bendición “diseñada a medida” para su forma de ser. En la bendición de Shimón y Leví, Iacov los reprende por haber atacado a Shejem: “Sus armas son instrumentos usurpados… Maldita sea su ira, pues es feroz y su furia pues es dura…” (49:5). Rashí comenta que Iacov les estaba diciendo lo siguiente: “la aptitud para matar (al asesinar a los habitantes de Shejem) no es vuestra en esencia. El “talento” de matar le pertenece a Esav; solamente a él lo bendijo mi padre que vivirá con la espada. Vosotros ´robasteis´ la daga a él”.
Lo cual es un poco extraño: ¿cómo Iacov consideró correcto reprocharles cuando se había propuesto bendecirlos?
Rabí Yierujam Levovitz zt”l escribe que este reproche no venía sólo a recriminarles por haber asesinado a una comunidad entera; sino que los estaba reprendiendo por haber robado una cualidad que no les pertenecía. Asesinar, era una inclinación de Esav y no le pertenecía en absoluto a la familia de Iacov. Con su proceder, Shimón y Leví actuaron de una forma contraria a su naturaleza. Por eso Iacov maldijo esta aptitud de Esav que era ajena a su grupo familiar.
A veces nos preguntamos acerca de nuestro comportamiento, nuestros pensamientos o sentimientos, ¿acaso nosotros realmente somos así? No necesariamente. Somos como queremos ser. Si notamos haber actuado de una forma que estimamos muy baja para nuestro nivel, puede ser resultado del contexto social en que nos encontramos. Es posible que hayamos “robado” cualidades negativas de nuestros compañeros y que no son el verdadero yo. Los seres humanos somos criaturas sociables; sumamente conscientes de lo que otros dicen y piensan sobre nosotros; y deseosos por quedar bien. Por eso es tan importante vivir en compañía de personas a quienes respetamos, pues las conductas inadecuadas pueden ocurrir como resultado del querer quedar bien con personas incorrectas. Iacov consideró correcto maldecir la conducta precipitada de sus hijos y decirles que esa no era su verdadera forma de ser, que era una conducta robada de Esav. De hecho, esta era la mejor bendición que como padre podía haberles dado: separar sus acciones negativas de su forma de identificarse.
Es tan lamentable cuando cometemos el error de “decidir” quiénes somos en momentos de caída… Sí, quizás nos lleve toda la vida entender dónde está el verdadero yo, si tan sólo pudiéramos encontrar el anhelo más profundo de este yo; el yo oculto debajo del talit en Iom Kipur y detrás del majzorempapado en lágrimas. Probablemente, este yo esté mucho más cercano a su esencia que el yo posterior a un pecado.
Hay un párrafo en el Rambam, Hiljot Teshuvá 7:3, que puede iluminarnos este concepto: No creas que uno debe arrepentirse solamente de las acciones perversas, como cometer adulterio o robar, sino que es igualmente importante arrepentirse de las cualidades negativas. Mediante una correcta introspección, debemos identificar rasgos de enojo, odio, envidia, celos, inmoralidad, ambición del dinero y honores. De todas estas cualidades y las similares a ellas, uno debe arrepentirse. Y es más difícil rectificar los pecados de carácter que corregir aquellos que son en acción, pues si uno está atrapado en una cualidad, es muy difícil liberarse de ella…
Cabe preguntar: si estas cualidades comprenden un pecado, ¿por qué no forman parte del vidui(confesión)? Nos golpeamos el corazón diciendo que hemos robado, pero no decimos que somosladrones ni nos rotulamos una y otra vez como ambiciosos del dinero. Confesamos haber blasfemado, pero ni mencionamos el odio por nuestros hermanos. Confesamos malas acciones, mas no malas cualidades; así como lo indica el pasuk“confesarán los pecados que hicieron (Bamidvar 5:7). ¿Por qué no confesamos las malas cualidades?
Pues uno no puede confesar ser un ladrón o un asesino, dado que gran parte de la Teshuvá implica decir que lo malo de mis acciones no es mi verdadera identidad. Quizás la persona actuó en base a lo dictado por cierta cualidad, pero esto no necesariamente define su esencia, siempre y cuando en lo profundo de su corazón no es lo que realmente quiere ser. Si una persona sucumbió a la tentación y robó, mas no quiere ser ladrón, entonces no lo es; siempre y cuando remunere a su víctima por la pérdida y prometa no volver a repetirlo… Esto también explica por qué en los Días Solemnes pedimos ser inscriptos en el Libro de los Justos, a pesar de no habernos comportado como tal. Pues la persona puede decidir ser tzadik; y los pecados que lo hacen parecer un rashá no demuestran quién realmente es.
Podemos decidir quiénes somos, a pesar de nuestro pasado. Podemos decidir cómo nos queremos identificar. A fin de cuentas, un diamante empolvado no se valúa de acuerdo al polvo…

12 Tribes of Israel, Issachar, Yissakhar, laden donkey, Torah study, astronomy, rabbi, Jordan river
Clase turista, o First Class

Issajar, como un burro con huesos fuertes...

(Bereshit 49,14)

Como un burro con buenos huesos, que lleva la carga de la Tora como el burro fuerte al que le colocan encima una pesada carga. Y anda de día y de noche, porque no tiene un lugar fijo para descansar, por eso, descansa con su carga a cuestas, en los límites de las ciudades (Rashi).

El Jafetz Jaim, escribió en su libro “Shem Olam”, algunos consejos prácticos para nuestro estudio de la Tora, que los aprendemos de la bendición que Iaacov Avinu le da a su hijo Issajar.
Encontramos aquí, la forma en la que se debe conducir un estudioso de la Tora, que tiene la obligación de estudiar tanto de día como de noche, sin preocuparse ni por descansar ni por los placeres del mundo material.
Este Talmid Jajam, puede descansar “un poquito” cuando termina de estudiar un tratado de la Guemara, y, como es la costumbre, hará una fiesta para honrar a la Tora. Y ahora, ya está preparado para retornar y comenzar a estudiar otro nuevo tratado, estudiando de día y de noche, de la misma forma que el burro se comporta con su carga, que hasta duerme con ella.
Y esto es lo que dijeron Jazal (Tratado de Avoda Zara, hoja 5): la persona debe poner siempre las palabras de Tora sobre sí mismo, igual que el toro hace con el arado, igual que el burro con su carga. El toro fue creado para arar la tierra, arrastrar el arado. Esta parece ser la condición, ya que mientras arrastra el arado, también se va alimentando, comiendo de los pastizales, y esta tierra después brindará sus frutos. Es una condición recíproca, el hombre hace trabajar al toro y mientras trabaja, cobra su salario, comiendo. El resultado de esta combinación son los frutos que la tierra dará más tarde.
La misión del burro es transportar la cosecha después de que creció y fue extraída de la tierra. Y así, salvando las diferencias, debemos ocuparnos del estudio de la Tora. Primero hay que “ocuparse”, esforzándonos para comprender las palabras de la Tora. Más tarde, cuando las cosas ya están más claras, llegó el momento de trabajar con la Tora, y hacer que esas palabras lleguen al corazón, como decimos todos los días en el Keriat Shema, ¿y esto para qué?, ya nos advierte la Tora que si no hacemos así corremos el riesgo de que, lo alenu, estas palabras se escapen de nuestros corazones, por eso, repasando y volviendo a estudiar, además de aprender cada vez más, no corremos el peligro de olvidar...
¿Y por qué los jajamim acentuaron el “poner siempre” las palabras de Tora en nuestro corazón? Para que no pensemos que esto debemos estudiar y esto no, porque puede ser que este tema ya lo estudió otra gente, más sabia que nosotros, entonces, ¿para qué tengo que estudiar también esto? No digamos así, dijeron Jazal que un bebé sigue chupando del pecho de su madre siempre que sienta el gusto de la leche, aunque casi no le quede leche a la madre, mientras el bebé siente el gusto, sigue chupando, y así es con las palabras de Tora. Cada uno de nosotros tiene la Torat Jaim, en algún rincón, en nuestro interior, como está escrito en el “Tana Debe Eliahu”, que cada iehudi tiene preparada su parte. Por eso este “siempre” tan remarcado nos indica que nuestra obligación está en cada parte de la Tora, como si nunca haya sido estudiada, y en el momento de estudiarla y comprenderla, gracias a nuestro estudio, florecerá, como la tierra que fue arada y trabajada por primera vez.

La bendición para Issajar continúa, hablando del descanso y de la pesada carga que lleva. Y preguntamos, ¿cuál es la carga tan pesada para los que estudiamos la Tora? La Tora es dulce como la miel, ¿puede ser una carga pesada? El Jafetz Jaim nos trae un ejemplo sobre esta pregunta, y cuenta sobre un hombre rico, vendedor de piedras preciosas, que viaja hacia una tierra lejana para comprar su mercadería. Llevó gran cantidad de dinero para hacer sus compras, y tenía separada una parte que estaba destinada al viaje de ida y vuelta. Llegó a destino y usó todo el dinero que trajo invirtiendo en piedras preciosas, y sólo le quedó el dinero destinado para el viaje de vuelta.
Ya estaba emprendiendo el regreso, cuando lo intercepta uno de los vendedores del mercado para ofrecerle un gran negocio. Le explica que está muy necesitado de dinero, por lo que le ofrece unas piedras magníficas a un precio increíble, es la gran oportunidad para concretar el mejor negocio de su viaje.
Pero nuestro comerciante ya usó todo su dinero, y le explica que ya no le queda dinero para hacer más compras. El vendedor le pide que aunque no pueda comprar las piedras, que al menos las vea, para entender de lo que estaban hablando, así comprobaría que nunca en la vida había visto piedras semejantes...
Y efectivamente, al ver las piedras, el hombre quedó maravillado, las piedras eran muy valiosas, y el vendedor, por su necesidad las vendía a un precio muy bajo. Ahora estaba confundido, por un lado era una tontería desperdiciar este negocio, pero, por el otro, si le compraba las piedras, ¿cómo haría para solventar los gastos del viaje de regreso? Después de pensar un rato, llegó a la conclusión de que era imposible dejar pasar la oportunidad, y con el viaje se podía arreglar con algunas “privaciones”, que de todos modos serían temporarias.
Usó el noventa por ciento del dinero destinado al viaje para las piedras, y sacó un boleto “clase turista”, en lugar de su acostumbrada “primera clase”. Cuando llegaron al primer lugar de descanso, no alquiló una pieza en el hotel de lujo ni tampoco encargó los manjares de siempre. Durmió en las habitaciones destinadas a la gente pobre y comió con ellos. En una de las paradas, se encontró con un amigo que le preguntó: ¿sos vos?, ¿vos sos el hombre millonario que yo conozco?
-Sí, soy yo, contestó. -Entonces, ¿qué hacés entre la gente pobre?
Vos sabés muy bien cuánto puede sacrificarse un hombre para ganar unos pocos pesos. Ahora, todo el sufrimiento que estoy pasando, me permitirá ganar varios millones. Y le contó el negocio que pudo concretar con la plata destinada al viaje de regreso. Al finalizar el relato le mostró las piedras, y al verlas dijo: puede ser, realmente puedo entender que la compra era obligatoria, lo que no puedo entender es cómo podés soportar estas terribles penurias, cómo podés viajar en esta forma tan incómoda!
-En verdad, contestó el vendedor, por momentos tengo esos pensamientos, pero recupero la alegría abriendo la caja y observando las piedras...
Lo mismo ocurre con nosotros cuando nos resignamos a determinados, digamos “placeres” de este mundo para conseguir más Tora y más buenas acciones, que son las piedras preciosas más grandes y valiosas que podemos encontrar aquí. Y sobre esto ya está escrito en el Pirke Avot: así es el camino de la Tora..., donde quiere enseñarnos cómo conducirnos en estos días contados en el Olam Haze, en la forma más sencilla posible en cuanto a comida, bebida y vivienda, de acuerdo a la importancia que merecen. Así, estaremos en condiciones de adquirir nuestra parte de Tora, que será mejor que cualquier bien material. Y a cambio de ese posible sufrimiento en el Olam Haze, conseguiremos satisfacciones y placeres que perdurarán eternamente.
Y aunque podemos asegurar que el alma, tan espiritual, acepta plenamente este gran negocio, ya que en un tiempo corto (para el alma) la mercadería adquirida fue comprada a un precio muy bajo, de todas formas, nuestra parte material, no del alma sino nuestro pensamiento natural, se opone a este tipo de negocios que demandan sacrificios por adelantado.
Para inclinar la balanza hay que pensar y mucho en lo que el esfuerzo para conseguir Tora y buenas acciones sirve tanto para el alma como para vencer al instinto del mal. Así lograremos que este esfuerzo no sea una carga, como dice el versículo: veremos el descanso que es bueno, ese es el Gan Eden que nos espera, en premio a nuestro esfuerzo.
Traducción y adaptación del libro Ialkut Lekaj Tov.

Leiluy Nishmat

Harab Natan Tzvi Finkel  זצוק”ל

Harabanit Bat Sheva Kanievsky  ע"ה


¿PRETENDEMOS LUCHAR CONTRA LA TORA?
“la corona no se apartará de Iehuda”
(Bereshit 49,10)
Dicen que la historia se repite una y otra vez, y también dicen que el sabio aprende de los errores de los demás. Y más, que el tonto, ni siquiera de su propia experiencia puede aprender.
Por eso y para eso, estudiamos la historia, porque así fuimos ordenados: “recuerda los días del mundo, los años de generación en generación”. Y también, el hombre más sabio que existió, dijo (Kohelet 1,10): hay una cosa que te dice: mira, esto es nuevo, pero ya existió en todos los tiempos que le precedieron. No hay nada nuevo bajo el sol, todo se recicla.
Cuando nos encontramos en el medio de los acontecimientos, corriendo detrás o delante de ellos, no existe la posibilidad de detenernos y pensar, para poder observar y obtener una fotografía panorámica que nos permita orientarnos y elegir hacia dónde ir. Pero, si ponemos el ojo un poquito más lejos, y hacemos una mirada que pueda rodear la escena, ahora entendemos lo que ocurre y es posible determinar el rumbo.
Sobre esto está dicho: ¿quién es el sabio?, el que puede ver el origen, ¿y cómo puede ver y reconocer de dónde provienen las cosas?, haciendo una mirada que rodea todo lo que acontece, que le permite determinar lo que ocurrió antes, y así, ahora puede saber cómo anticiparse a un mal, y orientar la balanza hacia el bien.
¿Y sobre qué estamos hablando? Hablamos sobre lo que ocurre aquí y ahora. Si nosotros pudiéramos leer lo que sucede en nuestros días en un libro de historia, de seguro enloqueceríamos, al comprobar cómo nos negamos a creer: vemos cosas terribles, algo que colapsa, o que se repliega, derrotas y debilitamientos, se cumple esa maldición: “el enemigo te pondrá en venta… y no encontrarás quién te compre” (Devarim 28,68). Y nosotros nos preguntamos: ¿esto también existió antes?, ¿acaso también esto ocurrió en todos los tiempos? Si así fue, debemos y podemos aprender de la historia, y hasta mejorar la situación, deteniendo el círculo vicioso…
Y la respuesta es afirmativa y nos obliga. También aquí, la historia vuelve sobre sí misma, puede comenzar con un suceso antiguo que vivimos hace dos semanas (Januka), y su trágico final está señalizado en la perasha de la semana, con una enseñanza puntual.
Hace aproximadamente dos mil cien años se desarrolló la guerra de la independencia. Los Jashmonaim tuvieron el mérito de burlarse del gran imperio griego, la potencia mundial del momento, con la Ayuda de Hashem y los milagros tan visibles que nos hizo. La guerra de los débiles contra los fuertes, de los pocos contra las legiones de soldados. Esto no era sólo una guerra contra las naciones invasoras, era antes que nada el deseo de cumplir los preceptos, de estudiar Tora, de reanudar el Servicio en el Beit Hamikdash, y de hacer retornar al Sanhedrin a su posición.
Era una guerra llena de santidad, por eso contaba con el apoyo Celestial, por medio de milagros demasiado visibles. Hasta el milagro de la botella de aceite que pudo arder durante ocho días. Ierushalaim fue liberada, el Monte del Templo pasó a nuestras manos, el Beit Hamikdash se purificó, y volvieron a realizarse todos los servicios.
Iehuda Hamacabi, el gran general, el conductor de la revolución de los Jashmonaim, entregó su alma y se convirtió en Cohen Gadol y rey de Israel. Después de su fallecimiento, reinó su hermano Ionatan, y detrás de él su hermano Shimon, y de ellos comenzó una cadena de reyes que se prolongó durante cien años, hasta que desaparecieron súbitamente.
Hordus, el esclavo haedomi que tomó el gobierno para los romanos, el gran imperio de ese momento que dominó todo el mundo, asesinó a Horkenus, el último rey de la estirpe de los Jashmonaim, y a todos sus descendientes de la familia. Pretendió casarse con Miriam, la única sobreviviente de esa gran familia, pero ella decidió poner fin a su vida. Antes de saltar hacia la muerte, dijo: “todo el que quiera engrandecerse argumentando que es descendiente de los Jashmonaim, en realidad es un esclavo”(Kidushin 70b).
Un final terrible, para una familia tan distinguida. Una familia con tantos méritos, en la que todos sus miembros entregaron sus almas para honrar al Cielo y santificar el Nombre de Hashem, y tal vez por eso, se hizo merecedora de numerosos milagros, uno más grande y espectacular que el otro, que revela el amor de Hashem hacia todos sus miembros y hacia el pueblo de Israel. ¿Por qué esta familia tuvo ese final tan cruel y trágico?
La respuesta a esta pregunta nos la brinda el Ramban ztz”l, en nuestra perasha: ellos tomaron para sí el “reino”, a pesar de no pertenecer a la tribu de Iehuda, y la Tora fija su posición inamovible: “la corona no se apartará de Iehuda”, y el castigo fue, ojo por ojo y diente por diente, hasta que Hakadosh Baruj Hu hizo que los esclavos gobiernen sobre ellos, y ellos fueron despojados del reino.
¡Y esto nos puede hacer temblar! Comprobamos que si algo está ordenado en la Tora, no se debe hacer lo que está prohibido, bajo ninguna circunstancia, y en el Cielo no van a dejar pasar la falta. Inclusive si se estableció el reinado, contra lo que está escrito, no podrá sostenerse. ¿Cómo no aprender de la historia, como no aprender la lección? No sólo que la Tora advierte, no sólo que la historia nos enseña, sino que también, los hechos que se suceden nos dan la señal, la luz amarilla se enciende en forma intermitente. Y nos llama a volver a las fuentes, conducir nuestras vidas por el camino de la Tora, y hacernos merecedores de todas las bendiciones que Hashem quiere darnos. Cubrirnos a la sombra de nuestro Creador, y tener todo, todo lo bueno que El quiere para nosotros…
Y esto es cierto en el plano general, comunitario o nacional, internacional, y también en el plano particular, y personal. El hombre que no se deja llevar por los consejos de los malvados, sino que hace de la Tora de Hashem su bien más querido, será como un árbol plantado sobre las corrientes de agua, y tendrá éxito en todo lo que emprenda. Y los malvados, serán como la paja que arrastra el viento. Que nunca el hombre pierda la oportunidad de cumplir un precepto, y nunca ganará pecando. Bendito el hombre que confía en Hashem, y que en Hashem deposita toda su esperanza.
Maian Hashavua.
Leiluy Nishmat
León Ben Ezra ז”ל

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POR FIN EN ESPAÑOL Y EN LA WEB B''H 
LA DICTAMENES SOBRE DIVERSOS TEMAS HALAJICOS SEGUN LA OPINION DE: 

MARAN HAGAON RABENU HARAV OVADIA YOSEF SHELIT''A 

Yad Ezra                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           V'Shulamit 

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El sitio HalachaYomit.co.il, fue creado el año 2005 y su objetivo principal es la difusión del conocimiento y los valores de la Torá, especialmente en distintos temas de la Halajá, poniendo especial énfasis en citar las fuentes y la forma de dictamen halájico. De esta manera, queda absolutamente claro que nuestra Torá es eterna y no existe complicación o interrogante halájico que no halle respuesta en los primeros escritos rabínicos, los posteriores e incluso los contemporáneos, de cuya sabiduría abrevamos nuestra sed de saber.
Gracias a D-os, en la actualidad este sitio cuenta con cerca de doce mil suscriptores que reciben diariamente su “halajá”, al margen de quienes eventualmente ingresan al sitio para consultar su biblioteca halájica.

Todas las halajot y/o dictámenes halájicos están redactados de acuerdo a la visión de nuestro maestro y gran exégeta de la generación Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a, quien es considerado una de las autoridades rabínicas más autorizadas y aceptadas de las últimas generaciones. Esto, de acuerdo al testimonio de los “geoním” y grandes maestros sefaraditas Rabí Ezra Atie z”l, Rabí Efraím Cohen z”l, Rabí Mordejai Sharabi z”l y muchos otros destacados rabinos.

Parte de las Halajot se obtienen de las distintas obras de Rab Ovadia Yosef, Shlit”a, y en aquellos lugares en los que no aparece su opinión sobre el tema, la Halajá la determinamos según lo que dictamina Marán –Rabbenu Yosef Caro z”l- en el Shuljan Aruj –código de leyes judías- y de acuerdo a la opinión rabínica mayoritaria, como acostumbra a hacerlo nuestro maestro Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a. 
En numerosas ocasiones consultamos directamente a Rab Ovadia la forma en que debíamos dictaminar ciertos temas del sitio, y citamos la respuesta en su nombre.

Las Halajot de este sitio tratan los más diversos temas, desde las legislaciones que rigen al Shabbat hasta lo concerniente a las leyes monetarias, daños y perjuicios, etc. De tal forma que, las personas que se suscriban y lean permanentemente el sitio adquirirán, en un lapso relativamente corto, un conocimiento general de las leyes que rigen la vida cotidiana.
En estos momentos el sitio trata exclusivamente temas halájicos, sin embargo, nos proponemos en un futuro cercano extender la temática a la Parashá –porción semanal de la Torá- e incluso otros temas.

Las Halajot de este sitio están escritas por el nieto de Rabbenu Ovadiá Yosef, Shlit”a, Rab Ya´acob Sasson, Shlit”a, integrante del cuerpo de rabinos del centro de estudios Yehave Da´at.

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