בסיעתא דשמיא
PERASHAT BEHAALOTEJA
(Cuando enciendas)
Libro BEmidbar / Números (8:1 a 12:16)
Haftara: Zejaría / Zacarías 2:14-4:7
Este Envio de Torah Semanal esta :
Dedicado a la Refua shelema
( curación completa) de:
HARAV AVRAHAM NISSIM BEN JAVA SHLIT''A
MARAN HAGAON HARAV YOSEF SHOLOM BEN JAIA MUSHKA ELYASHIV SHLIT"A.
Maria Fernanda Bat Dayan Cobos
SRA.RIVKA BAT SARA IMENU
Sra Maria Bat Lola
Sra Aylin Bat Olga
Sra. Leah Zehara bat Miriam
Sra.Rujama Bat Clemencia
Sra.Rina bat Clemencia
Sra.Clemencia bat Tana
Sra.Mayo Bat Tana
Sra Jaya Bat Shira
Sra Maria Barrerio
Sra Mijal Ruby Bat Marlen
Sra Hanna Bat Malka
Sra. Graciela Arenas
Sra. Mariela Barreiro
Sra. Maria Delgado
Angela Bat Orly
Sra. Aylin Bat Aylin
Sra. Nurys Bat Aylin
Sra Nahomi Bat Maria Teresa
Sra. Olga Bat Gloria
Sra. Nohemi Bar Esther
Jaim Yosef Ben Esther
Sr. Alberto Girado Lobo
Sr.Sixto hijo de Juana
Sr. Fabio Camacho
Matitiahu Ben Katerine
Sr.Alfonso Rojas
Avraham Moshe ben Miriam
Sebastián Ben Rujama
Sr.Zevulón ben Alicia
Sr Aaron Ben Sara
David Gabriel Ben Farida
Sr. Soto Forero Hijo de Isabel
Sr. Moshe ben Avraham David ben Maira
Itzjak Ben Sara
Leiluy Nishmatam ( Y por la Elevación de las Almas) de:
MARAN HAGON HARAV MORDEJAI TZEMAJ ELIYAHU BEN MAZAL TOV ZT''L
MARAN HAMEKUBAL HARAV NISSIM PERETZ ZT''L
HaRab Jaim David Ben Shraga Fievel Zukervar ZT''L
Maran HaraB HaGaon Jaim Pinjas Scheinberg ZT''L
Sr. Rafael Oriz Peña Z''L
Sr. Eliecer David Ben Aura Esther Z''L
Harab Amram Horowitz ZT''L
Sr. Martín Lindarte Z''L
Sr. Miguiel Avila Z''L
Sr.Carlos Ben Maria Z''L
Sr. Julio Wasserman Z''L
Iyov Ben Avraham Z''L
Sr. Epifanio Enrique Ben Amada Z''L
Sr. Roberto Ben Blanca Z''L
Sr. Mario Gil Ben Graciela Z''L
Sr. Anibal Ben Clemencia Z''L
Sr. Bernardo Rejtman Ben Meir
ADAEL BEN ELIYAHU Z"L
Sra Aura Ester bat Ana Z''L
Rabanit Bat Sheba Kanievsky, Z”L
Sra. Guillermina Hija de Benigna z''L
Sra. Etelvina Bat Marcelina Z''L
Sra. Margalit Bat Sara
Sra. Dora Bat Juana Z''L
Sra. Flor Lucila Cortes Bat Sara Z´´L
Sra. Maira Maldonado Z''L
Sra. Esther Bat Fanny
YAFFA BAT SARA Z"L
Refua shelema ve Hatzlaja be Kol Maase Yadenu:
Asher Amram Ben Avraham
* Si desea dedicar este envio de Torah, por la pronta recuparacion de un familiar o un amigo o en recuerdo del alma de algun ser querido, por favor envienos un correo a comhebrea@gmail.com con el nombre de la persona y el nombre de su Madre.
Horario del Encendido de Velas para SHABAT en Bogotà,Barranquilla y Cali ,Colombia
Bogotá:
MARAN HAGAON HARAV YOSEF SHOLOM BEN JAIA MUSHKA ELYASHIV SHLIT"A.
SRA.RIVKA BAT SARA IMENU
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Sra Aylin Bat Olga
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Sra.Rina bat Clemencia
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Sra Mijal Ruby Bat Marlen
Sra Hanna Bat Malka
Sra. Graciela Arenas
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Sra. Aylin Bat Aylin
Sra. Nurys Bat Aylin
Sra Nahomi Bat Maria Teresa
Sra. Nohemi Bar Esther
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Sr.Sixto hijo de Juana
Sr. Fabio Camacho
Matitiahu Ben Katerine
Sr.Alfonso Rojas
Avraham Moshe ben Miriam
Sebastián Ben Rujama
Sr.Zevulón ben Alicia
Sr Aaron Ben Sara
David Gabriel Ben Farida
Sr. Soto Forero Hijo de Isabel
Sr. Moshe ben Avraham David ben Maira
HaRab Jaim David Ben Shraga Fievel Zukervar ZT''L
Sr. Martín Lindarte Z''L
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Sr. Julio Wasserman Z''L
Iyov Ben Avraham Z''L
Sr. Epifanio Enrique Ben Amada Z''L
Sr. Roberto Ben Blanca Z''L
Sr. Mario Gil Ben Graciela Z''L
Sr. Anibal Ben Clemencia Z''L
Sra. Etelvina Bat Marcelina Z''L
Sra. Margalit Bat Sara
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Sra. Flor Lucila Cortes Bat Sara Z´´L
Sra. Maira Maldonado Z''L
Asher Amram Ben Avraham
* Si desea dedicar este envio de Torah, por la pronta recuparacion de un familiar o un amigo o en recuerdo del alma de algun ser querido, por favor envienos un correo a comhebrea@gmail.com con el nombre de la persona y el nombre de su Madre.
Horario del Encendido de Velas para SHABAT en Bogotà,Barranquilla y Cali ,Colombia
Bogotá:
Fecha | Hora |
Viernes, 08 Junio, 2012 | Encendido de velas a las: 17:49 |
Shabat, 09 Junio, 2012 | Shabat concluye: 18:41 |
Barranquilla:
Fecha | Hora |
Viernes, 08 Junio, 2012 | Encendido de velas a las: 18:03 |
Shabat, 09 Junio, 2012 | Shabat concluye: 18:56 |
Cali:
Fecha | Hora |
Viernes, 08 Junio, 2012 | Encendido de velas a las: 17:56 |
Shabat, 09 Junio, 2012 | Shabat concluye: 18:48 |
Honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes.Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos.
Es muy importante saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia esta permitido encenderlas después de la puesta del sol
¿SABES DE QUE TE ESTAS QUEJANDO?
ADORMECIDOS
- Rápido Reubén, salgamos, mi cerebro está hirviendo.
______________________________
Hashem le ordenó a Moshé que haga dos trompetas de plata para llamar a la congregación y para avisarles que el campamento debía de levantarse para continuar con el trayecto...
Es interesante notar que la palabra hebrea para trompetas es "jatzotzrót", la cual los sabios dijeron que está formada por las dos palabras hebreas "jatzei tzurot" que significa "medias partes", mientras que la palabra para "plata" es "kesef", la cual proviene de la palabra "kisufin" que significa "añorar" ...
En otras palabras, ¿por qué Hashem eligió justamente trompetas de plata para que por medio de ellas se realice el llamado a toda la congregación?
Para que cada uno recuerde, que uno por uno mismo, uno no es más que una "media parte", siendo necesario que todos añoremos sumarnos y unirnos a todos, para así conjuntamente poder completarnos ...
Por otra parte, cada trompeta debía de ser hecha de una sola pieza de plata, para que cada individuo recuerde que es su deber esforzarse por completar su trabajo de corrección espiritual, pues sólo cuando su alma se mejore y complete, podrá contribuir de mejor y más feliz manera también con el bien común ...
Y esto rige también respecto de la búsqueda de la "media naranja" para aquellos que aún no están casados ...
Y cada uno debe de esforzarse por corregir su alma preparando el terreno para que ese momento llegue ...
Y en lugar de pedir "egoístamente" para que nos aparezca nuestra "media naranja", centrándonos principalmente en nuestra propia felicidad, es mucho mejor que nos concentremos en pedirle a Hashem para que nuestra "media naranja" tenga el "mérito" de encontrarnos a nosotros, enfocándonos en el sufrimiento que ella siente por no habernos encontrado, en lugar de en el sufrimiento que nosotros sentimos por no haberla encontrado a ella ...
Y cuando esas dos mitades se encuentren, el alma finalmente se habrá "completar", accediendo juntos a un nivel de "trabajo espiritual" mucho más grande y elevado aún ...
Todos los matices
Todos los fuegos...
"Ésta es la obra de la Menorá (Candelabro): de oro labrado (a martillo)desde su base hasta su flor estaba labrada; como la imagen que mostró el
Eterno a Moshé, así hizo la Menorá"
En Perashat "Nasó" asistíamos a un momento de gloria para el pueblo que
transitaba el camino hacia su tierra, cuando leímos acerca de la
inauguración del "Mishcán", el Tabernáculo, una suerte de "Santuario Móvil"a través del cual la Providencia Divina "Shejiná" (¡=raíz de Mishcán!)habría de guiar a los Hijos de Israel en su trayecto físico y espiritual
por el desierto.
Y es entonces que, al finalizar los doce días consecutivos de ofrendas a
cargo de los príncipes de las Tribus de Israel, es puesto en funciones el
principal responsable del Mishcán: el Sumo Sacerdote, encargado de llevar a
cabo todo ritual inherente al Santuario.
Precisamente, de la primera tarea a ejecutar por el Cohen Gadol, se ocupa
nuestra perashá en su comienzo: "Habla a Aharón y dile: Cuando enciendas
('Behaalotejá...') las velas, frente a la faz del Candelabro alumbrarán las
siete candelas".
Una idea original en cuanto al aspecto cultual se refiere. La tarea inicial
tiene que ver con "encender las luces", el fuego de la Menorá que ardía
desde cada atardecer y que era misión de Aharón el preservarlo, el elevarlo
-"Behaalotejá"-, haciendo que su fulgor perdurase sin dar lugar a que la
"oscuridad - joshej" forme parte del Kodesh, de lo Sagrado; de aquel
espacio que había consagrado y "encedido" el hombre en su incesante
búsqueda de la Luz de D-s.
El término "Behaalotejá", más que con el sentido superficial de encender
las velas, tiene que ver con un significado mucho más profundo, ya que el
verbo hebreo "Lehaalot", tiene una connotación con el "Hacer Subir",
"Elevar". Así lo entiende Rashí, el comentarista bíblico por excelencia
quien insinúa: "...de momento que la llama tiende a subir, es por ello que
está dicho en el momento de encenderlas el término 'aliá' = Elevación, pues
Aharón debía encender la llama, hasta que ella se elevase por sí misma".Cabe entonces una reflexión: siendo el Sacerdote Aharón la imagen de
liderazgo espiritual de toda una nación, encargado de "intermediar" entre
el hombre de Israel y Su Creador... ¿por qué recaería en él, precisamente,esta tarea tan especial de "elevar el fuego de la Menorá", que en
apariencia resulta de las más "simples" y fáciles de ejecutar por otro de
menor rango?
Y ya que estamos con las preguntas, permítannos agregar un interrogante
más, formulado por nuestros Rabinos -de bendita memoria- a lo largo de las
páginas del Midrash: El 2do pasúk (versículo) de nuestra perashá dice:
"Como la imagen que mostró el Eterno a Moshé, así hizo la Menorá". El hecho
de que nuestro texto diga "Mostró", es motivo de interpretación de nuestros
Sabios, para enseñarnos que "...El Todopoderoso le mostró a Moshé 'con Su
dedo' (la imagen de una Menorá Celestial) y Le dijo: 'Como ésta habrás de
hacer' ".
Por tanto cabe la pregunta: ¿qué le resultó tan difícil de captar a Moshé
Rabenu respecto de la Menorá, en apariencia tan fácil y simple de
construir?
Vayamos al encuentro de nuestras respuestas, compartiendo el vuelo
imaginativo y didáctico de nuestros Sabios, quienes vieron en la Menorá no
sólo un objeto, sino más bien, un objetivo. Y eso ocurre cuando el "adorno"deja su lugar a un sentido vital, imperecedero y altamente significativo...A nuestra primera pregunta, referida al encendido de la misma "hasta que la
llama se elevase por sí misma" responde el Rabino Mordejai HaCohen Z"L:
"...Cada ser humano debe optimizar y pulir, adaptar y ejercitar sus
potencialidades físicas y espirituales, para que ellas y por su propia
naturaleza estén predispuestas y orientadas al Servicio de D-s, de tal
forma que la 'Llama de D-s' ascienda por sus propios medios". ("Ner HaShem
nishmat haAdám", nos dice el versículo que "La Llama, el fuego de D-s es la
Neshamá -Alma- del ser humano". Cada uno de nosotros contiene esa llama que
renueva la existencia cada día.)Quiere decir que cada uno de nosotros ha sido depositario de un "fuego" muy
especial, que debemos preservar, regular, cuidar que ascienda para
elevarnos y realizarnos en el campo de lo humano, a la Imagen de lo
Divino... Así como lo hacía y nos lo insinuaba el Cohen Gadol cada
"comienzo de jornada" en el Santuario.
Nuestra Torá nos propone prioridades que debemos emprender a diario.Considerarnos como si fuéramos "sacerdotes" actuando en nuestro propio
recinto sagrado: la Vida, el hogar, la familia, la amistad, la Fe, las
convicciones... Se nos pide que cuidemos el "fuego", para que una vez
"encendido", pueda elevarse, ascender, "cobrar vida"...que no se apague...
nunca.
En cuanto al segundo interrogante, citaremos al autor del libro Tseror
haMor, Rabi Abraham Sabá Z"L (sabio judeo-español) quien enseña: "...El
texto de la Torá, menciona en lo referido a la construcción de la Menorá,que la misma debería ser de Oro Puro, aunque reitera -y más de una vez- el
término 'Mikshá Zaab', que significa 'Labrado en oro', y el vocablo
'Mikshá' insinúa además que la Menorá debería ser hecha de un solo bloque,es decir, sin cortar ninguna de sus partes".Y agrega el autor: "...Pues no resultará posible elevar el fuego e irradiar
luz a los Hijos de Israel, si éstos no se constituyen en una sólida e
íntegra unión: desde la 'base de la Menorá' -los integrantes del pueblo
simples, pobres e ignorantes-, 'hasta su Flor', o sea aquellos quienes son
sus sabios y hombres prominentes; Todos, como Uno, serán de Oro Labrado
(Mikshá Zahab), unidos de un solo bloque, y no piezas sueltas de un
rompecabezas social difícil de armar: 'Iajad shibté Israel'..."Y finaliza Rabi Abraham Sabá con una gran máxima: "...Y es por ello que la
Torá repite la palabra 'Mikshá' (labrado en un solo bloque), porque
'Mikshá' proviene de la raíz hebrea 'Kashé', que significa: difícil,duro... porque unir es realmente difícil..."El Talmud ya lo afirmaba, cuando sostenía que (Berajot 58): "Así como sus
rostros son distintos, sus ideas y pensamientos son diferentes".
Luz, Fe, Unión, por un lado; Vida, Pasión, Esencia, por el otro... Seis
términos para aplicar a cada uno de los Seis Brazos de nuestra Menorá, que
una vez encendida, los "fuegos todos" deben mirar al brazo central, hacia
el centro. Confluir en un objetivo. No se "ilumina" en general. Debe haber
una dirección cierta. Los seis brazos laterales miraban a la Vela Central
-Séptima y en medio- del Bloque único de la Menorá. Debe haber un
propósito, una meta, una "unión"...Entonces pensemos: ¿es acaso la Menorá un adorno más? ¿O será tal vez el
símbolo que nos debe agrupar humana y judaicamente y llevarnos a la
alternativa diaria de "ser un poco más claros, apasionados, ardientes y
cuidadosos" en nuestros pensamientos y accionar?
¿O tal vez represente el desafío de saber unir a nuestras propias "Bases y
Flores", -extremos sociales-intelectuales- afectivos aparentemente
irreconciliables-, a aquellos quienes no piensan y hacen como nosotros al
Bloque de la Menorá, esta suerte de "Cuerpo Comunitario" sólido, "siempre
encendido y elevado" y no permitir que nunca, nunca se extinga?
Sepamos aprovechar el fuego de nuestra intimidad. Dejemos de encender
"fuegos artificiales", porque son efímeros y se apagan rápido. Cuidemos sí,la Menorá, símbolo de pasión, del cuidado, de una sincera y positiva Unión
Verdadera. Las Tablas de la Ley -Lujot haEben- fueron escritas -dice
nuestra tradición- con "Fuego negro sobre Fuego blanco": Todos los matices,
todos los fuegos...
En resumen, el ejemplo de Aharon Hacohen de encender siempre la Menorá con el mismo entusiasmo, nos enseña la importancia de la constancia y la continuidad, que precisamente reflejan las velas de la Menorá que en ningún momento dejaron de encenderse, ya sea en el propio Bet Hamikdash o en nuestra época como recuerdo del milagro de Januca. Debemos seguir esa línea, con un comportamiento claro en nuestro cumplimiento de las Mizvot, en todo momento y circunstancia, para así poder ser merecedores de recibir en nuestros días la Gueulá Shelemá. Amén
Parte de las Halajot se obtienen de las distintas obras de Rab Ovadia Yosef, Shlit”a, y en aquellos lugares en los que no aparece su opinión sobre el tema, la Halajá la determinamos según lo que dictamina Marán –Rabbenu Yosef Caro z”l- en el Shuljan Aruj –código de leyes judías- y de acuerdo a la opinión rabínica mayoritaria, como acostumbra a hacerlo nuestro maestro Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a.
En numerosas ocasiones consultamos directamente a Rab Ovadia la forma en que debíamos dictaminar ciertos temas del sitio, y citamos la respuesta en su nombre.
Las Halajot de este sitio tratan los más diversos temas, desde las legislaciones que rigen al Shabbat hasta lo concerniente a las leyes monetarias, daños y perjuicios, etc. De tal forma que, las personas que se suscriban y lean permanentemente el sitio adquirirán, en un lapso relativamente corto, un conocimiento general de las leyes que rigen la vida cotidiana.
En estos momentos el sitio trata exclusivamente temas halájicos, sin embargo, nos proponemos en un futuro cercano extender la temática a la Parashá –porción semanal de la Torá- e incluso otros temas.
Las Halajot de este sitio están escritas por el nieto de Rabbenu Ovadiá Yosef, Shlit”a, Rab Ya´acob Sasson, Shlit”a, integrante del cuerpo de rabinos del centro de estudios Yehave Da´at.
El sitio en español es responsabilidad de Rabí Itzhak Fadda, Shlit”a, de Argentina, reconocido por su vasta trayectoria rabínica y sus trabajos de traducción en clásicos como Mesilat Yesharim, Derej Hashem, Emuná Ubitajon, etc,
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Es muy importante saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia esta permitido encenderlas después de la puesta del sol
Resumen de la Perasháh
Mitzvot de la Perashah
De acuerdo al Sefer HaJinuj
- Cumplir con Pesaj Sheni el 14 de Iyar
- El Korban ofrecido en Pesak Sheni debe ser comido con matzot y merorim
- No dejar ninguna sobra del korban Pesaj Sheni para la mañana siguiente
- No romper ningún hueso del korban Pesaj Sheni
- Hacer sonar las jatzotzrot (trompetas) en el Mikdash y ante la batalla
Aharón es instruido sobre el encendido de la Menorá (Candelabro). Moisés consagra a los levitas en su sagrada función en el Mishkán(Santuario), ejercida solo por aquellos que tienen entre 30 y 50 años de edad, tras lo cual pasan a ocuparse en labores mas livianas. Exactamente un año después de la salida de Egipto, Di-s ordena a Moisés que instruya al Pueblo sobre la ofrenda de Pesaj que deberán traer cada 14 de Nisán. Aquellas personas que por ciertas razones no estaban aptas para traer la ofrenda aunque realmente deseaban hacerlo, apelan a Moisés. Di-s les comunica que tendrán una segunda oportunidad para traerla, un mes después, o sea el 14 de Iyar, denominado Pesaj Shení (segundo Pesaj). Cuando las nubes milagrosas que cubren el Santuario se elevan , es indicación para los Hijos de Israel de que deben abandonar un asentamiento para trasladarse hacia otro. En sus viajes son rodeados siempre por esas nubes Divinas que los protegen en todas las direcciones. De acuerdo a lo ordenado por Di-s, se desplaza el Pueblo. El toque de shofar deberá anunciar cada viaje, festividad y también el inicio de una guerra. Moisés invita a Hobab (Itró), su suegro, a que se integre a su nación y los acompañe.
La multitud de pueblos que se había unido a los israelitas cuando salieron de Egipto, nuevamente incitan a estos a transgredir, manifestando en esta ocasión su insatisfacción por el maná y sus ansias de comer carne. Ante la dificultad de Moisés para gobernar por si solo toda la nación, Di-s le ordena designar a 70 ancianos para formar una corte, el primer Sanhedrín, que colaboren con el. Di-s envía una provisión tal de codornices que el pueblo queda saciado de tanta carne. Una plaga castiga a quienes se quejaron. Ante un comentario no apropiado que hace Miriam a su hermano Aharón acerca de Moisés, Di-s le advierte que la profecía de Moisés es superior a la de cualquier profeta y ella es sancionada por sus palabras con tzaraat (una enfermedad de la piel). Moisés pide a Di-s por la pronta curación de su hermana y sólo cuando Miriam se recupera, el Pueblo de Israel prosigue su itinerario”.
¿SABES DE QUE TE ESTAS QUEJANDO?
“Y escuchó Moshé al pueblo que lloraba en (con) sus familias…”(Bemidbar 11:10)
Cuando el Pueblo Judío se quejó a Moshé acerca del man (maná), la Torá dice que Moshé los oyó llorar “lmishpejotav”, en sus familias. Los Sabios explican que en realidad se quejaban de su vida familiar; más precisamente, acerca del hecho de que, ahora que habían recibido la Torá, les estaba prohibido contraer matrimonio con muchos de sus familiares, como hasta entonces. No obstante, a nivel superficial, estaban utilizando el man como una excusa para sentirse infelices.
Esa es la razón por la que hubo tan devastadores resultados. Cuando alguien está molesto por algo, y sin embargo usa otra cosa como excusa, jamás podremos calmarlo completamente, pues nos estamos dirigiendo sólo a la cuestión que él menciona cuando en realidad el problema reside en otra causa.
Es muy sabio recordar esta lección cuando escuchemos quejas o críticas. Debemos aprender a “leer” entre líneas y ver si existe algún problema subyacente fuera del que resulta aparente. Esto se aplica tanto a nivel personal como comunitario, y cuando es tratado correctamente, habrá una gran chance de resolver el problema real. Si se trata de solucionar nuestro propio problema, es menester que seamos sinceros con nosotros mismos, e indaguemos en nuestro corazón a qué se debe nuestro mal humor, nuestra angustia o nuestra ansiedad. No hagamos infelices a los seres que nos rodean dando vueltas por otros caminos que no son los conducentes al verdadero problema. Si sabemos el por qué quizá sepamos el cómo.
(Basado en Rab Shmuel Choueka-Jersey Shore)
ADORMECIDOS
“Y ocurrió que cuando se desplazaba el Arca, Moshé decía: Surge, Hashem!”. (Bemidbar 10:35)
“Cuando tenga algo de tiempo, voy a pensar en pensar”.
En la Torá encontramos en el libro Shemot que cuando Moisés y Aharón le piden al Faraón que deje salir de Egipto a los hijos de Israel pues D´s demanda que los deje libres, el Faraón les dice: “Jamás escuché de vuestro D´s. No tengo intención de liberar a los hebreos. Y si ellos tienen tiempo de ocio para pensar acerca de la libertad, significa que no están trabajando lo bastante duro”. A continuación les dobla la cuota de trabajo a los hebreos (Éxodo 5:1-14).
Nuestras propias vidas están a menudo guiadas por la maliciosa receta del Faraón, sobre que mantenerse ocupado nos “esquilará” los pensamientos. Para infinidad de ciudadanos del mundo la televisión se enciende tan pronto como se despiertan en la mañana. En el auto la radio suena y aturde. Las noches se llenan con un poco más de televisión y quizá algo de Internet. Y después, a dormir.
Ningún momento del día es reservado para la calma meditación que nos permita considerar quiénes somos y de qué se trata nuestra vida. No parecemos dejar tiempo en las diarias actividades para pensar acerca de las cosas. Trabajamos cada parte del cuerpo, nos ejercitamos para asegurarnos de que nuestro corazón funcione correctamente, para tonificar nuestro abdomen que llenamos con tanta comida. Dedicamos largas horas al trabajo en la oficina para traer buen dinero a fin de costearnos esas vacaciones donde podamos sentarnos en la playa y… adivine qué. Sí, no pensar en nada.
Descuidamos el más sorprendente instrumento que nuestro cuerpo posee que es el cerebro humano y su capacidad para pensar. En lugar de eso, es como que atravesamos la vida haciendo lo que hacemos y viviendo como vivimos “porque eso es lo que todos los otros hacen”, pero sin pensar demasiado en por qué vivimos de esta forma, en el significado de la vida y en otros importantes interrogantes que requieren una honda introspección en nuestra alma.
Albert Einstein una vez dijo: “Aquel que alegremente marcha con la tropa ya se ha ganado mi desdén. Se le ha concedido un gran cerebro por error, pues para él la médula espinal sería suficiente”. (Y eso viniendo de aquel que, cuando investigaron su cerebro al morir, los científicos descubrieron que sólo usó una fracción de su total capacidad. ¡Huy!).
Cierto orador citó las siguientes estadísticas: “Un 1 por ciento de la población piensa. Un 4 por ciento de la población piensa que piensa. ¡Y un 95 por ciento moriría antes de pensar! Está bien, tal vez esta estadística sea muy exagerada pero lo esencial es que no nos damos mucho tiempo para pensar y quizá, es más fácil marchar con la tropa y no darle a la vida demasiada reflexión.
Lo gracioso es que muchas personas, al concurrir a una conferencia de Torá o a un curso de estudio que provoca su reflexión, les duele pensar, se tensionan por ese “ejercicio” al que no están acostumbradas. “Ay, necesitamos un recreo”.
Esto es, en realidad un fenómeno que también en cierto momento afectó a nuestros ancestros en el desierto. En la porción de esta semana de la Torá, encontramos algo extraño que no vemos en ningún otro lugar de la Torá: los dos versículos que comienzan con “Va´Iehí binsoa ha-arón…” (Bamidbar 10:35-36) están rodeados de dos letras nun (n en hebreo) invertidas, que sirve para separarlos de los versículos que los anteceden y de los que los suceden.
Ramban (Najmánides), el clásico comentarista medieval de Torá, explica que estas dos extrañas letras hebreas al revés, crean un intervalo entre dos transgresiones que el pueblo judío cometió cuando viajaron desde el Monte Sinai donde recién habían recibido la Torá. El pecado más obvio, aquel de quejarse (¿qué más hay de nuevo?) esta mencionado al comienzo del capítulo 11, justo después de la segunda nun particular. Al primero se alude en el versículo 33, justo antes de la primera nun invertida, donde la Torá declara que el pueblo judío dejó la montaña de D´s. El Ramban comenta que “escaparon de la montaña de D´s como un niño corriendo fuera de la escuela al final del día”. Estaban contentos de dejar ese lugar sagrado porque D´s podría darles más mandamientos. Los judíos estaban sentados en clase, en la escuela del Monte Sinai, estudiando Torá y pensando intensamente acerca de la vida y de nuestro propósito aquí en la tierra, cuando de repente… suena la campana y ¡BUM! ¡Allí salen corriendo!
- Rápido Reubén, salgamos, mi cerebro está hirviendo.
- Vamos, muchachos. ¡Yo salgo antes de que el Maestro nos dé más tareas!
Y esto fue considerado un pecado por parte del pueblo judío. D´s nos está diciendo: “Finalmente tienen la oportunidad de estudiar y concentrarse y reflexionar acerca de las cosas importantes en la vida ¿y salen corriendo dando un portazo apenas la lección termina?”.
Tristemente, sin embargo, ésta es la naturaleza humana. No es tan fácil invertir el tiempo pensando seriamente acerca de nuestras vidas y hacia dónde nos dirigimos. Incluso si nos arreglamos para tomarnos algún tiempo fuera de nuestra ocupada agenda de trabajo a fin de utilizar una pequeña porción de ese tanque del pensamiento llamado cerebro, lo hacemos apresuradamente y no de forma placentera.
Decidámonos a asistir periódicamente a ese curso de Torá, a pensar acerca del “gran cuadro de la vida” (lo que es muy recomendable considerando la falta de esa actividad entre la población general), sin anhelar volver a la “droga” de la televisión o al ruido de la calle. D´s nos ha dado ese grandioso y enorme cerebro entre nuestros hombros para usarlo y evaluar nuestra existencia, para constantemente desafiar y repensar las cosas que hasta ahora creímos que eran verdad, para crecer espiritualmente a través de nuestra reflexión y de nuestro estudio del conocimiento Divino. Con ese propósito se nos dio la Torá.
¿Sabemos lo que significa ser judío y vivir como tal? ¿O caminamos junto a la tropa obnubilando nuestro pensamiento? Podemos descubrir que hasta ahora pensábamos que pensábamos pero que eso no era pensar en absoluto. Vale la pena el cambio. ¡¡Animémonos!!
¿Qué piensa usted sobre esto?
(Adaptado de palabras de Rab David Zauderer-Atlanta-U.S.A.)
Publicado en Sucat David
La conducta de los quejosos. | |||||
Los hebreos están ya en camino hacia la tierra Prometida, D-s los conducía y los vigilaba: por orden del Señor se ponían en marcha, y he aquí que en vez de estar contentos por haber salido de la esclavitud y de vivir una vida de completa libertad sin problemas, los hebreos comienzan a añorar y ansiar la esclavitud egipcia.No es la primera vez, ya después del éxodo de Egipto, al ver que los egipcios marchaban tras ellos, se olvidaron de todos los grandes milagros que vieron con sus propios ojos, (el paso del mar rojo, etc.)Todos los milagros son olvidados por los hebreos, y desde las alturas espirituales a las cuales se elevaron descendieron a un profundo pesimismo y descontento, y a pesar de haber ya probado el grano celestial (maná) desearon la cebolla y el ajo.Y así leemos en la Parashá:Sucedió que el pueblo empezó a quejarse de su mala suerte a los oídos del Eterno… (Bamidbar 11:1).Cierto que no es fácil pasar por un desierto lleno de escorpiones y serpientes, en medio de un calor agobiante, pero en vez de reaccionar como personas maduras, viendo la meta ante ellos, reaccionaron con palabras agresivas y quejas pesimistas, demostrando su fracaso.Y si preguntas acaso ¿todo el pueblo se revelo o parte de ellos? leemos en la Torá Oyó al Eterno y se encolerizó, ardió su fuego entre ellos y devoró el extremo del campamento, y explica Rashi, sobre estas últimas palabras, que los rebeldes se encontraban entre los más bajos de ellos esto es la mezcla de gente, no hebreas (Erev- Rav) que salieron con los hebreos de Egipto (11:1), pero su influencia cubría a todo el pueblo.¿Y cual fue el final de este episodio?Ardió su fuego entre ellos, y devoró en el extremo del campamento, si no fuera por este pecado en tres días podían haber entrado a Eretz Israel.La primera crisis en el desierto terminó cuando el pueblo clamó a Moshé, y este oró al Eterno y apagó el fuego.Se apagó el fuego pero no se solucionó el problema ya que poco tiempo después somos testigos de una segunda rebeldía de los hebreos hacia D-s.EL ANTOJO DE LA CARNE.Y la chusma (que de Egipto venia en medio) del pueblo se dejó llevar de su codicia vehemente, y también los hijos de Israel tornaron y lloraron diciendo: ¿quién nos dará de comer carne?Nos acordamos del pescado que en Egipto comíamos gratuitamente, de los pepinos, las sandías, el puerro, las cebollas y los ajos.Y ahora nuestra alma está seca, sin nada, solo hacia el maná se dirige nuestra mirada (Bamidbar 11:4-6).Al leer estos versículos tenemos la sensación que no concuerda con la amarga realidad vivida por los hebreos en Egipto.
¿Acaso no trabajaron con arcilla y ladrillos he hicieron todas las tareas del campo? ¿Dónde quedó la amargura por el trabajo duro, y las tareas difíciles?
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La purificación de los Leviím antes del servicio | |
align=”justify”>Después de que los Levím fueron elegidos para ayudar a los Cohanim en el Mishkan; HaShem ordenó que ellos quedaran santificados para su avodá. : “Reúne a los Levím y purifícalos como Yo te ordeno”, l e dijo HaShem a Moshé.
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BEHAALOTEJA -ENTENDIENDO LAS QUEJAS (por Rab Isaac Benarroch)
“Y el pueblo estaba como quejándose de algo malo en los oídos del Eterno; el Eterno escuchó se y encendió Su ira.” (Bamidbar 11:1)
Cuando el pueblo de Judío estaba por entrar a Eretz Israel, comenzaron a quejarse ante Dios. No se entiende de inmediato los motivos de sus quejas. Rashi explica basado en Sifri, que lo cierto era que no tenían ningún motivo específico para quejarse y que solo estaban buscando un pretexto para alejarse de Hashem [1]. En base a este pensamiento, el Sforno explica que no tenían ninguna razón por la cual quejarse, sino que aparentaban quejarse de las dificultades de la travesía. Estas explicaciones ayudan a responder a la pregunta ¿porque la Tora escribe que ellos eran “como” quejones?[2] Es posible responder que la Tora está aludiendo a que se estaban quejando por nada, o sea eran “como” quejones, que inventaron una queja.
Aprendemos del Sifri que hay ocasiones cuando la persona crea una discusión aunque realmente no cree en lo que está diciendo, pero lo utiliza como una excusa para justificar una forma indeseable de su comportamiento. En el caso de los mitonenim esta conducta no deseada se manifiesta en el deseo de alejarse de Hashem.
Veamos un ejemplo más notable de cuando una persona no expresa lo que verdaderamente quiere decir. En la discusión entre Caín y Hevel, la cual termino con la muerte de Hevel, la Tora nos cuenta que Caín habló con Hevel antes de matarlo, “Y hablo Caín a su hermano Hevel y mientras estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Hevel y lo mató” (Bereshit 4:9) la Tora no nos dice que fue lo que Caín hablo con Hevel. El Targun Yonatan nos explica que las palabras que Caín hablo fueron palabras de Kefira, (renegar a Dios) argumentando que no existía Hashem y tampoco la recompensa y el castigo. Discutieron, y en medio del altercado Caín mato a su hermano. Rav Yissajar Frand Shlita pregunta, ¿porque la Tora se abstuvo de presentar este debate filosófico que parece fundamental, dejando en manos de Jazal el completar los detalles? Él nos responde que la Tora nos quiere enseñar que Caín no necesariamente creía en lo que estaba diciendo, que solo estaba buscando una excusa para iniciar una discusión con su hermano. La Tora se abstuvo de escribir las palabras de Caín ya que eran irrelevantes. Vemos una vez más que los argumentos apasionados de una persona pueden ser solo una pantalla para ocultar sus verdaderas intenciones.
En este sentido se cuenta la historia de un cierto número de bajurim de la yeshiva de Volozhin que al abandonar la yeshiva se apartaron por completo de la observancia de la Tora. Años más tarde cuando se encontraron de nuevo con su Rosh yeshiva el Rav Jaim de Volozhin zt”l, le dijeron que tenían unas Kushiot [3] acerca del pensamiento de la Tora que querían exponerle.
Antes de que pudieran preguntar el Rav les interrogo retoricamente, ¿que vino primero, las kushiot que tenían, y estas eran la causa de haber abandonado el judaísmo, o dejaron primero el judaísmo y luego vinieron las kushiot? Su punto central era que ellos no habían abandonado el judaísmo por cuestiones filosóficas profundas, sino que primero abandonaron el judaísmo y luego vinieron las kushiot para dar un velo de validez a su comportamiento indeseable [4].
Este fenómeno sigue siendo común hoy en día. Rav Dovid Orlofsky Shlita cuenta de un mashguiaj de una yeshiva que se acercó a él para consultarle acerca de un bajur que tenía dudas de Emuna (fe), y se estaba empezando a involucrar en actividades sospechosas. Le contó que había pasado mucho tiempo discutiendo con el bajur acerca del pensamiento judío, de las enseñanzas de grandes pensadores judíos como Maimonides y el Rav Yehuda Halevi [5], sin embargo nada de esto había ayudado, y el chico se fue por un camino lejos de la Tora. El Rav Orlofsky le explicó que estaba claro que el bajur no tenía verdaderos problemas de Emuna, sino que le gustaba más ir de paseo a la ciudad que sentarse a estudiar en el Beit Midrash! Todos los argumentos filosóficos del mashguiaj llegaron a oídos sordos ya que no significaban nada para ese chico. Era más provechoso tratar los motivos que lo condujeron a apartarse del ambiente de la yeshiva.
¿Cómo se puede desarrollar la habilidad de discernir cuando una persona dice algo, pero en realidad no significa lo que está diciendo? El incidente de los mitonenim ayuda a responder a esta pregunta. El pueblo empezó a quejarse de lo difícil del viaje, la Tora nos dice: “Vayshma (escucho)” [6] ¿que nos viene a enseñar la Tora al decirnos el obvio significado de la palabra “y escucho”? El verbo “lishmoa” no solo quiere decir ‘escuchar’, también significa ‘entender’. Por lo tanto la Tora nos está diciendo que Hashem escuchó y entendió las verdaderas intenciones de la gente, que no tenían ningún pretexto real, y que únicamente deseaban alejarse de Él, por lo tanto reaccionó de acuerdo.
Por supuesto que no somos capaces de adivinar los pensamientos de una persona, sin embargo podemos aspirar a imitar a Hashem discerniendo lo que Él nos quiere decir, cuando nos dice algo, y así llegar a una comprensión más exacta del real significado. Por ejemplo, una persona puede preguntar ¿porque hay tanto sufrimiento en el mundo? Hay muchas razones de porque se puede llegar a preguntar esto. Puede ser que haya experimentado una tragedia, puede ser que sinceramente quiere saber la causa de esta difícil cuestión, o puede simplemente abordar el tema para atacar al judaísmo. La única manera de discernir su verdadera intención es investigando más en el motivo que lo lleva a preguntar esto, así se puede tratar su verdadero problema. Así mismo, un niño puede quejarse de que no le gusta la escuela, y los padres pueden tomar esta queja en su simple significado y tratar de ayudarlo a disfrutar más el aprendizaje. Sin embargo, investigando un poco más, pueden encontrar que el niño no tiene problema con la escuela, sino que es otro el asunto. Por ejemplo, que otro niño lo esté golpeando y por eso no le gusta ir a la escuela. Con este entendimiento los padres pueden ahora abordar el buscar la verdadera solución de forma eficaz.
Las lecciones de este episodio de los mitoneneim, son tan importantes para nuestros días, así como lo fueron en el desierto. Que seamos meritorios de aprender a imitar a Hashem y llegar a entender el verdadero significado de las palabras de la gente.
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[1] Behaalotecha, 11:1, citando el Sifri 11:1.
[2] Ver Ayelet HaShachar del Rav Aharon Yehuda Leib Shteinman Shlita, Behaalotecha, 11:1, quien hace esta pregunta.
[3] Una kushia es una pregunta que ayuda a probar cierto punto específico. En contraste con una sheela que es una pregunta para lograr mayor información.
[4] Esto no quiere decir que un judío no deba formular preguntas sobre Emuna, siempre que estas preguntas provengan de un genuino deseo de llegar a la verdad. Sin embargo, muchas veces son en realidad una mera excusa de la persona para alejarse del Judaísmo.
[5] El escribió un gran trabajo filosófico, el Kuzari, donde define las bases filosóficas del Judaísmo.
[6] Por ejemplo al principio de la Parsha Yitro la Tora nos dice que Yitro “oyo”, y en la Shema decimos, ‘Shema Israel’. En ambos casos la palabra escuchar implica un nivel de entendimiento más elevado que simplemente oir.
"Y separarás a los Leviim de los hijos de Israel y serán para Mi los Leviim".(Bamidvar 8, 14).
Si el Judaísmo aspíra a la unión, ¿por qué Hashem ordenó separar para "Sí" a la tribu de Levi de todo el resto de las tribus?
Debemos de comprender que unidad no significa homogeneidad, y que por el contrario, a la unión verdadera se puede llegar solamente cuando partimos de entidades que a priori se encontraban claramente diferenciadas.
Y Hashem diferencia a la tribu de Levi, para distribuir a sus integrantes entre todo el resto de las tribus de Israel, para que ellos sean los maestros y guias espirituales del resto de las tribus, ayudándolos justamente a vivir en armonía y poder mantener dicha unión.
Y no casualmente Levi es el tercero de los hijos de Yaacov, pues el tercero representa justamente a la unidad, pues está escrito que "un nudo triple no con facilidad se separa", además del hecho en si que tenemos "tésis, antítesis y sintesis", representando el "tercero" a la "sintesis" que encuentra el común denominador entre la "tésis" y la "antítesis" ...
Y la mejor forma de contribuir con la unión y la armonía en el mundo es cuando cada uno procura cumplir con su propia función de la manera más correcta y provechosa, procurando que aquello que hace no entre gratuitamente en conflicto con otras personas o entidades existentes en la realidad ...
Y cuando trabajamos genuinamente mancomunando esfuerzos para así contribuir con el bien común, todos podemos unirnos con todos, superando las diferencias en pro de la felicidad y del bien general ...
"Haz para ti dos trompetas de plata, labradas a martillo, para el llamado de la congregación y para que se levante el campamento" (Bamidvar 10, 2).
Hashem le ordenó a Moshé que haga dos trompetas de plata para llamar a la congregación y para avisarles que el campamento debía de levantarse para continuar con el trayecto...
Es interesante notar que la palabra hebrea para trompetas es "jatzotzrót", la cual los sabios dijeron que está formada por las dos palabras hebreas "jatzei tzurot" que significa "medias partes", mientras que la palabra para "plata" es "kesef", la cual proviene de la palabra "kisufin" que significa "añorar" ...
En otras palabras, ¿por qué Hashem eligió justamente trompetas de plata para que por medio de ellas se realice el llamado a toda la congregación?
Para que cada uno recuerde, que uno por uno mismo, uno no es más que una "media parte", siendo necesario que todos añoremos sumarnos y unirnos a todos, para así conjuntamente poder completarnos ...
Por otra parte, cada trompeta debía de ser hecha de una sola pieza de plata, para que cada individuo recuerde que es su deber esforzarse por completar su trabajo de corrección espiritual, pues sólo cuando su alma se mejore y complete, podrá contribuir de mejor y más feliz manera también con el bien común ...
Y esto rige también respecto de la búsqueda de la "media naranja" para aquellos que aún no están casados ...
Y cada uno debe de esforzarse por corregir su alma preparando el terreno para que ese momento llegue ...
Y en lugar de pedir "egoístamente" para que nos aparezca nuestra "media naranja", centrándonos principalmente en nuestra propia felicidad, es mucho mejor que nos concentremos en pedirle a Hashem para que nuestra "media naranja" tenga el "mérito" de encontrarnos a nosotros, enfocándonos en el sufrimiento que ella siente por no habernos encontrado, en lugar de en el sufrimiento que nosotros sentimos por no haberla encontrado a ella ...
Y cuando esas dos mitades se encuentren, el alma finalmente se habrá "completar", accediendo juntos a un nivel de "trabajo espiritual" mucho más grande y elevado aún ...
"Cuando sean tocadas toda la comunidad se reunirá en la entrada del Tabernáculo. Cuando suene una sóla, se congregarán solamente los jefes de tribus y de millares. Cuando toquéis estridentemente, emprenderán la marcha los campamentos que acampan al oriente. Cuando toquéis estridentemente por segunda vez, partirán los campamentos que acampan al sur. Para reunir a la congregación, no tocaréis estridentemente".(Bamidvar 10, 2).
Es decir, existía una manera sumamente específica de llamar mediante las trompetas, para cada una de las acciones que se debían pertinentemente de hacer.
Y toda la congregación debía de conocer a la perfección el significado de cada uno de los sonidos, estando atentos a los mismos para no cometer errores ...
Y esto también sirvió como valor agregado, para ayudar a que el pueblo de esclavos que había salido de Egipto, el cual estaba acostumbrado a actuar mecánicamente realizando las mismas tareas que les habían ordenado realizar, de pronto tenga que estar atento y prestar atención, actuando con conciencia, lo cual es una condición sine qua non, para poder decir que uno es realmente libre ...
Y también hoy en día, debemos de aprender a estar alertas a las señales que Hashem nos envía asiduamente desde el Cielo tanto a nivel nacional como a nivel particular, para hacer aquello que se requiere de nosotros que hagamos, no quedándonos "dormidos" perdiéndonos de "movernos" cuando tenemos que movernos y de realizar aquello que se nos "indica" que es menester realizar ...
Y si tenemos dudas acerca de si escuchamos adecuadamente o no el "sonido" o el "mensaje", existen personas sabias a quienes se les puede consultar, las cuales con la ayuda de Hashem pueden servir para instruirnos y orientarnos ...
Es decir, existía una manera sumamente específica de llamar mediante las trompetas, para cada una de las acciones que se debían pertinentemente de hacer.
Y toda la congregación debía de conocer a la perfección el significado de cada uno de los sonidos, estando atentos a los mismos para no cometer errores ...
Y esto también sirvió como valor agregado, para ayudar a que el pueblo de esclavos que había salido de Egipto, el cual estaba acostumbrado a actuar mecánicamente realizando las mismas tareas que les habían ordenado realizar, de pronto tenga que estar atento y prestar atención, actuando con conciencia, lo cual es una condición sine qua non, para poder decir que uno es realmente libre ...
Y también hoy en día, debemos de aprender a estar alertas a las señales que Hashem nos envía asiduamente desde el Cielo tanto a nivel nacional como a nivel particular, para hacer aquello que se requiere de nosotros que hagamos, no quedándonos "dormidos" perdiéndonos de "movernos" cuando tenemos que movernos y de realizar aquello que se nos "indica" que es menester realizar ...
Y si tenemos dudas acerca de si escuchamos adecuadamente o no el "sonido" o el "mensaje", existen personas sabias a quienes se les puede consultar, las cuales con la ayuda de Hashem pueden servir para instruirnos y orientarnos ...
Reflexiones sobre Beahaloteja
Por Rav Marc D. Angel
Traducido al Español por la Dra. Myriam Frydman
Educando a los hijos y a los alumnos
En la descripción de la obligación de Aarón de encender la Menorah, la Torá emplea la palabra "Beahaloteja", que quiere decir "cuando eleves las luces". Rashi comenta que esta palabra sugiere que Aarón debía encender las luces hasta que ellas pudieran elevarse por su propia cuenta. Los rabinos han aplicado este mensaje a las relaciones padre-hijo y a las relaciones profesor-alumno. El objetivo del padre y del profesor es encender la llama del entusiasmo y el interés en sus hijos y en sus alumnos. Esto solo se logra cuando los hijos y los alumnos son capaces de “elevarse por su propia cuenta”, es decir, cuando tienen el empuje y la fuerza interior para llegar a ser individuos independientes. Los padres deben guiar a sus hijos en los caminos de la tradición de la Torá, a fin de que los hijos se conviertan en judíos observantes y conocedores, que preserven la tradición por su propia cuenta. Los profesores deben instruir a sus alumnos de tal manera que ellos quieran estudiar más y aprendan a investigar en forma independiente.
La clave para tener éxito en la tarea de educar a los hijos y a los alumnos es involucrarse sinceramente en el proceso. Los padres que aman la tradición les pueden transmitir mejor ese amor a sus hijos. Si ellos rara vez asisten a la sinagoga o lo hacen a regañadientes, los hijos aprenden esta actitud con suficiente rapidez. Si los padres no observan y estudian la Torá ellos mismos, no se puede esperar que los hijos de repente sean capaces de “elevarse por su propia cuenta". De igual manera, si los profesores no están genuinamente interesados en sus clases y no les importa en realidad qué tan bien aprenden los alumnos, entonces es mucho menos probable que los alumnos avancen adecuadamente en sus estudios.
A veces la gente habla con respeto acerca de antepasados y/o profesores piadosos que eran versados en Torá. Aunque puede ser meritorio tener antepasados respetables, es aún más importante tener descendientes y alumnos respetables. Elevar las luces de las futuras generaciones requiere un tremendo esfuerzo, sacrificio, devoción y amor. Exige que los padres, abuelos y profesores, den todos ellos un ejemplo adecuado.
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"El libro inconcluso"
La parashá de Behaalotejá contiene un estilo único en la Torá: dos versículos cerrados, como entre corchetes, por letras escritas en todo rollo de Torá en forma invertida de cada lado. Las letras que están invertidas son dos "nun" y la impresión que ellas dejan es que estos versículos están escritos entre paréntesis.
"[Y cuando se desplazaba el Arca, Moshé decía: Levántate, D'os! Que se dispersen tus adversarios, y los que Te odian que huyan de ante Ti. Y cuando el Arca se posaba decía: Retorna D'os a las miríadas de miles de Israel!]" (10:35-36).
El Talmud y el Midrash dan una explicación para este fenómeno:
"Esta sección tiene señales arriba y abajo para informarte que este no su lugar apropiado" (Shabat 115b-116a).
De acuerdo al Talmud, estos versículos son en verdad parentéticos, puesto que fueron sacados del contexto correcto y puestos aquí. Generalmente, nosotros encontramos diferentes opiniones entre los distintos comentaristas del Jumash respecto de la correcta secuencia de los eventos escritos en la Torá (o la pregunta más básica es si hay siquiera una secuencia). Sea lo que sea, aún de acuerdo a la opinión que dice que la Torá no escribió los eventos siguiendo una secuencia, es curioso que específicamente en este caso la Torá misma puso una marca para indicar la "enmendación".
Sin embargo, el Talmud agrega otro detalle:
"Nuestros Rabinos enseñaron: 'y fue cuando el Arca viajaba que Moshé dijo, [etc.]': para esta sección D'os, dió señales arriba y abajo, para enseñar que este no es su lugar. Rabí dijo: nos es por eso, sino porque es un libro separado. Rabí Shemuel ben Najmani, en nombre de Rabí Ionatán estuvo de acuerdo: "ella [la sabiduría] ha cortado sus siete pilares": esto se refiere a los siete Libros de la Torá" (Shabat 115b).
Los siete "pilares de sabiduría" en el libro de Mishlé se refiere a los siete libros de la Torá. Esta referencia presenta una dificultad para aquellos de nosotros que conocemos sólo cinco libros de la Torá (y es por eso que se lo llama Jumash - de la palabra jamesh (cinco)). El Midrash pregunta:
"¿No hay cinco [libros de la Torá]?" (Bereshit Rabá 64:8).
Esto corresponde a Números, el cual completa los siete libros de la Ley. ¿Pero seguro que hay sólo cinco? La razón para esta declaración es que Bar Kapará contó la sección de Números desde el comienzo hasta 'cuando el Arca viajaba' (Números 10:35) como un libro, y 'Cuando el Arca viajaba' y el versículo siguiente como un libro separado. Y del final de esa sección hasta el final del libro de Números, como otro libro separado" (Midrash Rabá Génesis 64:8).
El Midrash explica que hay, en verdad, siete libros: 1. Bereshit, 2. Shemot, 3. Vaikrá, 4.Bamidbar hasta estos dos versículos (sin incluirlos), 5. Estos dos versículos, 6. El resto de Bamidvar, 7. Devarim. Decir que el libro de Bamidvar se puede dividir en dos partes es entendible - aún si perdemos la fórmula de los familiares "cinco libros" en el proceso. Pero ¿cómo es que dos versículos aislados pueden conformar un libro por sí mismos? Debemos señalar que la idea que opina que estos dos versículos forman un libro separado no es singular. La Mishná en Iadaim la cual trata sobre la santidad ritual de las Escrituras enseña:
"Un rollo en el cual la escritura se ha borrado y 85 letras quedaron, tantas como hay en la sección que comienza: 'Cuando el Arca viajaba…' deja las manos impuras" (Iadaim 3:5).
La sección de Shabat citada anteriormente, la cual presenta la idea de los siete libros, fue la continuación de la pregunta halájica con la cual el Talmud se enfrenta, nombrando el tipo de escritura que puede ser salvada en caso de un incendio que ocurra en Shabat. En ese caso, así como en el tema de la santidad ritual de las Escrituras, la conclusión es que el mínimo requerido para ser considerado un "libro" son 85 letras.
Entonces, nosotros vemos que estos dos versículos son considerados para algunos temas legales como un libro. Nuestro entendimiento de que hay sólo Cinco libros de Moshé es de alguna manera inquietante. Para entender este fenómeno, debemos mirar más de cerca al contexto en el cual estos dos versículos aparecen. Al comenzar a leer la parashá de Behaalotejá vemos que los hijos de Israel están casi llegando a la meta, a la tierra Prometida. La Torá ha sido recibida, el Mishkán ha sido construido e inaugurado, todo parece estar en su lugar para la marcha gloriosa. Pero algo terrible pasó en el camino hacia Israel.
Consideremos las secciones de la parashá: primero, se le ordena a Aharón ser responsable por el encendido de las velas. Por supuesto, Aharón cumple con la orden Divina:
"Aharón hizo eso (lo que le fue ordenado), encendiendo las velas para iluminar la Menorá como D'os le ordenó a Moshé" (8:3).
Luego sigue la sección que habla de la santificación de los Levitas:
"Y D'os habló a Moshé diciendo: Toma a los Levitas de entre los hijos de Israel y santifícalos" (8:5-6).
Lo que sigue son dos secciones que tratan sobre la celebración del Éxodo. Se le ordena a Moshé que repita los rituales que fueron hechos en Egipto en la víspera del Éxodo. Todo un año ya había pasado, y las prácticas que fueron instituidas en Egipto en aquella noche, serían repetidas en este momento. Un problema surgió, porque había quienes estaban ritualmente impuros y no podían participar de la ofrenda de Pesaj. A estos individuos se les dijo que tendrían una segunda oportunidad para traer la ofrenda, al mes siguiente: el 14 del segundo mes ellos tendrían su Pesaj.
Miremos a la cronología de los hechos: Los judíos, como ya sabemos, salieron de Egipto el 15 de Nisán - año uno. Cincuenta días más tarde, estaban en el Sinai. Los judíos pecaron en el episodio del Becerro de Oro el día 17 del cuarto mes. Moshé rezó por la nación y fue invitado a subir al monte Sinai por segunda vez en el primer día de Elul, el sexto mes. Cuarenta días más tarde, en Iom Kipur, el diez de Tishrí, Moshé bajó de la montaña con las segundas Tablas, y con las instrucciones de la construcción del Mishkán. Ellos recolectaron los materiales y comenzaron a construir el Mishkán. En el primer día de Nisán en el segundo año, el Mishkán fue terminado. Las doce tribus, representadas por sus líderes, llevaron ofrendas, lo cual nos lleva al día 13 de Nisán del segundo año. Los judíos harían en ese momento Pesaj. Aquellos que no estaban aptos para tomar del Pesaj tendrían otra oportunidad en el día 14 del segundo mes.
Ahora estamos al día. El segundo Pesaj fue cumplido. ¿Cómo es que el pueblo sabía cuando era el tiempo de continuar la marcha? La Torá nos da una señal Divina:
"En el día que el Mishkán fue erigido una nube envolvió el Mishkán…y en la noche lo que parecía ser un fuego (envolvía el Mishkán) hasta la mañana. Cuando la nube subía…el pueblo viajaba, y en el lugar que la nube paraba, allí paraba el pueblo también" (9:15-17).
Una ley más fue enseñada antes de comenzar el viaje desde el Sinai: las trompetas serían usadas en función de dar órdenes referentes a la marcha.
Todo está ahora en su lugar. La marcha comenzó:
"En el segundo año, el 20 del segundo mes, la nube se levantó…los hijos de Israel comenzaron su viaje desde el Sinai hasta que la nube se posó en el Desierto de Parán. Este fue el primer viaje; por la palabra de D'os, a través de Moshé" (10:11-13).
La marcha comenzó, pero ¿a dónde ellos iban? Moshé trajo la respuesta cuando invitó a Jovev a viajar con ellos:
"Nosotros viajamos al lugar del cual D'os dijo 'Yo se los he dado a ustedes'. Únete a nosotros…" (10:29).
Moshé habló en tiempo presente: "estamos viajando". Moshé creía que los judíos estaban a punto de entrar a la Tierra Prometida! Él creía que la promesa de D'os a nuestros patriarcas iba a concretarse. El futuro era ahora. Que suenen las trompetas - que la conquista comience! Jovev rechaza la invitación y el pueblo continúa sin él; el destino de los judíos y de otros pueblos del mundo no se concretaría todavía. Jovev viajaría por una ruta distinta; su camino hacia Jerusalem tendría que esperar hasta el final de los días. Los judíos estaban dirigiéndose directamente haIsrael.
Es en este preciso momento que los dos versículos entre paréntesis aparecen:
"[Y cuando se desplazaba el Arca, Moshé decía: Levántate, D'os! Que se dispersen tus adversarios, y los que Te odian que huyan de ante Ti. Y cuando el Arca se posaba decía: Retorna D'os a las miríadas de miles de Israel!]" (10:35-36).
Como ya sabemos, los judíos no entraron a la tierra de Israel inmediatamente. Ellos viajaron en su propio circuito durante 40 años. Los hechos en este caso van en contra de la visión conceptual de la historia. En ese momento, cuando todos los prerequisitos para conquistar la Tierra Prometida habían sido alcanzados, el entendimiento de Moshé fue correcto. El pueblo judío debía comenzar su marcha exactamente en ese momento. Pero la visión lineal de la historia prevaleció. La visión de Moshé fue sobrepasada por asuntos más mundanos. El tiempo no había llegado.
El patetismo de la situación de Moshé era palpable; antes de estos dos versículos misteriosos, Moshé estaba en un estado de ánimo bueno respecto de la marcha, invitando a otros a unírsele. Después de estos dos versículos, Moshé se transforma, casi literalmente, en suicida. A pesar de lo shoqueante que esta observación pueda ser, los versículos mismos atestiguan el cambio radical de Moshé:
"Escuchó Moshé al pueblo que lloraba junto a sus familias, cada hombre a la entrada de su tienda. Se encendió el furor de D'os, y a los ojos de Moshé fue malo. Dijo Moshé a D'os: ¿Por qué has obrado el mal para con Tu servidor, y por qué no he hallado gracia ante Tus ojos, para poner la carga de todo este pueblo sobre mí? Acaso ¿yo he concebido a todo este pueblo o yo lo he parido, para que me digas a mí: álzalo en tu seno, como alza el padre al lactante, hasta la tierra que has prometido a sus padres? ¿De dónde tengo yo carne para dar a todo este pueblo? Ya que ellos lloran delante mío diciendo: Danos carne para que comamos. No puedo yo solo soportar a todo este pueblo, ya que es muy pesado para mí. Pero si así Tú haces conmigo, mátame ahora, si he hallado gracia en Tus ojos, y que yo no vea mi sufrimiento" (11:10-15).
¿Qué fue lo que precipitó esta drástica transformación en la visión de Moshé? Rabí Soloveitchik explicó que en ese momento el pueblo pedía inmediata gratificación de sus necesidades, este deseo hedonista sirvió como un obstáculo mucho más que grande en el camino hacia Israel. En ese momento Moshé entendió que la Tierra de Israel estaba más distante de lo que él se imaginaba.
El cambio en la respuesta de Moshé fue casi brutal: sólo unos diez meses antes Moshé discutió con D'os para salvar a su pueblo errante de la sentencia de muerte que D'os había pronunciado después del pecado del becerro de oro. Ahora, Moshé reza pidiendo su propia muerte. Como el Rab Soloveitvchik explicó, la diferencia está en dos diferentes aspectos de la idolatría - forma versus contenido. Cuando el pueblo fue culpable del becerro, Moshé entendió a la ofensa como el resultado de haber adoptado prácticas religiosas egipcias. El problema era de forma; la pregunta era ¿cómo servir a D'os? Mientras que esta ofensa era considerable, Moshé sintió que era defendible. Una vez que los judíos aceptaron la Torá, él sostenía que ellos naturalmente iban a cambiar la forma de su expresión religiosa. Pero ahora, viendo el carácter hedonista del pueblo, Moshé se dió cuenta que el problema estaba muy profundamente grabado en la conciencia colectiva de la comunidad, y el tiempo y la energía, que tenía que ser puesta para curar al pueblo de esta malaria, tenía que ser demasiada. Por primera vez, Moshé se dió cuenta de que él no tomaría los primeros pasos de la marcha final hacia Israel; los efectos de doscientos años de esclavitud habían quedado marcados en el pueblo, y ellos no estaban tan alejados de Egipto como se había imaginado. Moshé tuvo una premonición de que ni él ni su generación entrarían a la tierra Prometida, y el peso de esta toma de conciencia fue agobiante.
Moshé entendió, enseguida, que él nunca entraría a la Tierra prometida, que su misión terminaría antes de la conquista. Él no vería la belleza del Templo de Jerusalem. Para Moshé, así como para muchos judíos en la historia, la Tierra Prometida quedaría en eso - una promesa.
Pero ¿qué es lo que tienen estos dos versículos, para que nuestros Sabios hayan visto en ellos un libro entero? La respuesta es obvia: estos versículos representan el libro que nunca fue escrito, el libro de la conquista liderada por Moshé, luchada por D'os. Estos versículos representan el libro que tendría que haber sido, pero no fue. La clave para entender esta enseñanza son los comentarios de Seforno:
"Cuando el Arca viajaba" - para entrar a la Tierra de Israel. "Levántate D'os!, que se dispersen tus adversarios" - si no hubiese sido por los merraglim (los espías) ellos hubieran entrado [a Israel] sin batallas, porque los habitantes [de Israel] hubieran huido. (Seforno a 10:35-36)
El Seforno explica que estos versículos son los que dijo Moshé antes de entrar a la Tierra. Pero Moshé nunca entró a la Tierra! Entonces, esto es lo que él hubiese dicho si hubiese entrado a la tierra de Israel, y el resultado hubiese sido una conquista pacífica. Cuando leemos el primer comentario del Seforno a Bamidvar, vemos esta idea ya desarrollada:
"Cuenta a los jefes de la comunidad de los hijos de Israel" - para ponerlos en orden, para que puedan entrar a la tierra inmediatamente. (Seforno a Bamidvar 1:2).
Los judíos tenían que entrar a la Tierra de Israel en ese momento. Sin embargo, debido a sus fracasos y caídas, esa generación no tuvo el mérito de estar en la tierra Prometida. Con estos dos versículos entre paréntesis, D'os deja una señal, un recordatorio, de lo que pudo haber sido, o más precisamente, de lo que fue. Entonces, ¿por qué dos simples versículos son llamados un "libro"? Tendría que haber habido más información en este libro. El primer versículo tenía que contener el "comienzo de la redención" - "Y cuando se desplazaba el Arca, Moshé decía: Levántate, D'os! Que se dispersen tus adversarios, y los que Te odian que huyan de ante Ti (10:35) - mientras que el segundo versículo representa el último versículo de este libro - "Y cuando el Arca se posaba decía: Retorna D'os a las miríadas de miles de Israel!" (10:36). El final de la Redención marcará el retorno de todos los judíos a la nación, a la tierra de Israel, a la Torá, a D'os.
En verdad, estos dos versículos representan todo un libro incompleto, el libro del destino del pueblo judío. Aún cuando fracasamos, D'os no permite que nos olvidemos de nuestra misión. Aún cuando nos desviamos de nuestro destino y nos alejamos del camino correcto así como hicimos en el desierto, aún si deambulamos en el desierto, cosechando las frutas amargas de nuestros pecados, se nos recuerda de nuestra misión. Hay una sección en la Torá, todo un libro, dedicado a contarnos la historia inconclusa y a alentarnos a terminarla.
"Rabí Shimón hijo de Gamliel enseñó: 'en el futuro esta sección será sacada de aquí y escrita en el lugar correcto'" (Shabat 116a).
Moshé tenía razón: este era lugar correcto para que comience la conquista, y él estaba dispuesto a cumplir con lo que él sabía que era su función más importante. Trágicamente, Moshé se equivocó, puesto que el pueblo no estaba listo para entrar. El sueño de Moshé desapareció. En retrospectiva, pero sólo en retrospectiva y por las deficiencias del pueblo, este no es el lugar correcto para que la historia de la redención sea contada, y si es contada, sólo es insinuada pero no terminada. Rabí Shimón ben Gamliel nos asegura que esta historia será completada cuando la marcha gloriosa tome lugar y la miríada de judíos perdidos retorne, para conectarse con las letras perdidas de este libro, el cual espera ser completado.
Rab Ari Kahn
Todos los matices
Todos los fuegos...
"Ésta es la obra de la Menorá (Candelabro): de oro labrado (a martillo)desde su base hasta su flor estaba labrada; como la imagen que mostró el
Eterno a Moshé, así hizo la Menorá"
En Perashat "Nasó" asistíamos a un momento de gloria para el pueblo que
transitaba el camino hacia su tierra, cuando leímos acerca de la
inauguración del "Mishcán", el Tabernáculo, una suerte de "Santuario Móvil"a través del cual la Providencia Divina "Shejiná" (¡=raíz de Mishcán!)habría de guiar a los Hijos de Israel en su trayecto físico y espiritual
por el desierto.
Y es entonces que, al finalizar los doce días consecutivos de ofrendas a
cargo de los príncipes de las Tribus de Israel, es puesto en funciones el
principal responsable del Mishcán: el Sumo Sacerdote, encargado de llevar a
cabo todo ritual inherente al Santuario.
Precisamente, de la primera tarea a ejecutar por el Cohen Gadol, se ocupa
nuestra perashá en su comienzo: "Habla a Aharón y dile: Cuando enciendas
('Behaalotejá...') las velas, frente a la faz del Candelabro alumbrarán las
siete candelas".
Una idea original en cuanto al aspecto cultual se refiere. La tarea inicial
tiene que ver con "encender las luces", el fuego de la Menorá que ardía
desde cada atardecer y que era misión de Aharón el preservarlo, el elevarlo
-"Behaalotejá"-, haciendo que su fulgor perdurase sin dar lugar a que la
"oscuridad - joshej" forme parte del Kodesh, de lo Sagrado; de aquel
espacio que había consagrado y "encedido" el hombre en su incesante
búsqueda de la Luz de D-s.
El término "Behaalotejá", más que con el sentido superficial de encender
las velas, tiene que ver con un significado mucho más profundo, ya que el
verbo hebreo "Lehaalot", tiene una connotación con el "Hacer Subir",
"Elevar". Así lo entiende Rashí, el comentarista bíblico por excelencia
quien insinúa: "...de momento que la llama tiende a subir, es por ello que
está dicho en el momento de encenderlas el término 'aliá' = Elevación, pues
Aharón debía encender la llama, hasta que ella se elevase por sí misma".Cabe entonces una reflexión: siendo el Sacerdote Aharón la imagen de
liderazgo espiritual de toda una nación, encargado de "intermediar" entre
el hombre de Israel y Su Creador... ¿por qué recaería en él, precisamente,esta tarea tan especial de "elevar el fuego de la Menorá", que en
apariencia resulta de las más "simples" y fáciles de ejecutar por otro de
menor rango?
Y ya que estamos con las preguntas, permítannos agregar un interrogante
más, formulado por nuestros Rabinos -de bendita memoria- a lo largo de las
páginas del Midrash: El 2do pasúk (versículo) de nuestra perashá dice:
"Como la imagen que mostró el Eterno a Moshé, así hizo la Menorá". El hecho
de que nuestro texto diga "Mostró", es motivo de interpretación de nuestros
Sabios, para enseñarnos que "...El Todopoderoso le mostró a Moshé 'con Su
dedo' (la imagen de una Menorá Celestial) y Le dijo: 'Como ésta habrás de
hacer' ".
Por tanto cabe la pregunta: ¿qué le resultó tan difícil de captar a Moshé
Rabenu respecto de la Menorá, en apariencia tan fácil y simple de
construir?
Vayamos al encuentro de nuestras respuestas, compartiendo el vuelo
imaginativo y didáctico de nuestros Sabios, quienes vieron en la Menorá no
sólo un objeto, sino más bien, un objetivo. Y eso ocurre cuando el "adorno"deja su lugar a un sentido vital, imperecedero y altamente significativo...A nuestra primera pregunta, referida al encendido de la misma "hasta que la
llama se elevase por sí misma" responde el Rabino Mordejai HaCohen Z"L:
"...Cada ser humano debe optimizar y pulir, adaptar y ejercitar sus
potencialidades físicas y espirituales, para que ellas y por su propia
naturaleza estén predispuestas y orientadas al Servicio de D-s, de tal
forma que la 'Llama de D-s' ascienda por sus propios medios". ("Ner HaShem
nishmat haAdám", nos dice el versículo que "La Llama, el fuego de D-s es la
Neshamá -Alma- del ser humano". Cada uno de nosotros contiene esa llama que
renueva la existencia cada día.)Quiere decir que cada uno de nosotros ha sido depositario de un "fuego" muy
especial, que debemos preservar, regular, cuidar que ascienda para
elevarnos y realizarnos en el campo de lo humano, a la Imagen de lo
Divino... Así como lo hacía y nos lo insinuaba el Cohen Gadol cada
"comienzo de jornada" en el Santuario.
Nuestra Torá nos propone prioridades que debemos emprender a diario.Considerarnos como si fuéramos "sacerdotes" actuando en nuestro propio
recinto sagrado: la Vida, el hogar, la familia, la amistad, la Fe, las
convicciones... Se nos pide que cuidemos el "fuego", para que una vez
"encendido", pueda elevarse, ascender, "cobrar vida"...que no se apague...
nunca.
En cuanto al segundo interrogante, citaremos al autor del libro Tseror
haMor, Rabi Abraham Sabá Z"L (sabio judeo-español) quien enseña: "...El
texto de la Torá, menciona en lo referido a la construcción de la Menorá,que la misma debería ser de Oro Puro, aunque reitera -y más de una vez- el
término 'Mikshá Zaab', que significa 'Labrado en oro', y el vocablo
'Mikshá' insinúa además que la Menorá debería ser hecha de un solo bloque,es decir, sin cortar ninguna de sus partes".Y agrega el autor: "...Pues no resultará posible elevar el fuego e irradiar
luz a los Hijos de Israel, si éstos no se constituyen en una sólida e
íntegra unión: desde la 'base de la Menorá' -los integrantes del pueblo
simples, pobres e ignorantes-, 'hasta su Flor', o sea aquellos quienes son
sus sabios y hombres prominentes; Todos, como Uno, serán de Oro Labrado
(Mikshá Zahab), unidos de un solo bloque, y no piezas sueltas de un
rompecabezas social difícil de armar: 'Iajad shibté Israel'..."Y finaliza Rabi Abraham Sabá con una gran máxima: "...Y es por ello que la
Torá repite la palabra 'Mikshá' (labrado en un solo bloque), porque
'Mikshá' proviene de la raíz hebrea 'Kashé', que significa: difícil,duro... porque unir es realmente difícil..."El Talmud ya lo afirmaba, cuando sostenía que (Berajot 58): "Así como sus
rostros son distintos, sus ideas y pensamientos son diferentes".
Luz, Fe, Unión, por un lado; Vida, Pasión, Esencia, por el otro... Seis
términos para aplicar a cada uno de los Seis Brazos de nuestra Menorá, que
una vez encendida, los "fuegos todos" deben mirar al brazo central, hacia
el centro. Confluir en un objetivo. No se "ilumina" en general. Debe haber
una dirección cierta. Los seis brazos laterales miraban a la Vela Central
-Séptima y en medio- del Bloque único de la Menorá. Debe haber un
propósito, una meta, una "unión"...Entonces pensemos: ¿es acaso la Menorá un adorno más? ¿O será tal vez el
símbolo que nos debe agrupar humana y judaicamente y llevarnos a la
alternativa diaria de "ser un poco más claros, apasionados, ardientes y
cuidadosos" en nuestros pensamientos y accionar?
¿O tal vez represente el desafío de saber unir a nuestras propias "Bases y
Flores", -extremos sociales-intelectuales-
irreconciliables-, a aquellos quienes no piensan y hacen como nosotros al
Bloque de la Menorá, esta suerte de "Cuerpo Comunitario" sólido, "siempre
encendido y elevado" y no permitir que nunca, nunca se extinga?
Sepamos aprovechar el fuego de nuestra intimidad. Dejemos de encender
"fuegos artificiales", porque son efímeros y se apagan rápido. Cuidemos sí,la Menorá, símbolo de pasión, del cuidado, de una sincera y positiva Unión
Verdadera. Las Tablas de la Ley -Lujot haEben- fueron escritas -dice
nuestra tradición- con "Fuego negro sobre Fuego blanco": Todos los matices,
todos los fuegos...
Por. Rav Arie Natan |
En esta sección de la Torá se terminan de distribuir todas las funciones relevantes para comenzar el viaje por el desierto, un desierto "inmenso y terrible" (Cf. Devarim 8.15), representa por lo tanto esta sección una especie de descripción final de todo el orden del campamento. Las preparaciones previas, las cuales fueron descritas en las secciones anteriores, terminan de recibir su imagen completa en órdenes especiales como la fabricación de trompetas y los procedimientos específicos de sus toques para anunciar el momento de la marcha o del estacionamiento (CF. Bemidvar 10.1-8).
El gran periplo comienza, este viaje, no como era lo esperado, se alargará por cuarenta años, estos años se trasformarán en una fragua que templará al pueblo de Israel y lo construirá para la experiencia futura dentro de la Tierra de Israel. Esta fragua puso de manifiesto y expuso las características más profundas del pueblo, para bien y para mal, tal como podemos ya percibir en nuestra parashá; la definición de una personalidad espiritual necesita de un proceso de acondicionamiento para poder internalizar ideas y conductas, esto es así cuando nos referimos a un solo individuo, cuanto más si consideramos que estamos frente a un pueblo en los albores de su formación nacional y moral.
En un hecho particular ocurrido antes de comenzar la marcha, podemos comprender en alguna medida la profunda responsabilidad del líder del pueblo, en especial cuando este liderazgo contiene elementos trascendentales; una breve conversación entre Moshé y su suegro nos enseña estos sentimientos de responsabilidad, cuando Yitró desea volver a su casa, Moshé le declara:
"Viajaremos nosotros al lugar que dijo Hashem, ese lugar lo daré a ustedes, ven con nosotros y te beneficiaremos..." (Cf. Ibíd. 29).
Sin embargo Yitró contestó negativamente. El hombre a quien la salida de Egipto y el cruce por el Mar de las Cañas conmovieron su espíritu, este hombre que estos acontecimientos le hicieron abandonar su hogar, su estatus y su propio sacerdocio en Midian, para peregrinar al desierto y permanecer bajo la sombra de su yerno – este hombre quiere ahora volver a su hogar:
"No iré sino a mi tierra, solamente a mi patria me dirigiré" (Ibíd. 30)
Pero Moshé no es una persona que suela ceder con facilidad:
"No nos dejes, pues tú conoces nuestra estadía en el desierto, y has sido para nosotros como ojos..." (Ibíd. 31)
De las palabras de Moshé se percibe que su suegro era un personalidad vital en el campamento, esta necesidad queda ampliamente de manifiesto cuando leemos la palabras de Misdrash a este versículo, traídas por Rashí: "cada asunto que desaparezca de nuestros ojos, tú iluminarás nuestros ojos"; es decir si algún tema no es percibido como algo trascendente, Yitró podrá hacerlo resaltar como algo digno de tomarse en cuenta.
Sin embargo, este estatus del suegro de Moshé es ciertamente paradojal, dentro del marco en que estos términos fueron descritos varios cuestionamientos nos surgen: ¿Puede una persona llegar a un nivel tan elevado como para ser los ojos del pueblo y de Moshé mismo? Más aun si nos remitimos al momento en cuestión, la Presencia de Hashem estaba sobre el Tabernáculo, y el líder del pueblo, Moshé, envuelto en la influencia de la profecía que lo conduce, ¿Acaso necesita de otros ojos?
Los ojos trascendentes de Yitró al parecer son relevantes, así nuestro maestro Rabí Yosef Jayim comprendió estas ideas en su libro "Ben Ish Jay". Yitró
Por este motivo argumentó Moshé frente a él: nosotros te necesitamos, porque tú eres una ejemplo vivo capacidad para superar los obstáculos, y de la capacidad de enfrentarse con ellos, para el pueblo de Israel el periplo por el desierto es el único camino de vida; sin embrago, por el hecho que estamos sujetos a este peregrinaje por el desierto, causado por motivos que no siempre estuvieron bajo nuestro control, puede crear como consecuencia de las dificultades de esta marcha un a cierta amargura, o descontento general o incluso pensamientos de revolución, en otras palabras nuestras futuras dificultades son proclives a disuadir de la continuación del camino. Por esto, el ejemplo de la vida del suegro de Moshé tiene la fuerza de servir como modelo, él es quien mejor puede tener el rol de ser los ojos del pueblo; en palabras actuales diríamos que él es quien debe ser escogido, "lo han señalado", para extraer ánimos durante las horas difíciles que puedan venir. Porque él vino al desierto por su propia voluntad, dejó tras de si su importante posición social, y vino solamente por el profundo reconocimiento de la verdad, sin considerar los obstáculos y sin prestar atención a las dificultades.
Si esta fue la breve conversación de Moshé con su suegro y si fueron estos los conceptos tan trascendentes que le fueron comunicados, entonces cabe preguntar el motivo de su negativa; a pesar que su vida era un ejemplo y modelo por qué prefirió volver a un lugar donde el pasado le esperaba amenazador. La respuesta que encontramos en los comentaristas puede darnos tal vez una pista en la decisión de volver, Rashí trae cuando explica la respuesta de Yitró: "No iré sino a mi tierra, solamente a mi patria me dirigiré" que se refiere en esta respuesta doble a dos preocupaciones que tenía en mente, una eran sus propiedades que deseaba vender para poder luego regresar con Moshé y otra era su familia que quería también atraer a la fe de Israel y luego retornar. Este hombre, discípulo de la sabiduría, tenía una conciencia social intensa y sabía que el orden de lo material es una grave condición para la elevación de tipo espiritual, por este motivo la primera decisión de abandonar todo fue ahora reafirmada de manera total en tratar de volver y desvincularse por completo de su pasado material, y por otro lado la responsabilidad de tratar de acercar a otros a la verdad que él mismo había palpado era un oriente en su conducta.
En su comentario a la Torá, sobre nuestra sección declara Kelí Yakar que desde el punto de vista lingüístico, el verbo utilizado por Yitró: "No iré sino" expresa en hebreo solamente la idea de mover los pies de manera tal que la persona se traslada de un lugar a otro, pero puede ser que mientras se traslade hasta el segundo lugar de todas maneras todavía su pensamiento está unido al primer lugar del cual procede; en cambio el verbo "viajar" que utiliza Moshé cuando le pide a su suegro que los acompañe se refiere no solamente a un traslado de tipo físico sino también a un cambio en el pensamiento, a un querer identificarse con el lugar y las finalidades del viaje. Así encontramos que Hashem le dice a Abraham, nuestro patriarca, ""ándate de tu tierra" (Bereshit 12.1) porque aun estaba de alguna manera conectado a un pasado inmediato; mientras que después escuchamos que le dijo "yendo y viajando al sur" (Bereshit 12.9) porque en un principio fue pero después viajó al sur porque ya se había desconectado por completo de toda la casa paterna y había internalizado los conceptos trascendentales del sur.
La decisión de Yitró según como se desprende de los comentaristas en volver a su hogar, estaba conformada de una naturaleza dual, por un lado el simple hecho de ir no lo identificaba con el destino en tanto una cultura y una civilización diferente a la Torá que había estudiado, mientras por otro lado su intención real y profunda en volver a este lugar estaban basadas en los sentimientos de responsabilidad para con su familia, a quienes deseaba acercar: A pesar de la definición que Moshé mismo le había dado a su suegro al calificarlo como "ojos", estos sentimientos de responsabilidad pudieron más en su mente y decidió partir nuevamente para Midián.
Encontramos en el Tanaj un recuerdo de la familia de Yitró que al parecer puede enseñarnos que el cometido final de este hombre se cumplió, dice un versículo en el libro de los Jueces 1.16:
"Los hijos de Kini el suegro de Moshé subieron de la ciudad de los dátiles con los hijos de Yehudá".
Explica Rashí sobre el versículo: "La ciudad de los dátiles era Yerijó, que les fue dada a ellos una parte muy fructífera de Yerijó para que la consuman hasta que Israel construya en Templo... se la entregaron a los descendientes de Yitró por 440 años y los estudiosos que había entre ellos la dejaron (antes de la construcción del Templo) y fueron a reunirse con Otniel Ben Kenaz en el desierto de Yehudá que está en el sur para estudiar Torá".
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"La prueba de la constancia"
El primer comentario de Rashi sobre esta Perasha se refiere a la relación entre el final de la Perasha anterior -el tema de la inauguración del Mishkan y los sacrificios que los príncipes de las tribus efectuaron durante doce días- y el comienzo de esta Perasha con el encendido de las Nerot de la Menorá (velas del candelabro) por intermedio de Aharon. ¿Cúal es la relación entre ambos temas? La explicación de Rashi es que cuando observó Aharon la inauguración del Mishkan a cargo de los príncipes de cada tribu, se sintió mal por no haber tenido participación con ellos en la misma. Hashem le juró: "lo tuyo será mayor que lo de ellos, ya que te encargarás de encender y preparar la Menorá". Ribi Moshe bar Najmán (Najmánides) en su comentario sobre la Torá pregunta: "¿por qué lo consoló Hashem con las Nerot y no con cualquiera de las otras actividades que el Cohen realizaría tales como los sacrificios, el servicio de Iom Kipur, o el Ketoret (incienso) que ofrecía todos los días a la mañana y a la tarde?". La respuesta del propio Ramban es que como en el futuro el Bet Hamikdash se destruiría, no habría más sacrificios ni incienso; en cambio, la Menorá que se encendía en él sería siempre recordada por el milagro que sucedería en Januca. Precisamente, cuando celebramos esa festividad y encendemos las Nerot de Januca, recordamos también la Mizva que Aharon tenía de encender la Menorá.
Quizás el concepto aún no es claro. ¿Acaso la grandeza o importancia de algo depende de la continuidad? Sí, porque el trabajo de la vida consiste en copiar las virtudes del Todopoderoso: así como El es piadoso, misericordioso y benevolente, también nosotros debemos serlo. Así como en Hashem no hay cambio posible, en nuestro servicio hacia El no debe haber variaciones: siempre se lo debe servir con la misma devoción y entusiasmo.
Precisamente ésa es la alabanza de Aharon. El versículo atestigua: "E hizo así Aharon frente a la faz del candelabro encendió sus candeles, como ordenó Hashem a Moshe" (Bamidbar 8). Rashi comenta que la Torá alaba a Aharon por haber hecho lo que correspondía sin cambiar nada. ¿Cuál es la alabanza? ¡Era su deber! ¡Lo contrario hubiese sido un desprecio!Nuestros Sabios nos explican que la Torá lo destaca por haber encendido la Menorá en todas las ocasiones con el mismo entusiasmo de la primera vez. Ése es el desafío de todo ser humano: la constancia. El Talmud en Berajot 6 comenta que "todo el que fija un lugar determinado para decir su Tefilá, Hashem de Abraham Abinu lo ayudará". En principio, observamos que no sólo se trata de decir la Tefilá siempre en el mismo Bet Hakeneset -no como aquellos que concurren a varios y finalmente no se identifican con ningún lugar- sino que incluso la ubicación que ocupe dentro del Bet Hakeneset debe ser la misma. ¿Tan importante es esto? ¿Por qué el Talmud acentúa: "el Di-s de Abraham"? ¿Por qué no el de otro Patriarca? La respuesta es que Abraham Abinu trajo al mundo la fe de la existencia de un Ser Supremo y en ningún momento tropezó pese a todas las pruebas que debió soportar. Ni el fuego al que Nimrod lo arrojó, ni la orden de ofrecer como sacrificio a su hijo -entre tantas otras situaciones- lo hicieron desviar de su línea. Abraham fue el mismo siempre pese a todo y por eso toda persona que buscaba la verdad se acercaba a él. Su constancia, su línea y su conducta fueron la clave de su éxito en la vida, que le permitió construirse a sí mismo e influenciar en en el resto de la gente.
Es relativamente fácil comenzar con algo que sabemos que es positivo hacer. La prueba verdadera es si lo continuaremos haciendo o no. Cuántas veces -por ejemplo- escuchamos sobre la importancia de decir palabras de Torá en la mesa, sobre todo en Shabat donde hay más tiempo y se puede disfrutar junto a la familia al comprobar cómo los hijos adelantaron en sus respectivos estudios y conocimientos. Muchos empiezan realmente a hacerlo, pero ¿cuántos son los que continúan? El Satán tiene muchos caminos para cortar esa iniciativa: se recibieron invitados y la conversación giró sobre otros temas; toda la familia fue a pasar Shabat a otro hogar; fueron invitados a un Bar Mizva, etc. Al cortar por sólo una vez una buena costumbre, cuesta volver a implementarla. Pero no se trata solamente de algo que implique a toda la familia. En temas particulares, hay muchos ejemplos de cómo tropezamos e interrumpimos iniciativas positivas que habíamos comenzado: concurrir todos los días a Tefilá en el Bet Hakeneset, recibir invitados, fijar un tiempo inamovible de estudio de Torá, no hablar en el momento de la Tefilá o de la lectura de la Torá, etc.
En el texto de anulación de promesas que decimos antes de los días de Rosh Hashaná, nos referimos también a "los comportamientos correctos o cosas buenas que hicimos tres veces y no dijimos sobre ellas "Beli Neder" (sin promesa), tanto de las que nos acordamos o de las que ya nos olvidamos". Evidentemente que se trata de una debilidad humana en la que muchos tropiezan, pero igualmente debemos analizar las soluciones que se puedan encontrar. Algo muy sencillo y con éxito asegurado es anotar en una libreta personal todas las iniciativas que comenzamos y comprobar con el correr del tiempo si aún se encuentran en nuestro crédito. No se trata de ningún descubrimiento novedoso. La propia Torá nos enseña que el pueblo judío alcanzó el máximo nivel de espiritualidad en el momento de la salida de Egipto. Para conservar el recuerdo de lo sucedido, la Torá determinó una serie de preceptos en los que decimos: "recuerdo de la salida de Egipto". De esta manera, la Torá nos da la receta para sacar las conclusiones pertinentes y encontrar así la posibilidad de elevarse continuamente en los temas espirituales.
En el tema de la educación de los hijos, poseer una línea de conducta sin importar la circunstancia que se atraviese es fundamental para encontrar el éxito tan anhelado.Padres que de verdad se preocupan por la educación de sus hijos, se preguntan en momentos determinados: "¿en que fallé? ¿Qué es lo que hice mal?". Quizás la respuesta sea que los mensajes deben ser claros sin dar lugar a que los niños se confundan con indicaciones contradictorias. Un día les decimos algo y al otro variamos la posición o, lo que es peor aún, con nuestra conducta les demostramos que lo que habíamos dicho el día anterior era sólo teoría y no lo efectuamos en la práctica. Les reclamamos -por ejemplo- respeto y buenos modales, pero ellos observan que los padres discuten, se ofenden y los principios básicos de convivencia no existen. Les decimos que lo más sagrado que existe es el estudio de la Torá y ellos ven como ese mismo padre pierde horas y horas de su vida con un diario en su mano o bajo los efectos mágicos de un aparato de televisión. Nos olvidamos que lo que hacemos a los ojos de nuestros hijos -por más pequeños que sean- pasa a ser la manera más directa en que se educa y lamentablemente, a veces deja mucho que desear. Estamos permanentemente en una especie de "vidriera" que ellos observan, analizan y perciben. Los Sabios nos enseñan que lo que la persona aprende de niño es como la tinta que se escribe sobre un pergamino liso, en donde por más que se borre lo escrito, la tinta quedará impregnada por dentro. También el niño adquiere dentro de sí todo el comportamiento que observó de sus padres y en el futuro repetirá en forma natural lo que vio durante tanto tiempo. Por eso, las bases y la línea de conducta de los padres deben ser firmes e inamovibles, para no confundirlos con cambios de posiciones e ideas.
Decimos en la lectura de la Shemá: "Y enseñarás a tu hijo y hablarás en ella" (la Torá), o sea, que con el ejemplo que un padre dará a su hijo estudiando primero él la Torá, será la mejor enseñanza que se podrá transmitir. El Talmud en Nedarim 81 pregunta por qué los hijos de grandes Sabios no son también Sabios y la respuesta es que "no dijeron la Berajá de la Torá al principio", ya que como sabemos debemos decir a la mañana "Bircat Hatorá", la bendición que exceptúa todo el estudio que realizaremos durante el día. Pero hay un concepto más profundo que debemos interpretar, ya que no es lógico pensar que esos Sabios no hayan dicho esa Berajá. Quizás el concepto se refiera a que no consideraron a la Torá como "primera" y dieron importancia a otras cosas antes que a ella. Lo normal es que todo hijo desea ser como su padre e imita lo que él hace: si ve que toda su preocupación es por el estudio y cumplimiento de la Torá también para él será su prioridad, pero si el padre abandona a la Torá ante cualquier situación que se presente, tampoco el hijo la valorará.
Moshe Rabenu reunió al pueblo de Israel al otro día de Iom Kipur cuando bajó del monte de Sinai luego que Hashem les perdonara el pecado del becerro de oro. Les habló en ese momento sobre temas fundamentales, tales como la observancia del Shabat y la construcción del Mishkan. La Torá concluye el tema diciendo: "Se retiró toda la congregación de los hijos de Israel de estar frente a Moshe" (Shemot 35). Preguntan nuestros Jajamim: ¿para qué repite la Torá el término "de estar frente a Moshe"? Si estaban reunidos con él, con seguridad que cuando se retiraran sería de haber estado con Moshe. La respuesta de nuestos Sabios es que llevarón consigo las palabras de Moshe Rabenu cuando dejaron de estudiar y fueron a sus hogares. Ahí es la prueba verdadera, cuando nos retiramos del lugar sagrado en donde todos parecemos ser las personas más correctas del universo, pero habrá que ver quién sigue demostrando lo mismo en su casa y comercio.
El Talmud en Berajot 27 comenta que quisieron nombrar en una oportunidad como jefe de los Rabanim a Ribi Elhazar ben Azariá, quien reunía todas las condiciones al proceder de una dinastía de Sabios y poseer inteligencia y riqueza. La señora de Ribi Elhazar ben Azariá le dijo a su esposo: "quizás en el futuro te quiten del puesto". Ribi Elhazar le contestó con un dicho popular: "es bueno usar una copa de cristal aunque sea por un día, por más que al otro día se rompa". El Talmud continúa relatando el milagro que sucedió con Ribi Elhazar al que le brotaron dieciocho filas de barba blanca, para que su presencia fuera más importante aún a pesar de tratarse de un joven de dieciocho años. Pero detengámonos en la respuesta de Ribi Elhazar a su señora: ¿acaso se basaba en lo que la gente dice y con eso era suficiente? ¿o acaso buscaba su propia honra? De ninguna manera, lo que quiso significarle a su esposa era que tenía la posibilidad de elevarse espiritualmente a un nivel inimaginable para él. No le importaba que quizás fuera por un sólo día, ya que permanecería en ese nivel aunque perdiera su cargo real. Otra vez el mismo concepto: la importancia de la continuidad y de no caer luego de haber alcanzado un nivel determinado.
Hay un reclamo de "temer a Hashem vuestro Di-s todos los días que están vivos sobre la tierra" (Debarim 31). Su voluntad consiste en que lo sirvamos no en forma fraccionada o irregular, sino que nuestro corazón debe estar entregado a Hashem todos los días de nuestra vida. De lo contrario, sería comparable con aquel enfermo cuyo compañero lo encontró en la calle y le preguntó por su salud: "Estoy enfermo", fue la respuesta. El compañero, sorprendido, le dijo que su aspecto actual no reflejaba ninguna enfermedad. El enfermo le respondió: "tienes razón, en este instante estoy bien, pero mi enfermedad consiste en una fiebre repentina que en cualquier momento me ataca. Me obliga a acostarme hasta que pueda recuperarme, pero al poco tiempo vuelvo a caer, por lo que todavía estoy enfermo aunque quizás en este instante no lo parezca". De la misma forma, podemos servir en algún momento a Hashem con todas nuestras fuerzas, pero lo que determina nuestro verdadero estado son aquellos momentos en los que caemos y cometemos necedades que comprueban que estábamos enfermos espiritualmente incluso cuando servíamos a Hashem. "Todos los días" y en forma ininterrumpida debemos subyugar nuestro corazón a la voluntad del Todopoderoso.
El desastre del ser humano es la falta de constancia y continuidad. Estudiamos Torá -por ejemplo- una y otra vez. Sin embargo, no alcanzamos niveles elevados porque nos falta la continuidad de llevar con nosotros a esa misma Torá en los momentos de interrupción. En cada oportunidad debemos empezar desde cero y estamos nuevamente en el punto de partida inicial. Respecto a Abraham Abinu, está escrito que era "venido en días", ya que cada día agregaba espiritualidad al anterior sin ningún tipo de interrupción. Por eso llegó a ser lo que fue. Los Sabios lo ejemplifican con una pava llena de agua puesta sobre el fuego que es retirada del mismo instantes antes de que hierva. Luego de enfriarse, es colocada nuevamente al fuego y otra vez es retirada antes de que alcance el estado de ebullición. El resultado es claro: nunca hervirá por más que repitamos la operación muchas veces. En forma similar, quien interrumpe su servicio a Hashem corta su continuidad y cada vez debe comenzar de nuevo. Es lo que aprendemos de Ribi Akiba, que luego de haber estudiado Torá durante doce años fuera de su hogar con el consentimiento de su esposa, al regresar al mismo escuchó como ella decía a su vecina: "si mi marido me escuchara, le diría que permaneciera doce años más estudiando Torá". Cuando Ribi Akiba escuchó esto, se retiró sin ingresar siquiera por un instante a su hogar. Nosotros no comprendemos en principio su actitud: ¡hubiese entrado aunque más no fuera por un instante! Lo que sucede es que Ribi Akiba sabía la gravedad de la interrupción o de apartar el pensamiento de la Torá aunque sea sólo por un pequeño lapso. Estaba convencido de que no es lo mismo estudiar doce años más otros doce años con un corte en el medio -por más pequeño que sea- que estudiar veinticuatro años en forma continua.
PERASHAT VEHAALOTEJÁ
“¿Por qué hemos de ser excluidos para no ofrecer el Corbán en su tiempo?" (Bamidbar 8:7)
Había transcurrido casi un año de que el Am Israel había salido de Egipto. Moshé explicó cómo debía llevarse a cabo el Corbán Pésaj. Mientras se encontraban estudiando en el Bet Hamidrash, se les acercó un grupo de hombres y le preguntaron a Moshé: “Estamos impuros ¿Por qué hemos de perder la Mitzvá del Corbán Pésaj?”. Ellos eran los encargados de transportar el ataúd de Yosef por el desierto. Podemos advertir lo integro que eran estos hombres, aun que estaban cumpliendo el juramento que le habían hecho a Yosef de enterrarlo en Éretz Israel, estaban buscando un medio para poder cumplir también el precepto del Corbán. Moshé se dirigió a Hashem y El le respondió: “La persona que no participó en el Corbán en la fecha original por estar impura, podrá hacerlo al mes siguiente”. A este día se le conoce como Pésaj Shení; en la actualidad, debido a que no tenemos el Bet Hamikdash, no rige esta ley y solo se celebra de manera simbólica.
La Torá nos enseña, que por el celo en cumplir los mandamientos se hicieron dignos de que fuera enunciada esta Mitzvá, ya que se generan nuevos méritos por medio de los individuos que ya poseen méritos.[1]
Hay una Mishná en Pirké Abot que dice: Yehudá ben Temá dijo: “Sé osado como un leopardo, ligero como un águila, veloz como un ciervo, y fuerte como un león, para llevar a cabo la voluntad de tu Patrón en el Cielo.[2]
El leopardo no es tan fuerte como muchos otros animales, pero es muy osado y temerario, y frecuentemente parece exceder la fortaleza y agilidad que aparenta. Así mismo el hombre no debe vacilar en emprender logros espirituales que parecen más allá de sus capacidades. Debe ser osado y temerario e ir más allá de lo que cree que puede lograr. Cuando un esfuerzo sincero es hecho, Hashem concede la fortaleza para convertir la aparente imposibilidad en una realidad.
Los Jajamim preguntan: ¿Por qué menciona al águila, cuando podía haber utilizado el término “ave”? ¿Si volteamos al cielo, veremos que todas las aves vuelan fácilmente? La Torá enfatizó al águila para enseñarnos que dentro del reino de las aves, el águila es una de las más pesadas. Para emprender el vuelo requiere de un gran esfuerzo, una vez que se encuentra sobrevolando el suelo, se convierte en una de las aves más veloces, Hashem premia el esfuerzo que invierte al comienzo de su emprendimiento.
Otra lección que podemos aprender del águila, es que gracias a sus poderosas alas puede remontarse a grandes alturas, así todo Yehudí tiene la capacidad de alcanzar alturas espirituales inimaginables. Para que estas alas puedan cumplir con su función deben estar igualmente desarrolladas y de igual fortaleza. El Yehudí tiene que cumplir con dos tipos de Mitzvot: Entre el hombre con su semejante y entre el hombre con Hashem. Para que podamos remontarnos a grandes alturas, se requiere de observar ambas Mitzvot con la misma fuerza e intensidad.
La lección que podemos tomar del ciervo es que puede correr rápidamente y no se fatiga. Del mismo modo, un judío no debería alegar que está demasiado cansado para cumplir con la voluntad de su Creador.[3] También podemos agregar que así como un ciervo corre para huir del cazador, así debe el Yehudí de huir de las trampas que le tiende su instinto maligno.[4]
El Midrash nos enseña que cuando un ciervo corre, mira constantemente hacia atrás para ver si alguien lo está persiguiendo. De esto debemos aprender que a pesar de que la naturaleza humana es esforzarse por ir siempre hacia adelante y progresar en la vida, un judío no debe olvidar mirar atrás y verificar que está unido a su fuente, a la Torá y a las Mitzvot.
Desafortunadamente, están aquellos que, mientras corren hacia adelante, corren tal lejos que pierden su conexión entera con nuestra hermosa herencia. No importa que tan bien nos esté yendo en la vida, siempre debemos mirar “hacia atrás”, es decir que los negocios y ocupaciones del día se rijan bajo los estatutos del Shulján Aruj.
Otra lección que podemos aprender del ciervo es que hay muchos padres quienes están inmersos en Torá y Mitzvot. Muchos están dedicados de tiempo completo a hacer actos de bondad, ayudando a instituciones, o dedicándose a la superación personal. Estos padres pueden ser rápidos en su progreso, esto no está prohibido, pero deben mirar hacia atrás y ver qué es lo que está sucediendo con sus propios hijos. La Mishná nos está diciendo: “No basta con simplemente mejorarte a ti mismo, sino toma a tus hijos contigo e inculca en ellos el mismo amor que tú tienes por cumplir la Torá y las Mitzvot.[5],[6]
Cierta vez, el Darké Musar se encontraba en un congreso de Jajamim en Vilna, allí el Jafetz Jaim hizo el siguiente comentario: “Según la costumbre del mundo, si queremos saber si un profesional está satisfecho con su profesión (por ejemplo un carpintero o un zapatero), podemos comprobarlo del siguiente modo: si vemos que este especialista transmite sus conocimientos a su hijo, ésta es una señal de que el hombre está contento con su profesión y por tal motivo lo transmite a su hijo. Pero si vemos que el hombre no transmite su experiencia a la siguiente generación, sino que prefiere que aprenda otra, es una señal de que no está satisfecho con su lo que hace. En una de las bendiciones que recitamos cada mañana, pedimos a Hashem que nos ocupemos en el estudio de la Torá, que lo hagamos como el director de un negocio que está ocupado con sus empresas comerciales. Ésta debería ser nuestra principal ‘empresa’ en la vida, y exige nuestro mayor interés, concentración y atención.[7] La Torá es más apreciada que las piedras preciosas, y no pueden compararse con ella todas las cosas que puedas desear.[8]
Si queremos hacer un diagnostico con respecto a nuestro cuidado de la Torá y las Mitzvot, la prueba la tenemos en nuestras manos. Si les hacemos heredar a nuestros hijos el amor y el cariño por el estudio de la Torá y el cuidado de las Mitzvot, es una señal que amamos la Torá. Pero si vemos una generación que prefiere estudiar otros temas y estar ocupado en cosas mundanas, es una prueba clara que no estamos invirtiendo el esfuerzo debido para mostrarles que la Torá es lo más dulce y placentero que existe.
Hagamos nuestro mejor esfuerzo y pidamos Tefilá para que tengamos el mérito de transmitir la Torá, del mismo modo que la recibimos en el Monte de Sinai.
“Las palabras de la Torá sólo acompañan a aquél que se sacrifica por ella”.[9]
[1] Sifrí 68
[2] Pirké Abot 5:20
[3] Rabenu Yoná
[4] Tiferet Israel
[5] Abot Al Banim
[6] Adaptado del libro “Pirké Abot” Rab Moshe Bogomilsky
[7] Rabí Simja Zisel
[8] Mishlé 3:15
[9] Mishlé 23:26
YO HABLO, TU HABLAS …TODOS HABLAMOS
“…y Miriam habló con Aharon sobre Moshe, sobre la mujer cushi que tomó por esposa…” (Bamidvar 12,1)
Y si Miriam no tuvo la intención de despreciar a Moshe, y así fue castigada, qué será de los que hablan lashon hara, despreciando a sus compañeros (Rashi).
El tremendo castigo que recibió Miriam es otra de las demostraciones que la Tora no es un invento de algunos hombres sino que la Tora fue creada en el Cielo, “Tora Min Hashamaim”, dice el rab hagaon Iejezkel Levinstein ztz”l, en su libro “Or Iejezkel - Midot”. Aunque Miriam no tuvo ninguna intención, no pretendió despreciar a Moshe, Hakadosh Baruj Hu encontró allí el pecado del lashon hara, despreciar con palabras, y la castigó tremendamente, de pronto se hizo leprosa, todo su cuerpo quedó blanco como la nieve!!!
Y si no hubiera sido por los rezos de Moshe Rabenu, hubiera quedado leprosa para siempre, sin ninguna posibilidad de purificarse, ya que vimos que Aharon estaba con ella y no pudo impedir ni curar su enfermedad.
Ya Jazal nos previnieron y atestiguaron que “todos caen en el pecado de abak lashon hara” (Baba Batra, hoja 165). Esto no es el preciso hecho de despreciar, explica el Rambam, sino algo que lo provoca, es decir, una persona dice algo sobre una persona que incita a hablar mal de él...
Entonces, tenemos que preocuparnos mucho para no caer en este pecado, un pecado que hasta parece “normal”, ya que todos caen en él. Ahí es donde cada uno de nosotros tiene que mostrar su valor y apartarse de la corriente, como así también en los demás pecados que tienen que ver con la forma de hablar. Y podemos pensar, que cuando hablamos mal de alguien o decimos palabras que no suenan del todo bien no es algo tan grave, ¿qué son, solamente palabras?, aire, y a las palabras se las lleva el viento… No tan simple, la Guemara en el tratado de Jaguiga (hoja 12b) nos da una idea del valor de las palabras: toda persona que interrumpe su estudio para ponerse a hablar cosas inútiles le preparan un “lugarcito” junto a unas brasas ardientes…
Y si hacemos una pequeña revisión de nuestras acciones veremos cuán lejos estamos de cuidarnos en los pecados que tienen que ver con el habla…
El Rambam quiere explicarnos un poco acerca de la gravedad del lashon hara, y para prevenirnos nos muestra de dónde proviene. Estas son sus palabras: todas las clases de lepra tienen el mismo origen y no es algo natural que una pared se transforme, sino una clara señal que fue dada al pueblo de Israel para que se cuiden y no hablen lashon hara. El que habla lashon hara ve que de pronto hay un cambio en las paredes de su casa…
Y prosigue el Rambam: veamos lo que ocurrió con Miriam, la profetiza, que habló de su hermano Moshe, que era mayor que él y que lo crió en sus rodillas, que además puso su vida en peligro para salvarlo de las aguas, y que no habló con desprecio sino que sus palabras surgieron de la profecía, habló como cualquier otro profeta, y más, Moshe no se preocupó por lo que dijo en absoluto, como dice el versículo “…Moshe era muy humilde”.
Todo lo que acabamos de enumerar no hizo sino reducir la gravedad de las palabras de Miriam, sin embargo, no pudo evitar que de inmediato fuera castigada con la lepra. Y pensemos, si así fue para Miriam, una mujer tan justa, qué será para las personas malvadas que pasan los días hablando “maravillas” de sus compañeros…
Por eso, el que quiera ir por el buen camino, que se aleje de las reuniones de personas como esas, y que no hable con ellos, para que cuando ellos sean castigados no “caigamos en la misma bolsa”…
Al principio comienzan hablando de cosas permitidas, continúa el Rambam, para después mezclar y empezar a hablar mal de las personas justas… hasta terminar, como es la costumbre, hablando de profetas y negando sus palabras… (Rambam, leyes de impureza de lepra 16,10).
El Rambam nos muestra la fuente de nuestra pérdida constante de Irat Shamaim, y nos indica que proviene de que las palabras de Jazal nos resultan frías, lejanas… Estamos acostumbrados a hablar mal de las personas y despreciar su honor, y así llegamos también a dejar de honrar a las personas justas y, lo alenu, a las palabras de nuestros santos jajamim.
El lashon hara que acostumbramos hablar es la fuente de nuestra pérdida de fe y de nuestra disminución de Irat Shamaim. Y el Rambam termina en forma contundente: Y así llegarán a hablar mal de D-s y renegarán a su creencia!!!
También el Ramban (con ene) y el Seforno explican sobre la perasha de Miriam mostrando que de allí surgen cosas mucho más graves que el lashon hara. Todo porque la falta de fe proviene justamente del lashon hara.
Y estas cosas, bases de nuestra creencia, no resultan muy comprensibles para nosotros. Debemos saber, que el renegado, lo alenu, no sabe o no conoce su problema, y puede vivir toda la vida, durante muchos años, sin saber que está renegando a su creencia. Lo que es importante saber, es hasta dónde nos puede hacer llegar el pecado del lashon hara.
Y una de las causas de la no preocupación en el cuidado del habla es la realidad que nos muestra que todos hablan lashon hara, entonces, ¿por qué nosotros no podemos hacer como todos?
Y así de fácil, nos dejamos arrastrar por la corriente sin prestar atención al pecado que llevamos en nuestras manos.
El rab hagaon Shalom Shevadron ztz”l nos cuenta lo que escuchó del rab hagaon Iaakov Kaminetzky ztz”l:
Un rab tenía que cumplir una importante misión durante tres días en una ciudad de Polonia. El Jafetz Jaim lo acompañaba en esa oportunidad. En el camino se detuvieron para comer algo en una hostería que era conocida por su cuidado estricto del Kashrut.
La esposa del dueño del lugar les preparó enseguida una de las mejores mesas y les sirvió de la mejor forma posible, al ver que habían llegado unos huéspedes muy especiales. Cuando terminaron de comer se acercó a preguntarles si la comida estuvo bien preparada. El Jafetz Jaim respondió sin dudar: “muy buena, en verdad estuvo excelente”.
La señora no se movió del lugar, esperaba la respuesta del otro rab. Y la respuesta no tardó en llegar: “realmentebuena, pero podría haber estado mejor con un poco más de sal...”
La mujer dio media vuelta y fue rumbo a la cocina. El Jafetz Jaim “olió” algo no muy bueno. Se dirigió a su compañero y le dijo: “No puedo creerlo! Toda mi vida me cuidé de escuchar y hablar lashon hara, ¿por qué Hashem tiene que hacerme esto, que te acompañe para tener que escuchar hablar lashon hara? Estoy muy apenado y arrepentido de haberte acompañado hasta aquí, y ahora estoy convencido que la misión que tenemos no es del todo pura, si sería pura no habría pasado semejante cosa”.
El rab quedó paralizado ante las palabras del Jafetz Jaim, no entendía la gravedad de sus palabras, es más ni la gravedad ni la levedad, estaba seguro de no haber dicho nada malo. Tartamudeando intentó una defensa:
“¿Qué es lo que dije, hay algo grave en mis palabras? Simplemente dije que la comida estaba bien, y solamente agregué que hubiera sido mejor agregar un poco más de sal!”
No tenés la menor idea de la fuerza de las palabras y del mal que pueden causar, dijo el Jafetz Jaim envuelto en llanto, la mujer que vino a servirnos, seguro que no preparó la comida. Lo más probable es que la cocinera sea una mujer muy pobre, y además viuda, que no puede dejar de trabajar para conseguir el sustento de su familia.
Ahora, gracias a tus palabras, la señora entrará a la cocina a decirle unas cuantas cosas a esta pobre mujer, aparte de que faltaba un poquito de sal. Para defenderse, la pobre viuda tendrá que mentir, y contestará que puso la medida justa de sal y hasta probó la comida para asegurarse que esté a punto.
Entonces, la dueña de casa la tratará de mentirosa y le dirá: ¿acaso pensás que los distinguidos rabanim están mintiendo?!! Vos sos la que está mintiendo!!!
Y esto provocará el enojo de la señora que posiblemente llegue a despedir a la pobre cocinera, y ésta quedará sin trabajo.
Fijate cuántos pecados cometiste con tan pocas palabras:
1) Hablaste lashon hara.
2) Provocaste que la dueña de casa escuche lashon hara.
3) Hiciste que la dueña de casa repita el lashon hara frente a la cocinera.
4) Provocaste que la cocinera necesite mentir.
5) Hiciste enojar a la dueña, y ésta hizo sufrir a una mujer viuda.
6) Provocaste peleas entre la gente.
Cuando el Jafetz Jaim terminó su reproche, sonriendo y con respeto, el rab dijo en voz baja: me parece un poco exagerada toda esta historia! No es posible que palabras tan simples como las que dije provoquen semejante desastre!
Si pensás así, volvió a la carga el Jafetz Jaim, levantándose de su asiento, vamos a ver lo que está pasando en la cocina!!!
Entraron y vieron a la dueña de casa hablando en un tono muy fuerte a la cocinera, y esta pobre mujer estaba parada contra la pared llena de lágrimas en sus ojos.
El rab vio que el Jafetz Jaim no exageró y sintió una tremenda lástima por la cocinera, ahora tenía que salvarla y disculparse, si existiera la forma, por haberla hecho sufrir tanto. Hasta tendría que insistirle a la pobre viuda que lo perdone, por todo lo que provocó...
Se dirigió primero a la dueña de casa diciéndole que fue un error, que la comida estaba perfecta, que disculpe a la cocinera y que se olvide de todo este asunto, y desde luego, que no se le ocurra despedirla, ya que hizo un gran trabajo. Inclusive estaba dispuesto a pagar por los problemas que causó, con la condición que no despidan a la cocinera.
La señora era muy buena, y aceptó los pedidos del rab. “No tengan ninguna duda, seguro que la cocinera continuará en su trabajo. Solamente quise enseñarle que debía ser más cuidadosa con los condimentos. Es una gran cocinera, y seguirá trabajando con nosotros”.
El relato nos enseña hasta dónde debemos ser cuidadosos con nuestras palabras. Así como unos pocos granitos de sal pueden provocar un daño tremendo, unas pocas palabras pueden causar el abandono de este mundo y el del mundo venidero. En la generación del desierto, el leproso, que adquirió la enfermedad al hablar lashon hara, debía soportar la soledad, el alejamiento, debía vivir fuera del campamento.
Alejado de todos sus conocidos, de su familia, por lo menos durante una semana, sin nadie con quien hablar, solamente con su interior, reprochándose su conducta, que lo condujo a esa triste soledad. Una palabra de lashon hara también aleja al que la dice del Bore Olam, debido a la gravedad del pecado, pero también lo aleja de su compañero, porque quien escucha que alguien desprecia a otra persona sin motivo no hace otra cosa que alejarse.
Para salvarnos de todo esto, hay un solo remedio: estudiar las leyes del lashon hara, y fortalecernos en el amor y el cariño hacia nuestros semejantes. Toda persona que enfoque a sus semejantes con un buen ojo se acostumbrará a querer a todo el mundo, y comprará el escudo que lo proteja de hablar lashon hara. Y esto lo convertirá en una persona querida por todos, y lo más importante querida del Bore Olam, será querido “arriba” (en el Cielo) y apreciado “abajo” (en la tierra). Logrará mejorar su Olam Haze y también tendrá un gran Olam Haba.
Lekaj Tov.
Leiluy Nishmat Harav Hagaon Moshe Shlomo Halevi ben David זצ"ל
HaRav Gabriel Guiber Shelit''a
POR FIN EN ESPAÑOL Y EN LA WEB B''H LA DICTAMENES SOBRE DIVERSOS TEMAS HALAJICOS SEGUN LA OPINION DE:
MARAN HAGAON RABENU HARAV OVADIA YOSEF SHELIT''A
El sitio HalachaYomit.co.il, fue creado el año 2005 y su objetivo principal es la difusión del conocimiento y los valores de la Torá, especialmente en distintos temas de la Halajá, poniendo especial énfasis en citar las fuentes y la forma de dictamen halájico. De esta manera, queda absolutamente claro que nuestra Torá es eterna y no existe complicación o interrogante halájico que no halle respuesta en los primeros escritos rabínicos, los posteriores e incluso los contemporáneos, de cuya sabiduría abrevamos nuestra sed de saber.
Gracias a D-os, en la actualidad este sitio cuenta con cerca de doce mil suscriptores que reciben diariamente su “halajá”, al margen de quienes eventualmente ingresan al sitio para consultar su biblioteca halájica.
Todas las halajot y/o dictámenes halájicos están redactados de acuerdo a la visión de nuestro maestro y gran exégeta de la generación Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a, quien es considerado una de las autoridades rabínicas más autorizadas y aceptadas de las últimas generaciones. Esto, de acuerdo al testimonio de los “geoním” y grandes maestros sefaraditas Rabí Ezra Atie z”l, Rabí Efraím Cohen z”l, Rabí Mordejai Sharabi z”l y muchos otros destacados rabinos.
Parte de las Halajot se obtienen de las distintas obras de Rab Ovadia Yosef, Shlit”a, y en aquellos lugares en los que no aparece su opinión sobre el tema, la Halajá la determinamos según lo que dictamina Marán –Rabbenu Yosef Caro z”l- en el Shuljan Aruj –código de leyes judías- y de acuerdo a la opinión rabínica mayoritaria, como acostumbra a hacerlo nuestro maestro Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a.
En numerosas ocasiones consultamos directamente a Rab Ovadia la forma en que debíamos dictaminar ciertos temas del sitio, y citamos la respuesta en su nombre.
Las Halajot de este sitio tratan los más diversos temas, desde las legislaciones que rigen al Shabbat hasta lo concerniente a las leyes monetarias, daños y perjuicios, etc. De tal forma que, las personas que se suscriban y lean permanentemente el sitio adquirirán, en un lapso relativamente corto, un conocimiento general de las leyes que rigen la vida cotidiana.
En estos momentos el sitio trata exclusivamente temas halájicos, sin embargo, nos proponemos en un futuro cercano extender la temática a la Parashá –porción semanal de la Torá- e incluso otros temas.
Las Halajot de este sitio están escritas por el nieto de Rabbenu Ovadiá Yosef, Shlit”a, Rab Ya´acob Sasson, Shlit”a, integrante del cuerpo de rabinos del centro de estudios Yehave Da´at.
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