jueves, 17 de octubre de 2013

PERASHAT VAYERA : La prueba más difícil para un ser humano

בסיעתא דשמיא
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PERASHAT VAYERA 
 (Y apareció)
Libro Bereshit / Génesis (18:1 a 22:24)
Haftará de la Semana:
Melajim / Reyes II
Sefaradim 4:1-23
Ashkenazim 4:1-37

ste Envio de Torah Semanal esta : 
Dedicado a la Refua shelema 
( curación completa) de:

Maran HaGaon Rabenu Rab. Jaim Ovadia Ben Georgia Yosef Shelit''a

HARAV AVRAHAM NISSIM BEN JAVA SHLIT''A

Rabanit  Mazal Bat Leah
Maria Fernanda Bat Dayan Cobos
 SRA.RIVKA BAT SARA IMENU
Sra Maria Bat Lola
Sra Aylin Bat Olga
Sra. Leah Zehara bat Miriam
Sra.Rujama Bat Clemencia
Sra.Rina bat Clemencia
Sra.Clemencia bat Tana
Sra.Mayo Bat Tana
Sra Jaya Bat Shira
Sra Maria Barrerio
Sra Mijal Ruby Bat Marlen
Sra Hanna Bat Malka
Sra. Graciela Arenas
Sra. Mariela Barreiro
Sra. Maria Delgado
Angela Bat Orly
Sra. Aylin Bat Aylin
Sra. Nurys Bat Aylin
Sra Nahomi Bat Maria Teresa
Sra. Olga Bat Gloria
Sra. Nohemi Bat Esther
Sra. Yolanda Bat Elina
Paola Bat Yolanda
Sra.  Dinorah Horing Flasch Bat Batia
Karen Bat Rosa
Isabel esther sánchez matos
Sra Maria Bat Helena


Sr. Refael Ben Sarah Imenu
Jaim Yosef Ben Esther
Sr. Alberto Girado Lobo 
Sr.Sixto hijo de Juana
Sr. Fabio Camacho
Matitiahu Ben Katerine
Sr.Alfonso Rojas
Avraham Moshe ben Miriam
Sebastián Ben Rujama
Sr.Zevulón ben Alicia
Sr Aaron Ben Sara
David Gabriel Ben Farida
Sr. Soto Forero Hijo de Isabel
Sr. Moshe ben Avraham
David ben Maira
Alvaro hijo de Ana

Itzjak Ben Sara
Ramiro Ben Yolanda
Rafael ben Elina

Leiluy Nishmatam ( Y por la Elevación de las  Almas) de:

Este Envío de Torah Semanal esta dedicado a la Bendita Memoria de nuestro maestro y Guía, Maran HaGaon Posek Hador Rabenu HaRab Ovadia Yosef ZT''L

El mas grande Sabio de nuestra Generación 

Quien Partió al mundo de la verdad el día 3 de Marjeshvan del 5774 - 07/10/2014

MARAN HAGAON HARAV YOSEF SHOLOM BEN JAIA MUSHKA ELYASHIV ZT''L
 MARAN HAGON HARAV MORDEJAI TZEMAJ  ELIYAHU BEN MAZAL TOV ZT''L
MARAN HAMEKUBAL HARAV NISSIM PERETZ ZT''L
MARAN HAGAON HARAV YAACOV YOSEF ZT''L
Maran Harab HaGaon Rab. Jaim Pinjas Scheinberg ZT''L
HaRab Jaim  David Ben Shraga Fievel Zukervar  ZT''L

Sr. Rafael Ortiz Peña Z''L
Sr. Eliecer David Ben Aura Esther  Z''L
Harab Amram Horowitz ZT''L
Sr. Martín Lindarte Z''L
Sr. Miguel Avila Z''L
Sr.Carlos Ben Maria  Z''L
Sr. Julio Wasserman Z''L
Iyov Ben Avraham Z''L
Sr.  Epifanio Enrique  Ben Amada Z''L
Sr. Roberto Ben Blanca  Z''L
Sr. Mario Gil Ben Graciela Z''L
Sr. Anibal Ben Clemencia Z''L
Sr. Bernardo Rejtman Ben Meir  
 ADAEL BEN  ELIYAHU  Z"L
Sra Aura Ester bat Ana Z''L
Rabanit Bat Sheba Kanievsky, Z”L
Sra. Guillermina Hija de Benigna z''L
Sra. Etelvina Bat Marcelina Z''L
Sra. Margalit Bat Sara
Sra. Dora Bat Juana Z''L
Sra. Flor Lucila Cortes Bat Sara Z´´L
Sra. Maira Maldonado Z''L
Sra. Esther Bat Fanny
YAFFA BAT SARA  Z"L   
Sra. Adekina Diaz Bat Soledad Z''L


Refua shelema ve Hatzlaja be Kol Maase Yadenu:
Asher Amram Ben Avraham

* Si desea dedicar este envió de Torah, por la pronta recuperación de un familiar o un amigo o en recuerdo del alma de algún ser querido, por favor envíenos un correo a comhebrea@gmail.com con el nombre de la persona y el nombre de su Madre

Horario del Encendido de Velas para SHABAT en Bogotà, Barranquilla y Cali ,Colombia

Bogotá: 
FechaHora    
Viernes, 18 Octubre, 2013Encendido de velas a las: 05:24 pm
Shabat, 19 Octubre, 2013Shabat concluye: 06:13 pm

Barranquilla:
FechaHora    
Viernes, 18 Octubre, 2013Encendido de velas a las: 05:22 pm
Shabat, 19 Octubre, 2013Shabat concluye: 06:12 pm

Cali:
FechaHora    
Viernes, 18 Octubre, 2013Encendido de velas a las: 05:34 pm
Shabat, 19 Octubre, 2013Shabat concluye: 06:23 pm

Honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes. Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos. 

Es muy importante saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia esta permitido encenderlas después de la puesta del sol


DESCARGA LOS ARCHIVOS ADJUNTOS Y DISFRUTA DE UNA MAYOR PROFUNDIDAD EN EL ESTUDIO DE LA  PERASHA DE LA SEMANA

Vaierá con Rambam
(http://mymorningmeditations.files.wordpress.com/)
Por Rav Daniel Shmuels
La Parashá de esta semana Vaierá no tiene ninguna de las Mitzvot establecidas por el Rambam; sin embargo, la Parashá en sí nos da la posibilidad, desde mi punto de vista, de analizar una de las más importantes Mitzvot que tenemos que llevar a cabo como judíos. 
De primera vista, parecería que Vaierá es la continuación de Lej Lejá por cuanto la Torá nos relata los trabajos de la vida de Avraham Avinu; empero, hay una enorme diferencia pues él ya está circuncidado y como lo vimos la semana anterior, de acuerdo al Rambam, este acto va más allá de una Mitzvá, es el método particular de conectarnos con Dios por medio de un pacto que yace permanentemente en nuestro cuerpo, es el ejemplo clásico de hacer al mundo físico receptivo y sensitivo a lo Divino, en donde lo espiritual asociado con una Mitzvá se convierte en parte permanente del cuerpo de un judío. Es por esto mismo que esta Parashá lleva por nombre Vaierá, porque "Dios se le apareció a él" y por consiguiente es una nueva era en la vida de Avraham donde su cuerpo se ha convertido en un receptáculo de Divinidad a través del pacto de la circuncisión. Así que cuando leemos esta Parashá vemos como Dios se le aparece a Avraham pero tenemos que tener en cuenta que Dios también se nos aparece sólo que Avraham tenía la habilidad de verlo con sus ojos. A mi parecer, como judíos no deberíamos conformarnos con la presencia invisible de Dios sino al contrario, debemos intentar "llegar", "alcanzar", "acercarnos" a Dios para poder verlo en realidad. Esto es lo que me lleva a la Mitzvá según el Rambam de acercarnos a Dios.
6. Acercarse a Dios
"Por medio de este Mandamiento estamos ordenados a involucrarnos y asociarnos con hombres sabios, estar siempre en su compañía y unirnos a ellos en cualquier forma de camaradería: comiendo, bebiendo y en negocios hasta el punto que podamos ser exitosos en ser como ellos en relación con sus acciones y en adquirir opiniones verdaderas de sus palabras. Este Mandamiento está contenido en Sus palabras (exaltado sea Él): 'Y a Él vosotros debéis acercaros (deut 10:20)' lo cual se repite en el versículo: 'Y acercaros a Él (deut 11:22). Y la Sifré nos dice: 'Y acercarse a Él significa que debemos acercarnos a hombres sabios y a sus discípulos'.
Nuestros Sabios también utilizaron las palabras acercaros a Él como prueba que es el deber de uno de casarse con la hija de un hombre sabio, dar la hija de uno a un hombre sabio, darle beneficios a hombres sabios y tener negocios con hombres sabios. Ellos dicen: 'Es posible para un hombre acercarse a la Presencia Divina viendo que está escrito: 'Puesto que el Señor vuestro Dios es un fuego devorador (deut 4:24)'. Por consiguiente, debemos concluir que quien se case con la hija de un hombre sabio o da su hija en matrimonio a un hombre sabio o le da beneficio a un hombre sabio sin posesiones, es considerado en este versículo como aquel que está acercándose a la Presencia Divina'."
Para aclarar un poco el concepto de hombre sabio o como llama el Rambam en hebreo "Talmid Hajam" al discípulo de un hombre sabio en relación con el acercamiento a Dios, es importante decir que dentro de nuestra tradición rabínica el hecho que estudiemos la Torá Shebijtav y sobre todo la Torá Shebealpé equivale a acercarnos a Dios hasta el punto de intentar entender su pensamiento. Bajo esta línea de ideas interpretar y ejemplificar a este hombre sabio es como acercarnos a Dios porque aquel que estudia la Torá y vive bajo sus Preceptos se acerca a Dios; entonces, acercarse a un hombre sabio equivale a acercarse al Señor. Es mi experiencia personal, Baruj HaShem, que entre más nos acercamos a hombres sabios en Torá, más podemos ver a Dios y por consiguiente nos podemos acercar más a Dios cumpliendo esta Mitzvá a plenitud.

Sidrá 4ª de la Torá, 4ª del sefer Bereshit. Entre pesukim 18:1 y 22:24.
Haftará en II Melajim 4:1-37.
Perek 18: Hashem visita a Avraham Avinu, a la sazón de 99 años, a los tres días de su circuncisión. Momentos después, tres enviados de H' son atendidos muy generosamente por el adolorido Avraham, que olvidando su dolor prefiere hacer la gran mitzvá de Ajnasat Orjim, hospitalidad, aun con tres vagabundos desconocidos, ya que él no los reconoce como enviados divinos.
Sara se ríe, desconsoladamente cuando siente que uno de los enviados anuncia que ella parirá un hijo al cabo de un año, ya que ella hace rato sabe que no puede, pues, fue estéril en su juventud y ahora tiene 89 años.
H' enojado les pregunta si hay algo que Él no pueda hacer.
Hashem revela a Avraham que destruirá las malignas ciudades de Sedom, Amorá, Adma y Tzevoim. Avraham trata desesperadamente de interceder en favor de esas ciudades para que Hashem no las destruya.
En un diálogo, H' acepta perdonar las ciudades si hubiera en ellas al menos diez personas justas, pero no las hay.
Perek 19: Solamente Lot (el primo de Avraham), su mujer y sus dos hijas serán salvados, a pesar de haber vivido mucho tiempo entre los ruines, aún no están completamente perdidos en el mal. Los enviados están a punto de ser torturados y vejados por los malignos ciudadanos, Lot los defiende, aun entregando a sus hijas en lugar de sus invitados y protegidos.
Mientras una lluvia de azufre y fuego destruye las perversas ciudades. Lot y los suyos tenían prohibido mirar para atrás, sin embargo la mujer de Lot gira su cabeza para mirar la masacre y queda transformada en estatua de sal.
Las hijas de Lot, que están guarecidas en una cueva con su padre, suponen que todo el mundo esta destruido y que es su deber repoblar la tierra, entonces emborrachan a su padre y mantienen relaciones ilícitas con él. De la hija mayor nace Moav y de la menor Ammon, de los que saldrían pueblos famosos de la época.
Perek 20: Avraham se muda a Guerar donde Avimelej, rey de aquel lugar, le arrebata a Sara. Después de que Hashem lo increpa en sueños, la libera intenta amigarse con el poderoso Avraham.
Perek 21: Tal como les fuera prometido por H', Avraham y Sara tienen un hijo en su ancianidad, y lo nombraron Itzjak, voz del verbo 'reír' o 'burlar', ya que la gente se reía ante esta situación extraña, dos viejos con un hijo recién nacido.
Avraham celebra grandemente el día que Itzjak es destetado. Sara pide a su marido que eche a la esclava y concubina Agar y a su hijo Ishmael de la casa, porque ve la presencia de Ishmael perjudica grandemente el sano desarrollo de su hijo Itzjak. Avraham se apena de tener que echar a su otro hijo de su lado, pero Hashem le dice que debe escuchar a Sara en todo lo que ella le diga.
Ishmael estaba agonizando por la sed, al haberse perdido con su madre en el desierto. Agar le ruega a H', y Él envía un enviado que le muestra a la mujer un manantial que fluía ahí, frente a ella. Y le augura un futuro de poder para su hijo.
Avimelej se da cuenta de que Hashem prospera a Avraham, por lo cual sella un pacto con él.
Perek 22: H' pone la última y más terrible prueba frente a Avraham, ya que le ordena que Le ofrende a su hijo Itzjak, de 37 años. Avraham obedece de inmediato, a pesar de la gran pérdida que eso represente, ya que le fuera prometida abundante descendencia, pero ahora sacrificaría al único que de él podría salir; a pesar de que Avraham se obstinaba en contra de los sacrificios humanos, tan comunes en aquellas épocas. Pero, si era orden de H', así había que hacer.
Cuando Avraham ya ató a su hijo al lugar del sacrificio, elevó el cuchillo para matarlo, cuando un enviado de H' lo detiene, pues, ha pasado certeramente la dura prueba de fidelidad.
Por su confianza en el Eterno, Hashem promete a Avraham que aunque los descendiente pequen, siempre podrán retornar a Dios y salvarse de sus enemigos.
Avraham hace sonar el Shofar, extraído del animal que sacrifico en lugar de su hijo.
Finalmente se lista la genealogía que concluye con el nacimiento de Rivka.
Avraham Abinu, según Masejet Abot fue expresamente probado en diez ocasiones por H’, sorteando con éxito todas las pruebas. Los comentaristas a lo largo de los siglos no han podido indicar con precisión cada una de las pruebas, algunos dicen tal y cual acontecimiento, y otros que ese no, sino otro; pero, lo que todos aceptan es que la última prueba de importancia fue la famosa "Akeidat Itzjak", el renombrado "Sacrificio de Itzjak", que en realidad debería ser traducido como "El Amarre de Itzjak".
Y es en esta parashá que este incidente se relata.
No entraremos en detalles, ni abundaremos en interrogantes, ya que múltiples y variadas han sido y pueden ser, sólo queremos señalar un aspecto de la última prueba.
En todas las pruebas anteriores H’, tras el logro de la misma, prometía a Avraham la Tierra de Israel y una abundante descendencia. Y al parecer la promesa se venía cumpliendo, pues, de forma sobrenatural Avraham y Sara fueron padres a la considerable edad de un siglo...
Cuando H’ reclama que Itzjak le sea entregado como sacrificio, ¿qué pudo pensar Avraham? No sabemos, y la Torá lo silencia. Pero, razonemos, él ya era muy viejo, de ciento treinta y siete años, su señora seguramente no pariría nuevamente, entonces, ¿qué pasaría con las promesas del Eterno tantas veces repetidas?
¿Acaso Dios es mentiroso? ¿Quiere el sufrimiento de los inocentes que pasan una y otra vez por los castigos de las dudas y de las pruebas? ¿Cómo entender a este Dios que a la mañana promete, y parece cumplir, pero al crepúsculo reclama lo que dio?
Seguramente Avraham tuvo pensamientos y sentimientos contradictorios, hay varios midrashim que parecieran indicar esto, pero es la misma Torá la que se encarga de remarcar el poderoso esfuerzo que significaba para el patriarca cumplir en esta ocasión los dictados del Eterno:
"Y extendió Avraham su mano, y tomó el cuchillo." (Bereshit 22:10)
Sabemos que la Torá no redunda ni añade sin motivo, entonces, ¿por qué recalcar que estiró su mano, si es obvio que para manipular un objeto (el cuchillo) esa acción debe realizarse? Si seguimos la lógica del Maharal de Rimanov, este hecho indica los debates internos que nuestro antepasado sufría, su antigua y conocida agilidad para cumplir los mandatos del Eterno parecen esfumarse en el preciso momento de degollar a su hijo (que era la promesa de H’ encarnada).
Sí, Avraham sufría, y no en apariencia, sino profundamente.
Sin embargo, Avraham tomó el cuchillo y con dolor, y con tremendo esfuerzo cumplió lo que le había sido ordenado...sacrificó en honor a H’ a su único – amado – hijo – Itzjak...claro, no materialmente, sino en su verdadera y sincera intención...
Dentro de la mente de Avraham, y en su corazón el hecho estaba consumado, aunque un enviado de H’ detuvo la acción concreta...
Avraham sufrió, pero el consuelo provino de su inmensa confianza en H’, en la irrevocable convicción que H’ es Justo y Misericordioso... porque, Avraham no tenía dudas de Su actuar en el mundo, de Su existencia más allá de toda explicación...
Pero, consideremos un pequeño detalle, el verdadero héroe de la historia, el que superó con mayor amplitud la prueba, fue el casi olvidado, el nunca mencionado como activo participante: nuestro segundo patriarca Itzjak...
Avraham había recibido la orden directamente de H’, y no se opuso, pero, ¿de boca de quién escuchó Itzjak que iba a ser sacrificado?
Pues de su padre, de una persona como nosotros, que también puede fallar, temer o tener equívocos...
Y sin embargo, Itzjak tuvo confianza en su padre, en la persona que le había enseñado los caminos de justicia y que son agradables a H’, por lo cual, no temió, ni se resistió ni huyó, sino que todo lo contrario:"E iban juntos." (Bereshit 22:8), padre e hijo JUNTOS, sin saber su futuro, pero confiados uno en el otro, y ambos en H’...
  1. Envidia y confianza en el Eterno
    El Rav A. Henaj Leibowitz, en "Majestad del Hombre", nos instruye:
    "...Y caminaron los dos juntos."(Bereshit / Génesis 22:8).
    En el Midrash Rabá encontramos que Itzjac no era un involuntario participante de la Akeidá, al contrario, él era un socio igualitario con Avraham. El Midrash relata como el Satán -la inclinación perversa- astutamente intentó disuadir a la pareja de su objetiva. Luego de fracasar con Avraham, se volvió hacia Itzjac e insatisfactoriamente intentó diferentes argucias. El Satán entonces apuntó que tras de la muerte de Itzjac, todas sus preciadas posesiones serían entregadas a su hermano Ishmael. Fue este argumento el que causó que que Itzjac se detuviera (si bien por un brevísimo momento).
    ¿Qué era este argumento?
    Incluso el bondadoso, falto de egoísmo Itzjac fue momentáneamente afectado por la perversa pasión de la envidia. Para guardarse contra la influencia de la envidia, debemos concentrarnos en reforzar nuestra confianza. No hay manera de sentirse amenazado por cualquier situación o carente de cualquier objeto cuando con todo corazón creemos que el Eterno es el que toma en consideración a cada uno de nosotros y que estamos totalmente en Sus manos.
  2. Nunca dejar pasar la oportunidad de cumplir con una mitzváEn "La voz del querido" el rav David Feinstein nos enseña:
    "...porque para esto habéis pasado cerca de vuestro siervo"
    (Bereshit / Génesis 18:5).
    Avraham corrió para encontrarse con extraños, les ofreció servirles comida y bebida y les imploró para que no lo dejaran sin haber aceptado su hospitalidad. Sus palabras fueron: "...
    porque para esto habéis pasado cerca de vuestro siervo". ¿Por qué el uso la palabra "para esto"? Avraham creía que esos hombres habían sido enviados por el Eterno específicamente para darle a él una oportunidad de cumplir con una mitzvá. Así pues, el estaba diciendo que vinieron a mí "por esto", es decir, con el propósito de permitirme darle comida y bebida. Esto nos da una imagen de la grandeza de Avraham; nunca entró en su cabeza la idea de que esos hombres le causaban problemas o gastos en un momento en el que él no se estaba sintiendo bien. Por el contrario, él creía que ellos estaban allí solamente para beneficiarlo a él, para darle una oportunidad de cumplir con una mitzvá. Por esto nosotros aprendemos que nunca debemos dejar pasar la oportunidad para cumplir con una mitzvá.



Reflexiones de Vayerá
El Enigma del Carisma
Por Rav Marc Angel
Traducción Dra. Myriam Frydman
Hace algunos años, tuve conocimiento de una tesis doctoral que exploraba la naturaleza del carisma. El autor pasó muchas horas observando a individuos que eran ampliamente considerados muy exitosos en sus relaciones interpersonales y conversando con ellos. Entre el grupo de personas carismáticas había clérigos, médicos, profesores, empresarios, y un barman.
¿Qué cualidades tenían estos individuos que hacían que los demás se sintieran atraídos hacia ellos? ¿Qué había en el fondo de su carisma? ¿Por qué esos hombres y mujeres eran tan apreciados entre sus compañeros?
El autor de la disertación encontró hilos básicos que los vinculaban a todos. Los individuos carismáticos demuestran entusiasmo por lo que hacen; ellos aman su trabajo. Disfrutan enfrentando desafíos. Ellos desean compartir su entusiasmo con los demás, y hacer cosas por los demás. Ellos tienen éxito con la gente, porque realmente sienten un compromiso con los demás.
Una persona entusiasta inspira entusiasmo en los demás. Una persona idealista inspira idealismo en los demás. El carisma es una función del entusiasmo interior de la persona, de su amor, y de su desbordante compromiso con los demás. En la medida en que una persona pueda transmitirles esas cualidades a los demás, el poder carismático de él o de ella se acentúa. 
La Parashá de esta semana comienza con una descripción de la hospitalidad de Abraham para con tres forasteros. La Torá hace énfasis en la prontitud de Abraham —él se apresuró a saludarlos, él le dijo a Sarah que se diera prisa para hornear el pan, él corrió para encontrar una comida adecuada para sus invitados. El Midrash señala características de la hospitalidad de Abraham: él mantenía su carpa abierta por los cuatro lados para convidar a los invitados a entrar; él los alimentaba bien y les enseñaba a ofrecerle bendiciones a Dios; él era la personificación del jésed —de la bondad y la compasión.
Abraham fue carismático. Él fundo una nueva cosmovisión religiosa e hizo que muchos se convirtieran. ¿Por qué se sintieron ellos atraídos hacia él y hacia su mensaje? Porque él fue tan entusiasta, amoroso, y servicial; porque él tenía un gran mensaje y fue capaz de comunicárselo a ellos.
El Midrash enseña que tanto Abraham como Sarah estaban desbordados de amor a Dios y amor a la humanidad. Abraham convertía a los hombres, y Sarah convertía a las mujeres. Ellos tuvieron un éxito abrumador porque fueron capaces de atraer a la gente hacia ellos mismos y hacia sus ideas.
Pocas personas pueden alcanzar el nivel de carisma de Abraham y Sarah, y pocas serán capaces de cambiar el mundo en una forma tan dramática. Sin embargo, cada persona puede aumentar el “coeficiente de carisma” de él o de ella energizándose más con su propio trabajo; demostrando un mayor entusiasmo por sus ideales; dedicando más tiempo y esfuerzo a acercarse a los demás y a ayudarles de una manera honesta y amorosa.
El carisma implica una constante conciencia de los desafíos de la vida, un entusiasmo para enfrentar esos desafíos, y la capacidad de tomar decisiones de una manera inteligente.
 

Usando lo bueno para el bien

La parashá de esta semana comienza con la historia de la increíble bondad que exhibió Abraham con los tres ángeles; Abraham hizo todo lo posible para satisfacer sus necesidades a pesar de sentirse débil por la circuncisión que se había hecho tres días antes. Inmediatamente después, la Torá continúa con el relato del descenso de los ángeles a Sodoma y la subsecuente destrucción de la ciudad.
Rav Yaakov Kamenetsky señala un factor muy interesante en la yuxtaposición de estos dos eventos: ambos tienen un gran énfasis en hajnasat orjim (recibir huéspedes)1. La historia de Abraham es la demostración clásica de la actitud que debe tener una persona hacia la mitzvá de hajnasat orjim y de cuál es la forma óptima de servir y proveer a los huéspedes. Vemos como Abraham ignora su propio malestar y no escatima en esfuerzos con tal de hacer que sus huéspedes se sientan bienvenidos. Acto seguido, la Torá nos lleva a la ciudad de Sodoma y nos muestra la absoluta antipatía por la mitzvá de hajnasat orjim;podemos ver cómo la gente de Sodoma amenazó la vida de Lot por haberse atrevido a darle alimento y refugio a unos extraños que estaban de visita. ¿A qué se debe el énfasis que pone la Torá en el claro contraste que hay entre Abraham y el pueblo de Sodoma?
Rav Kamenetsky sugiere una respuesta basada en otro aspecto de la historia de Sodoma. Dios le contó a Abraham sobre sus planes de destruir Sodoma debido a que sus habitantes eran absolutamente indiferentes con las otras personas. Abraham reaccionó mostrando una gran preocupación por estas malvadas personas, y habló con Dios en un tono tan fuerte que se vio obligado a pedirle primero que, antes que nada, no se enojara con él por hablarle con tal franqueza.
Rav Kamenetsky explica que la Torá nos está mostrando un aspecto menos conocido del increíble nivel de Abraham respeto a su interés por las otras personas. Escribe que, normalmente, cuando una persona sobresale en un área o en una característica personal, esta persona es particularmente estricta en la forma de juzgar el comportamiento de los demás en la misma área o comportamiento, y consecuentemente, tiende a juzgarlos con gran dureza. La Torá yuxtapone el relato de la grandeza de Abraham en hajnasat orjim con la situación despreciable de Sodoma en ese aspecto para mostrarnos que Abraham le pidió a Dios que tratase a Sodoma con misericordia. Esto nos enseña que Abraham no fue presa de la inclinación a ser más estricto al juzgar a otros en un área en la que uno mismo se destaca. A pesar de la gran distancia que había entre su bondad y la de Sodoma, Abraham mostró una gran preocupación por el bienestar de ellos.
Podemos aprender de aquí que no es fácil ver con buenos ojos las debilidades de los demás en las áreas en las cuales nosotros mismos sobresalimos. ¿Por qué nos resulta tan difícil?
Cuando una persona se destaca en un aspecto de su personalidad, encuentra muy difícil entender cómo puede ser que las otras personas sean menos cuidadosas en esa misma área. Por ejemplo, si una persona es muy puntual, le resulta muy difícil comprender por qué otra gente llega siempre tarde. A esta persona le es muy claro que la impuntualidad revela una falta de consideración por el tiempo de los demás. La prueba que debe intentar superar esta persona es por lo tanto intentar reconocer que todos tenemos fortalezas diferentes y que puede que haya áreas en las que él es mucho más débil que los demás.
Es más, esta persona debería recordar la Mishná en Pirkei Avot (Ética de nuestros padres) que nos dice: "No juzgues a tu prójimo hasta que hayas estado en su lugar", lo cual nos enseña que la personalidad de cada uno está basada en sus circunstancias de vida particulares y que nunca podemos juzgar a otra persona con precisión porque no sabemos cómo nos hubiésemos comportado nosotros si hubiésemos estado en esa situación.
Al internalizar esta enseñanza, uno puede llegar a darse cuenta que cada persona tiene sus propias fortalezas y debilidades, que estas características están basadas en muchos factores y que está mal frustrarse por las debilidades que tienen los demás en las áreas donde uno tiene una fortaleza.
Hay muchas formas en las que una persona puede imponer de mala manera su propio estándar a los demás. Por ejemplo, puede que una persona sea muy prolija y ordenada, lo cual es un rasgo muy bueno que le permite tener una vida organizada. Sin embargo, es muy probable que en algún momento de su vida esta persona comparta su hogar con otra gente, como por ejemplo con su propia familia o con algún compañero de cuarto, y suele ocurrir que los demás no se esmeran para llegar al mismo nivel de pulcritud en el hogar. Esto genera consecuentemente que la persona ordenada se frustre con ellos y les exija que limpien la casa de acuerdo a sus altas exigencias, imponiéndoles injustamente su forma de hacer las cosas.
En lugar de esto, una persona excesivamente ordenada debería aceptar que los demás no pueden mantener la casa tan ordenada como a él le gustaría. Si la persona ordenada no puede funcionar adecuadamente en esta situación, entonces debería encargarse él mismo de mantener su entorno de acuerdo a sus exigencias.
Hay muchas cosas que se pueden decir sobre la grandeza de Abraham, pero Rav Kamenetsky nos enseña otro aspecto de su excelencia en las relaciones interpersonales: Abraham no imponía sus elevados estándares sobre los demás y no los trataba de manera estricta.

La Burla de Yishmael
Por: Rabino Manny Viñas 

  דברי עמנואל     
Divrei Emmanuel


“Y Sara vio al hijo que Agar la egipcia le había dado a luz a Abraham burlándose”
(Génesis 21:9)

Uno de los momentos más importantes en la parashá de esta semana es el momento cuando Sarah decidió que Abraham tenía que expulsar de su hogar a Hagar y a Ishmael. La Torá dice que ella le demandó a su esposo que los bote porque encontró que Ishmael no tenía el valor o el mérito de heredar junto a su hijo recto, Isaac. Abraham se molestó por esta demanda y le pidió a Dios que lo guíe en qué hacer. Hashem le respondió que siga todo lo que Sara le pida dejándose guiar por la voz profética de su esposa y que no se preocupe por Ishmael. Por esa razón Abraham los expulsa de su campamento.
La incomodidad de Abraham al expulsar a Hagar e Ishmael es característica del hombre que ya hemos conocido y que a través de toda su vida demuestra gran compasión por los demás. Es obvio que a él no le gustó la idea de botarlos porque era un hombre de gran compasión. Pero al ver todo esto ocurrir nos preguntamos “¿Qué le pasó a Sarah, no era ella también una mujer compasiva y misericordiosa?” ¿Como podría ella recomendar la expulsión de ambos sabiendo que serian expuestos a los elementos de la naturaleza y que podrían morir? ¿Qué fue lo que molestó tan profundamente a Sarah que le causó tomar esta decisión tan drástica contra ellos?
De acuerdo al gran comentarista Rashi y la mayoría de los comentaristas, Sarah tomo cuenta que Ishmael era malo porque estaba participando en idolatría. De acuerdo a esta opinión la palabra “burlándose” se interpreta como un eufemismo que describe la idolatría. Se convirtió en un idólatra. ¿Por qué no se dio cuenta Abraham de lo mismo que su esposa? Porque, de acuerdo a Rashi, ella tenía más poder profético que su esposo. Fue su percepción profunda de la idolatría de Ishmael y de los fallos espirituales de Hagar que le causaron tomar ese paso de expulsión para proteger a su familia. Cuando Sarah se refiere a la herencia no se estaba concentrando en lo material si no en lo espiritual. Ella no quería que el heredero de Abraham practique monoteísmo Abrahámico mezclado con la idolatría de Hagar. Ella actuó en defensa del monoteísmo puro que ella y su esposo se habían pasado la vida enseñando.
Pero la pregunta queda – y qué de su compasión? Después de todo Sarah era una misionera. Se pasaba los días rodeada por idólatras y ella compartía con ellos para motivarlos y aclararles las verdades del monoteísmo. Como ejemplo de esto, la Torá dice que cuando ellos se fueron de Harán en la parashá de la semana pasada, se fueron “acompañados por las almas que habían creado allí en Harán.” Nuestros sabios explican que esto se refiere a sus prosélitos que ellos habían guiado desde la idolatría al monoteísmo. Ella convertía a las mujeres y el a los hombres, dicen los sabios. ¿Si ella expresó compasión con esos extranjeros por qué no les extendió esa misma compasión a miembros de su propia familia? ¿Al ver que el hijo de su esposo estaba adorando ídolos por qué no renovó sus esfuerzos para guiarlo y convertirlo en lugar de expulsarlos?
En mi humilde opinión la respuesta a esta pregunta se puede encontrar por el uso de la palabra “burlarse.” Si no hubiera sido que él se estaba burlando ella hubiera tomado la otra posición y lo hubiera guiado. Pero al ver que se burlaba entendió que no había forma de guiarlo porque ya nada tenía valor en sus ojos.
Los sabios dicen “una broma puede disipar cien reproches.” Cuando ella vio que él estaba burlándose entendió que sería imposible entrar a la mente de una persona que ridiculiza todo. Se dio cuenta que este último paso de burlarse bloqueaba cualquier otro progreso para él y todavía podría causarle daño a los otros en su círculo también. Para poder inspirar y guiar a los demás el maestro tiene que crear y mantener un nivel de respeto y admiración por su persona y por sus enseñanzas. Cuando ese respeto es violado ya no puede guiarlos al nivel alto espiritual de su misión. Una burla puede rebajar ese mensaje del maestro delante de los ojos de los demás y de esa formar causar daños irreparables.
Nadie es frívolo delante de alguien que él venera o sobre algo que el valora. Al mofarse de lo que tiene valor, el burlarse te demuestra valores muy pobres que revelan su pobreza espiritual y sicológica. Delante de algo de valor el demuestra que no le da valor a lo que los demás consideran de gran importancia. No tiene la habilidad de reconocer lo que verdaderamente es importante y por eso no le da la importancia que merece. Al burlarse de un líder o de alguna idea de importancia el demuestra que le falta ese respeto o que no se respeta el mismo. El aspecto de auto respeto entra porque esa bromita pequeña bloquea su oportunidad de crecimiento espiritual. Es un ejemplo de su inmadurez al resistir una oportunidad de crecimiento personal, sicológico y espiritual por miedo que no pueda completarlo.
De todas maneras la decisión de Sarah al botarlo de la casa fue una buena decisión. No lo podría dejar entre el grupo para envenenar a los demás con su cinismo porque ese veneno podría bloquear a Sarah en su misión de enaltecer a los demás en su relación con Dios.
Si los Rabinos, padres, políticos y sus instituciones no tienen valor en nuestros ojos y nos dedicamos a reírnos o chotearnos de ellos cómo podemos esperar que nuestros hijos desarrollen valor por estas instituciones y aprendan de ellos. ¿Cómo podemos esperar que otros respeten nuestras instituciones si nosotros no las valoramos? ¿Cómo se supone que un Rabino nos ayude a crecer espiritualmente cuando el mismo ha sido devaluado, marginalizado y deshonrado? Las cosas de valor tienen valor. Las cosas sagradas son sagradas. Si nos burlamos de ellas en la vida común no nos pueden servir cuando estemos necesitados de sus servicios. Si la Torá, la oración, la sinagoga y todo lo asociado con estos no tienen valor en la vida común – no pueden tener valor cuando necesitamos una oración un apoyo del Rabino o algo que nos alivie cuando tengamos dolores espirituales. Cuando algo honrado es burlado ya no es honrado. Si permitimos que otros se burlen de los que nosotros consideramos valioso tal vez es porque nunca tuvo el valor que pensábamos que tenía. Por esa razón cuando uno respeta y honra una idea, una persona o algo sagrado no puede permitir que otros le den de menos. Por esa razón siempre me he dedicado a honrar las instituciones que yo valoro como mi patria, mi religión, mi persona (personalmente y como Rabino) y también mi familia y esposa. Si permitimos que sean maltratados nosotros somos los culpables de devaluarlo delante del público y delante de nosotros mismos.

Shabbat Shalom Rabí Emmanuel Viñas y familia. eb.
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VaYerá: ¿Increíble?


“Y dijo Dios a Abraham: “Por qué rió Saráh diciendo: ¿Será verdad que yo he de dar a luz, aun al haber envejecido?”. ¿Podría algo ocultarse del Eterno? ¡En el tiempo convenido retornaré a ti – como en este momento – el próximo año, y Saráh tendrá un hijo!”(Breshit 18, 13/14)
Imaginemos la situación.
Una mujer entrada en años – estéril de nacimiento – al recibir a un par de viajeros, consigue escuchar de sus bocas que justo después de un año estará arrullando a su propio hijo.
Tal declaración a cualquiera le parecería ridícula, cuanto y más a Saráh quien conocía perfectamente su situación física.
¿Por qué – entonces – Dios se molestó con ella, siendo ésta una reacción natural, la cual no debía mermar su imagen de firme creyente en Él?
“En realidad – explica Rabí Yejezkel LevinsteinZT”L – Dios amonestó a Saráh porque ella ya había presenciado un sinnúmero de milagros revelados, los cuales favorecieron, no solamente a Abraham, sino también a ella misma.
Saráh conocía consumadamente que para Dios no hay imposibles. Por tal razón se le exigió un nivel superior de confianza plena en El Eterno, y que, sin lugar a dudas Él podía cambiar su naturaleza, rejuveneciéndola y otorgarle la posibilidad de engendrar un hijo.
Rabí Yejezkel analiza que el error de Saráh radicaba en el hecho de asumir su realidad, de acuerdo a lo que estaba acostumbrada a ver. Ella observaba como su cuerpo envejecía y se deterioraba por los años, además de haber nacido estéril, por esta razón no podía aceptar la idea de cambiar su realidad física, abriéndole la posibilidad de procrear.
Por ello Dios la reprendió diciendo:” ¿Acaso existe algo demasiado distante de Mi para concretar? Pues así como asumimos que hay una realidad tangible, también existen situaciones que pueden oponerse a ella.
En este punto se esconde el error humano, ya que el concepto de “realidad”, no se define como habitualmente creemos; que todo persigue un fin específico de acuerdo a un patrón predeterminado, fijo e inalterable. Sino que cada eslabón en la cadena procesal es una revelación directa de la Voluntad de Dios, en la cual no hay intervención, ni siquiera mínima, de una “entidad” ajena.
De esta manera debemos comprender que la naturaleza misma es una realidad milagrosa, oculta a ojos habituados al proceso “causa efecto”.
Nuestros eventos cotidianos son partes de una conversación que Dios desea establecer con nosotros. Si no nos acostumbramos a hacer un paréntesis en nuestro día a día, reflexionando sobre lo acontecido durante la jornada, será prácticamente imposible tener acceso a las informaciones que Él nos envía constantemente, evitando ver Su“mano” protectora y bondadosa extendida continuamente sobre nosotros.
Este hecho es recíproco, pues en la medida que nos habituemos a “ver” los milagros naturales del mundo, de esa misma manera tendremos el mérito de ser conducidos a través de milagros más revelados y claros, experimentando así una mayor cercanía con el Creador del Mundo.
Esto mismo exigió El Eterno de nuestra matriarca Saráh, quien debió haber respondido con un contundente: “Dios quiera que así sea”.
Esta lección nos asegura que todo en el mundo es alcanzable, únicamente hay que invertir un poquito de tenacidad y confianza en Dios. Así podremos ver materializados nuestros anhelos, por difíciles e inverosímiles que parezcan.
Shabat Shalom

Parashat Vayeirá: Vida como Ofrenda al Creador
Nuestros Sabios dicen que el verbo "ver" tiene varias connotaciones importantes en hebreo. Además de significar lo que hacen los ojos, también quiere decir conocer, porque es común presumir que conocemos algo cuando lo vemos tal como es: "Y (el Eterno) se apareció (lit. lo vio) a él [Abraham]" (Génesis 18:1) En este sentido es mejor ver algo que oír acerca de ello, porque ver es saber. En el contexto bíblico "vemos" al Amo del Universo cuando venimos a Jerusalén (al Templo) a traer nuestras ofrendas, y este es probablemente el más profundo significado de este verbo: tenemos ojos con el fin de ver, de conocer a nuestro Creador.

Entonces aprendemos que el Eterno vino a verlo (a Abraham) en su tienda, y más adelante leemos: "Porque Yo lo conozco [sé] que él enseñará a sus hijos, y a su casa y sus descendientes, para que ellos sigan el camino del Eterno, para hacer rectitud y justicia (…)" (18:19), las cuales son dos de los caminos y atributos del Creador y también de Amor. Igualmente son dos razones que Él nos da para vivir en este mundo. De esto trata hacer Su voluntad. Este versículo está abruptamente conectado con el siguiente para llamar nuestra atención a lo que es contrario a los caminos y atributos de Amor: "Y el Eterno dijo, 'Ya que el clamor de Sodoma y Gomorra se ha vuelto mayor, y ya que su pecado es muy grave, descenderé ahora y veré si de acuerdo al clamor de ella que ha llegado a Mí, ellos lo han cometido, destrucción; y si no, Yo sabré'." (18:20-21)

Al igual que en la generación del Diluvio, los habitantes del valle de Sodoma ya estaban "muertos" debido a su corrupción, y su destrucción estaba sobre ellos. Fuego Divino destruyó su maldad pero no completamente para Lot, el sobrino de Abraham, y sus hijas de quienes dos "naciones" asentadas en la tierra de Canaán nacerían después de tener relaciones incestuosas.

"Y Abraham tenía cien años cuando su hijo Isaac le nació. Y Sara dijo: 'Dios me ha hecho reír para que todo aquel que oiga [esto] reirá [Isaac en hebreo] conmigo [debido a mí]'." (21:5-6) Sabios místicos enseñan que este versículo profetiza la era Mesiánica, cuando "la tierra estará llena del conocimiento de la Gloria del Eterno, como las aguas llenan el mar" (Habacuc 2:14) y "la tierra estará llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar" (Isaías 11:9) ya que todos nos regocijaremos con el Amor de Dios completamente revelado en el mundo.

Esto podemos hacerlo siendo y manifestando los modos y atributos de Amor, porque es así como el Creador es con nosotros, como lo fue con Abraham: "Abimélej y Pijol, su general, dijeron a Abraham: 'Dios está contigo en todo lo que tú haces" (Génesis 21:22)

La porción prosigue con uno de los sucesos más significativos que determinan la relación entre Israel y el Creador: "Y él [Isaac] dijo: 'He aquí el fuego y la leña pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?' Y Abraham dijo: 'Dios proveerá Él mismo un cordero para la ofrenda, hijo mío'. Y ellos ambos fueron juntos" (22:7-8) Isaac sabía que su padre ofrecería el sacrificio de un cordero después de que Isaac fuera la ofrenda misma para Dios, por ello preguntó por el cordero.

Estaba muy claro para ellos que sus vidas, al igual que todo lo que existe en la Creación, pertenecen a Dios; y esta es una condición fundamental para aceptar Su voluntad. Conociendo verdaderamente que Su Amor sostiene a toda Su Creación, estamos instados a confiar en Su Amor y en Su voluntad. Este conocimiento era inquebrantable en Abraham e Isaac, y es por ello que el versículo señala que "ellos ambos fueron juntos".

¿Debiera llamarse una prueba cuando se dice "que Dios probó a Abraham"? (22:1), ¿o un tanteo? Como hemos mencionado muchas veces en este blog, Amor no cohabita con nada diferente a este porque la vasija de Amor es Amor. Abraham e Isaac de hecho lograron convertirse en esa Verdad. ¿Somos también nosotros capaces de convertirnos en Verdad? Nuestros Patriarcas lo hicieron para que nosotros los emuláramos como el Pueblo Elegido que somos, por lo tanto debemos realizar este destino como la misión que nuestro Padre quiere de nosotros. Amor es la Luz del mundo, la Redención que debemos revelar entre la oscuridad de las ilusiones y fantasías de ego.

Una vez seamos conscientes de que Amor es la manifestación material del Amor de Dios que nos redime de nuestras peores penas, tristezas y dolores, seremos verdaderamente libres. Se ha dicho muchas veces en la Torá y las escrituras hebreas que la elección es sólo nuestra, y que debemos escoger la vida en vez de la muerte, Amor como Luz en vez de oscuridad. Así como somos capaces de crear tanto dolor y sufrimiento entre unos y otros, también somos capaces de crear felicidad y regocijo entre todos. Uno es el resultado de elegir las ilusiones de carencia que crea el ego y que nos hacen causar daño a nosotros mismos y a los demás, y el otro es lo que causamos en los demás cuando Amor es la causa.

El sacrificio de Isaac no se trataba de su vida o de su cuerpo sino de su total compromiso y entrega al Creador, para ser todo lo que Él quiere que seamos en el mundo que creó para nosotros. "Y Abraham puso de nombre a ese lugar Ado-nai Yiré [Dios verá, Dios se aparecerá], como se dice hasta hoy: 'En el monte Dios aparecerá [verá]'." (22:14) Es ahí donde está el Templo de Jerusalén (Yiré Shalem), el cual representa nuestro más elevado nivel de conciencia de nuestro Creador. Es el mismo lugar donde traemos nuestros propios modos y atributos de Amor como ofrendas, para que Dios "vea" nuestra imagen y semejanza de Él. Es ahí donde nos hacemos Uno con Él.

El Creador ya manifiesta Su Amor por toda Su Creación sustentándola en todo momento. Ahora somos nosotros quienes tenemos que elevar nuestro Amor a Él para que ambos Amores se encuentren y se conviertan en Uno. De hecho es este el lugar donde elevamos todos los aspectos y dimensiones de la conciencia a Su voluntad. Estos están representados por los diezmos traídos a los Sacerdotes (Kohanim) y Levitas, y los animales para ser sacrificados en el Templo.

Cada nivel de la conciencia debe estar conducido a hacer aquello que es sagrado (ese es el significado original de "sacrificio": hacer lo sagrado). Dios sabía que Abraham e Isaac estaban entregados a amarlo y servirlo con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas.

En Vayeirá aprendemos otra vez que el Amor de Dios nos ve y nos reconoce por el Amor que somos y manifestamos cuando andamos en Sus caminos, cuando Amor está con nosotros en todo lo que hacemos tal como ocurrió con Abraham. Cuando vivimos esta Verdad individualmente y colectivamente la Redención ya está manifestada. Es entonces cuando todos nos regocijamos y reímos como lo hizo nuestra matriarca Sara cuando oyó que iba a tener un hijo.

VAYERÁ

“…a los hombres éstos, no les hagan daño, ya que por cierto vinieron a la sombra de mi techo” (19:8).

Después de que los “visitantes” se retiraron de la casa de Abraham, se dirigieron a destruir la ciudad de Sedom. La perversión que alcanzaron sus habitantes era extrema; no había entre ellos ni una sola persona justa. A pesar de esto, Lot, el sobrino de Abraham Abinu, no se privó de habitar en esta terrible cuidad. A tal punto llegaba la pervervión entre esta gente que llegó a prohibirse el hecho de recibir huéspedes en la casa, y quien lo hiciera era castigado terriblemente por haber transgredido la ley. Cuando los ángeles fueron a Sedom para destruir la ciudad y salvar (por el mérito de Abraham) a Lot, éste los recibió en su casa (sin saber que eran ángeles celestiales), pese a ser él mismo juez de la ciudad. No pudo ir contra la enseñanza que recibió durante toda su vida de su tío Abraham; el vió que el recibir cordialmente a los huéspedes era fundamental en un hogar. Y a pesar de que sabía que estaba arriesgando su vida y la de su familia, no pudo dejar de cumplir con esta gran mitzvá que le transmitió Abraham Abinu…
En Lituania, a fines del siglo pasado, habitaba en las afueras de la ciudad una pareja de yehudim que vivían muy modestamente. Un día, el marido consideró que había llegado el momento de renovar la vestimenta de su querida esposa, ya que cada Shabat y Yom Tob la mujer argumentaba que no tenía ropa que ponerse. Comenzó a ahorrar y, una vez que logró reunir la cantidad necesaria, su esposa fue a ver a una modista y eligió el modelo.
Mientras tanto, el esposo se encontraba caminando por el centro. El buen hombre se encontró con un tumulto de personas alrededor de un vendedor de libros. Se acercó a curiosear; vio que estaba ofreciendo un ejemplar de una reciente edición del tratado de Babá Metziá. La novedad era que se editaba por primera vez con el comentario del Rashash. Tomó en sus manos el volumen y vio que estaba impreso con una belleza particular. “¡Estudiar con esta Guemará sería un placer!”, exclamó. No pensaba en sí mismo, sino en su hijo, quien era perseverante en el estudio del Talmud. Él estaba por comenzar a estudiar el tratado que tenía en las manos. Sin pensarlo más, se aventuró a preguntar el valor del libro. Cuando escuchó el precio, se dio cuenta de que era exactamente la cantidad que llevaba. Metió la mano en su bolsillo y, cuando iba a sacar los billetes, pensó: !Este dinero está destinado para el vestido de mi esposa. Si voy a preguntarle si podemos dejar lo del vestido para después, en lo que voy y le pregunto seguramente se van a terminar, y el vendedor regresará dentro de varios meses ¿Qué hago? ¡Necesito decidir ahora mismo…! Lo compraré. Seguramente mi esposa estará de acuerdo conmigo en que será una mejor inversión”.
El hombre adquirió la Guemará. Caminaba orgulloso a su casa y encontró al Rab de la ciudad. Después de saludarlo le dijo: “Veo que fuiste de compras, ¿encontraste todo lo que buscabas?”. El hombre aprovechó la pregunta y le contó la historia. El Rab quiso ver la reacción del hijo y decidió acompañarlo. Al acercarse a su casa, le surgió un poco de remordimiento: “¿Y si mi mujer no está de acuerdo con lo que hice?”. Ya era demasiado tarde para reflexionar. Entró a la casa. La esposa lo recibió y le preguntó sobre el paquete que llevaba. El hombre lo puso delante de ella. Cuando lo abrió, su joven hijo, que se encontraba observando, saltó con emoción a hojear el valioso ejemplar del Talmud mientras escuchaba lo acontecido. Cuando la madre se percató de lo sucedido, exclamó: “Tomaste la mejor decisión, estoy muy contenta con el obsequio. ¡Nunca me habías dado algo tan hermoso como esto!”.[1]
La educación en general, y la de los niños en particular, se basa principalmente en la imitación e identificación. Nuestros hijos, por más pequeños que sean, son muy sensibles y están muy atentos a lo que sucede a su alrededor; analizan toda nuestra conducta, aun cuando creemos que no entienden, y de acuerdo con todo lo que ven adquieren el carácter con el que se conducirán el día de mañana. La imitación es la forma en que tus hijos manifiestan la admiración que sienten por ti…
Cierta vez un educador se encontraba platicando con el hijo de una pareja que era conocida por su devoción y entrega al servicio de Hashem. El pedagogo preguntó al niño qué era lo más importante que existe en el mundo. El chico respondió: “El dinero”. El educador se sorprendió y dijo: “¿Realmente crees eso? ¿No crees que estudiar Torá y llegar a ser un Talmid Jajam es lo más importante?”. El niño respondió: “Sí… también eso es importante”. “Y entonces, ¿de dónde salió la idea de que el dinero es tan importante?”. El niño respondió con tristeza: “Todos nuestros problemas se deben a la falta de dinero. Cuando pido algo, mi papá me dice que es muy caro y que no podemos permitírnoslo. Mis padres se pasan horas preocupados para idear cómo cubrir las deudas… ¡Si tuviéramos dinero, viviríamos mucho mejor…!”.
En realidad los padres de este niño llevaban una vida de acuerdo con las aspiraciones que expresaban ante los niños. Y no sólo ante ellos, toda la gente deseaba ser como ellos. Entonces, ¿qué pasó? ¿En qué estaban fallando? No es suficiente mostrar a los hijos lo que deseamos infundirles por medio de nuestro comportamiento; obviamente, esto forma parte fundamental de la educación: No se señala el camino mostrándolo con el dedo, sino caminando delante. Sin embargo, esto no lo es todo. Debemos observar cómo es percibida nuestra conducta a los ojos del aprendiz, ¡cómo la entiende él! Es un error muy grave pensar que su percepción natural es similar a la explicación que les damos nosotros.[2]
Ellos deben percibir que las mitzvot son como alhajas de las cuales estamos orgullosos y no como un yugo pesado. Cuando un hijo observa, por ejemplo, que en casa se dicen berajot en voz alta y se honra al Shabat con comidas especiales y melodías, y hay un clima de alegría; cuando ve que en la casa hay respeto, orden y armonía; cuando ven que disfrutamos estar con ellos, escucharlos y compartir sus vivencias, absorben todo esto de una forma especial y pasa a ser parte de ellos mismos. El padre a los hijos hará conocer Tu verdad.[3]Para transmitir el mensaje de Hashem a nuestros hijos, no es suficiente demostrarlo sólo con palabras. El ejemplo no es la principal manera de influir en los demás; es la única. Nuestros hijos son eslabones esenciales en la cadena que mantiene vigorosa y creciente la tradición de la Torá. Ellos son los que, con su santificación o profanación, definen la eternidad de nuestro pueblo. Tenemos esta gran responsabilidad, así como el privilegio de continuar construyendo la cadena milenaria que une a todo Am Israel. De ti y solamente de ti depende que continúe acoplada a las siguientes generaciones.© Musarito semanal

Si lo oigo, lo olvido; si lo veo, quizá lo entienda.
Si lo oigo y lo veo, lo entiendo y lo retengo.”


[1] Rab Abraham Kalmanovich.
[2] Educando o destruyendo, págs. 103-104; R. Moshé Goldstein.
[3] Yeshayá 38:19.



La grandeza de un maestro – y la enorme pérdida de no tenerlo más

La Parashá de esta semana comienza con nuestro Patriarca Abraham sentado en la entrada de su carpa, a los 99 años, con tremendos dolores del tercer día a su Berit Milá. Di-s no desea que Abraham tenga que esforzarse recibiendo huéspedes bajo semejantes dolores, de modo que incrementa el calor usual de los rayos solares para que la gente permanezca adentro y, consecuentemente, no hayan transeúntes. Todos permanecen adentro. Di-s mismo visita a Abraham, cumpliendo Él mismo el precepto de visitar a los enfermos, Bikur Jolim. De pronto, Abraham divisa tres hombres a la distancia; tres hombres que aparentan ser ismaelitas, gente simple. Ellos son, de hecho, ángeles vestidos como seres humanos. (Aparentemente Di-s le envió a Abraham los ángeles disfrazados de ismaelitas, puesto que la ausencia de huéspedes también le causaba dolor.) Abraham no podía soportar ver a hombres pasar por su casa y no invitarlos. De modo que, en medio de la visita Divina, se disculpa y pide permiso a Di-s para ir a atender por unos instantes a sus probables huéspedes.
¿Cómo pudo hacer algo así? Estaba en medio de conversar con Di-s… מקבל פני שכינה, ¡y ese es el propósito de las mitzvot: acercarse a Di-s! (מצווה מלשון צוותא, la raíz de la palabra mitzvá proviene del vocablo unión o juntos.) Abraham ya había logrado el propósito, ya estaba hablando con Di-s; y no sólo Lo abandonó, sino que corrió hacia sus huéspedes, dándole la espalda a Di-s.
El Talmud (Shabat 127a) nos enseña גדולה הכנסת אורחים מקבלת פני שכינה – La mitzvá de recibir huéspedes es más grande aun que recibir la Presencia Divina. Y esto Abraham bien lo sabía. ¿Cómo? Pues estaba tan cercano a Di-s que instintivamente sabía que para acercarse a Di-s uno debe emular Sus conductas. Como lo cita Rashí (Devarim 13,5) sobre el versículo ולדבקה בו – apegarse a Di-s – que el modo de acercarse a Di-s es emulando Sus caminos, copiando Sus conductas y modalidades. No hay forma de acercarse a Di-s mejor que esta, pues la persona fue creada a imagen y semejanza de Di-s, y así como Él es Misericordioso, también nosotros debemos serlo. Así como Él se conduce con gracia, también nosotros deberíamos hacerlo. Esta es la forma de conectarnos con Di-s. Conectarse con Di-s de este modo crea una proximidad aun mayor que la que existiría en una visita de Di-s a nuestro hogar.
Más aun, además de haber sido creada a semejanza Divina (צלם אלוקים), cada persona posee en su interior una parte de Di-s, חלק אלוקה ממעל. Cuando Abraham obtuvo el permiso de Di-s para correr a recibir a los huéspedes, estaba de hecho corriendo hacia la Shejiná, la Presencia Divina dentro de la otra persona. Pues toda persona, incluso un ismaelita, posee en su esencia una parte de Di-s. A Abraham no le importaba si la otra persona era rica o pobre, sabia o ignorante, famosa o desconocida; él veía la Divinidad en cada persona. Y así es como recibía a sus huéspedes. Él se conectaba profundamente con ellos, reconociendo y dirigiéndose a su צלם אלוקים. Él no hacia los movimientos del hospedaje así nomás, sino que los hacía con un genuino respeto.
En la Parashá de la semana encontramos alguien más que invitó huéspedes a su casa: Lot, hermano de Sará y sobrino de Abraham. Al observar de cerca ambos casos, es posible notar el contraste entre ambos. Lot había aprendido el hospedaje de Abraham Avinu, pero no por eso creía en este concepto delצלם אלוקים. Pues de haberlo creído, no hubiera sido capaz de vivir en Sedom donde los habitantes eran tan crueles con los demás. Vemos cómo Lot invirtió una gran medida de auto sacrificio para recibir huéspedes en Sedom, a tal punto de poner su propia vida y la de sus familiares en riesgo para recibirlos. Aun así, esta actitud no le acreditó suficiente mérito para salvarse la vida y ser exceptuado del decreto de exterminio que recayó sobre Sedom. Sino más bien, como Rashí lo expone en el versículo ויזכור אלוקים את אברהם – Y Di-s recordó a Abraham (19,29), Lot se salvó de la destrucción de Sedom sólo por el mérito de su silencio varios años antes. Antes de llegar a Egipto, Abraham le había pedido a Sará que declarara frente a los egipcios que era su hermana y no su esposa. Si Lot hubiera revelado la verdad a los egipcios, Abraham se hubiera encontrado en un grave peligro. Lot fue recompensado por este silencio, mas no por su sacrificio al recibir a los huéspedes en Sedom. ¿Por qué?
El Maharal contesta que Lot aprendió de Abraham solamente los detalles físicos, técnicos y exteriores de la hospitalidad, no lo esencial y lo verdadero. Podemos notar esta diferencia en la palabra que alude a los huéspedes: en el caso de Abraham la Torá los llama “אנשים – personas”, mientras que en el incidente con Lot los llama “מלאכים – ángeles”. ¿A qué se debe este cambio de vocabulario, si se trataba de los mismos huéspedes? La respuesta es que Abraham recibía con generosidad a cualquier persona que por algún motivo se había detenido en el desierto, por más simple que fuera. Lot por su parte también brindaba un servicio de cinco estrellas, pero sólo para ángeles, para personas importantes. Esta clase dehajnasat orjim, hospitalidad, no era una mitzvá que lo ameritaba a tal punto de ser salvado del decreto de exterminio de sus compañeros, los habitantes de Sedom.
Hay algo más que debemos notar: si bien Lot fue sumamente diligente en su hospitalidad, cuando los habitantes de Sedom amenazaron con destruir la puerta de su casa y llevarse a los huéspedes, Lot enfrentó a la furiosa muchedumbre tratando de apaciguarla y ofreciendo a sus dos hijas comprometidas.“Hagan con ellas lo que quieran, pero dejen a mis huéspedes en paz”. ¿Cómo pudo Lot hacer una oferta tan inhumana sólo para salvar a sus huéspedes? ¿Dónde estaba su escala de valores? La respuesta es obvia: Lot vivió con Abraham durante el período de su esterilidad. Lot aprendió de Abraham todas las técnicas de la hospitalidad, pero no tuvo la oportunidad de observar una sana relación padre-hijo en el hogar de Abraham. Al no tener un maestro digno, aun las buenas acciones que uno realiza pueden ser hechas con una incorrecta proporción. Sin un maestro, la persona puede incluso sacrificarse con sus mejores intenciones, pero a la vez errar completamente en otros varios contextos de la vida.
El mundo acaba de perder a una gran persona: Jajam Ovadiá Iosef zt”l. Él fue el maestro y mentor principal de muchísimos maestros de nuestra generación. Yo estuve allí presente, en Jerusalén, en las calles de Gueula, durante el funeral: casi un millón de personas llorando y con ropas desgarradas por la muerte de un gran Rabino de 93 años de edad. Una y otra vez se escuchaba los parlantes resonar con las palabras: “ay de la generación que perdió a su padre. Ay del rebaño que perdió a su pastor”.
Desde entonces, comencé a pedirle a cada persona conocida que me relatara una historia del Rabino que le causó la mayor impresión de su vida. Escuché historias sumamente maravillosas, inspirantes y a veces personales. Relatos sobre cosas que la mayoría de las personas no conocen acerca del Jajam Ovadia. Recolecté unos 30 relatos, pero seguía sintiendo que no era suficiente. Cuando me senté a reunir las ideas de la Parashá de esta semana que aparecen al comienzo de este artículo, de pronto lo sentí: Cuando perdemos un líder, perdemos la orientación para saber cómo se deben hacer las cosas. Lot cortó su relación con Abraham y con esto perdió el ejemplo, se quedó sin un instructor e instrucciones para saber cómo las cosas se deben hacer. Hemos perdido a un Gadol, y fácilmente podemos olvidarnos de cómo un judío debe ser. El Jajam Ovadia respetaba a todas las personas por igual. Él veía el צלם אלוקים en cada persona y por eso era capaz de relacionarse con tanta gente, iluminándoles la vida con la luz de la Torá. Él valoraba cada minuto de su vida, la cual dedicó por completo al estudio de la Torá. Hemos perdido aquella figura en nuestras vidas. Así es que concluyo este artículo con una lágrima en el ojo por la pérdida de un gran tzadik, y con las palabras de los parlantes resonando en mis oídos…
“Ay de la generación que perdió a su padre. Ay del rebaño que perdió a su pastor…”

  La prueba más difícil para un ser humano

Hace algunos años atrás, solía reunirse un minián para rezar en una habitación contigua al departamento de uno de mis vecinos. Todos los viernes por la noche, solían invitar a un orador para disertar frente a la pequeña congregación entre Minjá y Arvit. Siete años atrás uno de ellos nos compartió la siguiente idea:                                 .
En las plegarias del rito Sefaradí existe un poema muy conmovedor, cantado en los Iamim NoraimEt Shaaré Ratzón; en el que se describe detallada y emotivamente el episodio de Akedat Itzjak y es recitado antes de tocar el Shofar. Allí el autor del piut (poema) menciona que en el momento de la Akedá, Abraham experimentó sentimientos muy contradictorios: עין במר בוכה ולב שמח – ojos llorando amargamente, pero con un corazón alegre. Obviamente, es de entender que Abraham llorara mientras preparaba el cuchillo para sacrificar a su hijo.Sin embargo, ¿cómo sabe el poeta que Abraham estaba alegre en su corazón en una situación tan difícil como esta? ¿Quizás en realidad estaba triste en el momento de la Akedá?                .
Una pregunta más: Abraham debió caminar hasta encontrar el monte sobre el cual descansaba la Nube de la Gloria, ¿por qué Di-s no le reveló desde el principio a dónde debía llevar a Itzjak para sacrificarlo? ¿Cómo podemos entender este trato y qué aporta a la difícil prueba?                    .
La respuesta es tan grandiosa, que necesito compartirla con los demás; sería una pena dejarla allí en mi memoria, teniendo en cuenta que sólo un mínimo número de personas la escuchamos en aquella pequeña sinagoga.                               .
En el transcurso de esta prueba, aparentemente la más difícil de todas, había una prueba mucho más profunda que puede fácilmente pasar desapercibida. Sabemos que la persona no es capaz de recibir inspiración Divina (Rúaj Hakódesh) o profetizar en un estado de amargura. אין רוח הקודש שורה אלא על לב שמח (ירושלמי סוכה ה,א), אין שכינה ואין נבואה שורה לא מתוך עצבות (פסחים קיז,א). Así es que el Patriarca Iacov perdió su Rúaj Hakódesh en los años de depresión por la desaparición de Iosef. De regreso a nuestro caso, de haber estado afligido camino a cumplir esta mitzvá, Abraham no hubiera sido capaz de distinguir la Presencia Divina en la cima de la montaña; puesto que era divisible sólo mediante una visión profética. La única forma de pasar la prueba de ofrendar a su hijo sobre el Altar y casi sacrificarlo, era si Abraham estaba alegre de cumplir lo que le había sido ordenado.                 .
Es más, de haber sido dominado por la amargura, allí arriba de la montaña con el cuchillo en la mano sobre el cuello de Itzjak, Abraham no hubiera sido capaz de oír la Voz Celestial que lo llamaba, ordenándole abstenerse de sacrificar a su hijo. Entonces sí, no estaríamos aquí hoy para leer este artículo.                                    .
La persona puede vivir toda su vida estudiando Torá, rezando, haciendo jésed y todo lo que un judío está obligado a hacer. Posiblemente lo logre con mucho esfuerzo, pero si lo hace con el ceño fruncido, cuando llegue allí Arriba le dirán: “has pasado todas las pruebas, excepto la más difícil” – la de servir a Di-s con alegría, disfrutando de lo que haces.                   .                                         .
¿Cómo es posible gozar de algo que requiere tanto esfuerzo? ¿Cómo podía “disfrutar” Abraham, cuando estaba sacrificando a su único lazo para el futuro del Judaísmo? La respuesta reside en que no hay mayor placer en el mundo, nada que se compare al reconocimiento del Creador. Por más grande que fuera la entrega de una persona por la vida de su hijo, este placer está en otra categoría que el de servir a Di-s con agradecimiento y aprecio por todo lo que hizo y hace por nosotros. Por eso los Sefaradim cantamosעין במר בוכה ולב שמח  un ojo llorando amargamente por la pérdida de un hijo, por la pérdida de uno de los mayores placeres que un ser humano puede vivir, a cambio de un placer mucho grande, y de más alto nivel: cumplir la Voluntad Divina.                                 .
 Shabbat Shalom,  Rabino Yosef Farhi


“Porque lo conocí y sé que conducirá a sus hijos”
(Bereshit 18,19)
Escuchamos del rab hagaon Iaacov Galinsky Shlita:
Me encontré con un abogado de Ramat Gan, que no se conducía en el camino de la Tora y los preceptos. Después de saludarnos se interiorizó en lo que yo hacía y me preguntó: ¿de qué te ocupas?
Y le contesté: yo hablo para la gente, hago disertaciones.
Me preguntó: ¿dónde?
Pues, donde me inviten, cuando me llaman de algún lugar para que hable, voy.
¿Y con esa ocupación es posible vivir?
Ya puedes ver… Estoy vivo, Baruj Hashem.
Al parecer el tema seguía siendo interesante: ¿y cuánto recibes por cada conferencia?
No lo sé. Me pagan solamente al final.
Seguro, ¿pero cuánto te pagan al final?
Y volví a decir lo mismo: no lo sé, cuando llegue “allí”, podré saberlo…
¿Acaso quieres insinuarme que trabajas gratuitamente?
Yo no entiendo, tú eres un abogado, ¿y además eres sordo? Lo dije muy claramente, dije muy claramente que me pagan, pero al final. Porque es muy Honesto nuestro empleador y te pagará lo que corresponda por tu trabajo (Pirke Avot 2,14).
Yo no estaría dispuesto a trabajar gratis, jamás, ¿quién haría algo así?
Aunque no le gustara, tuve que informarle: sin embargo, ¡tú sí trabajas gratis!
No entiendo, no elegiría para mí un trabajo como el tuyo.
Y le dije: en realidad, ahora recordé. Yo tampoco trabajo gratuitamente. Casi siempre, cuando invitan al público a una conferencia, sirven algo para comer y beber, unas masitas con algunas bebidas. Y tampoco se olvidan de mí. Me acercan un vaso con algo fresco y un platito con alguna masita…
Eso no se considera un pago, argumentó. Lo que te ofrecen allí no es nada. ¿Con qué te presentas en tu casa, para alimentar a tu familia?
Ehhhhh, esa no es forma de hablar, ¿y tú con qué llegas a tu casa?

Y el abogado siguió sin comprender…
Muy bien, si cada uno de nosotros habla con un lenguaje diferente, escucha esto:
Un relato, todos estamos dispuestos a escuchar una historia, pero entenderla, es otra historia…

Un conductor de taxi llevaba a un rab a la casa del Maran Rosh Ieshiva, harav Shaj ztz”l.
En el camino, el rab le contaba al conductor sobre la grandeza del rab Shaj. Sobre lo justo que era, la sabiduría y la inteligencia, sobre sus grandes virtudes y por sobre todas las cosas, su gran corazón y su entrega hacia todas las personas. Todo esto no era algo importante para el conductor. El quería saber solamente una cosa:¿ese rab da bendiciones?
Seguro, también eso…
¿Qué significa que “también”? El necesitaba solamente de las bendiciones, lo demás no le interesaba o no le aportaba ninguna información.
Preguntó si podía acompañarlo y entrar a la casa del rab para pedirle una bendición.
¿Por qué no? Y subieron juntos a la casa del rab.
Cuando entraron, el conductor se adelantó y besó la mano del rab:¡Rab! Necesito una bendición con urgencia…
Muy bien, dijo el rab, la bendición es tuya, que Hashem te bendiga en todo…
No rab, no es para mí…, es para mi perra, que está muy enfermita, ¿el honorable rab podría hacerle un “mi sheberaj”?, la bendición para la curación de un enfermo.
El rab que entró junto al conductor pensó que éste saldría volando por la ventana, después de haber escuchado lo que pidió, pero el rab Shaj, tomó su mano con cariño: seguro que puedo, cuando se trata del sufrimiento de un animal. Enseguida, por favor, que alguien me alcance un Sidur.
Y el rab Shaj se incorporó, se levantó, con sus noventa años, abrió el Sidur y comenzó a buscar después de la parte donde está la lectura de la Tora, el “mi sheberaj” para el enfermo.
Se acercó para ver mejor y leyó: Mi Sheberaj Abotenu Abraham Itzjak Veiaacov, Moshe Veaharon, David Ushlomo, Hu Iebarej Et Hajole...El que bendijo a nuestros padres, Abraham, Itzjak, Iaacov, Moshe, Aharon, David y Shlomo, El, que le dé labendición al enfermo…, y allí el rab giró hacia el conductor que ya estaba llorando de tanta emoción, y le preguntó:
¿Cuál es el nombre…, el nombre de la perra?
Lassie.
Lassie, ¿hija de…?, y el rab volvió otra vez a preguntar, nuuu, ¿cuál es el nombre de la madre?
Ahora el conductor estaba confundido. ¿La madre de mi perra?, ¿quién puede saber su nombre?
El rab Shaj no tuvo alternativa que decirle: entonces, no podemos continuar el “mi sheberaj”, y cerró el Sidur, pero con seguridad que podemos bendecirla, ya que en la Tora está escrito que no podemos permitir el sufrimiento de los animales.
¿Ahora entiendes?, le pregunté al abogado.
¿Entender qué?, me preguntó él a mí, con lo que comprobé que no entendió nada.
Y le expliqué: tienes que entender, yo estoy conectado con mi padre, y conectado con mis hijos, yo soy uno de los eslabones de la cadena de las generaciones. Abraham Avinu, fue alguien tan grande, que no tenemos la posibilidad de describirlo con nuestras palabras. Hashem lo probó con diez pruebas, y se sobrepuso a todas. ¿Y cuál fue el mérito que tuvo Abraham para que Hakadosh Baruj Hu sienta tanto amor por él? Está escrito en la Tora: porque ahora sé (y Rashi explica ahora lo quiero más), porque ahora Yo sé, dice Hashem, que Abraham seguirá el camino y también hará que sus hijos y sus hijas sigan por el mismo rumbo, enseñándoles los caminos de Hashem para hacer justicia y verdad.
Y dijeron nuestros sabios (Eruvin 70b): el hijo es como las piernas del padre. Y cada vez que yo cumplo algún precepto, le estoy agregando méritos a los padres que me educaron y me enseñaron los caminos de Hashem, y a través de mis padres, también a los padres de mis padres, y siguiendo así hasta llegar a nuestros patriarcas, a los Avot Hakedoshim.
Y yo, enseño a mis hijos a estudiar la Tora y a cumplir con los preceptos que Hashem ordenó. Y de esta forma yo estoy completamente seguro que mis méritos seguirán creciendo y creciendo con el correr de las generaciones.
Y no sólo eso, nuestros sabios afirmaron que nuestros alumnos son considerados como hijos. Entonces, cuando yo dicto una conferencia, y un iehudi “despierta”, vuelve al camino, se ocupa del estudio de la Tora y cumple los preceptos, esto también aumenta mis méritos.
No porque sí, cuando se llama a un iehudi a subir a la Tora, se lo llama agregando el nombre del padre (ashkenazim) o el nombre de la madre (sefaradim), y cuando llaman a uno de mis hijos a la Tora, continua diciendo el rab Galinsky, lo llaman con su nombre, y agregando mi nombre a continuación. Y yo no viviré por siempre, al igual que nadie podrá hacerlo, pero cuando yo llegue al mundo venidero, el mundo de la eternidad, no solamente mis méritos estarán allí esperándome, sino también todos los méritos de mis hijos y de mis alumnos, y de las personas que escucharon mis conferencias y agregaron algo en su espiritualidad, todo eso aumentará mis méritos, y el de mis padres, por supuesto…
Pero un perro, no tiene conexión, ni con sus padres, ni con sus hijos, después de que ellos crecen. El perro vive su vida, solamente su vida, aquí y ahora. Y cuando esta vida termina, termina todo. Yo soy un hombre, ¿y tú qué eres?
Y el abogado me contestó enseguida: Un hombre, no menos que tú.
Ya lo dije, no has entendido nada…
Traducido del libro Vehigadta.
Leiluy Nishmat
Lea (Luisa) Bat Sabri Aleha Hashalom



CAYÓ LA CORONA DE NUESTRAS CABEZA, POBRES DE NOSOTROS PECADORES, ESTO APENA NUESTOS CORAZONES Y OSCURECE NUESTROS OJOS!   


Cuando falleció, el año 5762, el real erudito, corona privilegiada de Israel, luz eminente del Talmud y sus comentaristas, luminaria de Israel, columna principal y martillo de poder, único en su generación (citamos textualmente lo que escribiera nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l) Rabí Hayim Kroizvirt z”l, Gran Rabino de Antwerpen, Bélgica, nuestro maestro se hallaba sumido en un luto profundo. El solía decir que el mundo no conoció realmente a Rabí Hayim Kroizvirt z”l a quien lo unía una gran amistad. La mayoría de las personas no conoció la talla espiritual de este gigante de Israel que según nuestro maestro no poseía quien lo secundara.
 
Cuando nuestro maestro comenzó sus palabras de hesped –palabras de luto- lo hizo con una pregunta. Aparentemente no tiene lugar toda esta conmoción, si el Talmud (Kiddushin 72b) afirma que no fallece un gran sabio sino hasta que nace quien lo supla, falleció Moshe y sucedió Yehoshua, falleció Yehoshua y lo sucedió Otniel ben Kenaz, al fallecer Eli lo sucedió el profeta Shmuel. Esto nos sirve de consuelo, que seguramente ya existe otro hombre justo como el fallecido. Por qué entonces nos duele tanto el fallecimiento del Rab?
 
Explicó nuestro maestro entonces en nombre de los comentaristas, que no necesariamente el nuevo hombre justo va a poseer la grandeza del anterior. Como afirma el Talmud (Baba Batra 75) “los ancianos de aquella generación decían, Moshe era como el sol y Yehsoshua es como la luna”, pues las generaciones se hallan en permanente declive.
 
Así, nosotros hoy nos hallamos de luto por la pérdida del gran erudito que rescató la gloriosa tradición sefaradí e hizo retornar la corona a su lugar de privilegio, que recobró para la halajá el lugar que había perdido, el hombre que se convirtió en la columna de la Tora, de la misericordia, de la tefilá, de humildad, de santidad, un gigante en sus discursos, en sus dictámenes y en su amplia comprensión. Ahora, que  perdimos a nuestro maestro y quedamos huérfanos, no nos queda más remedio que reunir a todos los sabios de la Torá y quizás todos ellos puedan conservar aquello que nuestro maestro tanto esfuerzo le dedicó.
 
Cuantas veces, al escuchar a nuestro maestro pudimos comprobar su grandeza en la Cabalá, sin parangón en nuestra generación así como no existía quien pueda compararse a él en su erudición en la sabiduría de la Torá.
 
Al margen de su gran erudición en Torá, era un gigante del favor y la misericordia. Nos contó uno de sus mayores allegados, R. Tzvi Jakak Shlit”a, que en diversas ocasiones le realizaban preguntas sobre temas complejos de halajá que requerían la competencia de nuestro maestro para dilucidarlos, y nuestro maestro le indicaba que colocase las preguntas a un lado de su cama. Posteriormente, permanecía en su estudio hasta las dos de la mañana, hora en la que se retiraba a descansar a su habitación. A las seis de la mañana, cuando Rabí Jakak llegaba a la casa de nuestro maestro, éste ya estaba estudiando y la respuesta a la pregunta se hallaba concluida para que ser enviada antes de la tefilá. Todos se preguntaban cuándo pudo escribir la respuesta si hacía solo cuatro horas que se retiró a descansar.
 
Realmente no podemos hablar de nuestro maestro ya que cada una de sus virtudes llenaría páginas enteras, su grandeza era inalcanzable, un hombre santo que descendió de las alturas. Testimonian Rabí Israel Abujatzira z”l y Rabí Mordejai Sharabi z”l, las grandes autoridades de la Cabalá de la generación pasada, que el alma de nuestro maestro estaba atesorada desde la época de los gueoním –s. XI-XI- y el Todopoderoso le dijo a ese espíritu “espera a que llegue el momento, cuando la generación se halle colmada de apostasía y renegados, bajarás al mundo”.
 
De hecho,  a ningún niño de seis o siete años le pasa por la mente dedicar su vida al estudio de la Torá, en tanto que nuestro maestro, ya a aquella tierna edad dedicaba muchas horas del día al estudio de la Torá, lo profetas y demás escritos. Ya a los diez años escribía magnificos comentarios sobre la Torá (en la obra “Abir Haroim”, biografía autorizada de nuestro maestro, aparecen algunos manuscritos de aquella época, algo realmente increíble). A los catorce años ya conocía todo el Talmud y a los veinticinco años era considerado un grande de la Torá equivalente a todos los que hoy conocemos. Quién podrá reemplazarnos aquella grandeza de conocimientos.
 
Analizando sus obras, recordamos a Rabí Hyia (Ketubot 103) Dijo Rabí Hayia, yo hice que la Torá no se olvide de Israel, sembré lino y con el lino que recogí confeccioné redes y con ellas cacé venados, con su carne alimenté a huérfanos hambrientos y con su cuero confeccioné pergamino. En estos pergaminos escribí los cinco libros de la Torá y los seis tratados de la Mishna para que los estudien. Sobre él dijo Rabenu Hakadosh, el príncipe Rabí Yehuda Hanasi ¡que grandes son las obras de Hyia!
 
Así decimos hoy ¡que grandes las obras de nuestro maestro Rabí Ovadia Yosef z”l, que con toda se grandeza en Torá compartía con personas simples y les transmitía conocimientos e interesantes relatos que ellos podían comprender.
 
Terminaba de comentar profundos temas con el gran erudito de Jerusalén Rabí Tzvi Pesah Frank z”l e inmediatamente se disponía a dictar una clase a gente prácticamente ignorante.
 
El no tenía una Yeshiva pues no tenía alumnos sefaradim para enseñarles, pero eso no lo hizo desfallecer, comenzó a enseñar a personas simples, gente de trabajo, día tras día, hasta que sus hijos crecieron y entonces se preocupó por que ingresaran en una Yeshiva y las niñas a escuelas religiosas, también a aquellos niños les enseñaba Torá hasta que muchos de ellos se convirtieron en verdaderos eruditos de Torá. Y asi una generación entera que estaba destinada a abandonar la Torá se convirtieron en personas con verdadero temor a D-os, estudiosos de la Torá y observantes de sus preceptos. Construyó lentamente una nueva Jerusalén y la mayoría de los eruditos sefaradím así como muchos ashkenazim le deben su Torá a Rabí Ovadia Yosef z”l. Dichosa la generación que lo cobijó!
 
Todo Israel sintió la gran pérdida que supuso el fallecimiento de nuestro maestro, quizás el motivo de ello es que se asemejaba a Moshe, era el espíritu vivo de todo Israel, y por eso todo aquel que posee un espíritu de vida dentro de él se conmovió con la desaparición de nuestro maestro.
 
Que el Todopoderoso se apiade de nosotros y no permanezcamos como un ganado que carece de pastor, y que Rabí Ovadia de las alturas se convierta en nuestro ángel defensor, nos abandones, no nos deje y se cumplan sus bendiciones sobre todo el pueblo de Israel, a quienes amaba como un padre a sus hijos, como una madre a su pequeño, el se entregaba totalmente al pueblo todo.
 
Que así D-os nos recompense y no bendiga con la redención definitiva y podamos ver la resurrección de los muertos, Amen. 






POR FIN EN ESPAÑOL Y EN LA WEB B''H 
LA DICTAMENES SOBRE DIVERSOS TEMAS HALAJICOS SEGUN LA OPINION DE: 

MARAN HAGAON RABENU HARAV OVADIA YOSEF ZT''L

Yad Ezra                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           V'Shulamit 


El sitio HalachaYomit.co.il, fue creado el año 2005 y su objetivo principal es la difusión del conocimiento y los valores de la Torá, especialmente en distintos temas de la Halajá, poniendo especial énfasis en citar las fuentes y la forma de dictamen halájico. De esta manera, queda absolutamente claro que nuestra Torá es eterna y no existe complicación o interrogante halájico que no halle respuesta en los primeros escritos rabínicos, los posteriores e incluso los contemporáneos, de cuya sabiduría abrevamos nuestra sed de saber. 
Gracias a D-os, en la actualidad este sitio cuenta con cerca de doce mil suscriptores que reciben diariamente su “halajá”, al margen de quienes eventualmente ingresan al sitio para consultar su biblioteca halájica. 

Todas las halajot y/o dictámenes halájicos están redactados de acuerdo a la visión de nuestro maestro y gran exégeta de la generación Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a, quien es considerado una de las autoridades rabínicas más autorizadas y aceptadas de las últimas generaciones. Esto, de acuerdo al testimonio de los “geoním” y grandes maestros sefaraditas Rabí Ezra Atie z”l, Rabí Efraím Cohen z”l, Rabí Mordejai Sharabi z”l y muchos otros destacados rabinos. 

Parte de las Halajot se obtienen de las distintas obras de Rab Ovadia Yosef, Shlit”a, y en aquellos lugares en los que no aparece su opinión sobre el tema, la Halajá la determinamos según lo que dictamina Marán –Rabbenu Yosef Caro z”l- en el Shuljan Aruj –código de leyes judías- y de acuerdo a la opinión rabínica mayoritaria, como acostumbra a hacerlo nuestro maestro Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a. 
En numerosas ocasiones consultamos directamente a Rab Ovadia la forma en que debíamos dictaminar ciertos temas del sitio, y citamos la respuesta en su nombre. 

Las Halajot de este sitio tratan los más diversos temas, desde las legislaciones que rigen al Shabbat hasta lo concerniente a las leyes monetarias, daños y perjuicios, etc. De tal forma que, las personas que se suscriban y lean permanentemente el sitio adquirirán, en un lapso relativamente corto, un conocimiento general de las leyes que rigen la vida cotidiana. 
En estos momentos el sitio trata exclusivamente temas halájicos, sin embargo, nos proponemos en un futuro cercano extender la temática a la Parashá –porción semanal de la Torá- e incluso otros temas. 

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