ROSH JODESH SIVAN
Viernes 03 de junio de 2011 ( empezando el jueves al anochecer)
El mes de Sivan
Siván es el nombre babilónico que recibe este mes. La Torá se refiere a él como el tercer mes (Exodo 19:1), pues es el tercero contando a partir de Nisán, la cabeza de los meses según la Torá.
En el tercer mes después del Exodo de los Hijos de Israel de la tierra de Egipto, en ese día llegaron al desierto del Sinaí (ibíd). Los Sabios explican: En ese día, en el primero de Siván, acamparon en el desierto del Sinaí, listos para recibir la Torá. En la descripción del acampar de Israel en Sinaí la Torá expresa (ibíd. 19:2): E Israel acampó allí frente al monte, utilizando el verbo en su forma singular: acampó. Los Sabios enseñaron: Aprendemos de aquí que el nivel de unión entre todos ellos era tal que podían ser considerados como un solo hombre con un único corazón. Todas las demás acampadas en el desierto estuvieron caracterizadas por contiendas y riñas. Pese a que pueden existir disputas por causas elevadas, en aras del Cielo, que incluso pueden llegar a tener repercusiones positivas, éste no es el caso cuando se trata del momento de recibir la Torá. Sólo es posible merecerla cuando todo el pueblo de Israel se halla unido por el amor, el compañerismo, la paz y la armonía. Así como el matrimonio sólo puede mantenerse si reinan paz y amor, de igual modo la Torá —el medio de compromiso entre Di-s e Israel— sólo puede recibirse si prevalecen estas condiciones. La Torá es descripta como morashá —herencia— (ver Deuteronomio 33:4). Los Sabios explicaron: “No leas morashá —herencia—, sino meorasá —[tu] prometida—”.
En el tercer mes — Un Sabio de Galilea explicó este versículo frente a Rav Jisdá: “Bendito sea nuestro Di-s, quien nos dio una Torá que consta de tres partes [Torá, Neviím —Profetas— y Ketuvím —Escrituras—], para una nación compuesta de tres grupos [kohaním, leviím e israelím], a través del tercero [Moshé, el tercer hijo de Iojeved], en el tercer día [de `detención', luego de que el pueblo realizó sus preparativos para el recibimiento de la Torá (ver Exodo 19:11)], en el tercer mes —Siván—” (Talmud Shabat 88a).
Asimismo encontramos otra referencia a Siván como el tercer mes (II Crónicas 15:9-12): Y convocó [el rey Asa] a todos los [judíos, las tribus] de Iehudá y Biniamín, y a quienes habitaban con ellos de [las tribus de] Efráim, Menashé y Shimón... y se reunieron en Jerusalén en el tercer mes... y entraron en el pacto de fidelidad a Di-s, el Señor de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma.
En estos dos casos el tercer mes se refiere a Rosh Jodesh Siván, pues éste es un día propicio para instaurar la paz y la armonía entre los hombres y fijar un pacto de paz y amor entre Israel y su Padre en los Cielos.
Los primeros doce días del mes de Siván gozan de un nivel un tanto más elevado que el resto del mes y se les confiere un cierto grado de santidad. El primer día del mes se celebra como Rosh Jodesh y las leyes que rigen este día son idénticas a las de todos los demás Rosh Jodesh.
Durante los cuatro días que median entre Rosh Jodesh y la festividad de Shavuot —celebrado el sexto día del mes—, Moshé Rabeinu y todo el pueblo de Israel se preparaban para el recibimiento de la Torá. El sexto día del mes [y en la Diáspora también el séptimo] es Shavuot. El día siete de Siván es llamado Iom Tevóaj —día del sacrificio—pues cuando Shavuot acaecía en Shabat era en ese día que se ofrecía la ofrenda de Reiá traída por los peregrinos que ascendían a Jerusalén para la Festividad. Esta no podía ser ofrecida en Shabat mismo ya que era una ofrenda de carácter individual y no comunitaria. Los cinco días entre el 8 y el 12 de Siván estaban reservados para las ofrendas de Reiá de quienes no habían tenido oportunidad de traerlas en su momento estipulado, pues al igual que en Pesaj y Sucot esta ofrenda podía traerse durante un período de siete días. Vemos, pues, que los primeros doce días de este mes gozan de una condición especial.
Es por ello que no se recita Tajanún (súplicas de perdón por pecados) en las oraciones durante este período, ni tampoco plegarias de recordación por los difuntos.
En estos días no se debe ayunar, ni siquiera el ayuno que algunos observan por el yohrtzait —aniversario del fallecimiento— de un padre [o madre]. Sin embargo, aquel que tuvo un mal sueño, o , pueden ayunar.
El año en que se entregó la Torá Rosh Jodesh Siván acaeció en domingo [según la opinión de Rabí Iosi, por la cual nos guiamos]. Así, la Torá fue dada en Shabat, el 7 de Siván. La cronología de los acontecimientos fue como sigue:
El domingo, primero de Siván, el pueblo llegó al desierto del Sinaí desde Refidím, acampando frente a la montaña. En ese día no recibió la palabra Divina porque estaba fatigado a causa del viaje.
En el segundo día del mes Moshé dio a los Hijos de Israel —por orden de Di-s— una introducción a la Torá, de modo que supieran lo que Di-s exigiría de ellos cuando aceptaran su yugo. Estas observaciones preliminares comprendían mucho más que el deber de cumplir mitzvot. Les dijo: [Di-s dice] Vosotros habéis visto lo que hice a Egipto, y cómo os alcé sobre alas de águila...; ahora, si escuchareis [bien] Mi voz y guardareis Mi pacto, seréis para Mí una propiedad preciada de entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra. Seréis para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa... (Exodo 19:4-6). La respuesta del pueblo fue la siguiente: Todo el pueblo respondió a la vez, diciendo: “Todo lo que habló Di-s, haremos” (ibíd. 19:8).
En el tercer día Moshé les estableció ciertos límites [mitzvat hagbalá]. Fijó líneas de demarcación alrededor de la montaña, diciéndoles: “Podéis aproximaros hasta este lugar pero no más. Todo el que entre en contacto con la montaña ciertamente morirá” (ibíd. 19:12).
En el cuarto día les ordenó santificarse y abstenerse de relaciones íntimas, y purificar sus cuerpos y vestimentas. Así dijo Di-s a Moshé: Ve al pueblo y prepáralo hoy y mañana... pues en el tercer día Di-s descenderá sobre el Monte Sinaí ante los ojos de todo el pueblo (ibíd. 19:10-11). De modo que la Torá debía haber sido entregada el viernes, 6 de Siván. Sin embargo, Moshé agregó a estos otro día más de santificación y abstinencia por su propia cuenta, transmitiendo al pueblo así: Estad listos para [luego de] tres días (ibíd. 19:15); es decir, debía haber tres días de preparación y en el cuarto Di-s descendería. Di-s aceptó la adición de Moshé y la Shejiná no Se posó sobre el monte hasta Shabat, el 7 de Siván. [Más adelante veremos por qué consideró Moshé necesario agregar otro día por su cuenta].
De esta forma, la entrega de la Torá, que debía tener lugar el 6 de Siván, se realizó en realidad el 7 de Siván. Sin embargo, para la posteridad, esta Festividad fue fijada para el día 6 de Siván, de acuerdo con las instrucciones originales que Di-s había dado a Moshé. Por esta misma razón, el período de restricción —ieméi hagbalá— se conmemora durante tres días, comenzando el 3 de Siván, como en aquel entonces.
En vista de lo anterior, algunos acostumbran suspender las prácticas de duelo que se observan en el Omer durante los tres días anteriores a Shavuot permitiéndose el corte de cabello y la celebración de casamientos. Otros, no obstante, mantienen dichas prácticas [de duelo] hasta luego de la Festividad.
Estos tres días se conocen como los “tres días de restricción” —shloshet ieméi hagbalá—.
En nuestros libros sagrados se menciona que durante los tres días de restricción la persona debe procurar con más ahínco no involucrarse en conversaciones vanas o prohibidas e incrementar su diligencia en el estudio de la Tora
La posibilidad de superar los opuestos "En el tercer mes del Éxodo de los hijos de Israel (Sivan), en ese día, arribaron al desierto de Sinaí". (Éxodo 19:1) Ahora bien, la existencia del primer detalle, del uno, obligatoriamente genera en nuestra mente la existencia de algo que difiere, algo distinto, diferente, algo que esta caracterizado precisamente por no ser el primer detalle. Se trata de otro detalle, otro uno, pero diferente al primero. Surge la existencia de lo otro. La presencia del uno obliga conceptualmente a la existencia del dos. Esta es la simbología mística del numero tres. En pocas palabras: la presencia conceptual del número uno me conduce a la idea de la existencia del numero dos, y la dinámica de relación entre ambos determina la existencia del numero tres. Tal lo expresado, el numero tres simboliza la posibilidad de relacionar dos ideas hasta el momento opuestas y generar entre ellas un vinculo de correspondencia. El tres transforma al uno y al dos en parte integral y necesaria de un conjunto. Dos niños habitan aun en el vientre de su madre y se preparan para salir al mundo. Son dos, diferentes, con sus respectivas exigencias biológicas y tendencias e inclinaciones de personalidad. Uno y dos. Más esta distancia de uno y otro se minimiza casi por completo al tratarse de hermanos gemelos, quienes al menos, de modo conceptual, representan la máxima correspondencia y coordinación posible. El tercer mes descubre y revela la relación esencial de los dos meses anteriores. El primer mes, Nisan / aries puede ser aislado del conjunto y comprendido de modo individual. La salida de Egipto, acontecimiento histórico sucedido en nisan, puede transformarse en un hecho histórico puntual, con un aparente valor propio en si mismo. El segundo mes, Iyar / tauro, puede ser aprehendido como la travesía técnica de un pueblo esclavo que busca alejarse lo mas rápido posible de la nación que le quito la libertad durante siglos. El mes de Iyar refiere a la luz que se logra gracias a un duro esfuerzo humano de crecimiento y desarrollo personal. Toda luz que alcanzamos de este modo nos pertenece de modo esencial. Luz que llega a la persona desde adentro. El mes de Sivan, tan íntimamente relacionado al numero tres, es un tiempo energético propicio para superar los opuestos. En este mes soplan vientos de movimiento esencial, de caminos validos, de ruptura de paradigmas. Extraído del Calendario Cabalístico [Sivan] escrito por Ben Itzak. Editorial Edaf |
Cabalá y Vida Moderna- Viviendo con el Tiempo
El Mes de SivanDe acuerdo con el Sefer Ietzirá, cada mes del año judío tiene una letra del alfabeto hebreo, un signo del zodíaco, una de las doce tribus de Israel, un sentido, y un órgano controlador del cuerpo que le corresponde.
Sivan es el tercero de los doce meses del calendario judío. El mes de la entrega de la Torá a Israel.
Color: Amarillo-naranja
Letra: zain
Aunque Sivan es el tercer mes del año -- como está dicho "bendito sea El Misericordioso [el atributo de misericordia de Di-s es el tercero de los atributos Divinos; en el orden de las once sefirot, es la séptima] que dió una Torá triple [Torá, Neviim, y Ketuvim] a un pueblo triple [Kohanim, Leviim y Israelim] en el tercer mes [Sivan] a través de tres [Moisës, Aarón, y Miriam]"-- el número que aparece preponderantemente en la Torá es el siete, el valor de la letra zayin.
La Torá fue dada en Shabat, el séptimo día de la semana. De acuerdo con rabi Iosi, la Torá fue dada en el séptimo día de Sivan. Zebulún, la tribu de Sivan, comienza con la letra zain.
Nuestros sabios identifican la zain con la palabra zé ("éste"), que denota el inigualable nivle de profesía de Moisés ("el cristal transparente"), el que entregó la Torá (quien también nació y falleció el siete de Adar [el 12do mes del año; guematria de zé = 12]).
Las porciones semanales del mes de Sivan son las del comienzo del Libro de Números. En la tercera porción, Behalotjá, aparece una sección de dos versos ("Y cuando el arca viajaba..."), que está separada del texto que le precede y del que le sigue (con dos "nun invertidas"). Nuestros sabios nos enseñan que esto es para dividir la Torá en siete libros, en lugar de la división normal en cinco. A este fenómeno se alude en el versículo: "Ella cortó sus columnas en siete". Juntas, zain (7) y hei (5, La división normal de la Torá) forman la palabra zé, el nivel inigualado de profecía de Moisés.
La forma de la letra zain es una vav con una corona en su cabeza. Esto representa la corona que recibió cada alma judía (que en particular está constituida por dos niveles, dos coronas, como nos enseñan nuestros sabios) cuando la entrega de la Torá. Los Diez Mandamientos contienen 620 letras, valor de numérico de la palabra keter, "corona".
Mazal: teomim (Geminis - mellizos)
Los mellizos simbolizan las dos "tablas del testimonio" identicas entregadas a Moisés.
La entrega de la Torá es conocida como una "boda" (entre Di-s e Israel). En el Cantar de los Cantares (5:2), el máximo nivel de matrimonio es cuando la novia y el novio son mellizos idénticos (tamati, que nuestros sabios leen como teomati).
Los mellizos arquetípicos de la Torá son dos hermanos, Iacob y Esav. Estos mellizos nos sólo que son no idénticos sino que incluso opuestos. Sin embargo, con el poder de la entrega de la Torá en el mes de Sivan, ambos son rectificados y capaces de unirse. En cada judío, Iacob representa la inclinación al bien, mientras Esav la inclinación opuesta. Se nos fue ordenado amar a Di-s "con todo tu corazón", "con ambas inclinaciones". De las dos tablas del pacto, la derecha se dirige primariamente al lado de Iacob, mientras que la derecha al de Esav ("No matarás, No cometerás adulterio, No robarás...".
Tribu: Zebulún
Zebulún es retratado generalmente como el "hombre de negocios", que mantiene el estudio de Torá de su hermano Isajar. Se enseña en cabalá que siempre hay algo superior inherente a una "causa" que en su "resultado". De acuerdo con este principio, explica el Arizal que el origen del alma de Zebulún es en keter, por encima del alma de Isajar, que es en jojmá.
El nivel de la Torá misma como fue revelada en el Sinaí está en el nivel de keter ("corona") de la Torá, como lo indica el hecho de que los Diez Mandamientos tienen 620 letras, que equivale numericamente a keter (equivalente a las 613 mitzvot de la Torá escrita junto a las 7 mitzvot de los sabios), como ya se mencionó. A Zevulún se le ordena estudiar Torá, y su estudio está a nivle de keter.
Sentido: caminar (progreso, dinámico)
En este contexto, "caminar significa el sentido del progreso continuo e ininterrumpido. Cada ley de la Torá es llamada una halaja, de la palabra "caminar". El versículo "los caminos del mundo son de El" (Habakuk 6:4), es interpretado por nuestros sabios como: aquel que estudia diariamente halajá será por cierto merecedor del mundo por venir. Y por eso es dicho de Zebulún: "se feliz, Zebuún cuando salgas" (Deuteronomio 33:18).
Mientras que los ángeles, que no fueron meritorios de recibir la Torá, son llamados "parados", (porque no tienen la dinámica esencial de la vida), las alams de Israel (que recibieron la Torá) son llamadas " caminantes entre los parados".
Respecto de la "fortaleza" de la Torá, se dice generalmente: "ellos (las alams de Israel que estudian la Torá y cumplen sus mandamientos) irán de fortaleza en fortaleza" (Salmos 84:8). Nuestros sabios interpretan que esto significa: "los justos no tienen reposo, ni en este mundo ni en el mundo por venir". Se enseña en jasidismo que en el estado de reposo y tranquilidad absoluto del mundo por venir, el alma del justo experimenta simultáneamente el sentido de "progreso infinito" y "caminar hacia adelante" (el sentido de la tranquilidad es el del mes de Kislev [el tercer mes desde Tishrei], el mes que complementa a Sivan [el tercero desde Nisan] en el ciclo anual).
Controlador: el pie izquierdo
Considerando cualquier para "derecho" e "izquierdo", el "derecho" es relativamente "espiritual" mientras que el "izquierdo" es relativamente "físico". En las palabras de nuestros sabios: El extiendió Su mano derecha y creó los cielos y extendió Su mano izquierda y creó la tierra."
Como vimos antes, el habla, el sentido de Nisan, es controlado por el pie derecho; caminar, el sentido de Sivan, lo es por el izquierdo. iHablar se asemeja a caminar, como encontramos frecuentemente en la Biblia la expresión la "lengua caminante". De todas maneras, el habla es relativamente más espiritual que caminar (aunque si bien ambos poseen una dimensión espiritual interior: el habla - el sentido de liderazgo; caminar - el sentido del progreso.
Encontramos en Proverbios (10:9) "aquel que camina con sinceridad, andará con seguridad". La sinceridad (temimut) es la propiedad del pie izquierdo (la sefirá de hod); seguridad (bitajón) es la propiedad del pie derecho (la sefirá de netzaj); la confianza nos da la habilidad de hablar claramente sin "balcucear" [en la boca, y corresponde a "tropezar" en el pie]). Entonces, lo que implica el versículo es que uno debe caminar "izquierda, derecha...", porque el pie izquierdo es el que gobierna el acto general de caminar.
J O D E S H T O V
U M E B O R AJ!!!
Un mes bueno y bendito para todos !
No hay comentarios:
Publicar un comentario