jueves, 24 de octubre de 2013

PERASHAT JAYÉ SARÁ: Elogios para los Vivos


בסיעתא דשמיא
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PERASHAT JAYÉ SARÁ
( LAS VIDAS DE SARA)
Bereshit/  Génesis 23:1-25:18
Haftara: 
Haftará: I Malajim / 1 Reyes 1:1-31

Este Envio de Torah Semanal esta : 
Dedicado a la Refua shelema  
( curación completa) de:

HARAV AVRAHAM NISSIM BEN JAVA SHLIT''A


Rabanit  Mazal Bat Leah
Maria Fernanda Bat Dayan Cobos
 SRA.RIVKA BAT SARA IMENU
Sra Maria Bat Lola
Sra Aylin Bat Olga
Sra. Leah Zehara bat Miriam
Sra.Rujama Bat Clemencia
Sra.Rina bat Clemencia
Sra.Clemencia bat Tana
Sra.Mayo Bat Tana
Sra Jaya Bat Shira
Sra Maria Barrerio
Sra Mijal Ruby Bat Marlen
Sra Hanna Bat Malka
Sra. Graciela Arenas
Sra. Mariela Barreiro
Sra. Maria Delgado
Angela Bat Orly
Sra. Aylin Bat Aylin
Sra. Nurys Bat Aylin
Sra Nahomi Bat Maria Teresa
Sra. Olga Bat Gloria
Sra. Nohemi Bat Esther
Sra. Yolanda Bat Elina
Paola Bat Yolanda
Sra.  Dinorah Horing Flasch Bat Batia
Karen Bat Rosa
Isabel esther sánchez matos
Sra Maria Bat Helena


Sr. Refael Ben Sarah Imenu
Jaim Yosef Ben Esther
Sr. Alberto Girado Lobo 
Sr.Sixto hijo de Juana
Sr. Fabio Camacho
Matitiahu Ben Katerine
Sr.Alfonso Rojas
Avraham Moshe ben Miriam
Sebastián Ben Rujama
Sr.Zevulón ben Alicia
Sr Aaron Ben Sara
David Gabriel Ben Farida
Sr. Soto Forero Hijo de Isabel
Sr. Moshe ben Avraham
David ben Maira
Alvaro hijo de Ana

Itzjak Ben Sara
Ramiro Ben Yolanda
Rafael ben Elina

Leiluy Nishmatam ( Y por la Elevación de las  Almas) de:

Este Envío de Torah Semanal esta dedicado a la Bendita Memoria de nuestro maestro y Guía, Maran HaGaon Posek Hador Rabenu HaRab Ovadia Yosef ZT''L

El mas grande Sabio de nuestra Generación 

Quien Partió al mundo de la verdad el día 3 de Marjeshvan del 5774 - 07/10/2014

MARAN HAGAON HARAV YOSEF SHOLOM BEN JAIA MUSHKA ELYASHIV ZT''L
 MARAN HAGON HARAV MORDEJAI TZEMAJ  ELIYAHU BEN MAZAL TOV ZT''L
MARAN HAMEKUBAL HARAV NISSIM PERETZ ZT''L
MARAN HAGAON HARAV YAACOV YOSEF ZT''L
Maran Harab HaGaon Rab. Jaim Pinjas Scheinberg ZT''L
HaRab Jaim  David Ben Shraga Fievel Zukervar  ZT''L

Sr. Rafael Ortiz Peña Z''L
Sr. Eliecer David Ben Aura Esther  Z''L
Harab Amram Horowitz ZT''L
Sr. Martín Lindarte Z''L
Sr. Miguel Avila Z''L
Sr.Carlos Ben Maria  Z''L
Sr. Julio Wasserman Z''L
Iyov Ben Avraham Z''L
Sr.  Epifanio Enrique  Ben Amada Z''L
Sr. Roberto Ben Blanca  Z''L
Sr. Mario Gil Ben Graciela Z''L
Sr. Anibal Ben Clemencia Z''L
Sr. Bernardo Rejtman Ben Meir  
 ADAEL BEN  ELIYAHU  Z"L
Sra Aura Ester bat Ana Z''L
Rabanit Bat Sheba Kanievsky, Z”L
Sra. Guillermina Hija de Benigna z''L
Sra. Etelvina Bat Marcelina Z''L
Sra. Margalit Bat Sara
Sra. Dora Bat Juana Z''L
Sra. Flor Lucila Cortes Bat Sara Z´´L
Sra. Maira Maldonado Z''L
Sra. Esther Bat Fanny
YAFFA BAT SARA  Z"L   
Sra. Adekina Diaz Bat Soledad Z''L


Refua shelema ve Hatzlaja be Kol Maase Yadenu:
Asher Amram Ben Avraham


Horario del Encendido de Velas para SHABAT en Bogotà,Barranquilla y Cali ,Colombia

Bogotá:
FechaHora    
Viernes, 25 Octubre, 2013Encendido de velas a las: 05:22 pm
Shabat, 26 Octubre, 2013Shabat concluye: 06:11 pm

Barranquilla:
FechaHora    
Viernes, 25 Octubre, 2013Encendido de velas a las: 05:19 pm
Shabat, 26 Octubre, 2013Shabat concluye: 06:09 pm
Cali:
FechaHora    
Viernes, 25 Octubre, 2013Encendido de velas a las: 05:33 pm
Shabat, 26 Octubre, 2013Shabat concluye: 06:22 pm

Honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes. Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos. 


Es muy importante saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia esta permitido encenderlas después de la puesta del sol.

Honrar al Shabat encendiendo velas 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes. Este mandamiento único, confiado a la mujer judía, es rico en significados y contenidos. 

Es muy importante saber la hora exacta del encendido de velas, ya que bajo ninguna circunstancia esta permitido encenderlas después de la puesta del sol


DESCARGA LOS ARCHIVOS ADJUNTOS Y DISFRUTA DE UNA MAYOR PROFUNDIDAD EN EL ESTUDIO DE LA  PERASHA DE LA SEMANA

RESUMEN DE LA PERASHAH

Un vistazo a la Parashá Jaié Sará
Ubicación:
Jaié Sará 
("Las vidas de Sará") es la quinta parashá del primer tomo de la Torá, el sefer Bereshit, conocido en español como "Génesis".
Temáticas:
Podemos señalar las siguientes temáticas en nuestra parashá:
  1. El entierro de Sara
    Sara falleció a la edad de 127. Avraham procedió a honrarla y enterrarla, para lo cual adquirió a un alto precio el terreno y la cueva de Majpelá, en Jebrón/Kiriat Arba.
     
  2. Búsqueda de una esposa para Itzjac
    Avraham envió a su fiel siervo Eliezer en busca de una esposa para su hijo Itzjac. La joven debía ser de la tierra natal de Avraham y no de Canaan, pues era espantosa la moralidad de los oriundos de la tierra que hospedaba al patriarca. Eliezer cargado de presentes valiosos partió rumbo a Jarán. En el lugar rezó al Eterno para que le enviara a la que fuera la esposa idónea para el segundo patriarca de Israel. Ni bien terminó su plegaria, apareció Rivcá/Rebeca, que por sus cualidades excepcionales de inmediato fue escogida para ser nuestra segunda matriarca.
    En el pozo de agua ella le ofrece agua a él y a sus camellos, esa era precisamente la señal que el siervo había solicitado para reconocer a la mujer ideal para Itzjac. Él le entrega ricas joyas, y se entera que la joven Riva en realidad es pariente de su patrón Avraham. Entonces la joven lleva a Eliezer a su casa, para presentarlo a sus padres. Ellos aceptan que la joven contraiga matrimonio con Itzjac, para lo cual irá con Eliezer hasta la lejana Canaan.
    Allí se encuentran Itzjac con Rivca, se casan, conviven y se enamoran mutuamente.
     
  3. Avraham se casa con Ketura
    Tras la muerte de su esposa, Avraham se casa en segundas nupcias con la egipcia Ketura, de la cual tendrá varios hijos.
    Avraham deja caras y bellas posesiones a todos sus hijos, Ishamel y a los hijos de Ketura, pero específicamente siguiendo las órdenes del Eterno, lega su herencia material y espiritual a Itzjac, el hijo de su primera y verdadera esposa.
     
  4. La muerte de Avraham
    A la edad de 175 años fallece Avraham, en plenitud y lleno de bendiciones.
    Es enterrado por sus hijos Itzjac e Ishmael en la cueva de Majpelá, junto a Sara.
Para destacar:
  1. Jesed / Bondad, es lo que revela la virtud de la persona
    El Rav Zelig Pliskin, en "Ama a tu Prójimo", nos instruye:
    ""Entonces el siervo corrió hacia ella..."(Bereshit / Génesis 24:17).
    El Midrash citado por Rashi establece que Eliezer corrió para encontrarse con Rivca, porque vio que el agua del pozo milagrosamente se levantaba a su encuentro. Sin embargo, a pesar de ser testigo de ese evento, él no lo consideró suficiente evidencia como para probar que ella es merecedora para ser la esposa de Itzjac. Una prueba de su vehemencia para hacer jeded -bondad- era aún necesaria. De aquí nosotros vemos que incluso una persona que es merecedora de recibir milagros para su beneficio, no es estimada como verdaderamente merecedora al menos que realice actos de jesed.
  2. Reciprocidad
    En "El Espíritu de la Torá", compilación de Víctor Cohen, se nos enseña:
    "...el Eterno había bendecido a Avraham en todo."
    (Bereshit / Génesis 24:1).
    El Berditchever dijo que el Eterno bendijo a Avraham con todo porque él bendecía a cada uno. Cada vez que Avraham bendecía a alguien, eso era considerado a su favor.
Perek 23: Comienza la parashá con el deceso de la primera de las matriarcas de nuestro pueblo, Sara, quien fallece a la edad de ciento veintisiete años. Avraham, su marido se encarga de los trámites y preparativos para su sepelio, para tal fin negocia con Efrón el Hitita, y adquiere a gran precio la cueva de Majpelá, y la tierra de los alrededores, lo que hoy en día se encuentra en Jebrón.
Perek 24: Luego, retorna a las preocupaciones del diario vivir, ahora reconoce que ha llegado el momento de casar a su hijo Itzjak.
Para lo cual encarga a su siervo de mayor confianza que viaje hasta su tierra natal, y de entre las muchachas del lugar consiga la más adecuada para continuar la saga familiar.
Y advierte encarecidamente que no sea tomada por esposa para Itzjak una de las hijas de la tierra de Canaan, pues no eran de correcto proceder.
El mayordomo llega hasta el país de los arameos, Aram Naharaim, a la ciudad cuna de Najor padre de Avraham, y entonces se dirige a H' para que sea Éste el que le procure, por medio de una señal, la mejor esposa para Itzjak.
Al caer la tarde, el siervo con sus camellos llega al abrevadero de la localidad, justo cuando Rivká se encuentra allí. Le solicita agua para saciar su sed. Diligente Rivká le da agua, y además extrae del pozo suficiente agua para sus sedientos camellos. Esta muestra de humildad y generosidad, sirven como señal para el siervo, quien se percata que rápidamente ha hallado lo que venía a buscar.
Itzjak al conocer a Rivká, la lleva a residir al alojamiento de su madre, luego la desposa.
El amor que siente por esta mujer, en parte palia la falta de su madre.
Más tarde, Avraham contrae enlace nuevamente, ahora con una mujer llamada Ketura.
Perek 25: Ketura y Avraham tienen seis hijos, a los que Avraham envía al Este colmados de riquezas.
Avraham fallece a la edad de ciento setenta y cinco años, luego de una vida plena, siendo sepultado por sus dos hijos mayores en la cueva de Majpelá, junto a su mujer Sará.
Finaliza la parashá mencionando los doce hijos de Ishmael.

Jaye Sarah con Rambam
 
((http://www.crystalinks.com/)
 
Por Rav Daniel Shmuels
 
La Parshá de esta semana, Jayei Sara, no tiene ninguna de las Mitzvot enumeradas por el Rambam; sin embargo, la Parshá en sí, desde mi punto de vista nos habla de la fundamental Mitzvá de servir a Dios. Es interesante observar como la Parshá lleva por nombre "la vida de Sara" cuando de lo cual habla la Parshá es de los eventos subsecuentes a su muerte. Nuestros Sabios nos dicen que Sara falleció porque su hijo iba a ser sacrificado en la Akeida. Quiere esto decir que Sara no podía, Jas VeShalom, servir a Dios? Al contrario; si bien, Avraham estaba dispuesto a sacrificar a su hijo era porque él estaba siguiendo las ordenes de Dios y lo hizo con alegría sabiendo que la espiritualidad requiere que la persona hasta cierto punto niegue el mundo material y así escapar de la existencia normal. Por su lado, Sara no podía entender esta noción por cuanto ella estaba enfocada en servir a Dios 'en' este mundo; entonces, para Sara, el alma de Itzjak tenía que estar en su cuerpo para que él pudiera hacer de este mundo un mejor y mas sagrado lugar.
 
Entonces; de esta manera vemos como, tanto Sara como Avraham, sirvieron a Dios desde su propia perspectiva de vida. En mi opinión, hoy en día necesitamos de ambos aspectos para servir a Dios y así lograr llevar a cabo la Mitzvá de adorar a Dios.
 
5. Adorar a Dios:
 
"Por medio de este Mandamiento estamos ordenados a servir a Dios (exaltado sea Él). Este Mandamiento está repetido varias veces en la Torá: 'Y vosotros debeis sevir al Señor vuestro Dios (Ex 23:25)', 'Y a Él vosotros debeis servir (Deut 13:5)', 'Y a Él vosotros debereis servir (Deut 6:13)', 'Y lo servireis a Él (Deut 11:13)'.
 
Aún cuando este Mandamiento es de la clase de Preceptos Generales que están excluídos de los 613 Mandamientos bajo el cuarto principio (el cuarto principio de acuerdo al Rambam es que para que una Mitzvá sea incluída en el Taryag Mitzvot, un Mandamiento debe ser específico en su intención y aplicación), esta Mitzvá impone sobre nosotros una labor específica; a saber, rezar. La Sifré dice: 'Servirle a Él significa rezar'. Nuestros Sabios también dicen: 'Servile a Él significa estudiar la Ley'.
 
En la Mishná de R. Eliezer hijo de R. Jose Ha-Galila nuestros Sabios dicen: De dónde aprendemos que rezar es obligatorio? Del versículo: 'Vosotros debeis temer al Señor vuestro Dios y a Él debereis servir (Deut 6:13)'. Nuestros Sabios también dicen: 'Servidlo a Él através de Su Torá y servidlo a Él en Su Santuario (Sifré deut 6:13)', lo cual significa que todos debemos aspirar a rezar bien sea en el Templo o hacia Su Templo tal cual como claramente lo dijo Shlomo HaMelej (Rey-I 8:30)'."
 
Para entender un poco la especificidad de rezar para el Rambam me parece útil traer a colación algo que dice en su Mishná Torá, Ahabah, Hiljot Tefilá, IV, 15-16: "Rezar sin devoción no es rezar del todo. El hombre que ha rezado sin devoción está bajo la obligación de rezar nuevamente. Ahora bien, qué es devoción? Uno debe liberar su corazón de todo pensamiento ajeno y comportarse como si estuviera frente a la presencia de Dios. Por consiguiente antes de rezar uno debe concentrarse para poder llegar a un nivel mental de devoción y entonces rezar con sentimiento, no como alguien que carga un peso y lo bota para llegar más lejos; por consiguiente después de rezar uno debe prolongar su estadía un poco y entonces partir. El hombre piadoso  permanece una hora antes de iniciar el rezo, una hora después de finalizarlo y una hora rezando." 
¿Para qué correr? 


En breves renglones la Torá reitera un verbo.
Prestemos atención y aprendamos algo provechoso para nuestros días.
En el capítulo 24 de Bereshit/Génesis, encontramos a un buen padre judío preocupado por el destino de su familia. El anciano Avraham desea que su hijo, su único heredero, Itzjac/Isaac, despose una mujer de su familia, alguien compatible con la misión de mantener y fortalecer el judaísmo. Avraham sabía que si su hijo andaba tras los pasos de otras culturas, el legado delhebraísmo se extinguiría. Por lo cual, compromete a su fiel mayordomo Eliezer para que vaya a la lejana tierra hogareña, a la mesopotámica tierra de Najor, y allí haga lo necesario para encontrar esposa idónea para Itzjac.
Eliezer parte a su misión cargado de responsabilidad y tesoros, pero además de dudas y expectativas, porque, ¿cómo haría para hallar la mejor esposa para su patroncito?
Eliezer sabía que el futuro del judaísmo, y de la entrega de la Torá al mundo, dependía de él, de un pequeño siervo de Avraham.
Entre tanta duda y peso, Eliezer hizo lo que había aprendido de su maestro y patrón: se encomendó a Dios, es decir, hizo tefilá -rezó-, y se aprontó para estar atento a la señal que le indicaría lo mejor.
Y ni bien estaba orando, una joven hermosísima, de una frescura y gracia inigualables, se aproximó al sitio en el cual él se hallaba.
Él la miró, y creyó percibir la respuesta a su tefilá, por lo cual: "Entonces corrió hacia ella…" (Bereshit / Génesis 24:17). Y conversaron un rato. Y con cada palabra, con cada gesto, con cada mirada, Eliezer iba confirmando su premonición: ¡esa era la elegida! ¡Dios había respondido prestamente a sus ruegos!
Ella, que era Rivcá/Rebeca, le invita a ir a su hogar, allí podría descansar seguro, alimentarse y hacer reposar a sus camellos.
El siervo acepta con mucho gusto, y como agradecimiento le regala una joyas finísimas, tras lo cual enfilan para la casa de Rivcá. Cuando están en las cercanías: "La joven corrió y contó estas cosas en la casa de su madre." (Bereshit / Génesis 24:28). Contó acerca del siervo de Avraham que estaba llegando por el camino, de los tesoros que cargaba en sus camellos, de su porte hacendoso, de la relación de parentesco entre ellos y su patrón, etc.
Entre sus escuchas está su hermano Labán, que era un hombre astuto, calculador, ambicioso, "el cual corrió afuera hacia el hombre, …cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana…" (Bereshit / Génesis 24:29-30). Labán quería que le dieran ganancias ya, ahora, de inmediato. Labán se había enamorado del oro y fama que traía el siervo de Avraham. Eliezer, viendo esto y comprendiendo la oscuridad en el corazón de Labán: "sacó objetos de plata, objetos de oro y vestidos, y se los dio a Rivcá. También dio obsequios preciosos a su hermano y a su madre." (Bereshit / Génesis 24:53).
La historia finalmente termina con el matrimonio entre Rivcá e Itzjac, pero, no es nuestro tema ahora.
Lo que quiero destacar es el verbo correr que aparece en tres ocasiones.
Veamos la finalidad de cada uno:
  1. Eliezer corrió para dar cumplimiento a una orden, y tras reconocer la probable señal de Dios a sus rezos.
  2. Rivcá corrió llena de sana emoción, dispuesta a comunicar su regocijo a las personas de su querencia.
  3. Labán corrió enfermo de ambición, buscando obtener ganancias materiales sin ningún merecimiento, y sin ningún verdadero provecho.
¿Qué podemos aprender de cada uno de estos "corrió"?
Si bien el verbo es el mismo, ¿el significado lo es?
¿Cuál es el correr que es perjudicial para el bienestar?
¿Para qué correr y para qué guardar la calma?
¡Les deseo Shabbat Shalom!
Moré Yehuda Ribco
Relato a propósito del comentario
El Jofetz Jaim regresaba a su hogar, y en el camino recogió a un hombre que andaba por la ruta. Mientras conversaban el hombre le comentó al rabino que iba a ver al gran Jofetz Jaim, el sabio de renombre. Había partido de su hogar varios días ha, y sufrido varias complicaciones en el viaje.
El Jofetz Jaim, que no se había dado a conocer, le replica: ¿Para qué haces un viaje tan largo y peligroso? ¿No es ese sabio un ser humano como cualquier otro? Su aspecto es igual al de cualquiera. Lee sus escritos si deseas, pero… ¿irlo a ver? ¡No vale la pena! El viajero ofuscado abofeteó al Jofetz Jaim mientras le reprendía:¿Cómo te atreves a hablar de esa manera irrespetuosa del genio más grande de nuestra generación? Y se bajó del carruaje sin siquiera despedirse.
Horas más tarde, el Jofetz Jaim estaba recibiendo a los numerosos visitantes en su hogar, cuando entra el viajero que le había abofeteado. Cuando el hombre lo ve, se arroja a los pies del rabino, y en pleno llanto le implora que lo perdone.
El Jofetz Jaim sonrió mientras le respondía: ¿Que te perdone? ¡No tengo de qué perdonarte! Si me golpeaste para guardar mi honor.
En todo caso, soy yo el que te tengo que agradecer, ya que siempre enseñé que es preciso respetar al prójimo y no me había dado cuenta que uno también tiene que respetarse a sí mismo, sino, ¿cómo lo respetarán los demás? 
(Basado en un relato en "De generación en generación" de R. Abraham Twerski)


Reflexiones sobre Jayei Sarah
Elogios para los Vivos

Por Rav Mark Angel
Traducción Dra. Myriam Frydman
Cuando Sarah murió, la Torá nos cuenta que Abraham llegó "a elogiar a Sarah y a llorar por ella". El rabino Haim David Halevi, quien fuera Gran Rabino Sefardí de Tel Aviv, señaló que este pasaje parece describir las cosas en el orden equivocado. Normalmente, esperaríamos que una persona llore cuando se entera de la muerte de un ser querido; luego, en un momento posterior, el doliente le dedica palabras de elogio. Sin embargo, la Torá dice que Abraham primero elogió a Sarah, y después lloró.
El rabino Halevi explicó: Abraham indudablemente estaba desconsolado al enterarse de la muerte de Sarah. Cuando él la elogió, sin embargo —cuando él realmente articuló sus virtudes y su amor por ella— solo entonces se dio cuenta plenamente de lo mucho que había perdido con su muerte. Las palabras de elogio le hicieron internalizar por completo la realidad de la muerte de Sarah, haciéndolo llorar más profundamente. Así que él primero elogió, y luego lloró.
En efecto, las personas pueden encontrarse en un estado de shock o negación cuando enfrentan la muerte de un ser querido. Cuando ellas pronuncian o escuchan palabras de elogio, solo entonces se impone la realidad, y solo entonces inician realmente el proceso de duelo.
Es una mitzvá elogiar a los muertos. Es una fuente de honor para la persona fallecida y para los deudos que le sobreviven.
Muchas veces he pensado que los elogios llegan demasiado tarde. Todas las palabras hermosas de alabanza y reconocimiento llegan después de que la persona ha muerto. Si la persona fallecida hubiese escuchado esas mismas palabras cuando todavía estaba viva, eso hubiera sido una fuente de felicidad inefable.
Cuando yo estaba en la universidad, un amigo mío tenía un primo que fue asesinado en una guerra de pandillas en el Bronx. En la casa de la Shivá, los familiares recordaron al joven fallecido: sí, él fue duro, pero tenía un buen corazón; él se mezcló con la gente equivocada, pero tenía tantas cosas buenas dentro de sí; él fue respetuoso con sus padres y amable con sus amigos y vecinos. Todo el mundo parecía encontrar algo bueno que decir acerca de él. Mi amigo se levantó y dijo con gran emoción: si él hubiera escuchado de ustedes estas cosas cuando aún estaba vivo, ¡quizás todavía estaría vivo! Lo único que les oí decir a ustedes acerca de él fue que era un rufián inútil, una persona mala, una persona violenta. Hubo un gran silencio en la sala. De hecho, la autoimagen y la autoestima de ese joven podrían haber sido muy diferentes si él hubiera escuchado esas palabras cariñosas de alabanza durante su vida.
A veces las personas pasan por la vida sin saber nunca lo mucho que los demás las aman, las admiran, y ven sus virtudes. Yo he asistido a varios funerales en los que los deudos han dicho: hubiera querido haberle dicho cuánto lo amaba, me hubiera gustado haber hecho más por ella; ojalá le hubiera hecho saber lo mucho que él me importaba.
La pregunta es: ¿Por qué esperar hasta que alguien muera para pronunciar palabras de elogio? ¿Por qué no decirles a las personas cuánto las amamos, lo mucho que significan para nosotros, cuán grandes son sus virtudes —mientras están vivas y pueden sentir satisfacción y felicidad por nuestras palabras? ¿Por qué no nos damos cuenta de lo poderosas que pueden ser las palabras de alabanza y de lo dolorosas que pueden ser las palabras de condena y de burla?
Las palabras de aprecio sincero pueden cambiar una vida humana. Un abrazo afectuoso, una palmadita en la espalda, una sonrisa, un cumplido genuino —estas cosas les pueden dar alegría y sentido a aquellos a quienes amamos, respetamos y admiramos.
No debemos esperar a los panegíricos para expresar nuestros verdaderos sentimientos. Debemos vivir como seres humanos cariñosos, atentos y solidarios, que apreciamos y valoramos sinceramente a nuestros familiares y amigos —y les hacemos saber lo mucho que ellos significan para nosotros.

  Reflexiones sobre Jayei Sarah
¿Qué Edad Tenía Rivka Cuando se Casó con Isaac?
Por Rav Marc Angel
Traducción Dra. Myriam Frydman
Mientras estudiaban la porción de la Torá de esta semana, el profesor les dijo a sus alumnos que Rivka tenía tres años cuando se casó con Isaac —quien tenía 40 años. Un estudiante preguntó: ¿si ella era tan joven, cómo pudo haber tomado la decisión de casarse? ¿Es razonable pensar que un hombre de 40 años como Isaac se casaría con una niña de tres años?
El rabino respondió: si nuestros sabios dicen que Rivka tenía tres años, ¡esa es la edad que ella tenía! No hay lugar para más discusión.
En realidad, hay mucho más lugar para discusión. Y la discusión tiene que ser sobre la naturaleza de las afirmaciones del Midrash. El profesor anteriormente citado —como tantos otros— parece pensar que las afirmaciones del Midrash se deben tomar como objetivamente correctas y se deben entender como literalmente verdaderas. Tal enfoque, sin embargo, les exige a los estudiantes aceptar muchas afirmaciones extrañas e incluso contradictorias.
En su introducción al Perek Helek, el Rambam arremetió contra quienes insistían en la veracidad literal de los Midrashim, incluso cuando los Midrashim se desviaban de la razón y de los hechos científicos. "Este grupo de entendimiento empobrecido –uno tiene que compadecerse de su necedad. A su entender, ellos están honrando y elevando a nuestros sabios; en realidad están rebajándolos hasta el final de la humillación... ¡Por el Cielo! Este grupo está disipando la gloria de la Torá y opacando sus luces, colocando la Torá de Dios en una situación opuesta a su intención”.
Cuando nosotros estudiamos y enseñamos Midrashim y Hagadot, debemos ser lo suficientemente sofisticados como para ver estos pasajes en su contexto literario y retórico. Debemos comprender la naturaleza del lenguaje simbólico y el uso de la hipérbole.
El cálculo de que Rivka tenía tres años de edad en el momento de su matrimonio con Isaac asume que la Akedá, la muerte de Sarah, y el nacimiento de Rivka ocurrió todo el mismo día. No existe ninguna razón histórica para creer que eso es así. La Torá misma nunca especifica cuanto tiempo transcurrió entre estos eventos. La afirmación del Midrash de que Rivka tenía tres años es realmente una manera de decir que ella tenía por lo menos tres años —pero bien pudo haber sido mayor. De hecho, los Tosafot (Yebamot 61b, en las palabras "ve-khein hu omer") reportan un cálculo rabínico que concluye que Rivka tenía 14 años en el momento en que abrevó a los camellos y se casó con Isaac. Por lo tanto, incluso dentro de la tradición rabínica existe una diferencia de opiniones acerca de la edad de Rivka.
La opinión de que ella tenía tres años aparentemente quiere destacar las cualidades inusuales, incluso milagrosas, de Rivka, del mismo modo que un Midrash presenta a Abraham descubriendo a Dios a la edad de tres años. De ninguna manera nuestros sabios pudieron haber sabido que Rivka o Abraham tenían tres años de edad: esta era su forma de recalcar lo excepcionales que fueron estos individuos.
Ningún padre o maestro debe insistir en que un niño o alumno tenga que creer que Rivka tenía tres años “porque Hazal lo dice”. ¡Hazal también dijo que ella tenía 13 años! Las afirmaciones del Midrash a menudo se hacen para transmitir una lección, no para registrar hechos históricos. No debemos obligar a la gente a aceptar la veracidad literal del Midrash que presenta a una Rivka de tres años casándose con un Isaac de 40 años. Aceptar tal afirmación no solo es religiosamente innecesario, sino moralmente repugnante.


PARASHAT JAYEI-SARA
Parashat Jaie Sará
La parashá de esta semana, Jaie Sara, nos trae en su contenido y también en su nombre, una serie de mujeres que ocupan un lugar trascendente del cual podemos llegar a conclusiones sumamente válidas para nuestra vida también hoy. Si bien nuestra parashá comienza con la muerte de Sara y la compra de su sepultura y por ello lleva su nombre, en su médula aparece el enlace entre Itzjak y Rivka y casi al pasar, una referencia el envejecimiento de Abraham. La vida misma en todos sus matices. El texto que habla de la muerte de Sara, se titula “la vida de Sara”, siguiendo el principio tan conocido que “los justos después de su muerte, son llamados vivientes”.
Quien deja tras de sí, una heredad tan importante como la de Sara, continúa viviendo en el tiempo, hasta nuestros días en los que hablamos de ella como si estuviera presente. Sus hijos siguen vivos y continúan su conducta, logrando que sus acciones perduren en nosotros. Por ello, la elección de la esposa de Itzjak, que debía ocupar el lugar de su madre en la tienda donde habitaba, es realizada con tanta minuciosidad y relatada con tanto detalle. No fue suficiente que Rivka no fuera hija de otras culturas y creencias contradictorias con el mensaje familiar, sino que necesitaba contar con las virtudes que permitan el encadenamiento de las generaciones. Itzjak no podía lograr la continuidad de Abraham y de Sara, sin una pareja.
“Un día, Abraham le dijo al criado más antiguo de su casa, que era quien le administraba todos sus bienes: -Pon tu mano debajo de mi muslo, y júrame por H’, el D-os del cielo y de la tierra, que no tomarás una mujer para mi hijo de esta tierra de Canaán, donde yo habito,…” (24:2-4).
Abraham conocía el nivel de la moral de sus vecinos, y no desea que su descendencia se una a ellos. En eso no transige. Interfiere en la libertad que gozaba Itzjak para formar pareja. Con ello, Abraham no juega.
“Irás a mi tierra, a mi cuna, y de allí escogerás una esposa para mi hijo Itzjak”. Punto. Abraham no interfiere en la elección de la pareja para su hijo mayor, Ishmael, que se enlaza con una mujer egipcia, tal como egipcia era su madre “habitó en el desierto de Parán y su madre lo casó con una egipcia” (21:21).
Abraham sabe qué hubiera deseado Sara y también la respeta. Itzjak se enamora de Rivka, y de los valores que trae consigo que son los de su madre. “Itzjak llevó a Rivka a la carpa de Sara, su madre, y la tomó a Rivka por esposa y la amó. E Itzjak se consoló de la muerte de su madre” (24:67).
La tienda de campaña de Sara representa según los comentaristas, no sólo el espacio físico, sino el mensaje espiritual. “Abraham (que tuvo con Ketura, seis hijos más) entregó todo lo que poseía a Itzjak. Y a los hijos de sus concubinas les hizo regalos y, los separó de su hijo Itzjak, mientras él todavía estaba con vida, enviándolos a las regiones orientales”, nos dice la Torá en el capítulo 25. Nuestro patriarca, actúa con los hijos de Ketura según el mismo modelo que había usado con el hijo de Hagar. Los separa de su casa, los aleja de Itzjak. No son como él. No deben influenciarlo. Deja a Ketura con sus hijos para que los eduque como ella siente, tal como dejó a Ishmael con Hagar. A toda vista, a los ojos de cualquier padre de nuestra época, esa actitud discriminatoria de Abraham con respecto a su descendencia subleva y provoca un sentimiento de desagrado. Incluso en el reparto de los bienes materiales que no entrega igualitariamente entre su descendencia.
No podemos disimular tampoco que el récord de continuidad ideológica de su prole tiene mucho que desear. La Torá nos dice que Abraham tuvo por lo menos ocho hijos, y sólo uno es merecedor de ser su continuación. Después de la muerte de Sara, se preocupa por la esposa de Itzjak, pero no muestra interés por las parejas de sus otros hijos. Para Itzjak envía a buscar por una mujer que sea lo más parecida a los de la madre de este hijo. Itzjak no aparece en el texto bíblico cuando su padre y su criado se preocupan por su continuidad. ¿Dónde estaba? ¿Qué hacía? Después de la experiencia de su atadura, no encontramos a Itzjak junto a Abraham. No se asoma en el relato de la llegada de Abraham, a Beer Sheva como había estado junto a su padre cuando se dirigían a pasar la prueba. Sus caminos se bifurcaron después de la experiencia. Los midrashim se dividen tratando de explicarnos dónde podría haber quedado. Algunos intérpretes lo dejan en el monte Moriá hasta su boda. Allí habría quedado después de la experiencia. Otros, dicen que Itzjak permaneció estudiando Torá, separado de su padre, en las yeshivot de Shem y de Ever y otros incluso, dicen que Itzjak llegó al Jardín de Edén y allí permaneció escondido.
Pero de pronto, “Itzjac había vuelto del pozo de Lajay Roí, -«Viviente-que-me-ve»-, él reside en la región del Néguev. Y salió Itzjac a deliberar (lasuaj) al campo, a la hora de la tarde” (24:62).
Itzjak regresó al lugar donde “Hagar dio a D-os, que hablaba con ella, el nombre de: «Tú eres el D-os que me ve», porque dijo: « ¿Acaso no he visto aquí al que me ve?» Por lo cual llamó al pozo: «Pozo del Viviente- que-me-ve»…” El lugar donde había nacido Ishmael, su hermano mayor. (16:13-14).
Después de su akedá, va al lugar donde estaba Hagar, ¿acaso para devolverla a Abraham?, como nos enseña Rashí citando el midrash, o ¿para unirse en el dolor y el sufrimiento de Hagar, identificándose con ella y con el de su hermano Ishmael? Lo que nuestros sabios comprendieron del término lasuaj, tan difícil de traducir, es que en ese espacio, Itzjak instituyó, la plegaria minjá, porque allí fue a elevar sus rogativas. Sintiendo lo que el salmista, con sus palabras inimitables nos dice (Tehilim 102) como modelo: “Oración de un afligido, cuando está angustiado y delante de H’ derrama su lamento. H’, escucha mi oración y llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina a mí tu oído; apresúrate a responderme el día que te invoque”. La oración de Itzjak pasó a ser fija porque surgió de la congoja y de la zozobra, de las profundidades de su alma. En el mundo jasídico, se diría que en el campo, hasta el césped se une a la oración fortaleciéndola, y Rabí Jiiá bar Abá, aprende del versículo, que siempre debe elevarse la oración desde una casa que tenga ventanas (Brajot 31 a), para poder estar unido al medio que lo rodea, a las personas y a la naturaleza: “Los árboles de H’ están llenos de savia, los cedros del Líbano que él plantó. Allí las aves hacen sus nidos; en los cipreses tienen su hogar las cigüeñas. En las altas montañas están las cabras monteses, y en los escarpados peñascos tienen su madriguera los tejones” Para apreciar, ¡cuán numerosas son tus obras! H’, ¡Todas ellas las hiciste con sabiduría!
Itzjak, se eleva aún más después de la akeidá, al unirse al dolor de Hagar, que le permite abrir su corazón en la oración, para poder desde ese momento, ver a Rivka. Desde el pozo del “Viviente que me ve”, puede ver a su pareja. “De pronto, al levantar la vista, vio que se acercaban unos camellos. También Rivka levantó la vista y, al ver a Itzjak, se bajó del camello y le preguntó al criado: – ¿Quién es ese hombre que viene por el campo a nuestro encuentro? -Es mi amo -contestó el criado. Entonces ella tomó el velo y se cubrió”. Recién entonces, pudo llevar a Rivka, tomarla por esposa, amarla, y consolarse por la muerte de su madre. Al fin, había encontrado a la sucedánea de la madre, la que educará a sus hijos, que son los de Abraham Itzjak y Iaacov, a los que nos referimos en nuestras plegarias. Sara ya no está con nosotros, pero, queda su espíritu. A partir de ella y de Rivka, continuamos nosotros, los hijos de Abraham, que no somos los únicos de él, pero, sí los únicos de Sara, que continúa viva en nosotros. La mujer. La que nos formó en sus valores. Los principios que tuvo Rivka, la esposa de Itzjak.
Shabat Shalom, desde Sión,
Rab. Yerahmiel Barylka


Para la mesa de Shabat:
Una espiritualidad auténtica

Por: Uriel Edery
Nuestra Parashá, Jaié Sará, comienza con el relato de la desaparición física de nuestra matriarca Sará. La Torá utiliza una política de economía de palabras, es decir se utilizan únicamente las palabras necesarias. Este punto fue descripto de forma brillante por mi tío, el Rabino Mordejai Edery, de bendita memoria, en la introducción a su grandioso comentario de la Perashá: “No es costumbre del texto bíblico abundar en detalles como en este caso, lo que induce a los intérpretes del Tanaj a descubrir el mensaje implícito en estos hechos”.
Al enfrentarnos a las historias relatadas en nuestras perashiot corresponde preguntarnos qué es lo que debemos aprender de estos relatos. De no ser así podríamos afirmar que tales relatos serían innecesarios.
En nuestra perashá se cierra un ciclo para dar lugar a otro, se “cierra” el ciclo de Abraham y Sará y comienza el de Itzjak y Rivká. Humildemente, creo que existe un hilo conductor a lo largo de la vida de Abraham del que debemos aprender una lección de vida.
En las perashiot anteriores encontramos el establecimiento de una relación especial entre D”s y Abraham. En esta relación encontramos puntos elevados a los cuales pocas personas tuvieron el mérito de acceder, tales como el Brit ben habetarim (el Pacto de las Partes, o Pacto de Abraham), laAkedat Itzjak (ligadura de Itzjak), la visita de ángeles celestiales, promesas de prosperidad y descendencia, entre otras. Abraham se encuentra en un éxtasis espiritual y en el punto más elevado de una relación bilateral de amor con D”s tal como lo describe el profeta Yeshaiahu (Isaías): “Linaje de Abraham, quien me amó”.
Podríamos esperar de una persona que se encuentra en tal situación espiritual que está de cierta manera desconectado de la realidad, viviendo un mundo ideal, sentado en una montaña, meditando, y llevando de tal manera su espiritualidad a su máxima expresión. Mas este no es el caso de nuestro patriarca Abraham. A lo largo de las perashiot anteriores vemos que la actitud de Abraham es diferente a la descripta anteriormente.
Incluso hasta podríamos afirmar que es conceptualmente revolucionaria. Vemos que luego de haberse hecho el berit milá con el cual llegó a su plenitud físico-espiritual, encontramos a Abraham buscando invitados para agasajar en su tienda. Al encontrarlos, no solamente que los recibe, sino que él mismo sale corriendo a preocuparse de hacer todo lo necesario para suplir las necesidades de sus invitados. Encontramos a Abraham luchando contra reyes para liberar a Lot, lo encontramos rezando y preocupándose por una ciudad de malvados para ver si es posible cambiar el veredicto Divino y salvarlos de una eliminación segura.
En nuestra Perashá, nuevamente encontramos tal característica. Luego de haber culminado con su última prueba, la Akedá de Itjak, la más difícil de todas sus pruebas, el punto más elevado de la “Carrera” , encontramos a Abraham negociando la compra de un terreno para enterrar a su esposa Sará. Tal como introdujimos, la única razón por la cual la Torá nos relata las historias de nuestros patriarcas es con el objetivo de que aprendamos conceptos para aplicarlos en nuestra vida
Abraham nos enseña cómo debe ser una vida espiritual judía auténtica. La Torá nos viene a enseñar que nuestra espiritualidad no puede estar desconectada del mundo. Al revés, mientras más espiritual es una persona, más conectado debe estar con la realidad. Nuestras grandes figuras mientras más grandes eran, más conectadas estaban con la sociedad.
Una espiritualidad que es ajena a la sociedad y su realidad, a las necesidades humanas, a la vida cotidiana, es una espiritualidad falsa. Hasta podríamos decir que es pagana. La Torá le fue entregada a seres humanos para que sean ellos la que la cumplan. Seres con pasiones, deseos e instintos. Ése es el hilo conductor de la vida de Abraham y Sará: una vida de éxtasis espiritual que va de la mano con una conciencia social y una fuerte conexión con la realidad.
“Maasé Abot siman la’banim”, las acciones de los Padres son señales para los hijos. Quiere decir, las acciones de nuestros Patriarcas marcan caminos por lo cuales nosotros, sus hijos, debemos transitar. Quiera D”s que podamos llevar a cabo en nuestra vida la misión para la que fuimos traídos a este mundo: el vivir una espiritualidad auténtica, espiritualidad que es llevada a cabo cuando estamos conectados con la realidad, potencializando el mundo material para así consagrarlo.
Shabbat Shalom umeboraj!

Aprovechando los Últimos Años

La vida de Sará fue de cien 'shaná' (año) y veinte 'shaná' (año) y siete 'shanim' (años), los años de la vida de Sará”. (Génesis 23:1)
Pregunta:
Si uno analiza la traducción literal del texto es muy extraño que la Torá escribashaná, literalmente “año”, en relación a los primeros dos números, cien y veinte, y al final shanim, literalmente “años” en relación al número siete. ¿A qué se debe esto?
Respuesta:
La Torá determinó que los primeros 120 años de la vida de Sará fueron como “un solo año” (shaná) en relación a los últimos 7 años (shanim) de su vida, ya que las personas piadosas, los jasidim, si bien durante toda su vida son personas completas, al final de sus días ellos se perfeccionan y adquieren aún más completitud que en los primeros años de su vida, de esta manera, en términos de crecimiento espiritual, los últimos años de la vida de Sara (en este caso los últimos 7) equivalieron a “muchos años” y los primeros años (en este caso los primeros 120) fueron como “un solo año”.
Esto puede ser principalmente por dos razones. Por lo que está escrito en la Guemará: “Rabí Ishmael, hijo de Rabí Yosi, dijo: En cuanto a los estudiosos, cuando son más ancianos, más sabiduría adquieren, así como dice el versículo “En los ancianos está la sabiduría, y en la larga edad la inteligencia” (Talmud, Shabat 152a) o por la simple razón de que a medida que envejecemos nos acercamos cada vez más a las puertas de la muerte, y queremos aprovechar al máximo los últimos años de nuestra vida.
Lo interesante es que tanto en el caso de Sara como en el caso de la Guemará, estamos hablando de personas piadosas, de estudiosos, y no de gente que desperdicia su tiempo. La lógica sin embargo, apuntaría a que una persona que desperdició todos los primeros años de su vida, esa es precisamente la persona que desea crecer en sus últimos años, pero alguien que trabajó sobre sí mismo durante toda su vida y estudió Torá sin perder un solo día, para esa persona los últimos años deberían ser un “relajo”.
Pero asombrosamente, lo contrario es verdad.
La realidad es que las personas que desperdician su vida en este mundo y no crecen espiritualmente, llegan al final de sus días y no saben qué hacer, ya que siempre estuvieron enfocadas en sus “cuerpos” y ahora sus cuerpos prácticamente no sirven para nada.
Sin embargo aquellos que se dedicaron a crecer espiritualmente, a medida que pasa el tiempo y sus cuerpos se deterioran, ellos se identifican cada vez más con sus almas.
Es por eso que para las personas piadosas los últimos años de sus vidas son los años de máximo esplendor, de máximo crecimiento, porque se acercan cada vez más a una existencia espiritual. Sin embargo, para las personas que nunca estuvieron interesadas en crecer espiritualmente, los últimos años son prácticamente inservibles, ya que sus cuerpos se van desvaneciendo poco a poco.
La excepción a esto es una persona que a pesar de haber desperdiciado su vida, al final de sus días hace teshuvá (se arrepiente de sus malos actos y vuelve al camino de la Torá). Como en el caso de Ishmael (ver Rashi, Génesis 25:9), que al final de su vida hizo teshuvá y por lo tanto la Torá también dice que su vida fue de “100 'shaná' (año) 30 'shaná' (año) y siete 'shanim' (años) (Génesis 25:17).
Fuentes: Kli Yakar, comentario a Génesis 23:1.

Aprovechando los últimos años

La vida de Sará fue de cien 'shaná' (año) y veinte 'shaná' (año) y siete 'shanim' (años), los años de la vida de Sará”. (Génesis 23:1)
Pregunta:
Si uno analiza la traducción literal del texto es muy extraño que la Torá escribashaná, literalmente 'año', en relación a los primeros dos números, cien y veinte, y al final shanim, literalmente 'años' en relación al número siete. ¿A qué se debe esto?
Respuesta:
La Torá determinó que los primeros 120 años de la vida de Sará fueron como “un solo año” (shaná) en relación a los últimos 7 años (shanim) de su vida, ya que las personas piadosas, los jasidim, si bien durante toda su vida son personas completas, al final de sus días ellos se perfeccionan y adquieren aún más completitud que en los primeros años de su vida, de esta manera, en términos de crecimiento espiritual, los últimos años de la vida de Sara (en este caso los últimos 7) equivalieron a “muchos años” y los primeros años (en este caso los primeros 120) fueron como “un solo año”.
Esto puede ser principalmente por dos razones. Por lo que está escrito en la Guemará: “Rabí Ishmael, hijo de Rabí Yosi, dijo: En cuanto a los estudiosos, cuando son más ancianos, más sabiduría adquieren, así como dice el versículo “En los ancianos está la sabiduría, y en la larga edad la inteligencia” (Talmud, Shabat 152a) o por la simple razón de que a medida que envejecemos nos acercamos cada vez más a las puertas de la muerte, y queremos aprovechar al máximo los últimos años de nuestra vida.
Lo interesante es que tanto en el caso de Sara como en el caso de la Guemará, estamos hablando de personas piadosas, de estudiosos, y no de gente que desperdicia su tiempo. La lógica sin embargo, apuntaría a que una persona que desperdició todos los primeros años de su vida, esa es precisamente la persona que desea crecer en sus últimos años, pero alguien que trabajó sobre sí mismo durante toda su vida y estudió Torá sin perder un solo día, para esa persona los últimos años deberían ser un “relajo”.
Pero asombrosamente, lo contrario es verdad.
La realidad es que las personas que desperdician su vida en este mundo y no crecen espiritualmente, llegan al final de sus días y no saben qué hacer, ya que siempre estuvieron enfocadas en sus cuerpos y ahora sus cuerpos prácticamente no sirven para nada.
Sin embargo aquellos que se dedicaron a crecer espiritualmente, a medida que pasa el tiempo y sus cuerpos se deterioran, ellos se identifican cada vez más con sus almas.
Es por eso que para las personas piadosas los últimos años de sus vidas son los años de máximo esplendor, de máximo crecimiento, porque se acercan cada vez más a una existencia espiritual. Sin embargo, para las personas que nunca estuvieron interesadas en crecer espiritualmente, los últimos años son prácticamente inservibles, ya que sus cuerpos se van desvaneciendo poco a poco.
La excepción a esto es una persona que a pesar de haber desperdiciado su vida, al final de sus días hace teshuvá (se arrepiente de sus malos actos y vuelve al camino de la Torá). Como en el caso de Ishmael (ver Rashi, Génesis 25:9), que al final de su vida hizo teshuvá y por lo tanto la Torá también dice que su vida fue de “100 'shaná' (año) 30 'shaná' (año) y siete 'shanim' (años) (Génesis 25:17).
Fuentes: Kli Yakar, comentario a Génesis 23:1.


“¿Enamorados a primera vista?”
Pensamientos de Torá en Honor al Shabbat Parashá Jayé Sarah 
 Por Rabino Rigoberto Emmanuel Viñas

“El se casó con Rebeca, y ella fue su esposa, el la amó.” Génesis 24:67
 
En la parashá de esta semana vemos que después que Abraham Avinu enterró a Sarah, su esposa, en la caverna de Macpela mandó a su siervo Eliezer a la tierra donde estaba la familia de sus padres para que encuentrara allí una esposa para su hijo Isaac. El no quería que Isaac se casara con una de las mujeres de Canaán porque muchas de ellas tenían tendencias a la idolatría. La Torá nos cuenta todos los detalles de lo que ocurrió en esa misión de Eliezer. Cómo la encontró cerca del pozo, cómo fue y llegó a un entendimiento con Labán el hermano de ella y cómo ella estuvo de acuerdo en viajar a casarse con un hombre que ella nunca había conocido en una tierra ajena. Luego la Torá deja de contar específicamente lo que ocurrió cuando ellos se conocieron por primera vez. La Torá no describe su romance, cómo se sintieron cuando se vieron por primera vez. No describe su boda y tampoco la luna de miel. En lugar de todo esto la palabra “amor” es introducida después que se casaron y no antes.
 
¡Pues esta historia no es romántica! ¿No sería mejor si se hubiera enamorados y entonces se hubiera casados?
 
Esto es lo esperado en las relaciones en los tiempos modernos. Normalmente una pareja se conocen, se enamoran y por eso se casan. Muchas parejas me cuentan que “se enamoraron a primera vista.” A todos nos gusta oír esas historias de amor y la locura apasionada del amor. Encuentro que los padres de hijos judíos casados con gentiles lo explican simplemente que se enamoraron con alguien que no era judío y "qué se va hacer?, así es el amor." El que critique eso es una persona pésima. Nadie puede criticar el amor. La sociedad popular nos dice que el amor y la alegría que viene con esa pasión es lo más grande de la vida. Nadie puede con él y nadie puede dominarlo. El símbolo del amor romano es Cupido que tira la flecha y el enamorado cae víctima de ese hechizo que nadie puede superar. “Se enamoró, qué se va hacer.” Pero en la parashá de la semana la palabra amor es mencionada después que se casaron y no antes. A veces el orden de las palabras en la Torá contiene grandes lecciones y este es uno de esos casos.
 
¿Qué es el amor? Hoy en día estamos rodeados por mensajes que evocan simbolismos de amor. Nada se vende sin alusiones al amor. Desde palillos dentales hasta planes de teléfonos todo se anuncia con imágenes de amantes andando de manos, abrazados y besándose. Estos mensajes son constantes y han causado que la sociedad se enamore del amor. Pero tal vez el “amor” que la sociedad está anunciando no es amor verdadero si no “pasión.” La pasión se inflama basada en motivadores como codicia, deseo sexual o por lo menos el sentimiento que estar junto a esa persona nos hace sentir bien. El estar con él (ella) nos hace sentir tan bien que es un sentimiento incomparable. La dinámica de enamorarse en términos comunes involucra encontrar una pareja que pueda satisfacer nuestras necesidades emocionales. A primera vista tiene sentido que esta sea la base de una relación perfecta, ambos miembros de la pareja se sienten bien pues tiene sentido que estén juntos. Pero cuando uno lo considera más profundamente este no es amor al otro, es amor a uno mismo. El se enamoró porque ella lo hace sentir bien. O viceversa. La consideración en este caso es la persona misma no el otro. Si encuentra otra pareja que lo haga sentir mejor tal vez eso sería motivación para disolver el matrimonio y eso mismo lo vemos en muchas ocasiones cuando personas casadas se enamoran de otros aunque ya estén casados. Y dejan su matrimonio por esa nueva persona que los hace sentir hasta mejor que el primero.
 
Obviamente ese “amor” no era amor sincero si no pasión pero los confundimos tanto que ya hemos perdido la habilidad de reconocer el amor verdadero. Buscamos “amor joven” y nuevos amores porque esos amores parecen más profundos pero la verdad es que estamos viendo pasión y confundiéndolo con amor que únicamente viene de la estabilidad y dedicación al otro.
 
La belleza de la orden de las palabras en el versículo se puede apreciar cuando consideramos todo esto. El se casó con ella y la amó. El amor verdadero viene de ese compromiso y dedicación al otro. Ese tipo de amor crece con el tiempo. El amor verdadero es probado y reforzado mientras la pareja enfrenta las vicisitudes de la vida juntos. El amor verdadero viene de la madures emocional, espiritual y sicológica. La madures es mejor descrita como la habilidad de atender y considerar las necesidades de los demás antes de las de nosotros mismos. La madures se manifiesta cuando la persona se convierte en alguien que da mucho más de lo que recibe. Una niña que completaba su Bat Mitzva me lo explicó de esta manera – que al ser una mujer de Bat Mitzva ella ya no era una niña que recibía solamente de sus padres si no ahora tendría que ayudar a los demás también. La madures viene cuando uno asume la responsabilidad de cuidar y atender a otro. Sin asumir esa responsabilidad no existe el amor verdadero.
 
Pues a segunda consideración ese versículo que no parece romántico es el mas romántico de toda la Torá. Este versículo nos revela la verdad del amor. Nos explica por  qué una pareja vieja que se sienta después de muchos años juntos a leer el periódico esta mas enamorados que esa pareja apasionada que anda en el parque besándose al ponerse el sol. Después de algunos años de matrimonio encuentro que estoy más enamorado de mis esposa que cuando la conocí por primera vez.
Isaac amó a su esposa Rebeca. Ese amor vino por la dedicación del uno al otro expresado por el pacto del matrimonio. Su amor producto de la fidelidad y responsabilidad es el ejemplo del verdadero amor que la Torá promueve.
 
Shabbat Shalom de parte del Rabino Manny Viñas y familia

Jayé Sará: ¿Casualidad?


Eliëzer, siervo de Abraham, se dirige a la casa donde se crió su amo, dispuesto a cumplir la promesa de buscar la novia ideal para su hijo Itzjak.
Él llega al lugar y solicita la ayuda del Todopoderoso para tener éxito en su empresa. De esta manera involucra a Dios en los esfuerzos que habrá invertir para materializar su misión.
“Y dijo: Amo del Mundo, Dios de mi señor Abraham, preséntate por favor delante de mí el día de hoy, y haz una bondad con mi señor Abraham”
La expresión que utilizó Eliëzer“preséntate por favor”(Haker Ná), en hebreo significa,que lo haga de manera fortuita.
¿Cómo puede ser? ¡No existen casualidades dentro de la óptica de la Toráh!
Explica Rabí Shimshon Pinkus,ZT”L, en su libro “Tiferet Toráh”“Me parece aclarar este termino de la siguiente manera.
Solemos llamar casualidad a, por ejemplo, cuando cae una hoja en cierto lugar.
¿Cómo definiríamos este mismo fenómeno, por medio de la óptica de la supervisión Divina?
Primeramente sale un comunicado celestial el cual informa que la hoja fulana caerá en determinado lugar. Esta voz se transmite del mundo más elevado hasta el más bajo (el terrenal), pasando por todos los que están en medio. Se transfiere de un ángel a otro, de mayor a menor rango, hasta que llega al último, el que está más cercano a nuestro mundo, entonces él dirige a esta hoja justo en el lugar decretado.
Pero cuando este proceso no se da por medio de intermediarios, sino por medio del mikré, en otras palabras, que no hubo un previo comunicado, no existe nadie, no un ángel o una creatura celestial, o profeta, que sepa si habrá de ocurrir tal acontecimiento, únicamente el Creador del universo.
En otras palabras, cuando sucede algo en el mundo por medio del mikré, hay que saber que es consumado por Dios de manera exclusiva.
Y esto mismo es lo que pidió Eliëzer del Todopoderoso cuando se encontraba en la búsqueda de la esposa ideal para Itzjak: “Preséntate por favor delante de mí” “Sólo Tú y sin mediadores”
Y la razón de solicitarlo justo de esta manera fue, porque así no habría lugar para que ningún acusador obstruyera la concretización de la unión del siguiente eslabón patriarcal. Pues nada ni nadie pueden interferir una orden que baja directamente de Dios, acordada desde los seis días de la creación.”
“Es interesante – continúa diciendo R. Shimshon – “que cuando le relata Eliëzer a Labán como le sucedieron las cosas ese día, en que – finalmente – Dios colmó de éxito su empresa y pudo encontrarse con Ribká, no le menciona que la solicitud fue que lo hiciera de forma mikré. Y la razón es porque Labán nunca lo hubiera comprendido. Pues el único concepto que cabe en la mente de un idólatra, es que mikré significa, casualidad o coincidencia, sin haber en él rastro alguno de supervisión Divina.”
Esta es una de las grandes diferencias que separan a una visión mundana, de una ligada a la constante intervención Divina. Siendo ésta, la gran diferencia entre nuestra ideología, y la de las demás culturas.
De esta manera se conformó la gran cadena del pueblo de Israel, pues cada hecho, cada decisión y cada solicitud, se realizaron siempre mirando a los cielos, a la supervisión de Dios Omnipotente.
Nosotros también, en nuestro reducido campo de acción, tenemos la oportunidad de poner en práctica esta sana y correcta visión de vida. Solo hace falta abrir los ojos, y permitir que el corazón entienda que el mundo está dispuesto para acercarnos más a su Creador.
Shabat Shalom

Parshat Jayei Sara: La Vida como Servicio Divino

"Y la vida de (chayei) Sara fue cien años y veinte años y siete años; los años de la vida de Sara" (Génesis 23:1). Podemos entender con la redacción de este versículo algo que parece obvio, que nuestros años son nuestra vida. De hecho lo son, y de esto podemos aprender que todo lo que hacemos en nuestro tiempo, nuestra vida, es significativo ya sea para nosotros o para los demás. Tiene que ver con lo que somos y lo que hacemos, incluyendo lo que hablamos.

Sara y Abraham nos enseñan una lección esencial cuando aprendemos que todo lo que hicieron en sus vidas fue verdaderamente significante. Tengamos en mente que amarnos a nosotros mismos, al prójimo y a toda la Creación tiene frutos en este mundo, porque nuestro Amor despierta Amor donde y cuando esté ocultado en las tinieblas de las ilusiones de ego. Cuando despertamos Amor en otros es como cosechar los frutos porque, como hemos dicho, Amor es la causa y el efecto.

La Torá contiene aspectos revelados y no revelados del Creador, y es el libro que nos enseña Su Amor para que lo imitemos amándonos unos a otros y Su Creación. En este contexto la Torá nos enseña la fuente de vida que el Amor de Dios es porque Él sustenta todo, vida incluida. Este conocimiento hizo de las vidas de Sara y Abraham un legado significativo para nosotros. La parshá continúa con la compra del sitio donde Sara sería enterrada, lugar de futura herencia para el pueblo judío. Abraham dijo: "Soy un forastero y un residente con vosotros (…)" (23:4) porque sabía claramente que él y sus descendientes serán eso: forasteros y también residentes con este mundo, un pueblo en tránsito que vive para santificar el Nombre del Creador, como parte de su misión para ser la Luz de las naciones. Nuestro verdadero hogar es con el Creador, y mientras estemos en el mundo nuestro hogar es la Tierra que Él prometió a nuestros antepasados.

"(…) y el Eterno bendijo a Abraham con todo" (24:1), porque el Amor de Dios nos bendice con todo cuando andamos en Sus caminos. Es interesante señalar que este versículo está seguido por el futuro compromiso matrimonial del único hijo de Abraham y Sara: "(…) tú no tomarás una esposa para mi hijo de las hijas de los cananeos, en cuya tierra yo vivo; sino que irás a mi tierra y adonde nací, y tomarás una esposa para mi hijo, para Isaac" (24:3-4)

Sabios místicos enseñan que la entera travesía del mensajero de traer una novia para Isaac está llena de significados simbólicos. El mensajero no es mencionado por su nombre, y para su misión "todo lo mejor de su amo estaba en su mano" (24:10) Ellos comparan este mensajero con el Mesías que viene solamente con lo mejor de su Amo para redimir a su Pueblo (Rebecca) de las tinieblas de las ilusiones del mundo (representadas por la maldad de sus padres y hermano).

Según Rashi, en el versículo "(…) el hombre [mensajero] tomó un anillo de oro de medio peso [medio shékel] para su nariz, y dos brazaletes de oro para sus manos que pesan diez [shékels]" (24:22), el anillo representa cada judío que es "medio shékel" (la otra mitad es el Creador con él); y los brazaletes representan las dos Tablas con los Diez Mandamientos. "E Isaac la trajo a la tienda de Sara su madre, y él tomó a Rebecca, y ella se convirtió en su esposa, y él la amó." (24:67) ç

Algunos de nuestros Sabios explican que después de la akeidá (la atadura de Isaac para ser sacrificado), el Creador no permitió a Abraham e Isaac salir de la Tierra que Él prometió a ellos y a sus descendientes. Isaac era la ofrenda perfecta de sacrificio, y como tal debía permanecer en la santidad de la Tierra Prometida. Entonces comprendemos que Isaac y Rebeca son las cualidades ideales que, combinadas, conforman la identidad de Israel.

Una es la ofrenda de todos los aspectos, niveles y dimensiones de la vida al servicio del Creador; y la otra representa Amor como la manifestación material de ese servicio. Rebeca es Amor incondicional dispuesto a dejar atrás las fantasías e ilusiones de ego para poder abrazar el servicio Divino.

Esta disposición y devoción incondicionales no se encuentran entre la gente de las naciones cananeas, que no son otra cosa que las emociones y rasgos negativos como son orgullo, envidia, ira, lujuria, indolencia, codicia y crueldad. Rebeca e Isaac eran exactamente lo opuesto, como también lo eran Sara y Abraham. En este sentido los años de nuestros Patriarcas fueron tan significativos como sus propias vidas, por el simple hecho de haber elegido seguir los caminos y atributos del Amor Divino que crea todo y sustenta todo.

Nuestros Reyes, Profetas y Sabios lo refirman diciendo que "El mundo se sostiene en tres cosas: en la Torá, en el servicio de Dios, y en actos de amorosa bondad" (Pirké Avot 2:1), porque "El mundo está construido con amorosa bondad" (Salmos 89:2), por lo tanto "Él te ha dicho, hombre, ¡lo que es bueno! Lo que tu Dios te pide es que hagas justicia, que ames la amorosa bondad, y que camines con humildad con tu Dios" (Miqueas 6:8)



JAYÉ SARÁ
La vida de Sará fue de ciento veintisiete años, los años de la vida de Sará” (23:1).

¿Por qué se repite el enunciado: los años de la vida de Sará? Es sabido que en la Torá no hay ni siquiera un punto de más. Explica Rashí: “Todos los años de nuestra matriarca se consideraron buenos”. ¿Acaso Sará tuvo una vida confortable? Veamos algunos episodios de su vida: desde su juventud tuvo que abandonar todas sus posesiones para acompañar a su marido hacia un camino desconocido (ver P. Lej Lejá). Padeció 90 años de esterilidad. Fue secuestrada en dos ocasiones: la primera por el Faraón en Egipto y luego por Abimélej, rey de los pelishtim. Soportó tiempos de hambre y de guerra. Sufrió por la mala conducta de Hagar e Ishmael y, en particular, resistió el desafío de recibir huéspedes, sin descanso, a cualquier hora del día… Entonces, ¿qué quisieron decir con “buenos”?
Significa que a sus ojos todos estos sucesos fueron buenos. ¿Cómo se logra conseguir semejante entereza? Rab Zusha de Anipoli explicó que Sará tenía la gran virtud de decir constantemente: “Esto también es para bien”. Muchos podrían considerar los hechos mencionados como rigurosos e insoportables; pero para nuestra matriarca no representaban un problema; al contrario, ella estaba consciente de que eran oportunidades que le enviaba el Creador para superarse, y por tanto eran evaluadas como positivas.
Cuentan que en una ciudad había un terrateniente muy bondadoso. Como administrador de las tierras y las propiedades, permitía que los peones pudieran vivir pagando alquileres muy bajos. Era tolerante con ellos porque deseaba darles la oportunidad de vivir dignamente. Uno de sus trabajadores era en extremo pobre; se apiadó de él y decidió reducir el arrendamiento a la mitad.
Cierta vez, el terrateniente debió dejar su puesto y delegó su responsabilidad a un hombre totalmente diferente; se trataba de una persona poco comprensiva y muy materialista. No rebajaba ni un centavo del alquiler. Los peones le rogaban que fuera más flexible, pero él no respondía a sus solicitudes. Cuando el peón más pobre se acercó a hablar con él, le explicó que no podía pagar la suma correspondiente. Entonces el patrón sentenció que por cada moneda que no pudiese pagar iba a recibir un latigazo; no hubo mes que este pobre peón no recibiera varios golpes por su deuda.
Cuando el terrateniente culminó su misión, asumió nuevamente su puesto y despidió al suplente. Entonces el peón se dirigió a él para explicarle lo que había sucedido. El terrateniente le pidió que le dijera cuántos latigazos había recibido y por cada golpe le entregaría cien monedas. El peón se puso pálido. Cuando el terrateniente se percató de eso, le dijo: “¿Qué pasa contigo? ¿Te ofrecí poco? Mejor te daré doscientas”. El trabajador comenzó a llorar. “Discúlpame, no quise ofenderte. Te daré quinientas monedas por cada latigazo.” El peón se tiró al piso llorando desconsoladamente. “¡Está bien, te daré mil…!”. Cuando el terrateniente vio que cada vez que ofrecía empeoraba la situación, preguntó: “Bueno, ¿cuánto es lo que quieres?”. El trabajador le respondió: “Agradezco su ofrecimiento, pero no lloro por eso”. “¿Y entonces por qué lloras?”, preguntó el terrateniente. “¡Porque si hubiese sabido que usted me recompensaría de esa forma, habría pedido que me golpearan más y más fuerte….!”.
  Todo lo que Hashem hace es para bienEl único sobreviviente de un naufragio fue visto sobre una pequeña e inhabitada isla. Él estaba orando fervientemente, pidiendo a Hashem que lo rescatara, y todos los días revisaba el horizonte buscando ayuda, pero ésta nunca llegaba…. Cansado, eventualmente empezó a construir una pequeña cabañita para protegerse, y proteger sus pocas posesiones.
Pero entonces un día, después de andar buscando comida, él regresó y encontró la pequeña choza en llamas, el humo subía hacia el cielo. Lo peor que había pasado, es que todas las cosas las había perdido. Él estaba confundido y enojado, levantó sus ojos al Cielo y llorando decía: ¡¿Cúanto más me van a hacer sufrir?! Y se quedó dormido sobre la arena. Temprano en la mañana del siguiente día, él escuchó asombrado el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Venían a rescatarlo, y les preguntó: ¿Cómo sabían que yo estaba aquí?. Y sus rescatadores le contestaron: Vimos las señales de humo que nos hiciste….
Es fácil enojarse cuando las cosas van mal, pero no debemos perder el corazón, porque Hashem está trabajando en nuestras vidas, en medio de las penas y el sufrimiento. Por todas las cosas aparentemente negativas que nos pasan, debemos decirnos a nosotros mismos: "Mi Creador tiene una respuesta positiva a esto".  “Agradezcan a Hashem porque es bueno.[1].  
Cuando hay problemas debemos saber que todo pasa por algo; que si Hashem quiere que suceda es por nuestro bien, y que es seguro que recibiremos una recompensa por ese sufrimiento. La calidad de vida de una persona no depende de situaciones externas. Hay personas que al parecer viven cómodamente, pero en cuanto se encuentran con alguna dificultad, su vida se convierte en una tragedia y, en consecuencia, ven todas las bendiciones que les rodean como algo negativo y al final se dan cuenta de que todo era para bien.
Una persona debe estar agradecida por todo lo que tiene. La vida es como un mantel bordado, uno lo mira de un lado y dice que es precioso, mientras que si otro lo mira del otro lado, no podrá entender porque tantos nudos y trazos sin sentidos. La parte de atrás tiene algunos hilos que son largos y otros que son cortos, algunas cebras que están atadas y otras que están cortadas.
El ideal de la Torá es que tengamos siempre presente que el objetivo de nuestra vida es reconocer que hay Alguien manejando el mundo. Todo lo que pasa en la vida tiene un solo propósito: Que perfeccionemos nuestro carácter. Cada situación que se nos presenta es una oportunidad para crecer. Sará tenía este nivel de conciencia: constantemente, durante toda su vida, se dedicaba a superarse, y esto es lo que atestigua la Torá. Es muy importante que asimilemos y absorbamos esta lección, para que logremos encontrar las posibilidades de crecer en cada uno de nuestros hechos.[2].© Musarito semanal

Finalmente, todo proviene del bien y terminará siendo bueno.”[3]

1] Tehilim 136:1
[2] Mehor HaShabat, pág. 31; Rab Kalman Pikouz.
[3] Rab M. Jaim Luzzato.

Finalmente, tod

Empaquetar con consideración

Imagínate cómo te verías a ti mismo si te brindaría una herramienta para hacer que la gente piense sobre ti de una forma positiva y deseable. Algo que con la mínima mención de tu nombre ya los haga pensar que eres una persona digna de su interés y apoyo y que vean que realmente sabes cómo apreciar. Imagínate si te doy una herramienta que provoque que la gente te admire por ser una persona considerada, una persona en compañía de quien es un placer encontrarse y con quien las cosas se ven completamente distintas… Bueno, hay buenas noticias: esta herramienta te está por llegar. Pero primero algunas palabras del Bet Haleví sobre la Parashá de esta semana…
Eliézer se encontraba en pos de una búsqueda muy difícil. Su amo, Abraham, le había encomendado encontrar a la futura segunda Matriarca del Pueblo Judío. ¿Cómo habría de encontrar a la futura esposa de Itzjak? Rezó a Di-s pidiendo que lo guiara hacia la joven correcta. Eliézer fijó con Di-s una señal que lo ayudaría a reconocer a la joven predestinada: la niña a quien pida que incline su cántaro para que pueda yo beber y ella me conteste ´bebe e incluso a tus camellos daré de beber´, será esta una señal de Ti, Di-s, que la has asignado para Tu siervo Itzjak.
¿Por qué Eliézer eligió precisamente esta señal? Podía haber escogido cualquier otro modo de demostración entre él y Di-s. ¿Acaso no era un tanto riesgoso apoyarse en una señal tan azarosa para una decisión de tanto peso?
Para esto, una breve introducción previa a las palabras del Bet Haleví: lo que muchos comerciantes hacen a fin de verificar si se puede confiar y creer en otra persona para asuntos comerciales y comprobar si se trata de una persona de carácter favorable, no es conversar sobre negocios. Al hablar sobre dólares y centavos, cualquier vendedor y comerciante sabe que debe ser cuidadoso y fingir ser los más confiable posible. Entonces, para probar el carácter de otra persona, un comerciante astuto saca a su posible candidato a comer en un restaurante. Observa su comportamiento y de esta manera logra estudiarlo en su forma más natural. Otra opción sería llevarlo a jugar un partido. Pues la persona demuestra mucho más de su personalidad durante una comida o un deporte competitivo que en medio de una reunión comercial.
La mejor forma para probar a Rivka era observando su comportamiento natural, en una situación del quehacer diario. En el aljibe. Allí podía evaluar cuán amable ella era, cuáles eran sus valores fundamentales y cómo estos afectaban su conducta. Allí podía probar cuán considerada ella era – con sólo pedirle un vaso de agua. ¿Cómo reacciona ante la oportunidad de brindar un favor? Eliézer sabía que lo más importante para Itzjak era una esposa con las cualidades de su madre. No simplemente bondadosa, sino una bondad acompañada de consideración. Si bien las aguas subieron hacia Rivká milagrosamente del aljibe, esto aún no era una prueba fehaciente de que era digna de ser Matriarca. Pero si Rivká le ofrecía a Eliézer beber del cántaro, sí se convertía en posible candidata, aunque tampoco esto era una prueba suficiente para decidir que era digna. El factor decisivo se encontraba en el segundo punto: ¿cuál sería su próximo paso? Cuando se encuentra con un cántaro en mano del cual un extraño bebió; ¿qué hace con el agua restante? Si lo lleva a casa para que su familia beba, demuestra que no conoce las reglas básicas deDérej Éretz, que no se debe beber del vaso de un extraño ya que puede tener gérmenes. Si antes de volver a llenar el cántaro vuelca el agua restante frente a Eliézer, muestra una carencia de sensibilidad hacia los sentimientos del extraño; dando la impresión que teme de que se trate de un hombre enfermo. Pero si vierte el agua restante ante los camellos para que beban, demuestra que está acostumbrada a hacer favores con consideración. Considerada y atenta a los sentimientos de Eliézer mediante su bondad hacia los camellos. Esta era la prueba de Eliézer.
La consideración de Rivká a los tres años de edad llegaba más allá de las expectativas de Eliézer. Ella le contestó: también para tus camellos extraeré agua, hasta que terminen de beber… El Bet Haleví explica que Rivká no quería siquiera que parezca que les daba el agua a los camellos a fin de no avergonzar a Eliézer. Al ofrecer darles de beber a los camellos hasta que terminen de beber (habían acabado sus provisiones de agua en la travesía por el desierto, con lo cual darles de beber involucraba muchísimo esfuerzo por parte de Rivká) Rivká demostró que estaba dispuesta a hacer su máximo esfuerzo a fin de lograr dos objetivos: mostrar su genuina preocupación por los camellos y a la vez no avergonzar ni en lo más mínimo a Eliézer. ¡Cuánta consideración! ¡Esta niña debe ser la predestinada! Pues la amabilidad con consideración es algo completamente diferente, un nivel de bondad mucho mayor…
Permíteme formularte una pregunta personal para responder con suma honestidad: después de hacer un favor a otro y haber recibido un “muchas gracias”, ¿alguna vez sentiste que el receptor de tu favor no apreció realmente tu esfuerzo? De ser positiva la respuesta, ¿por qué crees que sentiste eso, si te dijo “muchas gracias”? ¿No es eso suficiente?
No, a veces no es suficiente. A veces, para que la otra persona sienta que realmente apreciamos el esfuerzo que hizo, debemos dedicar un poco de pensamiento y escoger la forma indicada para expresar nuestro agradecimiento. “Gracias por la deliciosa cena”, no se asemeja en absoluto a un simple “muchas gracias” tras el último bocado. “Gracias por acercarme hasta la puerta de mi casa” es distinto a un “gracias” seco tras un viaje en coche. ¿Por qué? Pues cuando el agradecimiento es personal y específico, muestra que uno respeta y aprecia lo que el otro hizo específicamente por uno: tuvo en mente tus necesidades y obró con amabilidad especialmente por ti. No porque de todos modos es una persona amable, y tú justo te presentaste allí. Al dedicar un poco de pensamiento al gracias y hacerlo específico, uno muestra su verdadera gratitud a la otra persona. Le da vida al gracias y lo amolda específicamente al aprecio que uno siente. No es un simple y popular “gracias”. Pruébalo, y verás que la gente siente que aprecias lo que hacen por ti. Lo único que necesitas hacer es vestir el gracias con palabras específicas, hacerlo personal y relacionarlo a la obra de bondad y la persona misma. Esta magia es resultado de un agregado de consideración al agradecimiento. Lo eleva a un nivel mucho más alto.
Al elogiar la corbata, el traje o cualquier otra prenda de vestir, puedes decir un comentario acerca de la buena elección reflejada en su compra. Y aun si elogias la corbata, puedes agregar un poco de condimentos al halago en lugar de un insulso “linda corbata”. Evita utilizar el común “qué lindo” e intenta con un “hermoso, impresionante, elegante, etc.”, depende de lo que creas más adecuado para la persona halagada.
En lugar de decir que la comida estuvo deliciosa, trata de alabar el esfuerzo invertido en prepararla haciendo uso de diferentes halagos para cada comida. “La comida estuvo deliciosa” o “esta cena estuvo maravillosa”, “la carne salió fantástica”, son todas palabras halagadoras. “Semejante plato debe haber consumido mucha paciencia”, una loa como esta llega directo al corazón de cualquier ama de casa trabajadora. Se lo merece. Ella no cocina todos los días la misma comida, entonces, ¿Por qué agradecerle siempre con las mismas palabras? Por el contrario, trata de utilizar palaras que muestren que te das cuenta de la consideración que invierte al cocinar y retribúyele invirtiendo consideración en tu agradecimiento.
Estos tres consejos: bondad con consideración, gratitud considerada y halagos con consideración harán de tu compañía algo gratificante.

Ishmael el Baal Teshuvá
  Cierta vez me tocó acompañar a un joven estudiante de Ieshivá, quien se sentía muy mal consigo mismo. Él declaraba haber cometido un cierto pecado, sobre el cual jamás podría arrepentirse; pues para él el arrepentimiento consistía en lamentar el pasado en forma tal que lograse desarraigar lo realizado. Él sentía que no existía ninguna forma de limpiar la mancha que había ensuciado su impecable “pizarra”. Se sentía lejos de Di-s, lo cual lo deprimía enormemente. Cada vez que trataba de estudiar o rezar, se le volvía a aparecer este pensamiento de “desarraigar el pasado”. Traté una y otra vez de hacerle regresar al presente, pero él se resistía diciendo que primero debía remendar el pasado. Cuando le pregunté puntualmente cómo pensaba hacerlo, reflexionó y respondió que no había nada que podría hacer acerca del pasado, más que mejorar el presente. El joven llegó a la conclusión que no es posible tratar con el pasado, sino mediante el trato con el “ahora”, y que las acciones que hacemos pueden realmente cambiar nuestro “yo”. Quiero detallar un poco más esta idea, pero primero necesito subir a la luz algo sobre la Parashá de esta semana…
Itzjak e Ishmael sus hijos (de Abraham), lo enterraron en la cueva de Majpelá, en el campo de Efrón… Nuestros Sabios recalcan el orden utilizado por la Torá: en el momento de la sepultura, Itzjak precede a Ishmael. Ishamel había venido desde lejos para enterrar a Abraham. En base a estos dos datos, el Midrash comenta que de aquí aprendemos que Ishmael se había arrepentido de sus acciones y había vuelto en Teshuvá. Pues a pesar de ser el mayor, dejó que itzjak lo precediera, pues sabía que su hermano era más tzadik que él. Rashí también nos enseña que Ishmael murió con una muerte especial, (ויגוע) reservada únicamente para los tzadikim; lo cual refuerza este punto del arrepentimiento de Ishmael previo a su muerte.
¿Cómo podemos entenderlo? De las palabras de Sará ותרא שרה את בן הגר המצרית אשר ילדה לאברהם מצחק aprendemos que Ishmael había transgredido terribles pecados; la palabra מצחק denota que había asesinado, robado y cometido adulterio. Entonces, ¿cómo sabemos que luego se arrepintió y mejoró su camino? ¿Sólo porque le dejó a su hermano Itzjak anteponerse a él en el funeral del padre y porque vino desde lejos para honrar al padre tras su muerte?
La respuesta es: sí. Ishmael no podía regresar al pasado para deshacer su mala conducta, y no es este tampoco un paso en el proceso de la Teshuvá. Por más que uno crea que debe borrar sus pecados y desarraigarlos de su pasado, esto está lejos de ser verdad. La única forma de desarraigar los pecados del pasado es cambiando y mejorando la conducta en el presente. ¿Qué ocurre entonces? באשר הוא שם, se nos juzga de acuerdo a nuestra situación actual, según lo que somos en el presente. Pues ese es el único y verdadero “yo” que existe, el “yo” de ayer ya es cosa del pasado.
Otro punto sobresaliente de la Teshuvá de Ishmael es que él no escogió al azar cualquier conducta para mejorar; lo suyo fue un vuelco total de sus creencias. Al mostrar respeto a su hermano Itzjak por ser más tzadik, Ishmael demostraba que a sus ojos los tzadikim eran dignos de respeto. Un valor con muchísimas ramificaciones…
Para arrepentirse, la persona debe trabajar sobre un punto que tiene el poder de transformar todo su ser. Si bien esta actitud de Ishmael era aparentemente un acto pequeño, sabemos que en realidad de él consistía el rencor más fundamental y vital de Ishmael hacia Itzjak.  El Midrash nos cuenta que Ishmael se jactaba delante de Itzjak, mostrándose superior por haberse circuncidado a los 13 años y no a los 8 días como Itzjak; pues cuanto más grande, más difícil de soportar es el dolor. También nos cuenta que Sará vio a Ishmael lanzando flechas contra Itzjak; demostrando claramente que quería deshacerse de su hermano. Sabemos, además, que Abraham sentía una cercanía especial con Ishmael, a tal punto que en el momento de la Akedá Di-s debió decirle específicamente קח נא את בנך את יחידך אשר אהבת את יצחק, toma a tu hijo, tu hijo único, a quien amas, a Itzjak… pues a los ojos de Abraham, Ishmael era tan único y querido como Itzjak. Vemos también que después de la Akedá, la segunda prueba más difícil para Abraham fue la de echar a Ishmael. Todos estos datos apuntan a cuán amado se sentía Ishmael por su padre, Abraham. Sin duda esto le hacía sentirse tan tzadik como Itzjak, su pequeño hermano, de quien jamás podría aprender algo que no sabía, ni siquiera acerca de Di-s. Más tarde, las cosas cambiaron. Ishamel cambió de opinión. Y este gran cambió se vio reflejado en una pequeña acción: la muestra de respeto a su hermano menor; un acto que resultaba del reconocimiento del hermano mayor que tenía lo que aprender de su hermano menor.
Todos tenemos por delante una gran labor que nos puede llevar a la grandeza. Eso no significa que debemos cambiar toda nuestra forma de ser, sino que implica buscar dentro de nosotros alguna opinión o creencia inválida, cambiarla y actuar de acuerdo al nuevo valor. Entonces, todo cambia, incluso nuestro propio “yo”.
 Shabbat Shalom, Yosef Farhi

LA CULPA LA TIENE EL REBE
“Y fueron detrás del hombre”
(Bereshit 24,61)
Encontramos en la Guemara (Berajot 61a), que Manoaj, el padre de Shimshon, era un hombre ignorante, ¿y por qué la Guemara dice eso?, pregunta el rab hagaon Iaacov Galinsky Shlita.
Porque está escrito en los profetas, que Manoaj fue detrás de su esposa (Shoftim 13,11), y estudiamos: un hombre no caminará detrás de una mujer por el camino, ni siquiera detrás de su esposa. Y dijo rab Ashe, Manoaj tampoco estudió en el Talmud Tora, ya que allí le habrían enseñado que se levantó Rivka con sus doncellas, montaron sobre sus camellos y fueron detrás del hombre (Bereshit 24,61), y no delante del hombre.
Y se extraña el Saba Mislavodka ztz”l: todos nosotros estudiamos en el Talmud Tora, y todos estudiamos esta perasha, y todos, de la misma forma, leemos esta perasha año tras año. ¿Alguno de nosotros fue tan meticuloso al estudiar esta perasha como para aprender que el hombre debe caminar delante y no detrás de la mujer? No lo creo. Y tampoco de aquí podemos aprender que Manoaj, porque caminó detrás de la esposa, no estudió en ningún Talmud Tora.
Y contestó a su pregunta y dijo: hay algo que sí podemos ver, la profundidad con que se estudiaba antes, en otras épocas, en el Talmud Tora. Antes se estudiaba de forma que si se leía un tema en la Tora, no era una simple lectura sino que de esa lectura se aprendía de qué manera debemos vivir, comportarnos y proceder.
Hoy en día necesitamos explicaciones, y explicadores, y explicadores de explicadores para poder descubrir algo. Pero, podemos preguntar de cada versículo y versículo, y encontrar qué es lo que quiere enseñarnos.
Por ejemplo, en la Tora está escrito que las mujeres fueron detrásdel hombre, cuando pudo haber estado escrito que fueron con el hombre. Y nos muestra que esa es la forma más corriente, y pasa a ser una enseñanza. Y hay más, ya que si vamos a estudiar el versículo con detenimiento, con seguridad vamos a cumplir con lo que estamos estudiando. Y si no nos conducimos de esa forma, es una prueba de que no hemos estudiado.
Hasta aquí las palabras del Saba Mislavodka, y vemos cuánta responsabilidad nos traen.
Pero yo, dice rabi Iaacov, tengo otra pregunta.
¿De dónde podemos decir nosotros que Manoaj no estudió en el Talmud Tora? Tal vez sí estudió, y se quedó dormido. No, pero no diremos que durmió todo el tiempo, sino solamente un rato, exactamente cuándo enseñaron ese versículo.
Para poder contestar esta pregunta necesitamos estudiar una pequeña perasha del profeta. La futura Salvación, la Gueula, está ligada a la desaparición del nombre de Amalek. Hakadosh Baruj Hu nos ordena en la Tora que “borremos” el nombre de Amalek, que no exista descendencia de él. Y es sabido, que el Nombre no está completo ni la Silla, el Trono Celestial, estará completa, hasta que ese nombre sea borrado, como lo explica Rashi (Shemot 17,16).
Al rey Shaul le fue encomendada esa misión tan especial, fue enviado para que haga desaparecer a ese hombre y a toda su descendencia de la faz de la tierra, pero no pudo cumplir con su misión.
Le pidieron al rey David terminar lo que el rey Shaul dejó a medio hacer, y envió a Ioav, su ministro de defensa, y está escrito allí que Ioav y todo el ejército de Israel, estuvieron allí, sentados durante seis meses, hasta que se reunieron todos los hombres (Melajim 1 11,16). Y dice la Guemara (Baba Batra 21a), que cuando Ioav vuelve del campo de batalla, David le pregunta por qué no mataron también a las mujeres de Amalek. Y Ioav le responde: porque está escrito (Devarim 25,19)y borrarás el recuerdo (zejer) de Amalek, pero Ioav no leyó exactamente así el versículo sino que en lugar de zejer, leyó zajar, diciendo, y borrarás a los hombres (zajar) de Amalek, y no a las mujeres. Y David le dijo: pero si está escrito zejerrecuerdo. Y Ioav le dijo: nosotros, en el Talmud Tora, leímos zajar. Fue Ioav y le preguntó a su rebe: ¿cómo nos has enseñado? Y el rebe contestó: zajar. Ioav tomó su espada y lo mató y dijo: maldito el que hace el servicio de Hashem con engaño y también el que evita la sangre en la espada (porque no mató a quien Hashem ordenó matar) (Irmiah 45,10).
Y aquí surge la pregunta: si fue el rebe el que se equivocó, que enseñó con su equivocación, aquí no se trata de un engaño. ¿Acaso el rebe tiene que saber toda la Tora y no puede tener ninguna equivocación?, ¿y si se equivocó está condenado a la muerte? Y escribieron los Tosafot, en nombre de rabenu Jananel, que el rebe no se equivocó, que él enseñó zejer. Y la equivocación del rebe fue no comprobar que todos los alumnos hayan escuchado bien y comprendido bien.
El rebe tiene que saber que todos los alumnos no son iguales, y más, no todos saben estudiar y comprenden de la misma forma, y ni hablar, del último de la clase, que necesita más atención. Y si el rebe no se fija y no se ocupa de esta forma, diremos que está haciendo el servicio de Hashem con engaño. Y si Manoaj no sabía, hay solamente una causa que pueda provocar este desconocimiento, que no estudió en el Talmud Tora.
Y ahora necesitamos entender, ¿cuál es la causa por la que nos fijamos tanto en que un hombre no vaya detrás de una mujer, y más, aunque esta mujer sea su esposa?
Y más vamos a preguntar, en la Guemara está explicado, como una de las interpretaciones más aceptadas, que Adam Harishon, el primer hombre, fue creado con dos rostros, como está escrito, “hombre y mujer fueron creados” (Bereshit 5,2), y después fueron separados, pero mientras iban juntos, la parte del hombre iba por delante.
Y de aquí vemos que el motivo por el cual el hombre iba por delante no tiene que ver ni con que uno observe al otro ni por cuestiones de recato, ya que en ese momento estaban unidos por sus espaldas y no tenían la posibilidad de verse. Y escribe el Mearsha, que no está bien que el más pequeño camine delante del más grande. Pero, cuando vemos que ahora han sido creados juntos, y de una sola vez, ¿por qué decimos que el hombre es grande?
Continua el rab Galinsky, yo les voy a decir por qué…
Está escrito en la Guemara (Sota 17a), que cuando hay un hombre y una mujer, si tienen méritos, la Divinidad estará entre ellos, y si no, lo alenu, el fuego los devorará.
Explica Rashi que los nombres de ellos, hombre y mujer (ish, isha), tienen dos letras comunes y otras dos letras propias de cada uno (la iud y la hei), con estas dos letras se forma la Divinidad, o sea, cuando el hombre y la mujer están juntos, con la misma idea, con la mirada hacia el gran objetivo, podrán crecer en Tora e Irat Shamaim. Pero si no tienen los méritos, entonces le sacamos las letras que no son comunes, y quedan los dos nombres iguales: fuego y fuego (esh y esh).
¿Y qué ocurre con estas dos letras, con la iud y con la hei?
Dijeron (Menajot 29b) sobre el versículo, que con la iud y la hei, Hashem creó “mundos” (Ieshaiah 26,4), que Hakadosh Baruj Hu creó dos mundos con estas letras, el Olam Haze, este mundo, con la letra hei, y el Olam Haba, el mundo venidero, con la letra iud.
Y está escrito en la Guemara (Baba Metzia 49), que el que sigue los consejos de su esposa caerá en el Gueinam, porque está escrito que no hay que ser como Ajab, que hizo el mal a los ojos de Hashem al hacer lo que le dijo su esposa (Melajim 1 21,25). Y le pregunta rab Papa a Abaie, hay un proverbio que dice muy claramente: si tu esposa es pequeña, agáchate, y escúchala… y le contestaron a rab Papa, aquí no hay contradicción: es distinto cuando la mujer le dice cosas del cielo a cuando le dice cosas del mundo corriente. O sea, en cuestiones de espiritualidad, de Tora, el hombre es el que decide, y en cuestiones de la casa, en cosas de todos los días, decide la mujer.
Y ahora podemos entender el por qué de las cosas. Hakadosh Baruj Hu puso la letra iud en el hombre, porque con esa letra Hashem creó el Olam Haba, y el hombre es el que decide en las cosas que tienen que ver con el mundo venidero, con las cuestiones celestiales. Y la letra hei en la mujer porque la mujer toma las decisiones de las cosas cotidianas, de este mundo.
Y existe otra particularidad, y muy importante. En el hombre, la letra iud está en el centro. Y en la mujer, la hei, a un lado, o al final. Esto nos enseña que los dos deben saber que la espiritualidad debe ser lo principal, algo que está en el centro de la escena, y que todo lo rodea. Y lo material, también es necesario, ya que si no hay harina, no hay Tora (Pirke Avot 3,17), pero de todas formas está siempre detrás de lo espiritual.
Y por eso el hombre debe ir delante. Aparte del hecho de no mirar a la mujer que está delante, hay un orden, como dijo el Mearsha, que no está bien que el pequeño vaya delante del grande, lo material no puede estar antes que lo espiritual, el Olam Haze no puede estar antes que el Olam Haba.
Traducido del libro Vehigadta.
Leiluy Nishmat
Lea (Luisa) Bat Sabri Aleha Hashalom






POR FIN EN ESPAÑOL Y EN LA WEB B''H 
LA DICTAMENES SOBRE DIVERSOS TEMAS HALAJICOS SEGUN LA OPINION DE: 

MARAN HAGAON RABENU HARAV OVADIA YOSEF ZT''L

Yad Ezra                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           V'Shulamit 


El sitio HalachaYomit.co.il, fue creado el año 2005 y su objetivo principal es la difusión del conocimiento y los valores de la Torá, especialmente en distintos temas de la Halajá, poniendo especial énfasis en citar las fuentes y la forma de dictamen halájico. De esta manera, queda absolutamente claro que nuestra Torá es eterna y no existe complicación o interrogante halájico que no halle respuesta en los primeros escritos rabínicos, los posteriores e incluso los contemporáneos, de cuya sabiduría abrevamos nuestra sed de saber. 
Gracias a D-os, en la actualidad este sitio cuenta con cerca de doce mil suscriptores que reciben diariamente su “halajá”, al margen de quienes eventualmente ingresan al sitio para consultar su biblioteca halájica. 

Todas las halajot y/o dictámenes halájicos están redactados de acuerdo a la visión de nuestro maestro y gran exégeta de la generación Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a, quien es considerado una de las autoridades rabínicas más autorizadas y aceptadas de las últimas generaciones. Esto, de acuerdo al testimonio de los “geoním” y grandes maestros sefaraditas Rabí Ezra Atie z”l, Rabí Efraím Cohen z”l, Rabí Mordejai Sharabi z”l y muchos otros destacados rabinos. 

Parte de las Halajot se obtienen de las distintas obras de Rab Ovadia Yosef, Shlit”a, y en aquellos lugares en los que no aparece su opinión sobre el tema, la Halajá la determinamos según lo que dictamina Marán –Rabbenu Yosef Caro z”l- en el Shuljan Aruj –código de leyes judías- y de acuerdo a la opinión rabínica mayoritaria, como acostumbra a hacerlo nuestro maestro Rabí Ovadiá Yosef, Shlit”a. 
En numerosas ocasiones consultamos directamente a Rab Ovadia la forma en que debíamos dictaminar ciertos temas del sitio, y citamos la respuesta en su nombre. 

Las Halajot de este sitio tratan los más diversos temas, desde las legislaciones que rigen al Shabbat hasta lo concerniente a las leyes monetarias, daños y perjuicios, etc. De tal forma que, las personas que se suscriban y lean permanentemente el sitio adquirirán, en un lapso relativamente corto, un conocimiento general de las leyes que rigen la vida cotidiana. 
En estos momentos el sitio trata exclusivamente temas halájicos, sin embargo, nos proponemos en un futuro cercano extender la temática a la Parashá –porción semanal de la Torá- e incluso otros temas. 

Las Halajot de este sitio están escritas por el nieto de Rabbenu Ovadiá Yosef, ZT''L , Rab Ya´acob Sasson, Shlit”a, integrante del cuerpo de rabinos del centro de estudios Yehave Da´at. 

El sitio en español es responsabilidad de Rabí Itzhak Fadda, Shlit”a, de Argentina, reconocido por su vasta trayectoria rabínica y sus trabajos de traducción en clásicos como Mesilat Yesharim, Derej Hashem, Emuná Ubitajon, etc, 

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